¿Te ha pasado que después de terminar la limpieza en tu hogar has deseado que se mantenga intacta por siempre? Si bien eso es imposible, existe un método sumamente eficaz para que tú misma puedas fabricar tu propio repelente de polvo casero.
Los ingredientes para elaborarlo son cosas que seguro tienes en casa. Así que despídete de la eterna batalla con el polvo y aprende cómo hacer a tus muebles inmunes de la suciedad en un par de minutos.
Cómo preparar un repelente de polvo casero
Lo que necesitas
Opción 1
-Una taza de agua.
-Una cucharada de vinagre blanco.
-Media cucharada de aceite de oliva.
-5 gotas de jabón para trastes.
Opción 2
-500 ml de agua.
-125 ml de suavizante para tela de tu aroma preferido.
-Una cucharada de vinagre blanco.
Procedimiento
En un envase con aplicador de aerosol o spray, agrega y mezcla todos los ingredientes suavemente, cuidando que se incorporen por completo y no se forme una superficie demasiado espumosa o burbujeante.
En ambas versiones la preparación es la misma. Puedes omitir el suavizante o el jabón para trastes en sus respectivas recetas, ya que estos son más para el tema de mantener un aroma fresco.
Qué hacer para aplicar el repelente de polvo sobre tus muebles
Limpia tus muebles como usualmente lo harías dependiendo del material con el que estén fabricados. Si utilizas otros productos o aerosoles, deja que se absorban por completo para no minimizar la eficacia de éste o del repelente de polvo casero.
Repite este ritual cada 15 días. Considerando qué tanto polvo y suciedad se acumula en tus muebles es posible repetirlo semanalmente, tomando en cuenta los cuidados que el material de cada mueble requiere.
El portal de la aseguradora Mapfre menciona que en electrodomésticos y otros aparatos que resguardan polvo también puede aplicarse el repelente de polvo hecho con suavizante, pues no interfiere con su funcionamiento ni daña las superficies.
Tips para retrasar la aparición de polvo en casa
1. Realiza limpieza superficial cada tercer día. Es decir, al menos dos veces por semana dedica algunos minutos de tu día a sacudir y eliminar la suciedad que por naturaleza se genera.
2. Ventila antes de mediodía. Procura ventilar tu casa las primeras horas de la mañana, o bien, cuando no haya demasiado viento. Si acostumbras abrir las ventanas durante el día, recurre a un mosquitero que minimice el paso de polvo.
3. Lava con regularidad cortinas y cojines. Estos artículos podrían propiciar que la suciedad aparezca con mayor rapidez, sobre todo si los mantienes en el mismo sitio (en el caso de las almohadas), o no los lavas con debida frecuencia.
4. Despídete del plumero. Las películas nos mintieron: un plumero no es la herramienta idónea para sacudir tus muebles, ya que solo remueven de un lado a otro el polvo. Lo mejor es un trapo de microfibras que puedas enjuagar una vez usado.
5. Ten los muebles despejados. Si entre tus hobbies está coleccionar recuerdos o figuras decorativas, lamentamos decirte que tener demasiados sobre una misma superficie favorece la acumulación de polvo. No tienes que deshacerte de ellos, solo distribuirlos con mayor organización y no olvidar levantarlos y limpiar debajo de ellos cada vez que pases el paño.
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