Actualmente, Anya Taylor-Joy es considerada como una de las mejores actrices en el género de terror, drama y suspenso. Comenzó su carrera a los 16 años con papeles secundarios, hasta que consiguió un personaje en “La bruja”, cinta que la catapultó hacia el estrellato.
Su talento y capacidad histriónica le valió ser contemplada entre las promesas de la actuación, sumado a la característica belleza que posee. Así ha sido la transformación física de Anya Taylor-Joy.
La transformación de Anya Taylor-Joy
La primera participación de Anya Taylor-Joy en un proyecto televisivo fue a los 16 años en la cinta “Vampire Academy”, sin embargo, no llegó a ver la luz debido a que la producción decidió eliminar su participación. Posteriormente tuvo un par de participaciones secundarias en series de televisión.
Pese a sus tiernas facciones y apariencia que disimulaba menor edad, Anya consiguió una gran oportunidad para su carrera, al ser elegida como protagonista de “La bruja”, película de terror que evidenció las innegables capacidades artísticas de la actriz para este tipo de proyectos.
La recepción del público fue buena y hubo quienes señalaron que los ojos redondeados y grandes de Taylor-Joy fueron clave para la ejecución de este papel, pues con ellos transmitía muchas emociones.
Su primer cambio de look
A partir de ese momento su carrera fue en ascenso, ganó galardones como “revelación” y comenzó a tener más presencia en publicaciones mundiales, para irse incorporando poco a poco entre las celebridades con mayor influencia. Algo que llamaba la atención sobre Anya Taylor-Joy era su pulcra cabellera rubia, misma que sometió a un proceso de coloración poco después.
Este fue su primer cambio de look radical, adoptando un negro intenso que contrastaba con sus ojos avellana.
Conforme entraba a la etapa adulta, el aspecto físico de Anya Taylor-Joy comenzaba a cambiar. Las transformaciones que a primera vista se notaban era la forma en que sus pómulos se marcaban y se volvían más afilados, enmarcando su rostro largo.
Cambió nuevamente el tono de su cabellera, esta vez optando por un castaño rojizo que solía llevar a juego con sus finos labios durante las alfombras rojas a las que asistía.
Su origen dio de qué hablar, al revelarse que a pesar de haber nacido en Miami, contaba con ascendencia argentina y británica por parte de su familia directa, lo que para gran parte de sus fans explicó el por qué de sus rasgos y físicos tan peculiares.
La llegada de “Gambito” a su vida
A finales de 2020 logró el punto con mayor éxito de su carrera, al protagonizar la miniserie de Netflix “Gambito de dama”, proyecto que la consolidó como actriz y la volvió responsable de robar corazones gracias a su imponente belleza.
Para este papel, Anya se despidió de su hasta entonces larga y recta melena, para hacerse de un mini bob irregular con fleco asimétrico, corte que resaltaba sus ojos grandes y contrastaba gracias al pelirrojo que ahora lucía.
Con esta abrumadora fama como “rompecorazones”, Anya se sinceró sobre cómo se sentía al respecto. En diversas ocasiones confesó que para ella su físico siempre había sido cuestión de complejos, debido a que cuando era pequeña y estaba en la escuela, recibió agresiones y burlas por parte de sus compañeros, específicamente por el tamaño de sus ojos y la distancia que hay entre ellos.
Declaró que incluso hubo una temporada en que la compararon con un pescado y que a raíz de eso descubrió inseguridades que se manifestaron cuando se planteó la posibilidad de dedicarse al entretenimiento, ya que en sus palabras, “no se sentía lo suficientemente bonita para ser actriz”. Comentó que su entonces pareja, el fotógrafo Ben Seed, le ayudó a deshacerse de esos pensamientos; sin embargo, seguía considerándose a sí misma como “rara”.
Cómo se ve Anya Taylor-Joy en la actualidad
Luego de su participación en “Gambito de dama”, la actriz se encaminó hacia una trayectoria repleta de éxitos y galardones, además de que demostró que ya se había reconciliado casi del todo con las inseguridades y miedos de su adolescencia.
En sus redes comparte selfies de su vida diaria y de su matrimonio con el músico Malcom McRae, con quien se casó en 2022. Algo que destacá en su perfil es que ahora Anya parece estar cómoda con su apariencia y abraza aquellos rasgos que en algún punto le dijeron, eran feos, como sus ojos, cara perfilada y silueta espigada, presumiéndolos en redes sin pretender ocultarlos.
A sus 26 años, se especula que se sometió a distintos tratamientos estéticos para modificar su físico, al menos en la parte de mejillas y nariz. Los rumores señalan que se realizó una bichectomía, procedimiento que consiste en retirar las bolsas de bichat para dar un aspecto más delgado y perfilado, mientras que para su nariz, diversas teorías apuntan a que se hizo un perfeccionamiento en punta y tabique, razón por la que ahora su rostro tiene mayor simetría.
En cuanto a otros aspectos de su físico, no hay mayores cambios. Conserva su cabellera rubia, su silueta delgada y un tono de piel claro. Por su parte, la actriz no ha desmentido ni confirmado estas suposiciones respecto a las cirugías estéticas que tiene, y se concentra en seguir consolidándose como estrella mundial, disfrutar de su vida en pareja y de sus mascotas.
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