El sueño está directamente relacionado con la salud, al ser un proceso requerido por los organismos para que tanto los procesos internos del cuerpo como los órganos puedan recuperarse tras haberse mantenido alertas durante el día, por lo que la calidad del sueño se traduce directamente en calidad de vida. Lo cual nos hace preguntarnos, ¿cómo tener buenos hábitos de sueño?
Un buen descanso se traduce en un cuerpo saludable y una mente activa, además de ayudar al cuerpo a combatir diversas enfermedades, menciona MedlinePlus en su enciclopedia médica.
En ocasiones, pueden presentarse trastornos que dificultan conciliar el sueño. El insomnio es de los más recurrentes y, entre sus repercusiones, se encuentran afectaciones en la memoria.
Un profesional debe diagnosticarlo y tratarlo, ya que los casos de insomnio crónico aumentan el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, de acuerdo con National Heart, Lung and Blood Institute.
No todas las dificultades para dormir son necesariamente insomnio, y podrían estar ocasionadas por factores como el estrés, malos hábitos o un entorno poco favorecedor para el sueño.
Conoce cómo tener buenos hábitos saludables para establecer una rutina de sueño favorecedora para tu descanso.
Buenos hábitos de sueño, la clave para tener el descanso que tu cuerpo necesita
Primero, ¿qué son los hábitos y cómo se relacionan con un buen sueño? En la psicología, se le denomina hábito a cualquier conducta o acción repetida con frecuencia, mientras que la Real Academia Española lo describe como un modo especial de conducirse adquirido por repetición de actos iguales o semejantes.
Un estudio realizado por University College London indica que el cerebro tarda un tiempo aproximado de entre 18 a 254 días en formarse un hábito, y la media para conseguirlo es de 66 días en la mayoría de los casos analizados.
Cuando los problemas para conciliar el sueño no son de tipo médico o no requieren de tratamientos prescritos, crearte una buena rutina de hábitos para dormir te será de gran ayuda.
Generalmente, siguiendo una sencilla serie de pasos podrás conseguirlo. Algunos puntos indispensables son los siguientes.
1. Establece un horario fijo de sueño. Conforme a tu ritmo de vida, pauta el tiempo que le dedicarás a tu descanso. Procura irte a la cama y despertar diariamente a la misma hora, así tu cuerpo se irá acostumbrando.
2. Transforma el lugar en el que duermes en un sitio confortable. Aunque no lo creas, el entorno donde duermes interviene con la calidad del sueño. Trata de convertir tu habitación en un sitio que te inspire paz y tranquilidad, esto incluye mantener organizado en medida de lo posible y retirar objetos ajenos a tu cama.
3. Deja los aparatos electrónicos mientras te preparas para dormir. Según información divulgada en una infografía de la Universidad Nacional Autónoma de México, el uso de dispositivos electrónicos antes de dormir se relaciona con problemas del sueño.
Esto se debe a que la luz emitida por las pantallas inhibe la producción de melatonina, hormona responsable de regular el ritmo circadiano del cuerpo. Dichos ritmos se repiten las 24 horas del día y su intensidad varía por la luz que llega al cuerpo, por eso durante la noche la producción disminuye.
Por esa razón, al continuar usando el celular o tableta, el cerebro recibe la señal de que todavía tiene que estar despierto. Trata de dejarlo al menos una hora antes de dormir, esto incluye mientras te lavas los dientes, preparas tus cosas u otras rutinas.
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4. Mantén una alimentación balanceada. La dieta que lleves también juega un papel importante en la calidad del sueño, pues una correcta alimentación favorece distintos procesos del cuerpo.
No necesitas un régimen específico, solo modificar los alimentos que ingieres horas previas a la hora de dormir. En la cena evita aquellas comidas que le resulten pesadas a tu estómago, para evitar que algún malestar te impida dormir satisfactoriamente.
Eso sí, nunca te vayas a la cama con el estómago vacío o con una sensación latente de hambre.
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5. Evita dormir en el día. Si te cuesta trabajo conciliar el sueño por las noches, es lógico que durante tus actividades a lo largo del día te agoten más de lo normal o sientas somnolencia.
Quizá pienses que es momento de aprovechar y quieras tomar una siesta. Sin embargo, esto solo te brindará alivio momentáneo y dificultará aun más que puedas dormir cuando corresponde.
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