No mucho se sabe en realidad de la relación que tenían los miembros de la realeza con Meghan antes de su salida de la familia como miembro con cargos oficiales. Distintas versiones surgen entre lo que ha contado Meghan (aunque no de manera específica hacia su suegro) y lo que autores con informantes anónimos han escrito. Entre los rumores, se sabe el supuesto apodo que Carlos III tenía para Meghan Markle, el cual demostraría cómo era su relación entre suegro y nuera.
Carlos III, el entonces príncipe de Gales, le asignó a la duquesa de Sussex un apodo de cariño antes de su boda con el príncipe Harry y ahora sabemos la opinión que tenía de la duquesa.
El apodo que Carlos III tenía para Meghan Markle
A pesar de que Meghan Markle no asistió a la coronación del rey Carlos III, gracias al apodo que reveló el libro “The New Royals” de la experta en la realeza Katie Nicholl, se sabe que en el tiempo que convivieron el rey no tenía una idea negativa de la duquesa de Sussex.
Como lo menciona el periódico Mirror, Nicholl escribió en el libro que, antes de la boda, Carlos III puso el apodo de “Tungsteno” a su nuera, en referencia a un metal que se encuentra en la tabla periódica. El apodo que Carlos III tenía para Meghan Markle fue “debido a su dureza y resistencia, por ser inflexible”.
El tungsteno es un elemento químico de la tabla periódica de elementos. Es un metal que, por su dureza, se usa en herramientas de corte usadas para perforar o prensar otros metales; tiene el punto de fusión (temperatura a la cual se derrite) más alto que existe entre los elementos.
Por estas características, dijo el diario Mail on Sunday, Carlos III seleccionó el apodo que tenía para Meghan Markle porque “admira a Meghan por su fuerza y la columna vertebral que le da a Harry, quien necesita una figura de tungsteno en su vida”.
Esto demuestra la relación que llevaba Carlos III con Meghan Markle, a quien incluso acompañó en el altar en día de su boda con Harry.
Los apodos de la familia real
El apodo que Carlos III tenía para Meghan Markle no es el único en la familia real, como lo menciona el sitio, es usual que se usen apodos peculiares para demostrarse cariño entre los miembros de la Corona.
El príncipe William, por ejemplo, era llamado “Wombat”, un animal con apariencia de oso de Australia. Fue su propia madre Lady Di quien se lo asignó en su primera gira en ese país. A pesar de los años, William admitió que no puede deshacerse de él pero le da risa.
La propia reina Isabel II no se salvaba, pues sus más cercanos la llamaban “Lilibet”, “Gan Gan” “repollo” o “salchicha” de cariño. En una ocasión, relata Mirror, el príncipe William la llamó “Gary” por lo que después de eso, solo se refería a ella con ese nombre.
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