Si no fuera suficiente con lo que sientes internamente al someterte a un aborto voluntario o involuntario, existen otros factores que afectan (o atacan) a la mujer por practicar o ayudar durante un aborto. Si lo haces, mucha gente a tu alrededor tiene una opinión al respecto, lo que puede afectarte en tu día a día y tener consecuencias. Quédate Nosotras, te contamos qué es la penalización social del aborto y por qué combatirla.
Como sociedad, se pueden tomar decisiones por un bien común. Pero también se puede tomar decisiones con prejuicios en contra de temas “incómodos” como el aborto, siendo una nueva forma de violencia ante las decisiones de la mujer y los derechos sobre su cuerpo.
Qué es la penalización social del aborto y por qué combatirla
De acuerdo con el Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE), la penalización social del aborto es una actitud colectiva influenciada por ideas radicales, estigmas y estereotipos que condenan el aborto por parte de la sociedad.
Como lo complementa Planned Parenthood Keystone (PPK), la penalización social del aborto es un entendimiento compartido de que el aborto es moralmente incorrecto y/o socialmente inaceptable. Este entendimiento crea una incomodidad alrededor del tema, haciendo que sea “intocable”. Con esto, se hace información incorrecta sin bases confiables, solo prejuicios.
El mismo sitio menciona que el problema de la penalización social es un ataque por parte de las expectativas sociales impuestas a las mujeres: tener un aborto demuestra que la persona tuvo sexo y no quería ser madre. El aborto marca su rechazo de las normas específicas de género sobre el sexo, género y maternidad.
Por lo que se ve atacada la “pureza sexual”, la sexualidad reservada para la reproducción o el “labor” de una mujer con la maternidad.
Se manifiesta a través de lo siguiente.
- Sentimientos de culpa en la persona que accede al aborto.
- Miedo a juicios o acusaciones.
- Alejamiento de familia, pareja y/o amistades.
- Imposición de la maternidad.
- Escalas mayores como las amenazas y la violencia en todas sus formas.
Esto no solo afecta a las personas que se han practicado un aborto, sino también a las personas que proveen los servicios de aborto. Causa vergüenza, silencio y aislamiento. Igualmente, el estigma aleja a las mujeres que lo practican de recibir un cuidado o apoyo.
Por qué combatirla
La penalización social del aborto debe ser combatida porque crea una incomodidad y “tabú” del tema; puede obstaculizar a una persona en su acceso a un aborto seguro y puede poner en riesgo su vida. Este problema no permite que el tema sea investigado o hablado, llevando al desconocimiento y actuar con prejuicios.
El aborto voluntario es una decisión de una persona sobre su cuerpo. Respetar y tratar con dignidad la voluntad de las mujeres es la clave.
Al igual, crea barreras de progreso alrededor del tema como las siguientes.
- Las leyes que restringen el acceso al aborto seguro.
- Instituciones (como compañías aseguradoras y escuelas de medicina) que limitan el conocimiento.
- Medios que perpetúan representaciones engañosas.
Como lo menciona la doctora Bela Ganatra, jefa de la Unidad de Prevención del Aborto Inseguro de la Organización Mundial de la Salud: “la atención al aborto debe respetar las decisiones y necesidades de las mujeres y las adolescentes, y garantizar que sean tratadas con dignidad, sin ser estigmatizadas ni juzgadas. Ninguna persona debería estar expuesta a abusos o perjuicios como ser denunciada a la policía o encarcelada por haber solicitado o prestado atención para un aborto”.
Y tú, ¿qué opinas de la penalización social del aborto? ¡Te leemos en redes!
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