Tocarte puede salvar tu vida. Octubre es el mes de la lucha contra el cáncer de mama, mismo que desde 2006, es la primera causa de muerte en la población femenina de 25 años y más, según el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES).
La detección temprana del cáncer de mama es el punto más importante para luchar contra esta enfermedad, ya que si detecta en una etapa temprana, las posibilidades de curación son elevadas. Entonces, a través de la exploración clínica, autoexploración y la mastografía, se pueden salvar vidas.
Nosotras te decimos paso a paso cómo realizar exploración para detectar cáncer de mama.
Cómo hacerte la exploración a los 30 años para detectar cáncer de mama
De acuerdo con la Clínica Mayo, la autoexploración o autoexamen de mamas es un método de detección temprana que combina la vista y el tacto para detecta signos y síntomas del cáncer de mama. La finalidad de esta herramienta es que las mujeres se familiaricen con la manera en que lucen y se sienten sus senos. Así, para cuando exista una anormalidad, puedan identificarla fácilmente. Cualquier cambio que notes en tus senos, debes de informárselo a tu médico de inmediato.
La recomendación es realizar la exploración una semana después del periodo menstrual, y en las mujeres posmenopáusicas, se debe hacer una vez al mes, de preferencia el mismo día de cada mes. Las mujeres adultas de todas las edades deben realizar el autoexamen de mamas al menos una vez al mes, reporta la Fundación Nacional contra el Cáncer de Mama.
Paso 1. Inspección visual de los senos
Párate frente a un espejo con los hombros rectos y los brazos juntos a la cadera y mírate los senos. Debes encontrar senos de tamaño, forma y color normales y bien formados, que no presenten deformaciones, decoloraciones, ni inflamaciones visibles. Si notas alguna alteración en tus senos, acude a tu médico.
Paso 2. Levanta los brazos y evalúa tamaño, forma y color de senos
Ahora, levanta los brazos y fíjate si ves alguna alteración en tus senos como arrugas, abultamientos, enrojecimiento, picazón, ardor o inflamación en la piel, o pezones de diferente aspecto o color.
Paso 3. Busca señales de líquidos en el pezón
Cuando estés frente al espejo, examina tus pezones. Fíjate si les sale líquido (puede ser sangre, líquido lechoso, amarillento o transparente).
Paso 4. Palpa tus senos
Acuéstate y coloca una almohada pequeña o toalla enrollada debajo del hombro derecho, y pon la mano derecha en la nuca, con la mano izquierda revisa el pecho derecho. Haz lo mismo para explorar el seno izquierdo. Procura utilizar un tacto firme, suave y pausado, con las yemas de los dedos, manteniendo los dedos rectos y juntos. El movimiento debe ser circular.
Explora tu seno de arriba hacia abajo y de lado a lado. Trata de llevar un patrón y asegúrate de palpar todo tu tejido mamario. Busca alguna anomalía en tamaño, forma y color.
Paso 5. Palpa tus senos de pie
Realiza lo mismos pasos indicados en el punto 4 pero ahora estando de pie o sentada. Muchas mujeres prefieren hacerlo en la ducha debido a que consideran que es más fácil con la piel mojada y resbaladiza.
Acompaña la autoexploración con exámenes y chequeos clínicos
La Sociedad Americana Contra El Cáncer advierte que la autoexploración nos ayuda a familiarizarnos con el aspecto y sensación normal de nuestros senos. No obstante, no resulta 100% efectiva. Por ello, no debe de ser el único método de detección para el cáncer de mama y siempre debe acompañarse de mamografías y otros exámenes clínicos.
- Mamografía. Son efectivas para detectar el cáncer de mama antes de que puedas sentir algún bulto. Se trata de una radiografía de la mama, es decir, una imagen del interior del seno. Se recomienda realizarla 1 vez cada año en mujeres mayores de 40 años.
- Resonancia magnética (MRI). Se utiliza para examinar a mujeres que tienen un alto riesgo de cáncer de mama debido a que proporciona imágenes detalladas de áreas internas de los senos.
- Chequeo clínico con el médico.
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