El amor es un sentimiento que nos llena de alegría y esperanza, pero también puede encontrar su fin y convertirse en un proceso doloroso. A veces ese fin se anuncia con tiempo y en otras solo sucede, dejando un sinfín de preguntas y emociones en una o ambas partes de la pareja.
Es este el tema central de “La muerte del amor”, el séptimo libro de la reconocida tanatóloga Gaby Pérez Islas, en el que aborda las razones detrás de las separaciones y el momento en que muere una relación.
Cuando muere una relación…
Su inspiración nació en consulta, como nos relata en entrevista. “Se empezó a incrementar el número de personas que llegaban a consulta por haber terminado una relación amorosa. Creí muy conveniente hablar de que el amor también se muere, porque la idea de que el amor todo lo puede y el amor lo resiste todo sin límite alguno, hace que no lo cuidemos, que creamos que siempre va a estar ahí”.
En esta obra, editada por Planeta, Pérez Islas incluye ejercicios y testimonios para reconocer las señales del desamor y da recursos para “mejorar una relación, no solo conservarla. Y si la relación ya se terminó, pues qué mejor que una tanatóloga para hablarles del final de cómo vivir el duelo”, comenta.
Aquí, aborda problemas comunes como la falta de comunicación, falta de sexo, la llegada de hijos, traiciones, el peso de las rutinas, entre otros escenarios, con los que muchas de nosotras podemos sentirnos identificadas.
Las relaciones se construyen
El amor puede ser frágil y requiere cuidados constantes. Sin embargo, es frecuente que las parejas pasen por alto las señales de desgaste en un principio y no trabajen día a día en el vínculo, dando como resultado que muere una relación.
“La negación es el primer paso en el proceso del duelo del amor, y puede durar mucho tiempo, puede durar años. Estamos tan engolosinados con el ‘ya encontré a mi pareja en el mundo’, ‘creo que ya llegué a puerto seguro y que ya no tengo que remar ni patalear porque ya estoy ahí’, que ese es el primer error. Estar en pareja significa movimiento constante, cambio, evolución, deseos de crecer y de mejorar la relación”, explica la autora.
“A veces se te enferman las ganas de estar con alguien y a veces se te mueren las ganas. Yo creo que constantemente hay que estar haciendo una revisión, un ‘¿cómo vamos?’ Creo que todo el mundo debería de atreverse a hacer esta pregunta”, agrega.
Por otro lado, Pérez Islas hace hincapié en que el compromiso en una relación no debe ser un sacrificio ni una renuncia a la libertad, sino un esfuerzo constante para mejorar y crecer juntos.
La idea del amor romántico
Aunque es cada vez más frecuente encontrar contenido sobre los peligros del amor romántico y cómo nos impone estándares y una idea de las relaciones poco realistas, la tanatóloga señala que las historias de cuento de hadas o de telenovela son una idea que persiste. “Yo sigo encontrando mujeres que quieren esta boda de película, dar vueltas en el aire con fuegos artificiales y solamente están pensando en el novio, la boda y la fiesta y no están pensando en el proyecto de vida, (…) que creen que el matrimonio es la meta y que lo importante es casarte y entre antes mejor”, señala.
Agrega que solemos irnos “por lo visual, por la atracción, porque te gusta la persona físicamente, te sientes orgullosísima por cómo luce, pero se nos olvida ver también hacer un mejor casting para ver quién es la persona, para pensar que lo que te está llamando la atención de alguien, pues a lo mejor lo atrevido, lo improvisado, lo espontáneo, después pueden ser las mismas características por las que estés peleando”.
Trabajar en nuestra educación emocional es muy importante es la clave para tener relaciones más saludables, pues “la pareja ideal no se encuentra, se construye”.
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