Hay pocos sentimientos peores que el de fracaso, aunque haya evidencia que te demuestre que realmente eres hábil y capaz. Existen diferentes tipos de síndrome del impostor, que en la actualidad se presentan cada vez más en mujeres profesionistas. Nosotras te contamos sobre ellos.
De acuerdo con el portal The Muse, hay estudios que sugieren que al menos el 70% de las personas sufren el síndrome del impostor en algún momento de su vida. Las mujeres que experimentan este problema sienten que no merecen o no son dignas de sus logros y éxitos.
El constante sentimiento de fracaso conduce a las mujeres víctimas de este síndrome a una autoexigencia destructiva.
Los 5 tipos de síndrome del impostor en las mujeres
Valerie Young, autora del libro “Los pensamientos secretos de las mujeres exitosas: por qué las personas capaces sufren del síndrome del impostor y cómo prosperar a pesar de ello”, no solo describe este problema sino categoriza 5 tipos.
Dentro de sus investigaciones descubrió lo que ella llama “tipos de competencia”, reglas internas que muchas mujeres intentan seguir. Gracias a esta categorización que realizó la doctora es que ahora se pueden identificar patrones o hábitos dañinos que nos impiden alcanzar nuestro máximo potencial.
Estos son los 5 tipos de síndrome del impostor en mujeres.
1. La experta
Es común en mujeres que han adquirido conocimientos y habilidades especializados en algún campo, área o profesión.
Debido a que han invertido tanto tiempo y esfuerzo en su educación y capacitación, sienten que deberían saberlo todo sobre esa área, pero aun así dudan de sus capacidades y les preocupa no estar preparadas para afrontar todos los desafíos.
Claro que no hay nada de malo en querer adquirir nuevos conocimientos o habilidades, pero buscar más información sin cesar puede ser en realidad una forma de procrastinación.
Acumular conocimientos para una autoimpresión puede generar en ti sentimientos de fracaso a pesar de tus conocimientos, habilidades y experiencia.
2. La perfeccionista
Aquella mujer con síndrome de perfeccionista tiene la necesidad de alcanzar metas excesivamente altas y, cuando no logra cumplirla, sus sentimientos de ansiedad equivalen a la autoexigencia.
El síndrome del impostor perfeccionista va de la mano del control, nada se les puede escapar.
El perfeccionismo da como resultado una autocrítica severa, además de ansiedad y agotamiento. La baja autoestima también está altamente relacionada con el perfeccionismo.
Los logros o el éxito son cada vez menos satisfactorios para las mujeres con este síndrome, ya que constantemente piensan que pudieron esforzarse todavía más.
3. La solitaria
Este tipo de síndrome en mujeres se caracteriza por sentimientos de independencia y la necesidad de lograr el éxito por sí solas. Afecta a las mujeres que creen que deben hacerlo todo ellas mismas y que pedir ayuda o apoyo es un signo de debilidad.
Con el tiempo quienes sufren de este tipo de síndrome se sentirán aisladas y abrumadas, además de que aparecerán los sentimientos de insuficiencia y dudas sobre sí mismas.
Las mujeres con este síndrome de solitarias priorizan su autonomía e independencia antes que ajustarse a las normas sociales. Las personas que se identifican como individualistas generalmente tienen un fuerte sentido de autosuficiencia y pueden sentirse incómodas cuando necesitan contar con el apoyo de otros.
4. La sobrehumana
Este síndrome se basa en la competencia, mirar a los demás y tratar de estar a la altura. Las sobrehumanas son triunfadoras que se presionan para sobresalir en todas las áreas de la vida, justificar sus logros y éxito.
Sienten que necesitan trabajar más duro por sobre los demás para conseguirlo todo. La sobrehumana está expuesta a no manejar bien las críticas constructivas y a la constante presión de rendir al máximo.
5. La ‘genia’ natural
Por último tenemos al síndrome de la ‘genia’ natural. Se caracteriza por creer que su éxito es gracias a su talento, inteligencia y habilidades natas. Las mujeres que sufren de este síndrome juzgan su facilidad y velocidad basadas en su competencia; si tardan mucho en dominar algo, se sienten avergonzadas.
Ponen un estándar interno increíblemente alto, al igual que las perfeccionistas. Pero no solo se juzgan a sí mismas según sus expectativas, sino que también se juzgan basándose en hacer las cosas bien al primer intento.
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