Existen muchos diferentes tipos de violencia de género, algunos pueden ser sutiles. Sin embargo, no por ser casi imperceptibles dejan de tener un poder enorme. ¿Te queda claro cómo saber cuando estás ante un micromachismo?
Los micromachismos perpetúan la violencia hacia las mujeres, afectando no solo a nosotras sino toda la sociedad. Identificar y erradicar estas actitudes y comportamientos puede ser difícil porque muchas veces se normalizan, pero es realmente importante para ayudar a construir una realidad con igualdad de género.
¿Qué son los micromachismos?
De acuerdo con la definición que da la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), un micromachismo es un “pequeño, casi imperceptible control y abuso de poder cuasi normalizado que los varones ejecutan permanentemente”.
Son actitudes y comportamientos que se presentan en la cotidianidad y son tan sutiles que pasan desapercibidos en su mayoría, pero que reflejan y perpetúan las actitudes machistas, la desigualdad y la violencia. El término fue propuesto por el psicólogo Luis Bonino Méndez en el año 1991 para dar nombre a prácticas que otras y otros especialistas llaman pequeños actos de “tiranía”.
Cualquier comportamiento, intencionado o no, que implique desvalorización, discriminación o desprecio hacia las mujeres, es un comportamiento violento que tiene como objetivo poner a los hombres por encima de las mujeres.
Pese a que el término involucra el prefijo “micro”, la idea no es minimizar el problema. “A nadie se le ocurriría decir microrracismo, por ejemplo”, menciona Laura Nuño, politóloga, constitucionalista y activista feminista, de acuerdo con la CNDH. “Es machismo, aunque, como estás constantemente expuesta a él en el proceso de socialización, lo naturalizas”.
¿Cómo identificar un micromachismo?
Estas “microagresiones” pueden ocurrir en todo tipo de conversaciones. Ser conscientes de la manera en la que se presenta la comunicación puede ayudarnos a detectarlas. La UNAM clasificó las formas de micromachismo más comunes que pueden presentarse.
‘Manterrupting’
Un término en inglés que consiste en la interrupción constante del discurso por parte de un hombre a una mujer. Puede suceder en cualquier entorno social, pero comúnmente ocurre en el trabajo.
Puedes notarlo cuando se le cede la palabra solo a los hombres o cuando son ellos quienes cortan el discurso de la mujer sin dejarles terminar una idea importante. Simplemente se asume que, independientemente de lo que la mujer esté diciendo, lo que el hombre vaya a decir es más importante o se le debe escuchar.
‘Bropiating’
Es cuando un hombre se apropia o se lleva el crédito de una idea generada por una mujer.
Se presenta también como el pensamiento de que la mujer no tiene la capacidad para dirigir o liderar, por lo que sus ideas podrían no ser útiles en un espacio de trabajo. Si una mujer presenta la idea se le encuentran fallas, pero si un hombre lo hace la idea se acepta.
‘Mansplaining’
Es la tendencia de los hombres a explicar cosas a las mujeres de manera condescendiente, incluso si la mujer posee mayores conocimientos del tema. Lo hacen sentir como si la mujer fuera incapaz de comprender un tema o que el hombre, simplemente por serlo, sabe más.
Puede también presentarse como una duda sobre si la mujer tiene las capacidades o habilidades para realizar una tarea.
‘Manspreading’
Es una práctica de los hombres por ocupar más espacio del necesario. Se presenta principalmente en el transporte público, donde pueden estirar demasiado sus piernas y no dejar espacio disponible.
Algunos ejemplos de micromachismos
Al haber normalizado esta clase de agresión, es posible que a veces sea difícil identificarla en nuestros espacios de trabajo, escuela o casa. No son justificables de ninguna manera y reconocerlos puede hacer la diferencia. La Secretaría de las Mujeres del Estado de México menciona algunos ejemplos en los que podemos prestar atención. Podemos encontrarlos divididos en cuatro categorías, como menciona Luis Bonino Méndez.
- Micromachismos sobre capacidades o de utilidad. El trabajo que se realiza en casa, como la limpieza y el cuidado de los hijos, no es exclusivo de las mujeres. No es que sean “más aptas para realizarlo”. Asumir que hay trabajos “de mujeres” es fomentar micromachismos.
- Puede también generarse en momentos donde las mujeres son infantilizadas y se puede reconocer con las frases “entiéndeme, hazme caso” o “no seas tontita, así es como debe hacerse”.
- Decir que hay “películas de mujeres”, “música de mujeres” o “cosas de mujeres”.
- Asumir que las mujeres son inestables o que no pueden gestionar sus emociones. Pueden ser frases como “deja de hacer berrinches” o “de seguro estás en tus días”.
- Puede considerarse como micromachismo la incompetencia estratégica. Es decir, cuando un hombre finge que no puede hacer ciertas labores simplementa para que una mujer la haga.
- Enseñar a las niñas que ellas deben ser tranquilas, jugar solo con muñecas y no ensuciarse. También es un micromachismo enseñar a las niñas a ignorar sus propias necesidades para complacer a otras personas.
Recuerda que luchar para erradicar los micromachismos es cosa de todas y, aunque puede ser muy complicado, acciones como estas no son justificables si atentan contra tu salud mental y tu integridad.
Foto principal: Imagen de KamranAydinov en Freepik
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