Todas conocemos al menos una persona que acostumbra compartir detalles de la vida de sus hijos en redes sociales. Ya sea anécdotas chistosas, fotos de sus logros o quejas de cosas relacionadas con las escuelas. Pero este tipo de publicaciones aparentemente inofensivas pueden llegar a formar parte de un comportamiento muy peligroso llamado ‘sharenting’.
Esta tendencia no solo puede afectar la salud mental de una persona, sino ponerla en grave riesgo.
Qué es el ‘sharenting’
Este término es una combinación de las palabras ‘sharing’ (“compartir”) y ‘parenting’ (crianza). De acuerdo con Cleveland Clinic, se refiere al acto de compartir en exceso, mediante redes sociales, información, fotografías y actualizaciones sobre la vida de un hijo.
No es un término médico, pero eso no significa que sea trivial. Aunque en la mayoría de los casos los padres hacen publicaciones con una buena intención, no se están dando cuenta de los riesgos de compartir mucha información en internet.
Los padres suelen hacer esto tanto con niños pequeños como con adolescentes. Por ejemplo, la psicóloga Susan Albers dijo para Cleveland Clinic que ella conoció el término por la cantidad de adolescentes que se quejan de la información que sus padres comparten sobre ellos.
El ‘sharenting’ es una tendencia que se aceleró durante la pandemia, porque la mayoría de la gente conectaba mediante redes sociales en esa época, explica la doctora Albers. Tampoco ayuda que muchos creadores de contenido centran su trabajo en la familia.
Cuáles son los riesgos del ‘sharenting’
Imagínate que, en la actualidad, muchísimos bebés ya tienen una presencia digital en cuanto nacen. Piensa en cuántas personas pueden compartir el anuncio de un nacimiento en redes, junto con el nombre del bebé, su fecha de nacimiento y el área donde está el hospital. Este es solo un ejemplo de cómo se puede compartir información sensible en un acto bienintencionado.
El ’sharenting’ también funciona “en muchas áreas grises respecto a la privacidad, autonomía, protección y derecho al consentimiento informado de un niño”, dice Albers.
A continuación, enlistamos algunos de los posibles riesgos, tanto los que se relacionan con la salud mental como los peligros del mundo exterior.
1. Interrumpir la creación de una identidad
La presencia constante en redes sociales de una persona desde pequeña, puede generar una presión extra por competir por esa representación idealizada que los padres le estuvieron poniendo ante el mundo.
2. Puede provocar heridas que perduran
Las publicaciones que exponen las imperfecciones y conductas “extrañas” de los hijos, o que los ponen como objeto de bromas, pueden ser humillantes y afectar su autopercepción. También puede dañar su reputación a corto plazo en el lugar donde se desenvuelven e incluso puede hacerlos objeto de bullying.
3. Expone información sensible
Dar información suficiente para conocer el nombre de tus hijos, dónde se encuentran y qué actividades realizan, puede ponerlos en riesgo.
De igual manera, compartir muchas fotografías sin filtros de privacidad puede llevar a perder el control de esas imágenes, de manera que cualquier persona pueda usarlas para cualquier propósito.
Uno de los principales riesgos de esto es el robo de identidad, como advierte la revista Journal of Pediatrics. Basta con tener datos como el nombre completo y fecha de nacimiento para tener acceso a más información sensible.
Es importante tener en cuenta que, en cuanto una imagen se sube a redes sociales, no hay manera de saber cuántas personas pueden acceder a ella. Una foto puede permanecer en internet aunque el post original se borre y, con una persona que la comparta a alguien más, se vuelve más difícil rastrear quien la ve.
Cómo proteger la privacidad de tus hijos en redes sociales
Compartir momentos de tu familia con otros seres queridos o querer crear un archivo personal no es malo en sí, pero es importante preguntarse cuántas publicaciones y de qué tipo representan un exceso. Según la compañía de seguridad informática Kaspersky, estos son algunos consejos que puedes seguir para evitar el ‘sharenting’.
- Revisa la configuración de seguridad, para que solo familiares y amigos cercanos puedan ver tus posts. Asegúrate de que las publicaciones no se puedan compartir.
- No permitas que la red social en cuestión registre localización o haga referencias a lugares y fechas exactos.
- No incluyas información que permita identificar o rastrear a tus hijos: nombres, fechas de nacimiento, escuela o lugares que frecuentan.
- No publiques información o imágenes que pudieran resultar vergonzosas o humillantes para tus hijos.
- Tapa el rostro de tus hijos, ya sea con stickers, emojis o herramientas para difuminar.
Foto principal: Freepik
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