El feminismo interseccional ofrece una lente poderosa para examinar y comprender la complejidad de las opresiones que enfrentan las mujeres en diferentes contextos. Este término, introducido por la académica y activista Kimberlé Crenshaw en 1989, sostiene que la concentración en una única forma de opresión, como el género o la raza, perpetúa la discriminación, especialmente contra mujeres que se enfrentan a múltiples formas de desigualdad.
NOSOTRAS te explicamos en qué se enfoca el feminismo interseccional y por qué es importante conocer sus líneas de acción.
¿Qué es el feminismo interseccional y por qué debes conocerlo?
Kimberlé Crenshaw explica que “no todas las desigualdades son iguales”. La interseccionalidad, tal como la definió, es “un prisma para ver la manera en que diversas formas de desigualdad a menudo operan juntas y se exacerban entre sí”.
Este concepto reconoce que las experiencias de discriminación son más complejas de lo que a menudo se presenta, dado que las identidades sociales de las mujeres pueden superponerse, generando efectos que no pueden entenderse de forma aislada.
El Colectivo Combahee River, compuesto por lesbianas negras, fue pionero en esta lucha. Abogaron por alianzas estratégicas con hombres negros para combatir el racismo, con mujeres blancas para oponerse al sexismo y con mujeres lesbianas para erradicar la homofobia. Este modelo interseccional fomenta un enfoque inclusivo que amplía las oportunidades para la acción colectiva.
A medida que el feminismo interseccional ha evolucionado, ha llegado a ser una herramienta de análisis tanto en el ámbito académico como en el activismo social. Sin embargo, su creciente popularidad también ha suscitado debates sobre su aplicación. Crenshaw advirtió que “tendemos a hablar de la desigualdad racial como algo separado de la desigualdad basada en el género, la clase, la sexualidad o la condición de inmigrante”. Reconocer cómo se entrelazan estas categorías es esencial para abordar las injusticias de manera efectiva.
¿Cuáles son las principales líneas de acción que aborda el feminismo interseccional?
El feminismo interseccional ha expuesto que ciertas luchas, como la justicia reproductiva, no son iguales para todas las mujeres. Según la ONU Mujeres, durante los años 70 y 80 muchas mujeres negras lucharon para evitar abortos forzados, un tema que no se contemplaba en el discurso feminista dominante. Este tipo de invisibilidad persiste, afectando a mujeres de clase trabajadora y otros grupos marginalizados.
El contexto histórico también es crucial. La activista brasileña Valdecir Nascimento enfatizó que “el diálogo para promover los derechos de las mujeres negras debe ponerlas en el centro”. Resaltando que las voces de mujeres racializadas han sido históricamente invisibilizadas e infravaloradas. “No deseamos que otros hablen en nombre de las feministas negras, ni de las feministas blancas ni de los hombres negros. Es crucial que las mujeres jóvenes negras tomen el liderazgo en esta lucha”, señaló Nascimiento.
Adoptar una perspectiva interseccional también implica reconocer los contextos históricos que rodean a cada mujer, puesto que las prolongadas historias de violencia y discriminación sistemática han generado desigualdades profundas que afectan a ciertos grupos desde el principio. Desigualdades que entrelazan el género con la pobreza, los sistemas de castas, el racismo y el sexismo.
Las experiencias de Sonia Maribel Sontay Herrera, una defensora de los derechos humanos en Guatemala, también reflejan esta realidad. Como mujer indígena, ha enfrentado discriminación desde una edad temprana, viéndose obligada a abandonar su lengua materna y enfrentando estereotipos que limitan sus oportunidades laborales.
“Quienes se ven más afectados por la violencia de género y las desigualdades de género son también los más empobrecidos y marginados”, afirma Majandra Rodríguez Acha, líder juvenil de Perú. Esto subraya que el feminismo interseccional no solo busca la igualdad de género, sino también la justicia social en todas sus dimensiones.
Contra el ‘feminismo blanco’
El feminismo interseccional también busca desafiar el “feminismo blanco”, que tiende a eclipsar las luchas de las mujeres negras y otros grupos minoritarios. De acuerdo con la Universidad Denison en Ohio, este término se refiere a un enfoque del feminismo que ha sido históricamente dominado por mujeres blancas, occidentales y privilegiadas, especialmente durante las primeras olas del movimiento. Este feminismo se centró en la lucha por la “igualdad” de género, pero a menudo ignoró las experiencias y necesidades de mujeres de otros orígenes raciales y socioeconómicos, asumiendo erróneamente que todas las mujeres compartían las mismas luchas.
Las feministas de color, especialmente durante la Segunda Ola, denunciaron esta falta de inclusión y señalaron que el movimiento feminista perpetuaba el racismo y el clasismo al no reconocer que las mujeres no son un grupo homogéneo. Propusieron la interseccionalidad como un marco fundamental para redirigir el feminismo hacia una lucha por la emancipación y la justicia social que incluya a todas las mujeres.
El “feminismo blanco”, por tanto, asume que las necesidades de todas las mujeres son idénticas a las de las mujeres blancas occidentales. A diferencia del feminismo interseccional, a partir del cual se da lugar a nuevas perspectivas que permiten comprender los diversos matices de opresión que afectan a las mujeres y a las identidades femeninas en su pluralidad. En donde se incluyen, el feminismo decolonial, el feminismo de la discapacidad y el transfeminismo.
Foto principal: Freepik.
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