Convertirse en madre puede provocar reacciones complejas debido a los cambios físicos, hormonales y emocionales que viven las mujeres en ese momento de su vida. Esto se convierte en una experiencia intensa y de alta vulnerabilidad que inclusive puede repercutir en su equilibrio psicológico y salud mental. Es momento de hablar sobre la depresión posparto.
“A veces genera un gran sentimiento de culpabilidad al hablar de los sentimientos, emociones o conductas consideradas ‘negativas’ o ‘inadecuadas’ que pueden presentarse en estos momentos de la vida de una mujer”, señala Alma Polo, académica del Departamento de Psicología de la Universidad Iberoamericana.
“Por ello, es necesario visibilizar y desestigmatizar los problemas como ansiedad y depresión, que son comunes entre las madres, desde el embarazo hasta el primer año del nacimiento del bebé”, subraya.
Por qué sucede la depresión posparto
De acuerdo con la Secretaría de Salud, una de cada 10 mujeres mexicanas que tiene un parto sufre depresión después del embarazo. Advierte que sin tratamiento, esta puede durar meses o años, y que las complicaciones potenciales de largo plazo son las mismas que en la depresión grave.
Alison Stuebe, subespecialista en medicina materno-fetal de la Escuela de Medicina de la Universidad de Carolina del Norte, escribe en un documento para el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) que es demasiado común que se presenten sentimientos de depresión y mucha ansiedad dos o tres días después de dar a luz.
“Es posible que llores sin motivo, tengas dificultades para dormir o dudes de tu capacidad para cuidar a tu bebé recién nacido. Esto se debe, sobre todo, al cambio en los niveles de progesterona”, explica.
Sin embargo, esto no solo se debe a cambios hormonales, sino que también intervienen aspectos como los periodos prolongados de cansancio o agotamiento, las dificultades con la lactancia y otras complicaciones posparto.
Un tema que necesitamos tocar
Érica Medina Serdán, psicóloga perinatal, dice que es necesario dejar de ver la maternidad de manera romantizada y enfocarse más en lo que es en realidad, mediante la información y la asesoría de expertos en salud mental.
“Es normal que a veces estés triste y otras, enojada. Saber eso te ayudará a que estés mucho más tranquila después. Si te exigen la pareja o la familia, te están criticando o te están juzgando por cómo te sientes, vas a sentir culpa o que eres una mala madre”, advierte.
La psicóloga apunta que la depresión posparto es un tema del que apenas se está empezando a hablar en México y el mundo, por lo que existe poca información al respecto.
Indica que la atención a la salud mental durante el embarazo, el parto y el posparto es todavía más importante para personas que ya tienen problemas como depresión o ansiedad elevada, por lo que se debe acudir al psicólogo y, en su caso, al psiquiatra.
Es normal sentirse terrible
Medina Serdán explica que otro problema que suelen vivir las mujeres después de dar a luz es pasar por un proceso de pérdidas. Esto es normal y solo es una etapa de cambio, pero puede generar sentimiento de melancolía.
“Estás triste porque ya no puedes tomar tu coche e irte de vacaciones a donde quieras, o porque, ahora tienes que cargar con tres maletas, biberones y pañales; porque hay personas a las que no puedas ver; y tampoco te es posible ejercitarte como antes”, enumera.
“También existe la tristeza posparto, también conocida como ‘baby blues’, la cual padece entre el 50% y 80% de las mujeres. Es algo transitorio, que dura de dos a tres semanas con síntomas leves. Muchos de ellos vienen de la parte hormonal. No necesita ni atención médica ni psicológica y solo requiere de mucho apoyo de parte los seres queridos”, aclara.
Saber que es normal pasar por cambios y pérdidas, y que la vida va a cambiar, ayuda a pasar mejor esos momentos, reitera. “Si te hablaran de estas cosas que son tan naturales y comunes en todas las mujeres durante la transición a la maternidad, entonces lo podrías identificar mejor”, opina.
“No hay que romantizar la maternidad. La madre puede estar también triste, enojada y no tener paciencia. Y, sobre todo, es sano que tenga oportunidad de algunas cosas, como pasar tiempo libre sin el bebé”, recomienda.
“En el presente están muy de moda los cursos de preparación para el parto, pero también debería haber un plan para el posparto o la crianza”, indica.
Los estigmas prevalecen
Hace unas semanas se presentó Peanut, una app que pretende formar una comunidad en línea que conecta a las mujeres durante etapas de la vida como la fertilidad, el embarazo, la maternidad o la menopausia, proporcionando un espacio seguro para mantener conversaciones sobre estos y otros temas.
En un estudio realizado entre las usuarias de esta aplicación se encontró que, a pesar de que 88.8% de las madres encuestadas aseguraron que, en caso de tener síntomas de depresión postparto, estarían dispuestas a acudir con un especialista para recibir un diagnóstico, pues la mayoría cree que aún es un padecimiento rodeado de tabúes.
Así, 96.3% asegura que falta información al respecto, y 88% piensa que las mujeres diagnosticadas siguen siendo estigmatizadas.
El estudio también reveló que 86.4% de las mamás mexicanas tiene falta de autoestima a raíz de los cambios físicos que se viven tras el parto, y que la soledad fue uno de los sentimientos que mayor presencia tiene durante las primeras semanas después de dar a luz, ya que estuvo presente en 30% de ellas, seguido de las ganas constantes de llorar (27.5%), de la ansiedad (18.8%), de la tristeza extrema (12.5%) y de tener dudas de si fue una decisión correcta haber tenido un bebé (11.2%).
Por último, Unicef recalca que, si alguno de los síntomas de la depresión posparto dura más de dos semanas o empeora en ese lapso, es necesario buscar apoyo. “Pese a que puede haber un estigma asociado con la búsqueda de ayuda, lo más importante es cuidarse a una misma y priorizar la salud propia y la del bebé”, advierte.
Síntomas de la depresión posparto
- Sentirse triste o en baja forma.
- Ser incapaz de sentirse bien con las cosas que normalmente se disfrutaban.
- Cansancio o pérdida de energía.
- Déficit de concentración o escasa capacidad de atención.
- Baja autoestima y falta de confianza en una misma.
- Alteraciones del sueño, incluso cuando el bebé está dormido.
- Cambios en el apetito.