Tener un vínculo afectivo significa más que solo sentir amor. Una relación (como todo) debe cuidarse y procurarse para obtener buenos resultados a largo plazo para quienes la conforman.
Estudios científicos han demostrado que una relación romántica atraviesa diferentes momentos: primero se presenta la fase del enamoramiento en donde los sentimientos están a flor de piel, las palabras y las muestras de afecto son más que suficientes, hay muchas cosas por hacer y si no, se inventan. Luego, viene la fase del amor, en dónde la decisión de querer y cuidar a tu pareja es más madura aún conociendo sus virtudes y defectos.
Aunque resulta complejo dictar cada una de las fases de una relación debido a que pueden variar según cada quien, existen etapas o sensaciones que a veces no suelen ser cómodas e incluso son difíciles de percibir, tales como el famoso: ‘jet lag’ en la relación.
Si has sentido que tus emociones y sentimientos no concuerdan con los de tu pareja probablemente pueden estar atravesando esta situación.
‘Jet lag’ en la relación: cuando están en diferente sintonía
Esta sensación de tener un desfase emocional y mental puede presentarse también en las parejas. Según la doctora Danielle Werber, investigadora postdoctoral de la Universidad de Georgia, el ‘jet lag’ en una relación romántica se presenta cuando las parejas atraviesan un lapso de desincronización mental y emocional, parecida a la discordancia que tiene tu cuerpo con los horarios después de ir en un avión por muchas horas.
En la investigación Couple and Family Psychology, la doctora Werber expone que el vínculo afectivo está expuesto a diversos cambios de escenarios, a los cuales la pareja debe estar dispuesta a adaptarse. Ya sea por el trabajo u otras circunstancias que afecten la convivencia diaria, las parejas pueden ir cambiando su interacción incluso de manera inconsciente. No obstante, esta situación en donde uno puede sentirse incomprendido o distante de la otra persona, no siempre significa que la relación esté llegando a su punto final.
Reconocer los cambios positivos y negativos que hay en tu relación y hablarlos con tu pareja brinda más fortaleza para el vínculo. Si tú y tu pareja conocen bien su modo de convivencia, sabrán qué comportamientos ya no se encuentran dentro de lo acostumbrado. Y aunque no todos los momentos de la relación resulten igual de incómodos o preocupantes para la otra persona, deberán usar el elemento más importante: la comunicación.
Llevar bastante tiempo en pareja puede dar la sensación de conocer totalmente a la persona. Según la doctora Werber, prestar atención a cualquier tipo de comportamiento fuera de lo común puede ser una señal de alerta y entonces, hacer algo respecto para que el “jet lag” no se vuelva una constante. Es necesario que los sentimientos se expresen con claridad para evitar cualquier tipo de malentendido.
Aunque no hay factor decisivo para que la relación sea más duradera en cada pareja está la decisión de hacer algo para mejorar el vínculo afectivo y la convivencia diaria. Si bien, las fases de cambio son totalmente naturales, la comprensión y la empatía harán de estas un proceso más cómodo para ambas personas.
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