Los amigos también te rompen el corazón

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Los amigos son la familia que sí elegimos, los hermanos del corazón, son complicidad, apoyo, inspiración, aventuras, compromiso, confianza, fraternidad, lealtad, comprensión, contención, paz, risas y mucho amor. 

Pero existen amistades que pueden llegar a rompernos el corazón, es normal que el vínculo se transforme porque las personas evolucionamos y puede que en ese proceso ya no seamos compatibles, así que cuando esto se convierte en una relación tóxica, lo mejor es alejarse. Eso está bien, es parte del bienestar de ambas personas. 

Las amistades también pueden tener fecha de caducidad, aprendamos a normalizar eso y a siempre cuidar nuestros vínculos por nuestro bienestar emocional. No nos aferremos a un amigo que comienza a restarnos solamente porque sentimos feo cortar el lazo. 

Foto: Jackson Simmer para Unsplash

No es necesario el drama al trascender estos vínculos, simplemente se trata de aprender a agradecer el tiempo compartido y alejarse de lo que ya no suma. No es un duelo sencillo pero sí necesario. Lograrlo te hará sentir más madura y tranquila. 

A este tipo de amigos los identificas porque te roban la paz, puede ser que comenzaron a cambiar de un momento a otro o que siempre fueron así y no te diste cuenta antes, pero como sea el caso, son red flags de la amistad

Tipos de amigos que son tóxicos: 

  • Amigos ghosting: Son los que saben perfecto que la relación ya no da para más pero en vez de enfrentar la situación como personas adultas, prefieren huir, algunos puede que tomen la decisión de bloquearte sin previo aviso y sin una despedida y otros simplemente están en tus contactos pero no vuelves a saber de ellos jamás. 

Si bien cortar esas relaciones tóxicas es sano, no es sencillo despedirse, pero la amistad lo vale y es una mejor manera de comenzar el duelo. 

Foto: Kev Costello para Unsplash

Si a ti te pasó esto, no vivas stalkeando o quebrándote la cabeza pensando por qué tu amigo no pudo decirte adiós, agradece la complicidad que tuvieron y continúa, enfócate en las amistades que sí te dan vida.

  • Amigos víctimas: Estas personas te drenan la energía con sus historias dramáticas. Comienzan a hacerte sentir culpable con reproches como: que no los escuchas, que ya no los entiendes, que ya no estás con ellos como antes.

Es evidente que algo cambió entre ustedes, que lo que los unía ya no existe, por ello es mejor dar un paso al costado. No eres tú quien los ayudará con sus problemas, creéme. 

Foto: Succo para Unsplash
  • Amigos quejumbrosos: Son personas infelices y entonces todo en su vida es una queja porque están enojados. Tú puedes escucharlos, apoyarlos, tratar de comprenderlos, pero sin darte cuenta ya te están robando paz porque te hacen angustiarte con sus problemas. 

No es normal que todo en su vida sea un lamento y que la vida nunca les sonría. Y precisamente como están en una etapa de infelicidad, necesitan muchísima atención. Si notas que no acuden por ayuda real o que no sólo es una mala etapa en sus vidas, esta constante hará que su relación se convierta en enfermiza. 

  • Amigos pasivo-agresivos: Son los que te critican pero te dicen que lo hacen por tu bien, porque te quieren; sin embargo, nadie tiene derecho a juzgarte o a hacerte sentir mal ni aunque lo hagan en supuesto nombre de la sinceridad. Los amigos son tu red de apoyo, no tus verdugos. 

Los pasivo-agresivos todo el tiempo te hacen sentir culpable, tratan de controlarte, se la pasan juzgándote y, lo peor, no son capaces de aceptar sus errores, pareciera que su misión es tirarte hate. Es muy cansado estar aguantando a un amigo así, no hay necesidad. 

Foto: Giulia Bertelli
  • Amigos narcisistas: Son las personas que nunca pueden pensar en el otro, no importa lo que les estás contando, terminarán diciéndote que ellos también pasaron por algo así y entonces te anulan. También son los que minimizan tus problemas o preocupaciones, te tachan de exagerada. Y como sólo piensan en ellos, es muy complicado establecer un vínculo sano. 
  • Amigos a medias: En la fiesta, en los buenos momentos sí están, no fallan y la pasan increíble, pero cuando la vida se pone difícil y los necesitas, te dejan sola. Algunos de sus argumentos para justificarse es que no saben cómo acercarse a ti, pero si son amigos, ¡de qué me hablas! 

Cuando sabes que a un amigo se le cayó la vida, aunque no te lo pida, uno debe estar con él, apoyarlo y acompañarlo porque eres quien mejor lo conoce, por lo tanto, sabes que te necesita.

Pero si notas que ni un mensaje para saber cómo estás te llega de ellos, su vínculo no es tan especial como creías. Sé que romperán tu corazón, pero te aseguro que en esos momentos duros te sorprenderás quiénes sí están contigo en todas. 

Foto: Pixabay
  • Amigos que no han ido a terapia: Pueden tener algunas de las características anteriores y tú has intentado ayudarlos pero no eres la persona indicada o ellos mismos no comprenden que tienen un problema emocional, así que van por la vida lastimándose y lastimando a los demás. 

Cuando entablas una amistad con una persona sana lo notas porque te carga la pila, te hace sentir en un lugar seguro y te da una confianza y complicidad absoluta, pero cuando lo haces con alguien tóxico, se nota más porque todo el tiempo te sientes mal. 

Dicen que entre más envejecemos con menos amigos nos quedamos, no sé si esto sea cierto pero entre más avanza mi vida he comprobado que mejoran las amistades que conservo, es decir, prefiero la calidad que la cantidad. Y lo que no me queda duda es que un amigo es a quien le llamarías primero si tienes una emergencia porque sabes que va a correr por ti.

Foto: Jarmoluk para Pixabay

Tú sé una buena amiga y eso también incluye hablar con tu amistad que te está lastimando y si es necesario, despedirte de ella y trascender ese vínculo.

Soltar una amistad que siempre fue mala o que se convirtió en un vínculo que duele es uno de los mayores actos de amor propio y, por lo tanto, siempre será una buena decisión. 

Esta columna quiero dedicarla a mis amigos con los que un día lo compartí todo pero que hoy nos encontramos en caminos distintos, porque me enseñaron a madurar y a transformar el vínculo de la amistad. Siempre tendrán un lugar muy especial en mi corazón y no importa el tiempo, mi mayor deseo será que estén bien.

 


Le rompí el corazón a la persona más incondicional

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En esta historia de mi vida fui la villana, la mala persona que rompió un corazón bueno y sincero por culpa del egoísmo, las necesidades y la inmadurez, pero es una de las experiencias sentimentales que más enseñanzas me ha dejado y que me ha servido para madurar. 

Esto pasó en una etapa en la que me sentía muy vulnerable y no quería estar sola, así que me aferré al amigo incondicional enamorado de mí y que sabía iba a cubrir ese hueco que no quería sentir, mientras él era feliz con mis migajas de atención y cariño. Evidentemente él tampoco sabía amarse a sí mismo. 

La mayoría de mis noviazgos han comenzado por una amistad, soy cinta negra en flechar a mis mejores amigos, no les puedo revelar cómo sucede, pero eso me pasaba irremediablemente. Así que el protagonista de esta historia comenzó a acercarse a mí como un buen colega hasta que se convirtió en mi amigo inseparable. 

Yo nunca lo vi, no sé por qué, no sé si les ha pasado esto, que alguien las busca, es el más atento, siempre está, pero tú no eres capaz de verlo. Por eso es que no puedo ni decirles cómo es que para él me convertí en alguien tan especial. Me buscaba a diario, todo el tiempo chateábamos, según yo de experiencias laborales, pero él fue sintiendo que estábamos conociéndonos y creando una intimidad. 

Marah Bashir para Unsplash

Él es una persona muy reservada, algunos hasta lo consideran arrogante, pero por algún motivo él vio algo en mí que lo atrajo y por eso decidió acercarse y comenzar a construir confianza, un vínculo. 

Fue hasta que yo viví uno de los episodios más traumáticos de mi vida que me di cuenta que él existía, que él siempre había estado en todo y en todas conmigo. En esos momentos lo agradecí tanto, agradecí sentirme tan amada y acompañada y eso era suficiente. 

Durante todo este proceso le permití acercarse a mí todavía más y fue cuando me di cuenta de lo enamorado que estaba, de lo que era capaz de hacer por compartir su tiempo conmigo y aunque yo sabía que no le correspondía, me aferré a él porque lo necesitaba, fui una egoísta.

Michael Fenton para Unsplash

Pero no sólo eso sino que abusé de su incondicionalidad, saqué mi lado más infantil y berrinchudo y, por supuesto, él me aguantaba todo. Con una paciencia increíble me trataba y me cuidaba, porque claro, cuando uno se enamora desde una necesidad pone a la otra persona por encima de sí mismo. 

Tiempo después comencé a sanar mis heridas y me di cuenta que estaba haciendo lo mismo que yo tanto odiaba: lastimando un buen corazón por egoísta e inmadura. Él todo el tiempo fue honesto, sincero, transparente y me puso su corazón en las manos.

Así que decidí darme una oportunidad con él, darnos una oportunidad, pero nunca pude enamorarme de él. Tenía a la pareja más fiel, leal, paciente, presente y todo lo que había deseado, pero nunca sentí esa conexión, esa llama.  

Kelly Sikkema para Unplash

Lo peor de todo es que cuando me di cuenta, no volví a enfrentar la situación y seguí con eso hasta que me explotó en la cara. Comenzamos una relación en la que él se enamoraba cada día más y yo no sentía nada, estaba como en pausa. Lo intenté, lo deseé, lo forcé y ese fue mi peor error, hasta que un día él me dijo que me amaba y yo le respondí que lo sabía, que lo sentía, que aunque no me lo hubiera dicho, me lo demostraba todo el tiempo. 

Su amor era la certeza más grande que tenía en ese momento en el que yo estaba hecha pedazos. Esa noche lloré mucho, sentía culpa y arrepentimiento por estar dándole alas a una persona que sí quería pero no amaba y que me había entregado el corazón más leal que jamás tuve. 

Así que llegó el momento en el que dos adultos maduros tienen conversaciones incómodas para poder construir relaciones sanas. Le dije que había intentado con todo enamorarme de él y construir una relación de pareja, pero no sentía nada, que lo quería mucho pero para mí solamente era mi amigo. 

Thoa Ngo para Unplash

Sus ojos estaban incrédulos, no pudieron ocultar la decepción que le causé al confesarle que todo ese tiempo solamente había estado con él porque no quería estar sola, pero que justamente el cariño que le tenía me había hecho reflexionar y enderezar el camino para dejar de engañarlo y de engañarme a mí también. Fue una de las conversaciones más duras que he vivido.

En ese momento, ante sus ojos me había convertido en la mala del cuento que le estaba rompiendo su corazón incondicional. Por supuesto que primero hubo todo tipo de reproches y preguntas: ¿por qué?, ¿con quién sí?, ¿qué me falta?

Respondí cada uno de sus cuestionamientos de la forma más sincera que pude, era lo menos que se merecía. Hasta que me dijo que no quería ser mi amigo, que necesitaba alejarse de mí, que no podía continuar como si nada porque para él había sido como si todo. 

Me dolió saber que estaba perdiendo a mi amigo más leal, pero entendí y respeté la distancia que quería poner entre nosotros. Le agradecí todo lo que me dio, todo lo que fue y le repetí que sí lo había intentado pero no había funcionado para mí. 

Anthony Tran para Unsplash

Lo último que le dije es que la mujer que estuviera a su lado iba a ser la más afortunada porque iba a tener el corazón más bueno, leal e incondicional que existía en este fucking mundo y mientras se lo decía se me estaba rompiendo a mí también el corazón por haber llevado tan lejos todo esto. 

No nos dimos un último abrazo, no sé si algún día podamos volver a ser amigos, yo espero que sí porque es una persona valiosa y hermosa que definitivamente quiero en mi vida. Todos los errores que cometí me ayudaron a madurar, a tener responsabilidad afectiva y empatía emocional. Desde entonces no me he quedado en ningunos brazos solamente por miedo a estar sola, desde entonces no volví a mentirme. 

Y la lección aprendida es que cuando estamos sanas, estamos listas para compartir y para amar, pero cuando nos sentimos incompletas, solamente vamos restándole a los demás y me tocó romper un corazón para comprenderlo. A veces el precio que se paga es muy alto y eso pasa por no ser honestas con nosotras mismas.

No puedo prometer no cometer errores, pero sí puedo estar segura que no seré yo la responsable de romper un corazón nunca más porque he sanado y madurado. Estoy completa y satisfecha conmigo misma y desde esa honestidad soy capaz de relacionarme.  

Micromachismos que vives sin darte cuenta 

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¿Has escuchado hablar de los micromachismos?, ¿sabes qué son?, ¿puedes identificarlos? Estos actos pequeños siguen normalizados en nuestra vida diaria e incluso puede que NOSOTRAS mismas los sigamos obedeciendo porque se “esconden” en un chiste, un dicho o una conducta. 

El término micromachismos fue propuesto por primera vez en 1991 por Luis Bonino Méndez (psicoterapeuta y experto en problemáticas de la condición masculina, quien desarrolla actividades en los ámbitos de la salud mental y las cuestiones de género desde hace 40 años) para definir a las prácticas “sutiles” de control y abuso de género. 

“Pequeños, casi imperceptibles controles y abusos de poder cuasinormalizados que los varones ejecutan permanentemente. Son hábiles artes de dominio, maniobras y estrategias que, sin ser muy notables, restringen y violentan insidiosa y reiteradamente el poder personal, la autonomía y el equilibrio psíquico de las mujeres, atentando además contra la democratización de las relaciones. Dada su invisibilidad se ejercen generalmente con total impunidad”, los define. 

Foto: Oscar Keys / Unsplash

“Las mujeres no deben…” completa la frase con lo que quieras, eso es un micromachismo que nos repiten una y otra vez y algunas lo creemos, entonces obedecemos a pesar de estar limitando nuestra libertad sólo por nuestro género. 

Ejemplos de micromachismos

A continuación te enlistaré los más comunes, palomea los que están presentes en tu vida y no te habías dado cuenta y te aseguro que serán al menos 5:

  • El rosa es para las niñas y el azul para los niños. 
  • Agradecer cuando el hombre ayuda en la casa. 
  • Los hombres son los que deben pagar la cuenta. 
  • No existe la amistad entre un hombre y una mujer. 
  • Los hombres no lloran, sólo las mujeres. 
Foto: Noah Buscher / Unsplash

  • Calladita te ves más bonita. 
  • Las mujeres deben cerrar las piernas al sentarse. 
  • Priorizar el éxito profesional del hombre sobre el de la mujer. 
  • Manejas como mujer. 
  • Todas las viejas son iguales. 
  • Limitar la forma de vestir por provocativa / Tú lo provocaste por tu forma de vestir.
  • Que el hombre siempre busque ganar más que la mujer. 
Foto: Engin Akyurt / Unsplash
  • El hombre debe enseñarle a la mujer. 
  • Las niñas son princesas. 
  • Deberías ser más femenina. 
  • Consíguete un novio, estás muy amargada. 
  • Eres la mujercita de la casa. 
  • Es una mujerzuela.
Ilustración: Pixabay
  • Los hombres no cambian pañales, por lo tanto solamente en los baños de las mujeres hay compartimentos para hacerlo. 
  • Criticar a las mujeres que no se depilan el vello corporal. 
  • Las muñecas son para las niñas y los coches para los niños. 
  • Los hombres no se pintan las uñas. 
  • Eres una histérica. 
  • Ya no es señorita. 
  • Así no se comporta una dama. 
  • No vas a poder o no vas a entender, es cosa de hombres. 

Como te puedes dar cuenta, los micromachismos son desde frases hasta acciones o condicionamientos que NOSOTRAS mismas debemos derribar porque también son una forma de desigualdad de género, aunque sean “pequeños”. 

Ilustración: Pixabay

Biológicamente nacimos distintos, pero todos somos seres humanos (no importa el género, incluso actualmente que se están reconociendo más de dos) y por ello debemos tener los mismos derechos y las mismas oportunidades. ¡TODOS SOMOS SERES HUMANOS!

¿Sabías qué…? La violencia cometida en contra de las mujeres y las niñas es la violación a los derechos humanos más recurrente en todo el mundo.

Mi cita con el hombre que se aventó del auto

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De todas las citas que he tenido, la única que me ha dado miedo es la que viví con un hombre que padecía ansiedad y ataques de pánico y se le ocurrió la peor forma para hacérmelo saber: aventarse del auto en nuestra primera salida. 

Durante un desfile de la Semana de la Moda en México, realizado por la mañana en el Bosque de Chapultepec, justo en la calzada que va de la puerta de los leones al Monumento a los Niños Héroes, conocí a un hombre que trabajaba como realizador de video para un canal de televisión de la CDMX. 

Llegué al desfile y saludé a los colegas conocidos y uno de ellos me presentó al protagonista de esta historia, con quien me quedé echando chisme hasta que empezó el evento. Al terminar, yo iba a salir corriendo rumbo al periódico donde trabajo para subir la crónica, pero él me alcanzó para invitarme a salir esa misma noche. 

Quedó de pasar por mí al salir de trabajar. Llegó puntualísimo, yo estaba dándome una manita de gato en el baño y me abrumó su insistencia de que ya saliera, me tardé 5 minutos solamente, tampoco fue tanto. Cuando me subí a su auto, lo noté ansioso, pero los periodistas vivimos así, por lo que no fue una alarma para mí. 

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El plan era estacionar el auto, comprar un café y caminar por Reforma, ya que él me había dicho que no le gustaban los lugares cerrados. Eso hicimos, pero cada que avanzaba el tiempo yo lo sentía desesperado, como si quisiera hacer pipí, hasta sudaba. Le preguntaba constantemente si quería ir al baño, si estaba todo bien. 

De repente me dijo que si podíamos ir a mi casa, que no se sentía a gusto con tanta gente; realmente lo veía ansioso y no tuve inconveniente en que nos fuéramos a mi departamento. Nos subimos a su auto, eran máximo 7 minutos de camino porque yo vivo muy cerca y Reforma fluía en el tráfico, eso sí, nos parábamos en los semáforos. 

En uno de los altos comenzó a sudar más y mover las manos y los pies y me dijo que necesitaba aire, yo juré que le iba a dar un infarto, me asusté mucho y en ese momento abrió la puerta y saltó, al caer comenzó a correr en plena avenida. Yo fui la que vivió un “micro infarto” del susto, me había dejado allí botada, yo no sé manejar y no entendía qué pasaba. 

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Estaba por llamar a la ambulancia, pero entre los nervios comencé a buscar en Google el número de emergencias (todavía no existía el 911) y lo vi regresar corriendo y bañado en sudor, se subió y arrancó el auto, los coches de atrás ya nos estaban tocando el claxon. Sé que parece sacado de una película pero no lo fue.

Le pregunté qué tenía, si se sentía mal, le dije que estaba por llamar una ambulancia, me respondió que mejor llegáramos a mi casa. Llegamos y al estacionarse se salió de inmediato, jalaba aire muy fuerte y ponía sus manos en sus rodillas, al parecer eso lo tranquilizaba, el hombre era una fuente de sudor. 

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Yo estaba muy alterada, con la boca seca porque pensaba que tenía síntomas de un ataque al corazón. Me dijo que tenía mucha sed, así que entramos a mi departamento y mágicamente al acabarse casi de un trago el vaso de agua que le di, se sentó en el sillón y comenzó a calmarse. Solamente me pidió que abriera todas las ventanas. 

Y fue justo en ese momento que me confesó que tenía ansiedad y ataques de pánico y que estaba tan nervioso por nuestra cita que se le había detonado un episodio, ya que tenía años sin salir con alguien, precisamente porque le habían diagnosticado este trastorno. 

Estaba medicado e iba periódicamente con un psiquiatra ya que no nació así, me contó que luego de la muerte de su abuelo, con quien vivía, es que se le había detonado esto. Me trató de explicar lo que sentía y que solamente una ocasión anterior había saltado ya del auto para correr y tomar aire.

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Y les pregunto: ¿ustedes qué hubieran hecho? Yo estaba asombrada escuchándolo y bajándole a mi adrenalina que se me había ido al pico porque pensé que el hombre se me iba a desmayar. Le pregunté cómo es que podía seguir ejerciendo y haciendo televisión, si era demasiado estrés, pero me dijo que a él lo mandaban a hacer cápsulas y eso le había funcionado. 

En su momento sí tuvo que renunciar a su trabajo un tiempo, hasta que encontró el actual que le ofrecía las mejores condiciones para él, además de que su productor lo cuidaba lo más que podía para que no se le detonaran sus episodios de pánico

Ya calmado, porque ya estábamos en mi casa, en un espacio seguro, como él decía, tomó su celular y comenzó a ordenar comida; obvio yo ni hambre, seguía muy desconcertada con todo porque cuando platicamos esa mañana, no noté que fuera ansioso y menos a ese grado. 

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No sabía qué hacer pero quería terminar esa cita, aunque no me atreví a echarlo de mi casa. Llegó la comida, él probó lo que ordenó, yo solamente tomé agua. El ambiente era tenso, incómodo y él comenzó a decirme que se sentía nervioso porque todo lo que quería era besarme. 

No había terminado de decirme eso cuando se me aventó encima y me besó con todo, pero tosco, casi comiéndome. Lo aparté y le dije que se calmara, que así no eran las formas. Me pidió disculpas, me dijo que tenía años que no besaba a nadie porque su novia lo había dejado tiempo después que lo diagnosticaron.

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Nuevamente comenzó a sudar y a inquietarse y se salió diciéndome que iba a subir a la azotea, corrí detrás de él, iba subiendo de 2 o 3 escalones. Arriba le expliqué que lo mejor era que se fuera a casa a descansar, que yo no podía continuar con la cita porque me estaba contagiando la ansiedad. 

Me pidió disculpas muchas veces, le hice entender que no era su culpa padecer un trastorno. Obviamente esa cita fue debut y despedida, no quise volver a verlo porque no iba a poder con tanto. Lamentablemente él no lo tomó bien y terminó bloquéandome y hasta el momento no lo he vuelto a encontrar en otro evento o cobertura. No sé cómo esté, si sigue en el mismo canal. 

Me sentí mal por no ser más empática con él pero no estaba lista para comenzar a salir con alguien que tuviera esos ataques de pánico, sentí mucha responsabilidad y antes de que empezara, fui sincera y no me subí a ese “avión”. Tener un trastorno es pesado tanto para la persona que lo vive como para sus seres queridos y hay que ser un acompañante incondicional y no cualquiera decide serlo. 

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  • Se estima que 264 millones de adultos en todo el mundo padecen ansiedad. (OMS, 2017).
  • De estos adultos: 179 millones eran mujeres (63%) y 105 millones, hombres (37%)

El día más poderoso para NOSOTRAS, mujeres

feminismo

“Esas morras sí me representan”, “La revolución será feminista”, “Somos malas, podemos ser peores”, “Se mata a las mujeres en la cara de la gente” y “Vivas nos queremos” fueron las consignas más gritadas en la marcha del 8M en la CDMX que unió a generaciones para exigir una vida digna y segura para nuestro género. 

Desde aquella mega marcha feminista que fue histórica, que se realizó en marzo del 2019, yo he sido parte del movimiento y este año también estuve allí alzando la voz acompañada de tres amigas, una de ellas marchó por primera vez. Porque todas nos volvemos feministas con nuestra propia historia, AQUÍ te cuento la mía.

Este año no pudimos unirnos al contingente de mujeres periodistas porque yo salí más tarde del trabajo, pero en punto de las 3 de la tarde partimos de la Esquina de la Información (ubicada a unos metros del Monumento a la Revolución) hacia el Zócalo, una de mis amigas venía acompañada de sus hijas y una amiguita de ellas. Así es que nuestro pequeño contingente feminista de 7 mujeres estaba conformado por 3 generaciones: x, millennials y centennials. 

Y no importa sí éramos 7 conocidas, en realidad al unirnos a la marcha fuimos cientas, fuimos todas. Incluso he pensado que si algún día tengo que ir sola a la marcha, en realidad no me sentiría así, ya que al unirte eres parte de esa sororidad. Ojalá que eso durara cada día del año y deberíamos trabajar todas porque así sea. 

Son muchas emociones que se viven en esta marcha feminista, pero sin duda, lo mejor es la energía tan poderosa que creamos todas juntas; aunque también hay rabia y dolor y ese es el momento para expresarlo y hacerle saber al mundo lo que sentimos.

Caminamos a paso lento por la cantidad de mujeres que éramos, íbamos cantando, gritando y aplaudiendo, rodeadas de abuelitas, pero también de niñas y bebés o de perritos que acompañaron a sus humanas. Familias enteras fueron parte de la ola morada.

Los sonidos de la marcha representaron para mí todas esas emociones que se generan en el día más poderoso para NOSOTRAS, hubo música que transmitió alegría, gritos que emanaron esperanza, silencio que nos recordó el dolor y el duelo por las mujeres que nos arrebataron, pero también hubo ruidos estruendosos producidos por los mazos que algunas llevaron y azotaron sobre las mamparas de metal que colocaron para tapar los edificios, que representaron la rabia, la furia y el hartazgo. 

A un lado del antimonumento feminista, que se encuentra frente al Palacio de Bellas Artes, estaba Don José Luis portando la manta con la foto de su hija Esmeralda Castillo Rincón, quien desapareció en mayo de 2009 en Ciudad Juárez, aventando diamantina y gritando que falta su niña. Y, como cada año, verlo allí me partió el corazón e hizo que mis lágrimas se desbordaran.

Al igual que cuando abrimos paso para que siguiera el contingente de las mamás de las mujeres víctimas de feminicidio, en ese momento todas nos callamos por unos segundos para después comenzar a gritarles: “¡no están solas!”; la piel se me puso de gallina y el corazón sintió rabia y tristeza. 

No fui la única que lloró en este momento tan emotivo, fuimos varias incluidas mis amigas. Pero luego los gritos continuaron más fuertes para sacar toda la furia y exigir en cada segundo un cambio real, histórico y necesario para NOSOTRAS las mujeres

Cuando marcho siempre tengo en la mente a mis sobrinas, a mis niñas que quiero que nadie toque, por eso exijo que crezcan seguras, felices y con las mismas condiciones que un hombre y deseo que ellas no tengan que vivir un episodio de violencia de género como nuestras generaciones. 

Fueron años de callar, pero se acabó, ya no nos pararán de ninguna manera, ya no estamos dispuestas a no luchar, a no pelear, a no exigir lo que merecemos porque hoy seguimos viviendo desigualdad de género en todos los rubros, en todos. 

El 8M es el día en que nos arrancamos la mordaza, en el que nos volvemos una misma y en el que nos empoderamos. Gracias mujer por despertar y unirte a esta lucha que no es más que la exigencia de tus derechos. Tu voz es mi voz y la de TODAS las que somos, las que fuimos y las que seremos. 

El movimiento feminista está vivo y cada día hay que recordarlo. 

Mujeres

  • Merecemos ser libres.
  • Merecemos estar seguras.
  • Merecemos ser poderosas.
  • Merecemos ser reconocidas.
  • Merecemos hacer historia. 

Durante la marcha una chica llevaba un cartel que decía: “Nos quitaste historia… aquí te va una NUEVA”; seamos parte de esta nueva historia feminista

Soy la primera mujer de mi familia que se empoderó

mujeres

Naces, creces, buscas marido, te reproduces y mueres, ese era el ciclo biológico patriarcal que establecieron para las mujeres, pero hoy en día somos más las que estamos terminando con la doblegación a la que hemos estado sometidas. 

Orgullosamente soy mujer, soy feminista, estoy trabajando en cambiar y derribar los micromachismos aún presentes en mi cotidianidad, y soy parte de ese grupo que prefirió independizarse y empoderarse antes que depender de un hombre. 

Y también soy la rebelde de mi familia materna, la primera mujer en no salir de casa de sus papás vestida de blanco para formar una familia al lado de un hombre, sino de construir su propio concepto de hogar, pagándose sus cuentas y cumpliendo sus sueños de independencia total. 

Foto: Linh Le para Unsplash

Crecí en una familia funcional, soy producto de un matrimonio feliz y estable pero que se constituyó por dos personas que habían tenido formaciones muy distintas. Mis familias no son originarias de la Ciudad de México, somos provincianos y yo soy parte del sueño chilango.

Por un lado, mi papá tuvo más y mejores oportunidades, en su familia seguía presente el machismo pero las mujeres ya comenzaban a revelarse, a terminar carreras universitarias, a independizarse y a valerse por sí mismas, incluso a vivir con sus parejas en unión libre y no tener miedo del qué dirán. Creo que mis genes de rebeldía vienen de este lado. 

Pero la familia de mi mamá es más tradicional, ellos son de rancho literal, de botas y sombrero, por lo que sus creencias están más arraigadas al patriarcado, así que a las mujeres de este seno desde que nacen se les inculca que deben ser buenas cocineras, buenas mamás, buenas amas de casa y serviciales con sus maridos y con los demás.

Yo agradezco que mis papás me hayan dado tantas oportunidades, que no limitaran ninguno de mis sueños ni mis ideales porque gracias a eso es que soy feliz y una persona congruente.

Foto: Suhyeon Choi para Unsplash

El primer gran sueño de mi vida no era encontrar un buen marido, casarme en una boda de princesa o construir un hogar con hijos y perros incluidos, sino salir de mi nido para construir mi propia casa, mi casa para una. Y como cada meta que me pongo, ¡lo conseguí! Y eso me hace sentir poderosa.

Mi familia jamás me ha juzgado, todo lo contrario, pese a que ellos tienen creencias distintas debido al lugar, contexto y condiciones en las que crecieron, celebran conmigo lo que hoy soy y lo que tengo. Incluso, me llena de orgullo haber sido la primera en romper con el “deber ser” de las mujeres de la familia, pues al ser la nieta mayor, ahora mis primas o sobrinas están también haciendo grandes cambios en su forma de vivir.

Cada vez que alguna de mis primas me escribe para decirme que me admira o que mis sobrinas me dicen que cuando crezcan quieren ser como yo, sé que tengo una responsabilidad grande de ser un buen ejemplo, el ejemplo de que las mujeres también podemos y merecemos. 

Quiero aclarar que no juzgo si alguna mujer sueña con casarse, ser mamá o ser ama de casa, al contrario, si eso la hace sentirse feliz y plena, es lo que debe construir. A lo que me refiero es que no todas las mujeres deseamos solamente eso o que si alguna no lo quiere, no vale menos. Cada mujer debe ser lo que a ella le dé su gana. 

Así como los hombres, desde el inicio de la historia, son todo lo que quieren, NOSOTRAS también debemos. Seguirán juzgándonos, sí, porque el machismo es hierro duro, pero hagamos oídos sordos y concentrémonos en nuestras vidas. Y, como mujeres, seamos empáticas con las demás, no juzguemos a las otras por su forma de ser y de pensar, eso sí, siempre respetando mutuamente, porque tampoco está padre exigir sororidad cuando no se está dando. 

Está próximo a conmemorarse otro Día Internacional de la Mujer, que arranca con un nuevo año de lucha por exigir seguridad para las mujeres, equidad de derechos humanos, laborales, sexuales y económicos y eliminar la discriminación y violencia contra nuestro género. Mujeres, seamos ese cambio por NOSOTRAS, por las generaciones futuras y por las que nos arrebataron. 

El éxito de una mujer debe ser la inspiración de la otra.

Me gustaría leer tu historia de empoderamiento femenino, compártela conmigo y sé inspiración para todas. Les mando corazones morados y nos vemos en la marcha del 8M. 

Sexo con mi ex, ¿buena o mala idea?

sexo

“Ya sabe’ que conmigo tú tiene’ refill” o lo que es lo mismo: ex, conmigo tú tienes la puerta abierta para tener sexo, y aquí no juzgamos a nadie porque respetamos las vidas ajenas y porque cada pareja es única, así que me centraré en hablarte de las experiencias que me han rodeado, ya que yo no le he entrado porque prefiero nuevas experiencias.

El famoso psicólogo clínico Walter Riso asegura que los seres humanos nos enamoramos: corazón a corazón, intelecto a intelecto y órganos sexuales a órganos sexuales, por ello, cuando una relación se termina primero se corta el vínculo de la cabeza, luego el del corazón y al último el del sexo, y éste último es el que más cuesta romper.

Hay parejas con las que tenemos una gran química sexual y por eso cuesta terminar el vínculo y dejarlas de ver. ¡¿A poco no hay llamas que parece imposible apagarlas?!

¿Bueno o malo el sexo con mi ex? Tú sabrás la respuesta que tendrá que ver con tu historia y tus emociones, lo que sí debes tener muy claro es que se tratará solamente de un encuentro físico y que cuando la relación sexual termine, cada quien irá a su casa muy solter@s, así como llegaron. 

Foto: Takmeomeo para Pixabay

Por ello, si uno de los integrantes de la pareja sigue enamorado, sigue teniendo el vínculo del corazón, no la pasará bien al tener sexo con su ex, pues esperará irremediablemente una reconciliación y, la mayoría de las veces, eso no sucederá. ¿Y qué necesidad de lastimarse de esa manera? Lo mejor es aceptar que acabó, que va a doler, pues entre más se ame más dolerá, pero también más felicidad se vivió. ¡El precio suena justo!

Tampoco será sano para las personas que a pesar de saber que con eso no recuperarán la relación, lo aceptan porque al menos es “tener” de alguna forma a su persona amada, pero recibir lo que NO QUIERES NI MERECES, solamente te llenará de frustración e infelicidad. Las migajas no llenan ni a los pajaritos. 

Considero que quienes sí disfrutarían tener sexo con su ex son las personas que ya no están enamoradas ni enganchadas, por lo tanto, no esperan absolutamente nada más que pasar un buen rato de placer, pero esto también podrían lograrlo con una persona distinta, nueva.

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Pasar de pareja exclusiva a sexual de tu ex no durará mucho tiempo, porque esto sucede en parejas que conservan la pasión, pero no se atreven a comenzar el duelo de la separación, pero cuando estén listos, seguirán sus caminos y esta “fiesta” se acabará. 

Lo he visto con amigas que aceptaron tener sexo con sus ex parejas, en momentos en las que ellas seguían enamoradas y esperanzadas que todo podía arreglarse. Sí tuvieron placer y satisfacción momentánea pero luego me tocaba verlas llorar y sufrir porque en realidad no había cambiado nada. 

Creo que si hoy ellas pudieran regresar el tiempo, no harían lo mismo; sin embargo, creo que haberlo hecho las llevó a aceptar que nada iba a cambiar y, de alguna manera, eso les dio el impulso para salir de allí. 

El sexo con los ex también es llamado sexo de ruptura en psicología y la ciencia lo ha llevado a estudio, ya que es algo más común de lo que se piensa. Un estudio realizado por investigadores de la Universidad Estatal de Wayne y de la Universidad de Toronto, en el que tomaron de muestra a 113 solteros, arrojó que es más benéfico hacerlo de lo que se cree.

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¿Por qué? Porque los implicados llenaron su vacío emocional que dejó la ruptura al mantener relaciones sexuales con sus ex parejas y esto, afirmaron, les ayudó a aceptar mejor la separación. Incluso las personas que se sentían despechadas aseguraron haberse sentido optimistas tras el sexo de ruptura. 

En dicho estudio se concluyó que las personas estudiadas no vivieron una relación tóxica o violenta, por lo que los resultados no pueden generalizarse. 

La información que desencadenó un segundo estudio es que las parejas se confiaban de no usar condón, debido a la confianza que ya habían construido, pero al ya no ser exclusivos, esto sí pone en riesgo contraer una ETS o alguna infección sexual.

No podemos generalizar nada cuando tratamos relaciones de pareja, es tu decisión saber si te avientas o no a tener sexo con tu ex, pero antes piensa bien en la decisión que tomarás: qué es lo mejor que puede pasar, qué es lo peor que puede pasar y si podrás con todo eso. No olvides que tus decisiones te colocan en el camino que tú aceptaste recorrer. 

Foto: Espressolia para Pixabay

Recuerda que la salud sexual no sólo es la ausencia de una enfermedad, también es el bienestar, así que cuida de ti y ponte como prioridad siempre y NUNCA uses el sexo como moneda de cambio para obtener lo que deseas, así no funciona el amor. 

Grábate que cuando terminas una relación de pareja, tendrás que vivir un duelo, sentirlo para superarlo y luego… te espera un mundo lleno de oportunidades, de conocer nuevas personas, de tener nuevos dates, de divertirte y gozar otra vez. Cuando una relación se termina no es el fin, es el inicio de algo nuevo. 

“Para que la salud sexual se logre y se mantenga, los derechos sexuales de todas las personas deben ser respetados, protegidos y ejercidos a plenitud”, OMS.

Mi cuerpo no es perfecto pero nadie tiene derecho a juzgarlo

gordofobia

Quise dedicar mi columna para hablar sobre el bullying corporal y la gordofobia porque estoy impresionada con dos casos mediáticos que acaban de ocurrir hace unas semanas. La actriz, cantante y comediante Michelle Rodríguez fue criticada severamente tras aparecer en la portada de Marie Claire México por su cuerpo, por ser una mujer plus size. 

Y hace unos días, la cantante Yuridia volvió a levantar la voz para poner un alto al equipo de Ventaneando por haberla criticado y acosado a lo largo de su carrera solamente por no ser talla cero. 

Tanto Michelle como Yuridia han sido juzgadas por sus cuerpos y, por lo tanto, han sido delimitadas a no merecer reconocimiento, respeto, empatía y admiración sólo por no ser flacas. ¿En serio? No puedo creer que en la era de los robots y la inteligencia artificial se siga impulsando un canon de belleza tan dañino. 

A lo largo de la historia se ha demostrado que exigir a las mujeres tener “medidas perfectas” de 90-60-90 solamente conllevó a incrementar los trastornos alimenticios y los problemas mentales y emocionales. Tratar de encajar en un estándar tan alejado de la realidad se paga caro: con la infelicidad, la frustración y a veces hasta con la vida. 

Foto: Jennifer Burk by Unsplash

Además quise tratar este tema porque yo también soy una mujer curvy, con un cuerpo que no es perfecto pero que es hermoso y que siempre ha creído que en esas imperfecciones está mi autenticidad y mi encanto. Pero tal vez esto sea porque yo no nací siendo gorda, no sé cómo es crecer siendo acosada por ello, debe ser terrible. Yo fui una niña flaca, pero soy una adulta gorda.

Obviamente he sido criticada por mi sobrepeso por compañeras de escuela o gente que me he topado en la calle. Sé lo que es ser bulleada, aunque en mi caso comenzó cuando ya tenía más de 20 años, por ello esas “balas” no me han herido pues crecí muy segura de mí y de cómo me veo y eso se lo debo a mi familia, quienes jamás me han invalidado o juzgado por dejar de ser flaca.

He dado justamente en el punto clave, desde nuestro primer lugar seguro que es el hogar, conformado por la familia, es que debemos cambiar el chip y hablar sobre el body positive y la empatía por el cuerpo propio y por los ajenos. No somos máquinas, no estamos hechos en producción en serie, cada persona es única y auténtica. 

Por lo tanto, cada cuerpo tiene sus características y es absurdo querer que todos encajen en las mismas medidas, además de obsesionarse con que no tengan cicatrices, celulitis, venitas o granitos. Nuestro cuerpo es nuestro hogar, por eso hay que aprender a amarlo y a honrarlo. Sin él no podríamos disfrutar los placeres de la vida como comer, dormir, caminar, sentir, apreciar… 

Cambié de peso pero no de valor

Uno de los argumentos más comunes que dan las personas que critican los cuerpos ajenos es que piensan en la salud, en que un cuerpo gordo es sinónimo de cualquier enfermedad y me atrevo a decir que no sólo de cualquier enfermedad, sino de cualquier estigma. A lo largo de mi vida adulta, cuando me convertí en una mujer curvy, el mundo me ha repetido que todo lo malo que me pasa es por ser gorda. 

Y, al contrario, yo lo que he tratado de expresarle al mundo es que mi talla, mi peso, mi celulitis y mis curvas no me dan menos valor como persona. Que así como soy puedo tener todo cuanto deseo, puedo cumplir sueños, puedo conquistar lo que quiera y puedo ponerme lo que se me antoje. Sí, lo que sea: ropa diminuta o ropa apretada y me veo bien porque me siento bien al lucirlo; es mi cuerpo, es mi decisión. 

Foto: Taisiia Shestopal by Unsplash

La salud por supuesto que es importante, de igual manera la física que la emocional, incluso hay que poner más cuidado en la segunda porque los suicidios se han incrementado en las últimas décadas por depresiones causadas por acoso, bullying o abuso.

“El acoso y bullying son de los factores de riesgo más importantes para la conducta suicida y multiplica por 2.55 las probabilidades de suicidio entre los menores de edad”, según Save the Children. No es un juego criticar los cuerpos, tampoco lo es meterle a las personas en la cabeza que deben verse delgadas para estar sanas y ser felices.

Tengo amigas que hoy, a sus más de 30 años siguen con las ganas de lucir un bikini en la playa simplemente porque no se sienten merecedoras de poder hacerlo porque no tienen vientre plano o cintura de menos de 60 centímetros. Pero también tengo otras que viven cuidando cada chícharo que se comen para no engordar bajo el falso argumento que lo hacen porque se aman y se cuidan pero, ¿y qué hay de su salud mental?… de su obsesión por no subir ni un gramo. 

Foto: Kah Lok Leong by Unsplash

Lo que daría porque derribaran todas estas ideas dañinas que el mundo que las rodea les ha metido tan profundo para evitar amarse tal cual son, para no exigirse ser de cierta talla o cierto peso. Que dejaran de sentirse atrapadas dentro de sus cuerpos y se liberaran.

Como sociedad debemos de trabajar en educar a niños seguros, que se amen y se acepten, que no pretendan perseguir estándares en nada, que sean libres de mente. Y como adultos debemos fomentar la empatía, el respeto y la aceptación. Amemos nuestros cuerpos, cuidemos nuestros cuerpos y respetemos los cuerpos de los demás. 

Yo me considero una rebelde corporal y tengo bien puestos mis 100-85-95 de puro amor propio y de salud física y mental. Pero sé que no es fácil lidiar con ese bullying, así que si vives algo así, escríbeme, no estás sola. 

Foto: Miguel Bruna by Unsplash

Aplaudo mucho a mujeres como Michelle Rodríguez y Yuridia que se cansaron de aguantar el acoso y las burlas de los demás y que están uniéndose al cambio que han comenzado mujeres activistas desde hace algunos años con movimientos como el body positive.

No creas que por ser mujer debes verte como una Barbie, quedarte callada, sentarte con las piernas cerradas o moldearte a ser la mejor ama de casa y mamá. Tú eres mujer y lo único que debes hacer en esta vida es ser feliz y respetada. 

Foto: artbykleiton by Pixabay

  • La gordofobia es la discriminación que viven las personas gordas por el hecho de serlo.
  • En la CDMX, el 27.6% de los ciudadanos reconocieron haber sufrido discriminación por su peso, según la encuesta sobre discriminación en la Ciudad de México (EDIS, 2017)
  • La gordofobia atenta contra la salud mental, genera repulsión y rechazo social, pero también hace que las personas discriminadas odien su cuerpo.
  • Los desórdenes alimenticios como la anorexia y la bulimia son consecuencias alarmantes de la gordofobia.
  • De cada 10 casos de personas con anorexia y bulimia en 2018, 9 fueron mujeres. La gordofobia en México es un problema que ataca mayormente a las mujeres, según el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred).

Me volví a enamorar luego de 7 años de soltería 

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Ayer fue una fecha importante, fue el cumpleaños de la persona que estoy enamorada, la que logró que me volviera a enamorar luego de 7 años de soltería, no sé cómo lo hizo porque me puse muy difícil al inicio, me resistí por mucho tiempo a entregar mi corazón otra vez. 

Eso sí, cuando me entrego, lo hago con todo. No sé querer poquito, cuando lo hago es sin frenos. 

Debo confesar que después de terminar la que hasta hace poco había sido mi relación de pareja más importante y la cual me dejó completamente rota, le cerré las puertas al amor. 

Al inicio estaba muy decidida a no volverme a enamorar porque después de una traición, de que la persona que amas te lastima y te engaña, no te quedan ganas de nada, ya no quieres sentir. 

Pero luego de los años volví a recuperar mis sueños, como el tener una pareja, una relación sana y bonita, vivir con todo el amor romántico. A mí me encanta estar enamorada todo el tiempo. 

Y lo intenté con un par de personas, con dos grandes hombres que en serio tenían la intención de construir un hogar, algo que en estos tiempos es difícil de encontrar, pues ya nadie quiere comprometerse por miedo al fracaso y al desamor. 

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Sin embargo, aunque yo puse todo de mi parte, sentía que no vibraba con esas personas, que ninguno de los dos eran mi lugar; eso se siente, se sabe. Incluso llegué a pensar que tal vez ahora el amor era así, menos eufórico, menos mágico y menos intenso, luego de un desamor tan amargo. 

Hasta que la vida me sorprendió y me tragué cada una de mis palabras y qué bueno. Eso sucedió cuando lo conocí a él, a quien hoy dedico mi columna y también mis suspiros y mis sonrisas. 

No fue amor a primera vista ni sentí ese “golpe en la cabeza” de emoción cuando lo conocí, es más, ni siquiera estaba segura que nuestra primera cita realmente fuera eso, iba con cero expectativas y la vida me dio una sorpresa muy agradable.

Nuestro primer date fue inolvidable y original, comimos y vimos un partido de futbol de mi equipo favorito, en la sobremesa terminamos hablando de cosas de su trabajo, las cuales no entendía pero me parecía muy interesante que me hablara de su profesión. 

Recuerdo haberle dicho, en más de una ocasión, que era un ñoño, pero que eso me encantaba pues yo soy igual. 

Yo fui la que lo besé esa noche y lo demás es historia, hasta el día de hoy seguimos teniendo citas deliciosas. 

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No sé qué va a pasar entre nosotros, pero estoy disfrutando cada día. Cada que estoy con él siento que el tiempo se detiene, pero cuando se va, corre demasiado rápido y lo extraño como si fueran meses. 

Y cómo no me iba a enamorar de él si es un hombre con un corazón bueno y sincero; además que es súper inteligente, guapo, valioso, lleno de valores y soñador. 

A veces creo que somos igualitos y eso es lo que nos ha hecho tener diferencias, aunque afortunadamente seguimos queriendo estar juntos, así que siempre terminamos arreglando las cosas. 

Gracias, Dave. Gracias por llegar a mi vida, por hacerla más hermosa, por hacerme volver a sentirlo todo, por hacer que volviera a creer en el amor y por hacer que volviera a sentirlo con más fuerza y en madurez. 

Eres lo que siempre quise que me pasara pero que pensé ya no me sucedería. Gracias por volverme a recordar que la magia siempre existirá cuando dos personas se aman. 

Desde que te conozco, cada día le agradezco a la vida por tu existencia pero hoy honro mucho más que hayamos coincidido en este mundo; no sé si tú me encontraste o te encontré yo, pero sí sé que te estaba esperando desde siempre. 

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No encontré una mejor forma de desearte feliz cumpleaños que escribiendo esto. Deseo que siempre seas feliz, que estés rodeado de amor y que la vida nos siga encontrando juntos. 

Gracias por volverme a enamorar. Gracias por ser mi amor bonito y por regresarme a la vida. Eres mi certeza más bonita de la vida porque sí a todo mientras sea contigo.

¡Happy BirthDave!

La peor cita de mi vida con un tacaño extremo

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En este mundo las personas se clasifican en tres tipos basándonos en su relación con el dinero: los despilfarradores (yo soy de ese team), los prudentes y los tacaños. Sin saberlo, tuve una cita romántica con un tacaño extremo y ha sido la peor de mi vida. Prepárate para reír conmigo.

Son varios los sinónimos para definir a las personas a las que les duele gastar el dinero: avaras, codas, duras, mezquinas, agarradas o cuentachiles. Pero más allá de una aprehensión por el dinero, la psicología explica todo un perfil para este tipo de conductas. 

Un tacaño extremo es una persona retraída, que suele guardarse todo para sí mismo, no sólo lo económico, sino las emociones también. Y no necesariamente sufren de una mala situación económica. 

Su avaricia se vuelve obsesión y, por lo tanto, una patología. Convivir con ellos no es nada sencillo y mucho menos establecer una relación o vínculo. Otro gran problema es que estas personas no se consideran tacañas, sino ahorradoras o buenas administradoras del dinero y de los bienes. Y lo que pueden llegar a hacer por ahorrar es de no creerse. 

Una vez salí con un tacaño extremo, pero más que una historia de terror, es una de comedia porque toda la cita fue increíble, así es, de no creerse nada. ¿Por qué salí con él?, ¿cómo lo conocí? Sé que te estarás preguntando esto…

Él es arquitecto y en ese tiempo trabajaba en un reconocido despacho que tiene oficinas en Monterrey y en la CDMX y era el jefe de proyecto de una de mis amigas. Yo estaba soltera y tenía un buen rato así porque estaba reparando mi corazón roto, si quieres esta historia, entra AQUÍ para leerla. 

Entonces mi amiga hacía todo para que saliera y conociera a nuevas personas y volviera a creer en el amor. Yo sabía que no quería comenzar una relación amorosa de ningún tipo, ni formal ni ocasional, pero lo que sí me gustaba era salir y conocer personas. 

Yo soy muy parlanchina y por donde quiera hago amigos, eso es un don de familia, nos hacemos amigos hasta de las piedras, nos dicen. Además una de las cosas que más disfruto es detear o salir a citas románticas. Por ello acepté que mi amiga me presentara a su jefe. 

Obviamente lo primero que hice fue stalkearlo en Facebook. Era un tipo muy delgado, alto y con una barba muy bien delineada (con eso me convenció). Sus redes eran muy diplomáticas, solamente compartía sus exitosos proyectos de trabajo. Pero mi amiga me contó que tenía un rato soltero, que vivía con su mamá y una hermana menor. 

Comenzamos a mensajearnos para irnos conociendo y luego de un par de semanas, él me invitó a cenar. Yo le propuse que fuéramos a ver un partido de futbol a un bar, algo más relajado, aceptó el plan aunque me dijo que no le gustaban los deportes. 

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Yo fijé el lugar, un bar de hamburguesas, alitas, papas y cerveza, que está cerca del Ángel de la Independencia. El precio promedio para comer allí es de 150 pesos por persona y sales bien comido y con un par de cervezas en la panza. 

Soy una mujer muy independiente, así que para mí no es importante que pasen a recogerme a casa, no necesito chófer. Por lo que le dije que nos veíamos en el bar a las 7 y él estuvo de acuerdo.

Llegué antes, él venía del sur de la ciudad y tenía que tomar varios metros, pero no entendía por qué no iba en su auto. Yo me moría de hambre porque no había podido salir a comer, así que le dije que iba a ir ordenando y le pregunté qué le pedía, me respondió que nada, que veía el menú en cuanto llegara.

Llegó y todavía estaban preparando mi hamburguesa, así que en la mesa solamente había una cerveza de bote. Me dijo que se moría de sed y le pidió a la mesera un vaso de agua, ella le dijo que tenía botellas de medio litro, pero él le indicó que agua de la llave. 

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Le pregunté por su auto y me contó que lo había dejado afuera de un metro para no gastar tanta gasolina ni estacionamiento. Además, me dijo que evitaba la zona porque tenía que mover su auto a cada rato para evitar pagar el parquímetro. En ese tiempo se hubiera gastado máximo 10 pesos por una hora, como 2 pesos por 15 minutos.  

Vio la carta y mencionó que por el momento no tenía hambre, que había comido muy bien. Eso sí me pareció una descortesía porque me había invitado a cenar y él iba sin hambre. La mesera le recomendó un montón de cervezas comerciales y artesanales y se hizo del paladar delicado y ninguna lo convenció… según. 

Yo no podía creer que no quería nada, pero pensaba que era “especial” y no le había gustado mi concepto de bar “deportivo”. Pero le di la opción de movernos en cuanto yo comiera, él me dijo que no, que se sentía bien allí, que lo importante era platicar. 

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La conversación se tornó a una entrevista en la que él me preguntaba y yo respondía. De pronto llegó mi hamburguesa con papas y por cortesía le dije que si gustaba, me dijo que sí y tomó una papa, pero después otra y así continuó hasta que se las acabó, literal yo solamente me comí una de la orden, que dan muy bien servida. 

En ese momento me di cuenta que el tipo era un tacaño, porque sabía que a mi amiga le pagaban bien y él era su jefe, así que no era cuestión de que no tuviera dinero. 

En ese lugar las hamburguesas las parten a la mitad porque son gorditas, y mientras él se acababa mis papas, yo le daba a una parte de mi hamburguesa, pero como muy lento y además yo era la que estaba hablando más, así que le di ventaja.

Me preguntó si me iba a acabar mi hamburguesa, yo no daba crédito de lo que estaba pasando, pero quise pensar que tal vez quería compartir porque no tenía tanta hambre y era obvio que yo no me iba a acabar todo. 

Le invité la otra mitad porque no tenía de otra, la cual se devoró rápido. Yo pedí un refresco y él volvió a pedir otro vaso de agua de la llave. Mientras esto pasaba, no dejaba de contarle por chat a otra amiga lo que pasaba. 

Ella me aconsejaba que me fuera, que huyera de allí, yo no sabía cómo salir de eso. No podía creer que me había invitado a cenar un hombre que se estaba robando mi comida y solamente pedía vasos de agua de la llave. 

Yo siempre pido postre, pero decidí no hacerlo porque sabía que también me lo iba a robar. Así que mejor le dije a la mesera que nos mandara la cuenta y a él le pareció una gran idea para salir a caminar un poco.

La cuenta llegó y por supuesto que ni por error tomó la comanda, claro, en su cabeza él no había pedido nada, todo me lo pepenó a mí. Pagué mi cuenta, fui a lavarme las manos y salimos del bar sin terminar de ver el partido que estaba en el segundo tiempo. 

A mí me gusta la equidad, así que no esperaba que él pagara la cuenta, pero tampoco me parecía justo que si los dos comimos el plato, no dijera nada. Y cerveza no le ofrecí porque sabía que se la iba a terminar tomando él. 

Si hubieran podido ver mi cara de sorprendida de lo que estaba viviendo, se hubieran muerto de la risa, como lo hicieron mis amigas al día siguiente cuando les conté indignada que me había robado la cena un arquitecto que ganaba mucho más que yo y que se veía muy decente.

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Él pretendía que fuéramos a caminar sobre Reforma un rato, para no gastar dinero, por supuesto, y que luego me acompañaba a mi casa, pero yo me despedí poniendo de pretexto que estaba cansada y quería llegar a darme un baño y dormir. 

Me insistió mucho en llevarme a mi casa y platicar un rato más, pero yo no quería que fuera a beberse las cervezas de mi refri, porque obvio que sí tenía hambre y sed, solamente que no quería gastar nada porque tacaño extremo.

Nos despedimos esa noche que fue la única que salí con él, obviamente. Pero para él fue una gran cita y pensó que íbamos a repetir, siguió insistiendo para vernos otra vez, pero yo no quería volver a salir con alguien que iba a robarme la comida para ahorrarse dinero. 

Yo sí puedo comprarme mis papas y no tengo tema en compartir, pero jamás con un tacaño extremo

La pastilla del día siguiente y sus consecuencias 

pastilla-emergencia

La sexualidad debe ejercerse con responsabilidad porque es nuestra salud la que está en juego y los métodos anticonceptivos de emergencia no se deben tomar a la ligera, como lo es la pastilla del día siguiente o la píldora del día después.

Se llama así porque la mujer debe tomarla máximo 72 horas después de haber tenido relaciones sexuales sin condón u otro tipo de anticonceptivo, pero tampoco es recomendable abusar de ella, no son dulces. 

Primero lo primero, que quede claro que la pastilla del día siguiente NO es un reemplazo de un método anticonceptivo. Fue creada para evitar un embarazo no deseado en los siguientes casos:

  • Si por más de 3 días olvidaste tomar las pastillas anticonceptivas.
  • Si se rompió el condón.
  • Haber sido víctima de una violación.
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¿Cuántas veces se puede tomar la pastilla del día siguiente?

Es una toma única de emergencia, por lo cual tiene una alta carga hormonal, que si bien no es causante de enfermedades como el cáncer, sí altera el ciclo menstrual. 

No hay una cantidad fija para tomarla, pero la Organización Panamericana de la Salud recomienda no hacerlo más de 2 veces al año, además de tener cuidado con las contraindicaciones, ya que no todas las mujeres pueden recurrir a esta píldora.

Por ello es importante consultar a tu ginecólogo siempre, ya que no se recomienda en mujeres embarazadas (no causa un aborto, pero sigue inyectando una carga hormonal alta) o con enfermedades hepáticas, hematológicas o coronarias. 

He tomado la pastilla del día siguiente tres veces, precisamente cuando he tenido accidentes con los métodos anticonceptivos usados. En mi experiencia puedo decir que es una bomba de hormonas que aunque me “sacó del apuro”, me desajustó mi periodo terriblemente.

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Las tres veces me sentí fatal, con ganas de vomitar, un reto no hacerlo para no echar la píldora y tener que volver a tomarla. Probé con dos marcas distintas.

Con ambas fueron los mismos síntomas que me duraron un par de días. Y cuando tenía que llegar mi próximo periodo, se retrasaba más de la cuenta y además me daban unos cólicos tremendos y mi ciclo duraba más de una semana. 

Yo nunca sufrí de acné, pero con las pastillas del día siguiente, la cara se me llenaba de granitos, además que retenía líquidos y me sentía muy inflamada. Ni hablar de las emociones, estaban en un sube y baja. ¡Terrible!

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Aprendí a la mala, como no debería ser, y cada vez que me tomaba las pastillas corría con mi ginecóloga para que me recetara un tratamiento hormonal para volverme a regular el ciclo menstrual y no sufrir tanto. 

Afortunadamente después de un tiempo de tomar hormonas, mi periodo comenzaba a regularse y dejé de tener esos cólicos que me tiraban en la cama; pero todas las mujeres somos distintas, por lo que puede que a unas les “peguen” más los síntomas o quienes de plano ni sienten nada.

¿Cuáles son los riesgos menores y los mayores de la pastilla del día siguiente?

Los efectos secundarios al tomar las pastillas del día siguiente son: vómito, náuseas, calambres, cólicos, fatiga, migraña, hinchazón de senos y sangrado abundante durante el ciclo menstrual o sangrado entre los periodos. 

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El mayor riesgo que puede presentarse es ser alérgica a alguno de sus componentes y eso sí puede poner en riesgo la salud. Pero además, esta píldora solamente previene un embarazo no deseado y no las ETS. 

Las píldoras anticonceptivas sí aumentan el riesgo de sufrir enfermedad coronaria en mujeres que fuman y tienen más de 35 años. Además aumentan el riesgo de padecer hipertensión y de que se produzca trombosis venosa y embolias pulmonares, principalmente cuando existen otras alteraciones de la sangre. 

Por ello, en mujeres con antecedentes de embolias o infartos cerebrales, las pastillas anticonceptivas y de emergencia están contraindicadas de forma absoluta, según datos de la Fundación Española del Corazón.

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Planifica tus métodos anticonceptivos y antes de decidir ve con tu especialista, quien tiene tu historia clínica y sabe qué es mejor para ti. Infórmate bien y no te agarres de fiesta estar tomando las pastillas del día siguiente sólo porque tu pareja no quiso ponerse condón. 

El sexo se disfruta más cuando sabes que estás bien protegida. Cuidarte también es amarte. 

El trabajo de mis sueños a cambio de acoso sexual

acoso

A los 25 años estaba llena de planes y muchas ganas por cumplirlos, uno de ellos era convertirme en reportera de futbol y pensé que haría todo para lograrlo hasta que a cambio me pidieron sexo. Así se resume mi historia de acoso sexual.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) define el acoso sexual como una “manifestación de la discriminación de género que hace que la persona se sienta ofendida, humillada y/o intimidada, y que constituye un problema de salud y seguridad en el trabajo”.

Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), 1 de cada 3 mujeres ha sufrido acoso sexual en su trabajo, por lo que este problema ya es considerado un tipo de violencia de género contra las mujeres a nivel mundial.

Hay 2 formas en las que puede ocurrir, pero la más común es el chantaje, cuando la persona de poder (jefe) abusa de su puesto para intimidar a su subordinada a cambio de un “beneficio”, como la permanencia en el trabajo o un aumento de puesto o de sueldo.

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La otra forma de acoso es a través de comportamientos que pueden ser físicos (tocamientos o violencia física) o verbales (palabras obscenas o chiflidos).

De la forma que sea, el acoso sexual es un delito y debemos denunciarlo. No permitamos que estos episodios desagradables sigan pasándonos, mujeres. 

Cuando me pasó estaba muy joven e inexperta, por lo tanto, el miedo me comía pero ni así lograron someterme. 

Yo soñaba con ser reportera de futbol y hacer de los estadios mi oficina y poder narrar los partidos. Así que cuando pedí mi primera oportunidad laboral a eso fui. Tenía 22 años.  

Me quedé como becaria en la sección de Deportes; sin embargo, cuando el editor me conoció no me quiso en su equipo porque me vestía de minifalda y tacones y según él intentaba “protegerme” del ambiente machista del medio.

Me discriminó y pidió mi cambio a la sección de estilo de vida porque le hacía más sentido que estuviera allí solamente por ser una mujer que olía rico.

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Así fue que comencé a ganar experiencia en el periodismo rosa o del corazón, que hoy es mi especialidad. Sin embargo, yo quería hacer otra cosa.

Así que después de 3 años en mi empleo, renuncié y decidí tocar la puerta de una de las revistas de futbol más reconocidas en el país. Era mi intento 2 por entrar al periodismo deportivo.

Yo no conocía el rostro del editor de la revista pero sí todo lo que escribía y lo que decía, pues colaboraba en un par de programas de radio. La verdad, lo admiraba.

Mi primer filtro fue con recursos humanos y lo pasé; luego me indicaron que iba a tener entrevista con el editor, en serio era un sueño para mí.

Llegó el día de conocerlo y la experiencia fue muy agradable. Estaba impresionada de lo joven que era para tener tanto prestigio en su gremio. Tenía 39 años, me llevaba 17.

Durante la entrevista salió que habíamos estudiado en la misma universidad, mi amada UNAM, y que teníamos la misma asesora de tesis. Yo ya estaba titulada y él seguía en el proceso.

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En ese momento pensé que lo había convencido de ser la mejor candidata para el puesto por contarle que crecí en los estadios, gracias a mi papá que era pambolero e incluso había jugado en la segunda de Pumas.

Le dije todo lo que sabía sobre jugadores, técnicas y demás. Le hablé de líneas de 3 y de la historia del Maracanazo. 

Me dio el puesto y como en todo trabajo me dijo que estaría 3 meses a prueba y que de cajón tenía que leer todos los libros sobre futbol que él tenía en su biblioteca personal. 

Estaba encantada, pensaba que había logrado conseguir mi trabajo más deseado y además iba a aprender de uno de los grandes periodistas deportivos del país. 

También celebraba que había ganado al fin la batalla de desigualdad de género en el periodismo deportivo. Pero esto apenas empezaba y me esperaba algo peor.

Las primeras semanas estuve en la redacción leyendo los libros de futbol que me puso de tarea y revisando la ortografía de la revista que se iba a publicar en el mes.

Durante mi segundo mes me dijo que iba a comenzar a proponer titulares y lo iba a acompañar a los partidos y eventos que cubría, para irme adentrando mejor pero guiada.

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Pero además, comenzó a invitarme a cenar y bailar salsa, lo cual me pareció raro pero no quise pensar mal. ¡Esa ya era una red flag!

En varias ocasiones me llevó a mi casa porque le quedaba de paso y yo encantada de ir escuchando sus infinitas historias y experiencias sobre futbol. Aunque también me hablaba de algunas cosas de su vida personal. 

Pese a que casi tenía 2 meses trabajando en su equipo, él me seguía hablando de usted y casi me llamaba todas las noches por teléfono, las llamadas duraban al menos una hora.

Un viernes me invitó a cenar y bailar salsa, su plan favorito, le dije que sí. Lo raro fue que cuando íbamos en camino me preguntó si lo acompañaba a uno de sus departamentos a cobrar la renta. Le dije que estaba bien, no sospeché nada.

Cuando llegamos al edificio metió el auto al estacionamiento y al apagarlo, me pidió que lo acompañara, en ese momento comenzó mi incomodidad.

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Le dije que no, que lo esperaba en el auto, pero insistió. Luego cambió la versión de que iba a cobrar la renta porque iba a revisar que el inquilino hubiera vaciado el departamento, entonces estaríamos solos.

Insistí que no y que quería irme ya, todavía me atreví a exigirle que me llevara a casa. Yo era muy joven y no sabía qué hacer.

Me dijo que no iba a pasar nada que yo no quisiera, pero que era obvio que queríamos los 2 por las pláticas largas que teníamos, las comidas y demás.

Estaba asustada pero mi papá me enseñó a defenderme y pelear por mi vida e integridad de ser necesario. Así que lo amenacé con gritar. Sabía que no iba a ir más allá, aunque estaba muy incómoda, estaba sufriendo acoso sexual laboral.

Nos metimos al auto, comenzó a manejar en silencio, hasta que de pronto se soltó a reprocharme que era obvio que a eso íbamos y que me olvidara del trabajo.

Me estaba proponiendo darme el trabajo de planta a cambio de sexo, abusando de su poder. En serio que me dieron ganas de vomitar. Le solté toda la impotencia que sentía, no pude hacerlo sin sollozar. El tipo frío seguía manejando sin decir nada.

Al llegar a mi casa le azoté la puerta de su auto caro. Y el lunes hablé a recursos humanos para decirles que no iba a volver porque el trabajo no era lo que esperaba. 

No me atreví a decir la verdad, pensé que no iban a creerme porque él tenía una gran reputación. Pero tampoco pude contarle a mis papás o a mis amigas, sentía mucha pena.

Una semana después encontré trabajo en mi fuente, el periodismo rosa, pero seguía con el nudo en la garganta y quería justicia.

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Así que decidí abrir una cuenta de Twitter y denunciarlo. ¿Y qué creen que pasó? Éramos varias mujeres que habíamos sufrido acoso sexual por parte del señor. 

NOSOTRAS unidas logramos que recursos humanos y mucho más personas se enteraran quién era este tipo y lo que hacía con sus subordinadas.

Y creo que además le encontraron otras cosas ilegales, así que se quedó sin trabajo, cerró sus redes sociales y desapareció.

Se había apagado el editor reconocido y admirado que aparentaba detrás del acosador que realmente era.

Pero además de todo, en el tiempo que trabajé con él, se atrevió a añadir en Facebook a dos de mis mejores amigas, que claro llegó a ellas por mi red de contactos, y las invitaba a los palcos de los estadios para ver los partidos de sus equipos. Era un cobarde, un enfermo.

Me siento en paz de haber levantado la voz y buscado justicia a pesar de sentir que estaba enfrentándome con Godzilla.

En ese momento no lo sabía pero ya era una mujer feminista dispuesta a luchar por erradicar cualquier tipo de violencia contra mi género.

Hoy espero que mis sobrinas no tengan que enfrentarse a toda esta violencia sólo por ser mujeres. Por ellas y por todas levanto la voz y me convierto en el ejemplo de lo que debemos denunciar. 

No soy Shakira pero también me engañó un hombre menor

infidelidad

Shakira acaba de lanzar su última canción y esperábamos alguna indirecta para su ex Gerard Piqué, como lo hizo en “Monotonía”; sin embargo, lo mató a él y a todos los ex de la historia que han sido infieles con una letra directa y con la que nos identificamos más de una. Creó un himno con su dolor. 

Así que aprendiendo de mi pastora Shakira, yo también quiero facturar el engaño de mi ex y por eso hoy les contaré mi historia de terror con el que pensé era el amor de mi vida y quien, por cierto, también era menor que yo, 3 años más joven. 

Nuestra historia fue auténtica, un flechazo de cupido a primera vista de ambas partes. Nos conocimos en un bar de la Condesa y desde el primer contacto visual, me sentí como si me hubieran golpeado la cabeza. El hombre me había encantado y por la forma en que me miraba, parecía que yo también. 

Mis amigos se dieron cuenta de inmediato que ni él ni yo podíamos quitarnos los ojos de encima; sin embargo, yo no iba en plan de ligar pues acababa de terminar un breve noviazgo, pero cuando te flechan no hay manera de detenerlo. 

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Antes de irme, se acercó a mí y compartimos contactos. Durante un mes estuvimos chateando todas las noches, disfrutaba mucho platicar con él. 

El primer date tardó en suceder porque en ese tiempo yo estaba saliendo muy tarde del trabajo, pero él aguantó mis constantes cancelaciones y un día, sin planearlo, decidimos vernos en el centro de Coyoacán para ir a tomar un café a El Jarocho.

Llegué casi a las 10 de la noche, él fue por mí y me recibió con una sonrisa, un abrazo y un beso en la mejilla. Compramos el café y decidimos caminar mientras nos lo tomábamos. Yo quería que esa noche durara 5 horas más, me sentía tan a gusto, tan en paz. Comencé a creer que había conexiones destinadas a suceder y que no se apagan jamás, ni con toda el agua del mar.

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No hubo beso en el primer date, pero sí mucha complicidad, abrazos y risas. En nuestra segunda salida sí hubo muchos besos y fue la primera noche que pasamos juntos. Con él me sentía como en un tren que había arrancado muy de prisa; sin embargo, estaba fascinada con ir a toda velocidad. 

A partir de ese momento no nos soltamos y comenzamos a construir, sin planearlo, una relación tranquila, todo era muy sencillo porque nos llevábamos genial, teníamos una gran comunicación y nos gustábamos mucho. Había física, química, ganas y magia, lo que yo creía que construía una base sólida para mantener una gran relación de pareja. 

Con él me sentía adolescente otra vez, comenzamos no sólo a crear recuerdos, sino que también se dieron las circunstancias para trabajar juntos, porque nos dedicamos a lo mismo. Los días estaban llenos de planes juntos.

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Al principio no peléabamos, él me daba el sostén y la seguridad que yo deseaba; además del mejor sexo de mi vida, al menos hasta ese momento, y así seguimos por un buen tiempo.

Pero un día comencé a sentirme insegura porque una de sus amigas de redes sociales le coqueteaba abiertamente y, si bien él no seguía el juego, no lo frenaba tampoco. 

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En ese momento comenzaron nuestros problemas; sin embargo, me convencí por completo que no debía dar importancia a esto y que teníamos algo más grande y fuerte por lo que valía todo seguir apostándole a los dos, a nuestro equipo. 

Pero desde ese momento mis antenas se activaron, yo no volví a tener la misma confianza ciega y justo eso fue lo que me llevó a descubrir que me engañaba

En mi caso no pasó que dejáramos de tener sexo o que pasáramos menos tiempo juntos. Simplemente comencé a notar que hablaba más de una de sus compañeras de trabajo y me vibró que no era normal. 

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Lo encaré y le pregunté si tenía algo con ella, por supuesto que me dijo que no y me tachó de loca celosa, recuerden que ya veníamos arrastrando mi desconfianza desde los mensajes de la amiga, entonces desde ese momento yo para él era la intensa que inventaba historias.

Así pasaron un par de meses, yo intentaba confirmar mis sospechas, ese tiempo viví un verdadero infierno, la ansiedad que sentía era inmensurable. Un día peleamos tan feo que fue cuando se atrevió, por primera vez, a decirme que lo mejor era terminar porque no podía estar aguantando mis celos. 

Sin embargo, nada paró. Ese fin de semana fuimos a una plaza comercial a comprar un celular para mí y yo le regalé el que iba a dejar, luego comimos pizza y terminamos acurrucados, yo pensaba que más juntos que nunca, pero no era así. 

Llegó el día que no pude más y decidí escribirle a la compañera de trabajo y preguntarle directamente si mis sospechas eran ciertas, era lo único que me iba a dar paz en ese momento, estaba por reventar. 

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La gran sorpresa fue que ella me respondió como si estuviera convencida que yo era la ex loca que no dejaba en paz a su hombre, claro, eso le contó él para salir bien librado, típico de un infiel, pero jamás le dijo que días antes habíamos tenido el mejor sexo de reconciliación, se olvidó del pequeño gran detalle. 

Ella me confirmó que era su novio y llevaban 6 meses juntos, agregando que quería que no los perturbara y los dejara en paz. Me quedé helada, pero le agradecí que me hubiera dicho la verdad y le aseguré que no volvería a saber de mí. Por supuesto, ella me bloqueó. 

El dolor que sentí no puedo ni describirlo y en ese momento yo, como Shakira, también quería venganza en vez de terapia. Es normal sentir eso después de que te lastiman de esa manera. Lo primero que sientes es odio, es la primera etapa natural de un duelo por traición.  

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Lloré mucho y por muchos años, incluso quedé traumada y desde entonces me negué a establecer otra relación y ni hablar de volver a confiar en el otro. Mi proceso duró más tiempo del normal a pesar de que sí fui a terapia, pero mi amor propio y mi fortaleza combinados con el tiempo lograron que lo superara. 

Además el tiempo también me reafirmó que ese no era el hombre que yo me merecía, ya que incluso hubo más de una ocasión que me ofreció vernos y me habló de sus deseos sexuales, ya estando con su nueva pareja. ¡Qué inmundicia!

Este proceso, que definitivamente marcó mi vida, me enseñó que al final sí logras perdonar y avanzar. Hoy agradezco los buenos momentos que viví con él, pero más los que ya no tuve que padecer. Esa experiencia me dejó grandes enseñanzas y de eso les hablé ya en mi columna “Lo que me enseñó el hombre que me rompió el corazón”, pueden leerla aquí.

Hoy estoy muy cómoda hablándoles de esto, pero también sufrí y lloré y quise ir a destrozar su auto porque sentía que lo odiaba, obvio no lo hice. Desde entonces ya le dedicaba canciones de Shakira, como: “Y que a tu edad sepas bien lo que es romperle el corazón a alguien así”.

Todo cierra, aunque se haga cicatriz, por eso le aplaudo a Shakira que decida liberar su dolor por medio de sus canciones y me parece lamentable que algunos usuarios la juzguen con comentarios machistas como que es la “ex ardida”, “que se ve mal haciendo eso” o que es “la tóxica”. 

Los procesos son personales, por ello no deben juzgarse, empecemos por respetar. Nada mejor que hacer arte del dolor. 

Así fue salir con alguien que tenía eyaculación precoz

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Esta historia sobre la eyaculación precoz comienza un viernes de invierno por la noche, cuando fui al cumpleaños sorpresa de una de mis amigas, organizado por su novio que me cae pésimo por patán y que, por lo tanto, fue el peor anfitrión.

Luego de un par de horas le mandé WhatsApp a otra de mis amigas para que me rescatara y me llevara a cenar, porque el anfitrión no nos dejaba probar los bocadillos y las bebidas, porque según él había que esperar. Nunca supe qué esperábamos, supongo que ser menos porque el tacaño invirtió poco y todo faltaba. En fin. 

Llegó mi otra amiga por mí, bendita que siempre me rescataba de todo, y fuimos a comer pizza y tomar cerveza cerca de mi casa. En el lugar estaba celebrando su cumpleaños un hombre de esos que es inevitable que no voltees a ver.

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Así que desde que llegamos, mi amiga y yo le echamos “el ojo”, pues era un tipo que se veía porque se veía: alto de 1.85, musculoso y muy guapo. Mi amiga juraba que era idéntico a Gerard Butler (el protagonista de la película “Los 300”), si no sabes de quién te hablo, por favor, Googléalo. 

Recuerdo perfecto lo que llevaba puesto: una playera básica negra de cuello redondo y manga corta que resaltaba sus enormes músculos de los brazos y un pantalón de gabardina color café claro que no le quedaba apretado; sin embargo, resaltaba sus pompas espectaculares. 

Nos gustó tanto a las dos, pero yo siempre he sido más aventada, que le dije que fuéramos a felicitarlo, no podíamos dejar pasar esa oportunidad. Y cuando él fue al baño, lo interceptamos para hablarle. Noté que se sonrojó al hacerlo, por lo que pensé que era tímido. 

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Terminamos compartiendo los WhatsApps y quedamos en salir después a “festejarlo”. La sorpresa fue que horas más tarde, cuando yo ya estaba en mi casa lavándome los dientes, me escribió y se armó vernos esa misma noche para el after party improvisado. 

Me lo había ligado, ¡qué suerte! Fuimos por otra cerveza y platicamos lo básico para comenzar a conocernos hasta que nos cerraron el lugar, entonces le propuse seguirla en mi casa, estábamos a dos pasos. 

Y pues sí, el date terminó justo donde se imaginan: en la cama, pero la eyaculación precoz fue la primera en llegar y arruinar esa noche. Él apenadísimo se disculpaba; yo le decía que estaba bien, que seguramente eran los nervios de que no nos conocíamos o las cervezas. 

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Esa noche, el acto duró menos de un minuto, duró menos del coro de la canción que escuchábamos y como era la primera vez que me pasaba, no supe qué hacer y él también se quedó petrificado. Así que nadie terminó feliz, literal. 

La eyaculación precoz es un tema incómodo; sin embargo, es más común de lo que imaginamos, pues 1 de cada 3 hombres la han padecido en algún momento de su vida, según Mayo Clinic.

Vayamos por partes… Primero hay que derribar los mitos de que una relación sexual es larguísima. El coito dura 5.4 minutos en promedio, según un estudio realizado por el médico Marcel D. Waldinger y difundido por la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos. 

Y se considera eyaculación precoz cuando el coito dura menos de 1.5 minutos, según un estudio realizado por el psicólogo clínico Darío Fernández Delgado del Centro de Salud “Los Ángeles” de Madrid y publicado en la Revista Clínica de Medicina Familiar de Madrid. 

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Cuando a mí me pasó pensé que sólo había sido un mal momento, pero que debíamos probar otra vez estando más relajados y sin cerveza en las venas y también no ayudó que él nunca se atrevió a confesarme que siempre le pasaba esto, obvio porque en el pasado había sido juzgado. 

Los siguientes dates con mi “Gerard Butler” me confirmaron que era eyaculador precoz, por lo que fui yo la que tuvo que comenzar la conversación incómoda, pues no quería dejarlo de conocer sólo por eso. 

Si bien, la sexualidad es un tema muy importante en una pareja, hay alternativas y yo en ese momento pensaba que la eyaculación precoz sí se “curaba”. Así que lo convencí de visitar médicos para encontrar una solución. 

En todo momento lo acompañé en el inicio del proceso y juntos nos informamos y enteramos de los motivos que desencadenan la eyaculación precoz, que pueden ser tanto físicos como genéticos o psicológicos. Algunos tienen solución, pero no todos los casos. 

Pero mientras eso pasaba, nosotros fuimos mejorando nuestros encuentros sexuales gracias a la confianza que le di. Así que los juegos, las caricias y otro tipo de dinámicas eran fundamentales para que ambos disfrutáramos al 100 cada relación sexual

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Fue una experiencia diferente para mí, pero después de la primera noche nunca más quedamos insatisfechos. La diferencia fue romper con los tabúes y atreverse a experimentar. 

Meses después yo decidí dejar de verlo porque nuestras metas de vida a futuro eran totalmente opuestas, pero para nada se acabó por el tema sexual, porque eso supimos resolverlo juntos. 

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Terminamos muy bien y platicamos de vez en cuando, no sé si siguió sus visitas médicas y si su caso era de los que vencen la disfunción, pero si no, ahora sabe que sí puede satisfacerse a él y a su pareja y cómo lograrlo. 

Lo importante es experimentar lo que a cada uno le funcione para estar satisfecho, pero para que eso suceda debemos conocer perfectamente nuestro cuerpo, nuestros puntos máximos de placer, que no están solamente en las zonas íntimas, y las experiencias que más disfrutamos hacer en el sexo. 

Mi conclusión a esta experiencia es que la sexualidad es tan diversa que hace que alcance el placer para todos, con o sin disfunciones. 

¡Adiós soltería! Cómo ligar con éxito 

ligar

Aunque ahora existen apps para conocer gente y ligar -no estoy peleada con ellas-, soy de la vieja escuela y prefiero hacerlo a la antigüita porque me parece maravillosa la magia que surge cuando miras a alguien por primera vez y te encanta y todo sucede sin buscarlo. 

No es que me sienta Santa Belinda de los enamorados, aunque sí se ha tatuado por mí, pero sí tengo suerte para ligar donde sea: en el super, en el cine, en la biblioteca; siempre he tenido esa chispa y creo que tiene que ver con mi personalidad. 

Incluso en mis veintes quise abrir un blog que se llamara: “Mis mil y un dates”, pero nunca lo hice y hoy que tengo esta columna, les daré mis highlights nunca antes revelados (ja, ja, ja).

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Mis secretos para ligar con éxito en donde sea

Ser auténtica: Este es mi mayor secreto y, la que considero, la característica más importante para seducir a quien sea. Son más atractivas las personas que son únicas, que las que  intentan caer bien, encajar o complacer. La esencia hipnotiza a cualquiera ¡te lo firmo!

No te limites, demuéstrale al mundo quién eres, qué te hace ser especial del resto y te prometo que te voltearán a ver. 

Seguridad en ti misma: No hay nada más sexy que una persona que sabe lo que vale y no acepta menos de eso. No lo ha comprobado la ciencia pero no tengo dudas de que la seguridad en sí mismo se nota hasta cuando caminas y por eso es el mejor “imán” para ligar

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Sonríe a la vida: No es manual de superación personal, pero les aseguro que las personas que sonreímos todo el tiempo cambiamos el mundo. Sé que hay momentos estresantes y que andamos de malas o quejándonos, pero toparse con una persona feliz que te dibuja una sonrisa cuando la miras puede que te cambie el día y la vida. La gente sí anda por el mundo enamorándose de las sonrisas. 

Honestidad: Ser transparente con lo que eres, con lo que reflejas y con lo que dices es fundamental. Es muy atractivo encontrar a una persona con la vida llena de certezas. 

Calladita no te ves más bonita: ¿Recuerdas el mito de que las sirenas enamoraban a los marineros con su canto? Por algo lo inventaron, ¿no crees? Por medio de las palabras se logra una conexión muy fuerte de seducción. Todos tenemos cosas interesantes que compartirle a los demás y que nos ayudan a darnos a conocer, así que no tengas pena y habla, mujer. 

Ámate: Aceptarte al 100 lo es todo; hablo de eso que la gente llama imperfecciones, pero para mí son rasgos que te hacen única en el mundo. No te claves en los estereotipos de cómo debes verte o ser para considerarte una mujer atractiva. Una vez que tengas eso claro, verás el brillo que irradiarás y será imposible que la gente no lo note. Una persona que se ama lo refleja en su forma de vestir, de caminar, de hablar, de ser, y con eso conquista a cualquiera. 

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Como te dije al inicio, no es regla que para ligar tengas que acudir a lugares sociales como bares, restaurantes o antros, en cualquier lugar puedes conocer a alguien que te guste, no es broma que he ligado en la biblioteca. Mis secretos tienen que ver contigo, así que para comenzar a ligar con éxito, aplícate en ti. 

Eso sí, no todas las personas caerán rendidas a tus pies por tus encantos, vivirás rechazos pero cuando eso suceda, no te hagas pequeña, recuerda que estás ganando experiencia.

Lo más bonito de ligar es que conoces a nuevas personas y eso siempre es rico y valioso. Te permite expandir tus redes, tu vida social y tu mundo. 

Te garantizo que si empiezas a creer en ti, no sólo ligarás sin morir en el intento, sino que conquistarás todo lo que te propongas. Gracias por leer 1, 2, 3 X NOSOTRAS cada semana, te deseo lo mejor y que comencemos el 2023 bien cabrón y con un date nuevo. 

El poder de dar las gracias

gratitud

Gracias es una palabra tan pequeña pero poderosa, ya que se menciona cuando apreciamos lo que recibimos; estamos dándole valor a lo que tenemos o nos es dado. 

Dar las gracias a diario traerá beneficios y cambios positivos a tu vida y la ciencia lo confirma. La Universidad de Harvard publicó un artículo llamado: “Giging thank can make you happier”, que se centra en los beneficios de la gratitud y entre ellos están la mejora de la salud.. 

Harvard reunió una serie de estudios científicos y médicos como el de la Universidad de Miami, realizado por los psicólogos Emmons y McCullough, o el del psicólogo Seligman de la Universidad de Pensilvania, que concluyeron que la gratitud hace que las personas:

– Mejoren su salud física y mental

– Sientan más emociones positivas

– Enfrenten con resiliencia las adversidades

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– Mejoren su autoestima

– Descansen mejor 

– Aumenten su empatía 

– Construyan relaciones sanas y fuertes 

Estas investigaciones también concluyen que la gratitud es un logro asociado con la madurez emocional. Además, ayuda a enfocarse en lo que sí tenemos en vez de centrarse en lo que nos falta. 

Así que ya sabiendo los beneficios, te invito a que hagas de la gratitud un hábito más en tu vida. Yo suelo hacerlo dos veces al día: al despertar y antes de dormir. Me doy un tiempo a solas y agradezco por lo que tengo y lo que soy y por la oportunidad de sumar un día más a mi vida. 

Verás que la energía con la que andarás después de hacer este pequeño ritual hará que te sientas poderosa. También existen diarios de gratitud para las personas que quieran ponerlo en papel, los recomiendo mucho.

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¡Gracias, vida! ¿Cómo cultivar la gratitud? 

Entre las conclusiones que expone la publicación de la Universidad de Harvard se enumeran 5 actividades que ayudan a crear el hábito de dar las gracias y son las siguientes:

1. Escribir una nota de agradecimiento a alguien: La idea es que procures hacerlo al menos una vez al mes. Puede ser de puño y letra o por medio de un mail, lo importante es hacerle saber a esa persona lo agradecida que estás con ella.

2. Agradecer mentalmente: Esta parte es para ti y se trata de agradecer por lo que tienes. Verás que al enlistar todo te sentirás muy bendecida. Al hacerlo puedes encender una vela, es luz. 

3. Recuento de bendiciones: El domingo date un momento para enumerar las bendiciones que tuviste en la semana y agradecer por ellas. 

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4. Orar: Hazlo por ti y para ti, si crees en algo, en alguien, está bien, si no, simplemente pide y agradece lo que quieres y tienes. Esto no tiene nada que ver con creencias y religiones, así que todas podemos hacerlo. 

5. Meditar: Cuando lo hagas, da las gracias.

No me dejarás mentir, estamos tan clavadas en los problemas y rutinas que a veces se nos olvida lo afortunadas que somos porque sangre corre por nuestras venas, porque podemos sentir el sol o el viento, porque tenemos comida, porque tenemos personas que nos acompañan, porque nos tenemos, por simplemente tener opciones, ya que un nuevo día es una nueva oportunidad. 

Gracias a ti por llegar hasta acá y leer esta columna, espero que tú también sientas la magia de la gratitud como yo y que pronto veas cómo tu vida se transforma bonito.

¿Por qué siempre fracaso en el amor?

Si sientes que esta canción de Juan Gabriel define tu vida amorosa: “Yo no nací para amar, nadie nació para mí”, que no das una en el amor porque vas de fracaso en fracaso, te cuento que hay varias razones por las que te está pasando esto. 

Aquí somos sinceras y lo primero que debo decirte es que sí, el problema eres tú, tú eres el común denominador en las ecuaciones de tus relaciones amorosas que hace que termines con el corazón roto porque eliges parejas no disponibles emocionalmente. 

Es como si te aventaras en paracaídas sabiendo que no va a abrir porque no sirve; sin embargo, lo haces porque tu corazón tiene esperanza que esta vez sí funcione pero no será así, terminarás azotándote en el piso. Pero la solución está en ti y consiste en ir a terapia. 

Foto: Alejandro Piñero Amerio by Pixabay

Terapia para arreglar lo que tenemos desajustado. Normalicemos acudir al especialista que nos ayuda a sanar y mejorar nuestras emociones. No se ven, pero son más poderosas que lo que sí es visible, pues éstas desencadenan enfermedades, vicios y odios. 

¡En el amor soy una idiota que ha sufrido mil derrotas!

Las razones por las que te relacionas con personas que no están disponibles para construir una relación tienen que ver con tu historia y con tus necesidades. Estos son los patrones marcados por la psicología: 

– Influencias parentales: El amor que conocimos en casa nos fue dado por personas que no estaban emocionalmente disponibles para NOSOTRAS, por ello repetimos este patrón viejo conocido y somos incapaces de romper con él pues no conocemos otra forma de vincularnos.

– Codependencia: Se trata de una visión del amor centrada en el apego ya que la persona posee carencias como baja autoestima, fragilidad y manipulación, por lo que genera una necesidad obsesiva por la persona amada.

– Traumas: Estos son generados por miedos, por episodios que vivimos en el pasado causados por otras parejas y que nos hacen repetir patrones y llevar las nuevas relaciones a los mismos escenarios en los que no fuimos felices. 

Foto: Kelly Sikkema by unsplash.com

– Expectativas: Básicamente tener expectativas en el amor se define como la visión fantástica de cómo creo que deben ser las cosas, mi pareja y la relación. Es un constante condicionamiento a que todo sea como imaginamos y si no es así, terminamos reventando. 

Debes saber que no es normal que todas tus relaciones de pareja sean fallidas y terminen rompiéndote el corazón. Tampoco es normal que todas tus parejas sean abusivas contigo. Rompe con esos patrones y comienza a aprender a amar sanamente para que atraigas a personas disponibles emocionalmente.

Recuerda que no nacemos con nada aprendido, por eso estamos en este mundo, para conocer, para experimentar, para vivir y ser felices.

¿Cómo se construye una relación de pareja con amor sano?

Nilda Chiaraviglio, reconocida sexóloga y terapeuta clínica familiar y de pareja, tiene la respuesta para la pregunta del millón: ¿cómo se construye una relación de pareja? 

Su respuesta es: “pegando tabiques de amor todos los días. Si el otro pone sus tabiques y también los pega, entonces construimos una relación de pareja”.

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La terapeuta agrega que esto se debe hacer con conducta, en donde yo me hago responsable de todas mis necesidades y el otro también; por lo tanto, ambos estamos llenos y cuando decidimos compartir la vida, sumaremos juntos. En cambio, cuando se juntan dos personas con vacíos se crea un vacío grandote que da como resultado una relación tóxica.

Elige una pareja no sólo basada en el físico y/o la química, toma en cuenta también su compatibilidad con tu visión de la vida, la empatía que tenga con tus sueños, la honestidad en su comunicación y la responsabilidad que tiene hacia ti. 

Cuáles son las características de una relación de pareja sana:

– Se conocen muy bien.

– Cada miembro de la pareja tiene sus propios sueños y metas.

– No dejan en manos del otro su felicidad y sus necesidades personales.

– Hay admiración hacia el otro miembro de la pareja por igual.

– La confianza, la comunicación y el respeto son prioridad.

– Se aman en libertad, no se condicionan.

Foto: Matia Rengel by unsplash.com

– Ponen límites en la relación en los que ambos están de acuerdo.

– Saben hablar y solucionar los problemas entre los dos.

– Disfrutan al máximo del sexo y cumplen sus deseos sin transgredir al otro.

– Saben estar juntos pero también separados, tienen sus propios espacios y momentos.

– Saben amarse para nutrirse y no para necesitarse.

Si buscas una relación que satisfaga tus necesidades, probablemente tendrás que suprimir o modificar alguna parte de ti”, ‘El placer de amar’ de Nilda Chiaraviglio.

Los sueños no se cumplen, se trabajan

metas

¿Recuerdas cuando soñabas lo que hoy estás viviendo? Hoy quiero agradecerte a ti porque me has ayudado a cumplir uno de mis grandes sueños de la vida: tener una columna con la que puedo conectar contigo MUJER para tratar temas que nos importan y nos preocupan. Gracias por leerme y por construir juntas: 1, 2, 3 X NOSOTRAS.

Casi cumplimos 3 meses y espero que sean los primeros de muchos y que logremos construir un espacio de sororidad, de discusión y de inspiración con nuestras historias. Porque creo fielmente que la única forma de hacer un cambio a favor de nuestro género es honrarnos e impulsarnos la una a la otra. 

Gracias a esta columna, nuestra voz de ser 1, 2, 3 X NOSOTRAS resonó hasta romper fronteras y que el team del Council of Latin American & Iberian Studies (CLAIS) de la Yale University me invitara a su cena donde reunieron a mujeres talentosas (académicas, artistas, periodistas, escritoras) que están levantando la voz en pro de nuestro género. Fue un gran honor para mí y otro sueño cumplido que me llegó de sorpresa.

Además, el CLAIS llevó a cabo también su tercera conferencia Latin American Interdisciplinary Gender Network que este año abordó las irrupciones feministas anti-sistema en América Latina. Si quieres ver la conferencia magistral, da click aquí .

Justamente durante esa cena conocí y compartí experiencias con mujeres muy chingonas y hablamos de lo difícil que es para NOSOTRAS desde obtener puestos importantes en empresas, hasta tener que combinar las labores de la casa con nuestros trabajos o simplemente ser respetadas por los hombres en la calle. 

Las metas cuesta cumplirlas, hay que ser persistente, perseverante y disciplinada para lograrlas, pero además nos cuesta el doble por ser mujeres; aunque el movimiento feminista cada vez cobra más fuerza y espero, al igual que ustedes, que en un futuro cercano se derribe esa desigualdad de género que hoy es una sombra para NOSOTRAS.

suenos
suenos

El mayor consejo que puedo darte para que logres conquistar los sueños que te propongas es que creas en ti fielmente, pase lo que pase, sean tiempos buenos o de tempestades, nunca dudes de tu potencial y crea planes concretos para que cada día te acerques un poco más a eso que quieres construir.

Ningún sueño es pequeño, no los subestimes ni permitas que nadie más lo haga. Son tus metas de vida y por eso son prioridad. Ve por todas las canicas. ¡No te rindas!

Somos NOSOTRAS mismas las que nos saboteamos con pensamientos pesimistas, porque nos cuesta creer que sí podemos llegar, que sí podemos tener, que sí podemos conquistar, ya que eso nos han metido hasta el tuétano a lo largo de la historia cultural, pero no es así, somos poderosas y unidas nos volvemos invencibles. 

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Qué hacer para no sabotear tus sueños

  1. No tengas miedo a equivocarte: Somos humanas y esto pasará eventualmente. Además los errores traen consigo aprendizaje, no son un fracaso, empieza por cambiarte ese chip y tu forma de concebir las experiencias de la vida. 
  1. Sal de tu zona de confort y abre tu mente: No se puede todo blanco o todo negro o que las cosas sean como siempre acostumbras. Necesitas expandir tu mente, practicar la flexibilidad mental. 
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  1. Celebra los pequeños pasos que das: Tú eres la que debe comenzar por reconocerse los logros y los cambios que haces para obtener eso que tanto deseas. Vuelve esa gratitud un ritual diario en tu vida. Sé la presidenta de tu club de fans.
  1. Crea hábitos para evitar la procrastinación: Procrastinar no es sinónimo de holgazanería, es un asunto del manejo de emociones. Por ello es importante que armes estrategias o un plan de acción cuando vives esos días con el ánimo en el piso y no quieres hacer nada. Cada día cuenta para construir tus sueños.

Esta es la incómoda realidad de NOSOTRAS las mujeres y tenemos que hablar de ella:

  • Aproximadamente 2,400 millones de mujeres en el mundo no tienen los mismos derechos económicos que los hombres.
  • 178 países siguen teniendo barreras legales que impiden a las mujeres participar plenamente en la economía.
  • 95 países no garantizan la igualdad de remuneración por un trabajo de igual valor. La brecha salarial de género es del 23%
  • En 86 países las mujeres enfrentan algún tipo de restricción laboral. 
  • 15 millones de niñas a nivel mundial nunca tendrán la oportunidad de ir a la primaria, a comparación de 10 millones de niños. 
  • A nivel mundial, las mujeres acceden sólo a tres cuartas partes de los derechos reconocidos a los hombres.

* Datos obtenidos del informe “La mujer, la empresa y el derecho 2022” del Banco Mundial y de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Cómo sé que ya tuve un orgasmo 

orgasmo

Ponte cómoda porque hoy vamos a hablar del orgasmo femenino, un tema tan importante para poner en la mesa ya que, tristemente, el 30% de las mujeres latinas nunca han experimentado uno, según datos obtenidos por la agencia EFE.

Y sabes que erróneamente lo buscamos por medio de la vulva, el clítoris o los pezones, pero no, los orgasmos surgen en el cerebro.

Así es, mujeres, la parte de nuestro cuerpo artífice del placer máximo está arriba de nuestros hombros. Por ello es que las mujeres no necesariamente debemos experimentar una penetración para llegar al clímax sexual. 

Tal vez por ello es que a algunas les ha costado tener uno o no lo han experimentado, pero también puede ser que dudes que ya tuviste uno porque esperabas chorros de squirt, como nos hace creer el porno. No es así, un orgasmo se ve y se siente muy distinto que el Hollywood triple X.

Cómo se siente el orgasmo femenino

El cerebro tiene, aproximadamente, 85 mil millones de neuronas conectadas en circuitos responsables de algunos de los comportamientos complejos de los humanos, entre ellos las sensaciones de placer, como lo son los orgasmos

Durante la estimulación sexual, ya sea en compañía o por medio de la masturbación, el cerebro recibe señales de los estímulos y los que detecta que se sienten mejor, los guarda y los potencia, enviando impulsos a los nervios y a los músculos, según los sexólogos de Platanomelón. 

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Por lo cual, el orgasmo es el conjunto de cambios y reacciones corporales que se experimentan en el punto más alto de la excitación sexual. Para saber que tuviste uno, esto sentirás:

 

  • Punzadas en la vagina, son pequeñas pero sí las sentirás, ya que los músculos perivaginales y perineales se contraen debido al punto máximo de la tensión sexual.

 

  • Tu vagina estará más lubricada, algunas mujeres lo notarán más. Esto no es el squirt. 

 

  • El ritmo cardíaco se acelera mucho más y por segundos sentirás un intenso calor, principalmente en la cabeza, porque tu cerebro está trabajando en ello. 

 

  • Y si el orgasmo es muy fuerte, sentirás que quieres hacer pipí, pero no es así, esto pasa porque tu punto G está demasiado estimulado y también tiene palpitaciones que te hacen sentir eso. Si esto pasa, no te detengas por miedo a un accidente incómodo, sigue y verás que tendrás uno de los mejores orgasmos de tu vida. 

 

  • Precisamente, la adecuada estimulación del punto G puede llegar a que experimentes un squirt o eyaculación femenina, que puede ser desde gotas hasta un poco más pero nada como chorros. No creas todo lo que ves. 

 

Foto: Pixabay

 

Durante el orgasmo ocurren otras cosas físicas que no mencionaré porque no las sentirás, pero el cuerpo hace magia gracias al placer que experimentas. 

Y, como ya les hablé en mi columna pasada “Las mujeres también tenemos ganas de sexo”, NOSOTRAS somos el único ser vivo en la Tierra con un órgano dedicado exclusivamente al placer; además de que podemos experimentar más de un orgasmo, somos multiorgásmicas. Tenemos todo a nuestro favor para disfrutar del placer al máximo.

Consejos para tener un orgasmo 

Lo primero que hay que tener claro es que el orgasmo no es responsabilidad de nuestra pareja, sino de NOSOTRAS. Debes conocerte muy bien, saber qué te lleva al punto máximo de la excitación y para ello debes explorar sin miedo.

También es importante que te relajes, porque el estrés, cansancio o exceso de pensamientos no lograrán que tu cerebro llegue al clímax por más que le des y le des al cuerpo. 

No hay nada físico que te impida experimentar un orgasmo, así que conócete, trabaja en ello y si de plano no puedes y te sientes bloqueada, entonces acude con un especialista. Lo que sea que tengas, tiene solución, ¡es la buena noticia!

No finjas un orgasmo para complacer a tu pareja, mejor cómplacete tú y explora sola, puedes hacerlo con ayuda de juguetes. Ya después, lo compartes con quien más desees, literal.

Es nuestra misión defender el derecho que tenemos al disfrute sexual al igual que lo viven los hombres, así que ¡a darle!

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