El trabajo de mis sueños a cambio de acoso sexual

acoso

A los 25 años estaba llena de planes y muchas ganas por cumplirlos, uno de ellos era convertirme en reportera de futbol y pensé que haría todo para lograrlo hasta que a cambio me pidieron sexo. Así se resume mi historia de acoso sexual.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) define el acoso sexual como una “manifestación de la discriminación de género que hace que la persona se sienta ofendida, humillada y/o intimidada, y que constituye un problema de salud y seguridad en el trabajo”.

Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), 1 de cada 3 mujeres ha sufrido acoso sexual en su trabajo, por lo que este problema ya es considerado un tipo de violencia de género contra las mujeres a nivel mundial.

Hay 2 formas en las que puede ocurrir, pero la más común es el chantaje, cuando la persona de poder (jefe) abusa de su puesto para intimidar a su subordinada a cambio de un “beneficio”, como la permanencia en el trabajo o un aumento de puesto o de sueldo.

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La otra forma de acoso es a través de comportamientos que pueden ser físicos (tocamientos o violencia física) o verbales (palabras obscenas o chiflidos).

De la forma que sea, el acoso sexual es un delito y debemos denunciarlo. No permitamos que estos episodios desagradables sigan pasándonos, mujeres. 

Cuando me pasó estaba muy joven e inexperta, por lo tanto, el miedo me comía pero ni así lograron someterme. 

Yo soñaba con ser reportera de futbol y hacer de los estadios mi oficina y poder narrar los partidos. Así que cuando pedí mi primera oportunidad laboral a eso fui. Tenía 22 años.  

Me quedé como becaria en la sección de Deportes; sin embargo, cuando el editor me conoció no me quiso en su equipo porque me vestía de minifalda y tacones y según él intentaba “protegerme” del ambiente machista del medio.

Me discriminó y pidió mi cambio a la sección de estilo de vida porque le hacía más sentido que estuviera allí solamente por ser una mujer que olía rico.

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Así fue que comencé a ganar experiencia en el periodismo rosa o del corazón, que hoy es mi especialidad. Sin embargo, yo quería hacer otra cosa.

Así que después de 3 años en mi empleo, renuncié y decidí tocar la puerta de una de las revistas de futbol más reconocidas en el país. Era mi intento 2 por entrar al periodismo deportivo.

Yo no conocía el rostro del editor de la revista pero sí todo lo que escribía y lo que decía, pues colaboraba en un par de programas de radio. La verdad, lo admiraba.

Mi primer filtro fue con recursos humanos y lo pasé; luego me indicaron que iba a tener entrevista con el editor, en serio era un sueño para mí.

Llegó el día de conocerlo y la experiencia fue muy agradable. Estaba impresionada de lo joven que era para tener tanto prestigio en su gremio. Tenía 39 años, me llevaba 17.

Durante la entrevista salió que habíamos estudiado en la misma universidad, mi amada UNAM, y que teníamos la misma asesora de tesis. Yo ya estaba titulada y él seguía en el proceso.

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En ese momento pensé que lo había convencido de ser la mejor candidata para el puesto por contarle que crecí en los estadios, gracias a mi papá que era pambolero e incluso había jugado en la segunda de Pumas.

Le dije todo lo que sabía sobre jugadores, técnicas y demás. Le hablé de líneas de 3 y de la historia del Maracanazo. 

Me dio el puesto y como en todo trabajo me dijo que estaría 3 meses a prueba y que de cajón tenía que leer todos los libros sobre futbol que él tenía en su biblioteca personal. 

Estaba encantada, pensaba que había logrado conseguir mi trabajo más deseado y además iba a aprender de uno de los grandes periodistas deportivos del país. 

También celebraba que había ganado al fin la batalla de desigualdad de género en el periodismo deportivo. Pero esto apenas empezaba y me esperaba algo peor.

Las primeras semanas estuve en la redacción leyendo los libros de futbol que me puso de tarea y revisando la ortografía de la revista que se iba a publicar en el mes.

Durante mi segundo mes me dijo que iba a comenzar a proponer titulares y lo iba a acompañar a los partidos y eventos que cubría, para irme adentrando mejor pero guiada.

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Pero además, comenzó a invitarme a cenar y bailar salsa, lo cual me pareció raro pero no quise pensar mal. ¡Esa ya era una red flag!

En varias ocasiones me llevó a mi casa porque le quedaba de paso y yo encantada de ir escuchando sus infinitas historias y experiencias sobre futbol. Aunque también me hablaba de algunas cosas de su vida personal. 

Pese a que casi tenía 2 meses trabajando en su equipo, él me seguía hablando de usted y casi me llamaba todas las noches por teléfono, las llamadas duraban al menos una hora.

Un viernes me invitó a cenar y bailar salsa, su plan favorito, le dije que sí. Lo raro fue que cuando íbamos en camino me preguntó si lo acompañaba a uno de sus departamentos a cobrar la renta. Le dije que estaba bien, no sospeché nada.

Cuando llegamos al edificio metió el auto al estacionamiento y al apagarlo, me pidió que lo acompañara, en ese momento comenzó mi incomodidad.

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Le dije que no, que lo esperaba en el auto, pero insistió. Luego cambió la versión de que iba a cobrar la renta porque iba a revisar que el inquilino hubiera vaciado el departamento, entonces estaríamos solos.

Insistí que no y que quería irme ya, todavía me atreví a exigirle que me llevara a casa. Yo era muy joven y no sabía qué hacer.

Me dijo que no iba a pasar nada que yo no quisiera, pero que era obvio que queríamos los 2 por las pláticas largas que teníamos, las comidas y demás.

Estaba asustada pero mi papá me enseñó a defenderme y pelear por mi vida e integridad de ser necesario. Así que lo amenacé con gritar. Sabía que no iba a ir más allá, aunque estaba muy incómoda, estaba sufriendo acoso sexual laboral.

Nos metimos al auto, comenzó a manejar en silencio, hasta que de pronto se soltó a reprocharme que era obvio que a eso íbamos y que me olvidara del trabajo.

Me estaba proponiendo darme el trabajo de planta a cambio de sexo, abusando de su poder. En serio que me dieron ganas de vomitar. Le solté toda la impotencia que sentía, no pude hacerlo sin sollozar. El tipo frío seguía manejando sin decir nada.

Al llegar a mi casa le azoté la puerta de su auto caro. Y el lunes hablé a recursos humanos para decirles que no iba a volver porque el trabajo no era lo que esperaba. 

No me atreví a decir la verdad, pensé que no iban a creerme porque él tenía una gran reputación. Pero tampoco pude contarle a mis papás o a mis amigas, sentía mucha pena.

Una semana después encontré trabajo en mi fuente, el periodismo rosa, pero seguía con el nudo en la garganta y quería justicia.

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Así que decidí abrir una cuenta de Twitter y denunciarlo. ¿Y qué creen que pasó? Éramos varias mujeres que habíamos sufrido acoso sexual por parte del señor. 

NOSOTRAS unidas logramos que recursos humanos y mucho más personas se enteraran quién era este tipo y lo que hacía con sus subordinadas.

Y creo que además le encontraron otras cosas ilegales, así que se quedó sin trabajo, cerró sus redes sociales y desapareció.

Se había apagado el editor reconocido y admirado que aparentaba detrás del acosador que realmente era.

Pero además de todo, en el tiempo que trabajé con él, se atrevió a añadir en Facebook a dos de mis mejores amigas, que claro llegó a ellas por mi red de contactos, y las invitaba a los palcos de los estadios para ver los partidos de sus equipos. Era un cobarde, un enfermo.

Me siento en paz de haber levantado la voz y buscado justicia a pesar de sentir que estaba enfrentándome con Godzilla.

En ese momento no lo sabía pero ya era una mujer feminista dispuesta a luchar por erradicar cualquier tipo de violencia contra mi género.

Hoy espero que mis sobrinas no tengan que enfrentarse a toda esta violencia sólo por ser mujeres. Por ellas y por todas levanto la voz y me convierto en el ejemplo de lo que debemos denunciar. 

No soy Shakira pero también me engañó un hombre menor

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Shakira acaba de lanzar su última canción y esperábamos alguna indirecta para su ex Gerard Piqué, como lo hizo en “Monotonía”; sin embargo, lo mató a él y a todos los ex de la historia que han sido infieles con una letra directa y con la que nos identificamos más de una. Creó un himno con su dolor. 

Así que aprendiendo de mi pastora Shakira, yo también quiero facturar el engaño de mi ex y por eso hoy les contaré mi historia de terror con el que pensé era el amor de mi vida y quien, por cierto, también era menor que yo, 3 años más joven. 

Nuestra historia fue auténtica, un flechazo de cupido a primera vista de ambas partes. Nos conocimos en un bar de la Condesa y desde el primer contacto visual, me sentí como si me hubieran golpeado la cabeza. El hombre me había encantado y por la forma en que me miraba, parecía que yo también. 

Mis amigos se dieron cuenta de inmediato que ni él ni yo podíamos quitarnos los ojos de encima; sin embargo, yo no iba en plan de ligar pues acababa de terminar un breve noviazgo, pero cuando te flechan no hay manera de detenerlo. 

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Antes de irme, se acercó a mí y compartimos contactos. Durante un mes estuvimos chateando todas las noches, disfrutaba mucho platicar con él. 

El primer date tardó en suceder porque en ese tiempo yo estaba saliendo muy tarde del trabajo, pero él aguantó mis constantes cancelaciones y un día, sin planearlo, decidimos vernos en el centro de Coyoacán para ir a tomar un café a El Jarocho.

Llegué casi a las 10 de la noche, él fue por mí y me recibió con una sonrisa, un abrazo y un beso en la mejilla. Compramos el café y decidimos caminar mientras nos lo tomábamos. Yo quería que esa noche durara 5 horas más, me sentía tan a gusto, tan en paz. Comencé a creer que había conexiones destinadas a suceder y que no se apagan jamás, ni con toda el agua del mar.

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No hubo beso en el primer date, pero sí mucha complicidad, abrazos y risas. En nuestra segunda salida sí hubo muchos besos y fue la primera noche que pasamos juntos. Con él me sentía como en un tren que había arrancado muy de prisa; sin embargo, estaba fascinada con ir a toda velocidad. 

A partir de ese momento no nos soltamos y comenzamos a construir, sin planearlo, una relación tranquila, todo era muy sencillo porque nos llevábamos genial, teníamos una gran comunicación y nos gustábamos mucho. Había física, química, ganas y magia, lo que yo creía que construía una base sólida para mantener una gran relación de pareja. 

Con él me sentía adolescente otra vez, comenzamos no sólo a crear recuerdos, sino que también se dieron las circunstancias para trabajar juntos, porque nos dedicamos a lo mismo. Los días estaban llenos de planes juntos.

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Al principio no peléabamos, él me daba el sostén y la seguridad que yo deseaba; además del mejor sexo de mi vida, al menos hasta ese momento, y así seguimos por un buen tiempo.

Pero un día comencé a sentirme insegura porque una de sus amigas de redes sociales le coqueteaba abiertamente y, si bien él no seguía el juego, no lo frenaba tampoco. 

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En ese momento comenzaron nuestros problemas; sin embargo, me convencí por completo que no debía dar importancia a esto y que teníamos algo más grande y fuerte por lo que valía todo seguir apostándole a los dos, a nuestro equipo. 

Pero desde ese momento mis antenas se activaron, yo no volví a tener la misma confianza ciega y justo eso fue lo que me llevó a descubrir que me engañaba

En mi caso no pasó que dejáramos de tener sexo o que pasáramos menos tiempo juntos. Simplemente comencé a notar que hablaba más de una de sus compañeras de trabajo y me vibró que no era normal. 

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Lo encaré y le pregunté si tenía algo con ella, por supuesto que me dijo que no y me tachó de loca celosa, recuerden que ya veníamos arrastrando mi desconfianza desde los mensajes de la amiga, entonces desde ese momento yo para él era la intensa que inventaba historias.

Así pasaron un par de meses, yo intentaba confirmar mis sospechas, ese tiempo viví un verdadero infierno, la ansiedad que sentía era inmensurable. Un día peleamos tan feo que fue cuando se atrevió, por primera vez, a decirme que lo mejor era terminar porque no podía estar aguantando mis celos. 

Sin embargo, nada paró. Ese fin de semana fuimos a una plaza comercial a comprar un celular para mí y yo le regalé el que iba a dejar, luego comimos pizza y terminamos acurrucados, yo pensaba que más juntos que nunca, pero no era así. 

Llegó el día que no pude más y decidí escribirle a la compañera de trabajo y preguntarle directamente si mis sospechas eran ciertas, era lo único que me iba a dar paz en ese momento, estaba por reventar. 

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La gran sorpresa fue que ella me respondió como si estuviera convencida que yo era la ex loca que no dejaba en paz a su hombre, claro, eso le contó él para salir bien librado, típico de un infiel, pero jamás le dijo que días antes habíamos tenido el mejor sexo de reconciliación, se olvidó del pequeño gran detalle. 

Ella me confirmó que era su novio y llevaban 6 meses juntos, agregando que quería que no los perturbara y los dejara en paz. Me quedé helada, pero le agradecí que me hubiera dicho la verdad y le aseguré que no volvería a saber de mí. Por supuesto, ella me bloqueó. 

El dolor que sentí no puedo ni describirlo y en ese momento yo, como Shakira, también quería venganza en vez de terapia. Es normal sentir eso después de que te lastiman de esa manera. Lo primero que sientes es odio, es la primera etapa natural de un duelo por traición.  

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Lloré mucho y por muchos años, incluso quedé traumada y desde entonces me negué a establecer otra relación y ni hablar de volver a confiar en el otro. Mi proceso duró más tiempo del normal a pesar de que sí fui a terapia, pero mi amor propio y mi fortaleza combinados con el tiempo lograron que lo superara. 

Además el tiempo también me reafirmó que ese no era el hombre que yo me merecía, ya que incluso hubo más de una ocasión que me ofreció vernos y me habló de sus deseos sexuales, ya estando con su nueva pareja. ¡Qué inmundicia!

Este proceso, que definitivamente marcó mi vida, me enseñó que al final sí logras perdonar y avanzar. Hoy agradezco los buenos momentos que viví con él, pero más los que ya no tuve que padecer. Esa experiencia me dejó grandes enseñanzas y de eso les hablé ya en mi columna “Lo que me enseñó el hombre que me rompió el corazón”, pueden leerla aquí.

Hoy estoy muy cómoda hablándoles de esto, pero también sufrí y lloré y quise ir a destrozar su auto porque sentía que lo odiaba, obvio no lo hice. Desde entonces ya le dedicaba canciones de Shakira, como: “Y que a tu edad sepas bien lo que es romperle el corazón a alguien así”.

Todo cierra, aunque se haga cicatriz, por eso le aplaudo a Shakira que decida liberar su dolor por medio de sus canciones y me parece lamentable que algunos usuarios la juzguen con comentarios machistas como que es la “ex ardida”, “que se ve mal haciendo eso” o que es “la tóxica”. 

Los procesos son personales, por ello no deben juzgarse, empecemos por respetar. Nada mejor que hacer arte del dolor. 

Así fue salir con alguien que tenía eyaculación precoz

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Esta historia sobre la eyaculación precoz comienza un viernes de invierno por la noche, cuando fui al cumpleaños sorpresa de una de mis amigas, organizado por su novio que me cae pésimo por patán y que, por lo tanto, fue el peor anfitrión.

Luego de un par de horas le mandé WhatsApp a otra de mis amigas para que me rescatara y me llevara a cenar, porque el anfitrión no nos dejaba probar los bocadillos y las bebidas, porque según él había que esperar. Nunca supe qué esperábamos, supongo que ser menos porque el tacaño invirtió poco y todo faltaba. En fin. 

Llegó mi otra amiga por mí, bendita que siempre me rescataba de todo, y fuimos a comer pizza y tomar cerveza cerca de mi casa. En el lugar estaba celebrando su cumpleaños un hombre de esos que es inevitable que no voltees a ver.

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Así que desde que llegamos, mi amiga y yo le echamos “el ojo”, pues era un tipo que se veía porque se veía: alto de 1.85, musculoso y muy guapo. Mi amiga juraba que era idéntico a Gerard Butler (el protagonista de la película “Los 300”), si no sabes de quién te hablo, por favor, Googléalo. 

Recuerdo perfecto lo que llevaba puesto: una playera básica negra de cuello redondo y manga corta que resaltaba sus enormes músculos de los brazos y un pantalón de gabardina color café claro que no le quedaba apretado; sin embargo, resaltaba sus pompas espectaculares. 

Nos gustó tanto a las dos, pero yo siempre he sido más aventada, que le dije que fuéramos a felicitarlo, no podíamos dejar pasar esa oportunidad. Y cuando él fue al baño, lo interceptamos para hablarle. Noté que se sonrojó al hacerlo, por lo que pensé que era tímido. 

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Terminamos compartiendo los WhatsApps y quedamos en salir después a “festejarlo”. La sorpresa fue que horas más tarde, cuando yo ya estaba en mi casa lavándome los dientes, me escribió y se armó vernos esa misma noche para el after party improvisado. 

Me lo había ligado, ¡qué suerte! Fuimos por otra cerveza y platicamos lo básico para comenzar a conocernos hasta que nos cerraron el lugar, entonces le propuse seguirla en mi casa, estábamos a dos pasos. 

Y pues sí, el date terminó justo donde se imaginan: en la cama, pero la eyaculación precoz fue la primera en llegar y arruinar esa noche. Él apenadísimo se disculpaba; yo le decía que estaba bien, que seguramente eran los nervios de que no nos conocíamos o las cervezas. 

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Esa noche, el acto duró menos de un minuto, duró menos del coro de la canción que escuchábamos y como era la primera vez que me pasaba, no supe qué hacer y él también se quedó petrificado. Así que nadie terminó feliz, literal. 

La eyaculación precoz es un tema incómodo; sin embargo, es más común de lo que imaginamos, pues 1 de cada 3 hombres la han padecido en algún momento de su vida, según Mayo Clinic.

Vayamos por partes… Primero hay que derribar los mitos de que una relación sexual es larguísima. El coito dura 5.4 minutos en promedio, según un estudio realizado por el médico Marcel D. Waldinger y difundido por la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos. 

Y se considera eyaculación precoz cuando el coito dura menos de 1.5 minutos, según un estudio realizado por el psicólogo clínico Darío Fernández Delgado del Centro de Salud “Los Ángeles” de Madrid y publicado en la Revista Clínica de Medicina Familiar de Madrid. 

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Cuando a mí me pasó pensé que sólo había sido un mal momento, pero que debíamos probar otra vez estando más relajados y sin cerveza en las venas y también no ayudó que él nunca se atrevió a confesarme que siempre le pasaba esto, obvio porque en el pasado había sido juzgado. 

Los siguientes dates con mi “Gerard Butler” me confirmaron que era eyaculador precoz, por lo que fui yo la que tuvo que comenzar la conversación incómoda, pues no quería dejarlo de conocer sólo por eso. 

Si bien, la sexualidad es un tema muy importante en una pareja, hay alternativas y yo en ese momento pensaba que la eyaculación precoz sí se “curaba”. Así que lo convencí de visitar médicos para encontrar una solución. 

En todo momento lo acompañé en el inicio del proceso y juntos nos informamos y enteramos de los motivos que desencadenan la eyaculación precoz, que pueden ser tanto físicos como genéticos o psicológicos. Algunos tienen solución, pero no todos los casos. 

Pero mientras eso pasaba, nosotros fuimos mejorando nuestros encuentros sexuales gracias a la confianza que le di. Así que los juegos, las caricias y otro tipo de dinámicas eran fundamentales para que ambos disfrutáramos al 100 cada relación sexual

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Fue una experiencia diferente para mí, pero después de la primera noche nunca más quedamos insatisfechos. La diferencia fue romper con los tabúes y atreverse a experimentar. 

Meses después yo decidí dejar de verlo porque nuestras metas de vida a futuro eran totalmente opuestas, pero para nada se acabó por el tema sexual, porque eso supimos resolverlo juntos. 

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Terminamos muy bien y platicamos de vez en cuando, no sé si siguió sus visitas médicas y si su caso era de los que vencen la disfunción, pero si no, ahora sabe que sí puede satisfacerse a él y a su pareja y cómo lograrlo. 

Lo importante es experimentar lo que a cada uno le funcione para estar satisfecho, pero para que eso suceda debemos conocer perfectamente nuestro cuerpo, nuestros puntos máximos de placer, que no están solamente en las zonas íntimas, y las experiencias que más disfrutamos hacer en el sexo. 

Mi conclusión a esta experiencia es que la sexualidad es tan diversa que hace que alcance el placer para todos, con o sin disfunciones. 

¡Adiós soltería! Cómo ligar con éxito 

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Aunque ahora existen apps para conocer gente y ligar -no estoy peleada con ellas-, soy de la vieja escuela y prefiero hacerlo a la antigüita porque me parece maravillosa la magia que surge cuando miras a alguien por primera vez y te encanta y todo sucede sin buscarlo. 

No es que me sienta Santa Belinda de los enamorados, aunque sí se ha tatuado por mí, pero sí tengo suerte para ligar donde sea: en el super, en el cine, en la biblioteca; siempre he tenido esa chispa y creo que tiene que ver con mi personalidad. 

Incluso en mis veintes quise abrir un blog que se llamara: “Mis mil y un dates”, pero nunca lo hice y hoy que tengo esta columna, les daré mis highlights nunca antes revelados (ja, ja, ja).

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Mis secretos para ligar con éxito en donde sea

Ser auténtica: Este es mi mayor secreto y, la que considero, la característica más importante para seducir a quien sea. Son más atractivas las personas que son únicas, que las que  intentan caer bien, encajar o complacer. La esencia hipnotiza a cualquiera ¡te lo firmo!

No te limites, demuéstrale al mundo quién eres, qué te hace ser especial del resto y te prometo que te voltearán a ver. 

Seguridad en ti misma: No hay nada más sexy que una persona que sabe lo que vale y no acepta menos de eso. No lo ha comprobado la ciencia pero no tengo dudas de que la seguridad en sí mismo se nota hasta cuando caminas y por eso es el mejor “imán” para ligar

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Sonríe a la vida: No es manual de superación personal, pero les aseguro que las personas que sonreímos todo el tiempo cambiamos el mundo. Sé que hay momentos estresantes y que andamos de malas o quejándonos, pero toparse con una persona feliz que te dibuja una sonrisa cuando la miras puede que te cambie el día y la vida. La gente sí anda por el mundo enamorándose de las sonrisas. 

Honestidad: Ser transparente con lo que eres, con lo que reflejas y con lo que dices es fundamental. Es muy atractivo encontrar a una persona con la vida llena de certezas. 

Calladita no te ves más bonita: ¿Recuerdas el mito de que las sirenas enamoraban a los marineros con su canto? Por algo lo inventaron, ¿no crees? Por medio de las palabras se logra una conexión muy fuerte de seducción. Todos tenemos cosas interesantes que compartirle a los demás y que nos ayudan a darnos a conocer, así que no tengas pena y habla, mujer. 

Ámate: Aceptarte al 100 lo es todo; hablo de eso que la gente llama imperfecciones, pero para mí son rasgos que te hacen única en el mundo. No te claves en los estereotipos de cómo debes verte o ser para considerarte una mujer atractiva. Una vez que tengas eso claro, verás el brillo que irradiarás y será imposible que la gente no lo note. Una persona que se ama lo refleja en su forma de vestir, de caminar, de hablar, de ser, y con eso conquista a cualquiera. 

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Como te dije al inicio, no es regla que para ligar tengas que acudir a lugares sociales como bares, restaurantes o antros, en cualquier lugar puedes conocer a alguien que te guste, no es broma que he ligado en la biblioteca. Mis secretos tienen que ver contigo, así que para comenzar a ligar con éxito, aplícate en ti. 

Eso sí, no todas las personas caerán rendidas a tus pies por tus encantos, vivirás rechazos pero cuando eso suceda, no te hagas pequeña, recuerda que estás ganando experiencia.

Lo más bonito de ligar es que conoces a nuevas personas y eso siempre es rico y valioso. Te permite expandir tus redes, tu vida social y tu mundo. 

Te garantizo que si empiezas a creer en ti, no sólo ligarás sin morir en el intento, sino que conquistarás todo lo que te propongas. Gracias por leer 1, 2, 3 X NOSOTRAS cada semana, te deseo lo mejor y que comencemos el 2023 bien cabrón y con un date nuevo. 

El poder de dar las gracias

gratitud

Gracias es una palabra tan pequeña pero poderosa, ya que se menciona cuando apreciamos lo que recibimos; estamos dándole valor a lo que tenemos o nos es dado. 

Dar las gracias a diario traerá beneficios y cambios positivos a tu vida y la ciencia lo confirma. La Universidad de Harvard publicó un artículo llamado: “Giging thank can make you happier”, que se centra en los beneficios de la gratitud y entre ellos están la mejora de la salud.. 

Harvard reunió una serie de estudios científicos y médicos como el de la Universidad de Miami, realizado por los psicólogos Emmons y McCullough, o el del psicólogo Seligman de la Universidad de Pensilvania, que concluyeron que la gratitud hace que las personas:

– Mejoren su salud física y mental

– Sientan más emociones positivas

– Enfrenten con resiliencia las adversidades

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– Mejoren su autoestima

– Descansen mejor 

– Aumenten su empatía 

– Construyan relaciones sanas y fuertes 

Estas investigaciones también concluyen que la gratitud es un logro asociado con la madurez emocional. Además, ayuda a enfocarse en lo que sí tenemos en vez de centrarse en lo que nos falta. 

Así que ya sabiendo los beneficios, te invito a que hagas de la gratitud un hábito más en tu vida. Yo suelo hacerlo dos veces al día: al despertar y antes de dormir. Me doy un tiempo a solas y agradezco por lo que tengo y lo que soy y por la oportunidad de sumar un día más a mi vida. 

Verás que la energía con la que andarás después de hacer este pequeño ritual hará que te sientas poderosa. También existen diarios de gratitud para las personas que quieran ponerlo en papel, los recomiendo mucho.

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¡Gracias, vida! ¿Cómo cultivar la gratitud? 

Entre las conclusiones que expone la publicación de la Universidad de Harvard se enumeran 5 actividades que ayudan a crear el hábito de dar las gracias y son las siguientes:

1. Escribir una nota de agradecimiento a alguien: La idea es que procures hacerlo al menos una vez al mes. Puede ser de puño y letra o por medio de un mail, lo importante es hacerle saber a esa persona lo agradecida que estás con ella.

2. Agradecer mentalmente: Esta parte es para ti y se trata de agradecer por lo que tienes. Verás que al enlistar todo te sentirás muy bendecida. Al hacerlo puedes encender una vela, es luz. 

3. Recuento de bendiciones: El domingo date un momento para enumerar las bendiciones que tuviste en la semana y agradecer por ellas. 

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4. Orar: Hazlo por ti y para ti, si crees en algo, en alguien, está bien, si no, simplemente pide y agradece lo que quieres y tienes. Esto no tiene nada que ver con creencias y religiones, así que todas podemos hacerlo. 

5. Meditar: Cuando lo hagas, da las gracias.

No me dejarás mentir, estamos tan clavadas en los problemas y rutinas que a veces se nos olvida lo afortunadas que somos porque sangre corre por nuestras venas, porque podemos sentir el sol o el viento, porque tenemos comida, porque tenemos personas que nos acompañan, porque nos tenemos, por simplemente tener opciones, ya que un nuevo día es una nueva oportunidad. 

Gracias a ti por llegar hasta acá y leer esta columna, espero que tú también sientas la magia de la gratitud como yo y que pronto veas cómo tu vida se transforma bonito.

¿Por qué siempre fracaso en el amor?

Si sientes que esta canción de Juan Gabriel define tu vida amorosa: “Yo no nací para amar, nadie nació para mí”, que no das una en el amor porque vas de fracaso en fracaso, te cuento que hay varias razones por las que te está pasando esto. 

Aquí somos sinceras y lo primero que debo decirte es que sí, el problema eres tú, tú eres el común denominador en las ecuaciones de tus relaciones amorosas que hace que termines con el corazón roto porque eliges parejas no disponibles emocionalmente. 

Es como si te aventaras en paracaídas sabiendo que no va a abrir porque no sirve; sin embargo, lo haces porque tu corazón tiene esperanza que esta vez sí funcione pero no será así, terminarás azotándote en el piso. Pero la solución está en ti y consiste en ir a terapia. 

Foto: Alejandro Piñero Amerio by Pixabay

Terapia para arreglar lo que tenemos desajustado. Normalicemos acudir al especialista que nos ayuda a sanar y mejorar nuestras emociones. No se ven, pero son más poderosas que lo que sí es visible, pues éstas desencadenan enfermedades, vicios y odios. 

¡En el amor soy una idiota que ha sufrido mil derrotas!

Las razones por las que te relacionas con personas que no están disponibles para construir una relación tienen que ver con tu historia y con tus necesidades. Estos son los patrones marcados por la psicología: 

– Influencias parentales: El amor que conocimos en casa nos fue dado por personas que no estaban emocionalmente disponibles para NOSOTRAS, por ello repetimos este patrón viejo conocido y somos incapaces de romper con él pues no conocemos otra forma de vincularnos.

– Codependencia: Se trata de una visión del amor centrada en el apego ya que la persona posee carencias como baja autoestima, fragilidad y manipulación, por lo que genera una necesidad obsesiva por la persona amada.

– Traumas: Estos son generados por miedos, por episodios que vivimos en el pasado causados por otras parejas y que nos hacen repetir patrones y llevar las nuevas relaciones a los mismos escenarios en los que no fuimos felices. 

Foto: Kelly Sikkema by unsplash.com

– Expectativas: Básicamente tener expectativas en el amor se define como la visión fantástica de cómo creo que deben ser las cosas, mi pareja y la relación. Es un constante condicionamiento a que todo sea como imaginamos y si no es así, terminamos reventando. 

Debes saber que no es normal que todas tus relaciones de pareja sean fallidas y terminen rompiéndote el corazón. Tampoco es normal que todas tus parejas sean abusivas contigo. Rompe con esos patrones y comienza a aprender a amar sanamente para que atraigas a personas disponibles emocionalmente.

Recuerda que no nacemos con nada aprendido, por eso estamos en este mundo, para conocer, para experimentar, para vivir y ser felices.

¿Cómo se construye una relación de pareja con amor sano?

Nilda Chiaraviglio, reconocida sexóloga y terapeuta clínica familiar y de pareja, tiene la respuesta para la pregunta del millón: ¿cómo se construye una relación de pareja? 

Su respuesta es: “pegando tabiques de amor todos los días. Si el otro pone sus tabiques y también los pega, entonces construimos una relación de pareja”.

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La terapeuta agrega que esto se debe hacer con conducta, en donde yo me hago responsable de todas mis necesidades y el otro también; por lo tanto, ambos estamos llenos y cuando decidimos compartir la vida, sumaremos juntos. En cambio, cuando se juntan dos personas con vacíos se crea un vacío grandote que da como resultado una relación tóxica.

Elige una pareja no sólo basada en el físico y/o la química, toma en cuenta también su compatibilidad con tu visión de la vida, la empatía que tenga con tus sueños, la honestidad en su comunicación y la responsabilidad que tiene hacia ti. 

Cuáles son las características de una relación de pareja sana:

– Se conocen muy bien.

– Cada miembro de la pareja tiene sus propios sueños y metas.

– No dejan en manos del otro su felicidad y sus necesidades personales.

– Hay admiración hacia el otro miembro de la pareja por igual.

– La confianza, la comunicación y el respeto son prioridad.

– Se aman en libertad, no se condicionan.

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– Ponen límites en la relación en los que ambos están de acuerdo.

– Saben hablar y solucionar los problemas entre los dos.

– Disfrutan al máximo del sexo y cumplen sus deseos sin transgredir al otro.

– Saben estar juntos pero también separados, tienen sus propios espacios y momentos.

– Saben amarse para nutrirse y no para necesitarse.

Si buscas una relación que satisfaga tus necesidades, probablemente tendrás que suprimir o modificar alguna parte de ti”, ‘El placer de amar’ de Nilda Chiaraviglio.

Los sueños no se cumplen, se trabajan

metas

¿Recuerdas cuando soñabas lo que hoy estás viviendo? Hoy quiero agradecerte a ti porque me has ayudado a cumplir uno de mis grandes sueños de la vida: tener una columna con la que puedo conectar contigo MUJER para tratar temas que nos importan y nos preocupan. Gracias por leerme y por construir juntas: 1, 2, 3 X NOSOTRAS.

Casi cumplimos 3 meses y espero que sean los primeros de muchos y que logremos construir un espacio de sororidad, de discusión y de inspiración con nuestras historias. Porque creo fielmente que la única forma de hacer un cambio a favor de nuestro género es honrarnos e impulsarnos la una a la otra. 

Gracias a esta columna, nuestra voz de ser 1, 2, 3 X NOSOTRAS resonó hasta romper fronteras y que el team del Council of Latin American & Iberian Studies (CLAIS) de la Yale University me invitara a su cena donde reunieron a mujeres talentosas (académicas, artistas, periodistas, escritoras) que están levantando la voz en pro de nuestro género. Fue un gran honor para mí y otro sueño cumplido que me llegó de sorpresa.

Además, el CLAIS llevó a cabo también su tercera conferencia Latin American Interdisciplinary Gender Network que este año abordó las irrupciones feministas anti-sistema en América Latina. Si quieres ver la conferencia magistral, da click aquí .

Justamente durante esa cena conocí y compartí experiencias con mujeres muy chingonas y hablamos de lo difícil que es para NOSOTRAS desde obtener puestos importantes en empresas, hasta tener que combinar las labores de la casa con nuestros trabajos o simplemente ser respetadas por los hombres en la calle. 

Las metas cuesta cumplirlas, hay que ser persistente, perseverante y disciplinada para lograrlas, pero además nos cuesta el doble por ser mujeres; aunque el movimiento feminista cada vez cobra más fuerza y espero, al igual que ustedes, que en un futuro cercano se derribe esa desigualdad de género que hoy es una sombra para NOSOTRAS.

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El mayor consejo que puedo darte para que logres conquistar los sueños que te propongas es que creas en ti fielmente, pase lo que pase, sean tiempos buenos o de tempestades, nunca dudes de tu potencial y crea planes concretos para que cada día te acerques un poco más a eso que quieres construir.

Ningún sueño es pequeño, no los subestimes ni permitas que nadie más lo haga. Son tus metas de vida y por eso son prioridad. Ve por todas las canicas. ¡No te rindas!

Somos NOSOTRAS mismas las que nos saboteamos con pensamientos pesimistas, porque nos cuesta creer que sí podemos llegar, que sí podemos tener, que sí podemos conquistar, ya que eso nos han metido hasta el tuétano a lo largo de la historia cultural, pero no es así, somos poderosas y unidas nos volvemos invencibles. 

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Qué hacer para no sabotear tus sueños

  1. No tengas miedo a equivocarte: Somos humanas y esto pasará eventualmente. Además los errores traen consigo aprendizaje, no son un fracaso, empieza por cambiarte ese chip y tu forma de concebir las experiencias de la vida. 
  1. Sal de tu zona de confort y abre tu mente: No se puede todo blanco o todo negro o que las cosas sean como siempre acostumbras. Necesitas expandir tu mente, practicar la flexibilidad mental. 
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  1. Celebra los pequeños pasos que das: Tú eres la que debe comenzar por reconocerse los logros y los cambios que haces para obtener eso que tanto deseas. Vuelve esa gratitud un ritual diario en tu vida. Sé la presidenta de tu club de fans.
  1. Crea hábitos para evitar la procrastinación: Procrastinar no es sinónimo de holgazanería, es un asunto del manejo de emociones. Por ello es importante que armes estrategias o un plan de acción cuando vives esos días con el ánimo en el piso y no quieres hacer nada. Cada día cuenta para construir tus sueños.

Esta es la incómoda realidad de NOSOTRAS las mujeres y tenemos que hablar de ella:

  • Aproximadamente 2,400 millones de mujeres en el mundo no tienen los mismos derechos económicos que los hombres.
  • 178 países siguen teniendo barreras legales que impiden a las mujeres participar plenamente en la economía.
  • 95 países no garantizan la igualdad de remuneración por un trabajo de igual valor. La brecha salarial de género es del 23%
  • En 86 países las mujeres enfrentan algún tipo de restricción laboral. 
  • 15 millones de niñas a nivel mundial nunca tendrán la oportunidad de ir a la primaria, a comparación de 10 millones de niños. 
  • A nivel mundial, las mujeres acceden sólo a tres cuartas partes de los derechos reconocidos a los hombres.

* Datos obtenidos del informe “La mujer, la empresa y el derecho 2022” del Banco Mundial y de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Cómo sé que ya tuve un orgasmo 

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Ponte cómoda porque hoy vamos a hablar del orgasmo femenino, un tema tan importante para poner en la mesa ya que, tristemente, el 30% de las mujeres latinas nunca han experimentado uno, según datos obtenidos por la agencia EFE.

Y sabes que erróneamente lo buscamos por medio de la vulva, el clítoris o los pezones, pero no, los orgasmos surgen en el cerebro.

Así es, mujeres, la parte de nuestro cuerpo artífice del placer máximo está arriba de nuestros hombros. Por ello es que las mujeres no necesariamente debemos experimentar una penetración para llegar al clímax sexual. 

Tal vez por ello es que a algunas les ha costado tener uno o no lo han experimentado, pero también puede ser que dudes que ya tuviste uno porque esperabas chorros de squirt, como nos hace creer el porno. No es así, un orgasmo se ve y se siente muy distinto que el Hollywood triple X.

Cómo se siente el orgasmo femenino

El cerebro tiene, aproximadamente, 85 mil millones de neuronas conectadas en circuitos responsables de algunos de los comportamientos complejos de los humanos, entre ellos las sensaciones de placer, como lo son los orgasmos

Durante la estimulación sexual, ya sea en compañía o por medio de la masturbación, el cerebro recibe señales de los estímulos y los que detecta que se sienten mejor, los guarda y los potencia, enviando impulsos a los nervios y a los músculos, según los sexólogos de Platanomelón. 

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Por lo cual, el orgasmo es el conjunto de cambios y reacciones corporales que se experimentan en el punto más alto de la excitación sexual. Para saber que tuviste uno, esto sentirás:

 

  • Punzadas en la vagina, son pequeñas pero sí las sentirás, ya que los músculos perivaginales y perineales se contraen debido al punto máximo de la tensión sexual.

 

  • Tu vagina estará más lubricada, algunas mujeres lo notarán más. Esto no es el squirt. 

 

  • El ritmo cardíaco se acelera mucho más y por segundos sentirás un intenso calor, principalmente en la cabeza, porque tu cerebro está trabajando en ello. 

 

  • Y si el orgasmo es muy fuerte, sentirás que quieres hacer pipí, pero no es así, esto pasa porque tu punto G está demasiado estimulado y también tiene palpitaciones que te hacen sentir eso. Si esto pasa, no te detengas por miedo a un accidente incómodo, sigue y verás que tendrás uno de los mejores orgasmos de tu vida. 

 

  • Precisamente, la adecuada estimulación del punto G puede llegar a que experimentes un squirt o eyaculación femenina, que puede ser desde gotas hasta un poco más pero nada como chorros. No creas todo lo que ves. 

 

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Durante el orgasmo ocurren otras cosas físicas que no mencionaré porque no las sentirás, pero el cuerpo hace magia gracias al placer que experimentas. 

Y, como ya les hablé en mi columna pasada “Las mujeres también tenemos ganas de sexo”, NOSOTRAS somos el único ser vivo en la Tierra con un órgano dedicado exclusivamente al placer; además de que podemos experimentar más de un orgasmo, somos multiorgásmicas. Tenemos todo a nuestro favor para disfrutar del placer al máximo.

Consejos para tener un orgasmo 

Lo primero que hay que tener claro es que el orgasmo no es responsabilidad de nuestra pareja, sino de NOSOTRAS. Debes conocerte muy bien, saber qué te lleva al punto máximo de la excitación y para ello debes explorar sin miedo.

También es importante que te relajes, porque el estrés, cansancio o exceso de pensamientos no lograrán que tu cerebro llegue al clímax por más que le des y le des al cuerpo. 

No hay nada físico que te impida experimentar un orgasmo, así que conócete, trabaja en ello y si de plano no puedes y te sientes bloqueada, entonces acude con un especialista. Lo que sea que tengas, tiene solución, ¡es la buena noticia!

No finjas un orgasmo para complacer a tu pareja, mejor cómplacete tú y explora sola, puedes hacerlo con ayuda de juguetes. Ya después, lo compartes con quien más desees, literal.

Es nuestra misión defender el derecho que tenemos al disfrute sexual al igual que lo viven los hombres, así que ¡a darle!

Viajar sola será la experiencia de tu vida 

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En nuestra cultura nos han enseñado que la soledad no es algo bueno, que es sinónimo de tristeza o fracaso, pero no es así. La soledad es simplemente un estado de convivencia con uno mismo y eso es enriquecedor. Todo ser humano necesita tiempo a solas porque es constructivo, reparador y evolutivo. 

A este mundo llegamos solos y así vamos a irnos, aunque en el camino nos acompañen otras personas, al final seremos nuestra mejor compañía.

Por ello te invito a que te avientes a vivir la experiencia de viajar sola, no importa si tienes la compañía de tu pareja, familia o amigos. Regálate ese viaje por y para ti, te aseguro que será una de las mejores aventuras de tu vida.

La primera vez que viajé sola fue tras renunciar a mi trabajo por sufrir acoso laboral, me sentía tan cansada, triste y enojada, que con mi última quincena compré un viaje a la playa porque para mí el mar es sanador.

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El tour lo compré en una agencia para asegurarme que, aunque iba sola, iba a hospedarme en hoteles seguros que me incluyeran transportes. Me fui una semana a recorrer la Riviera Nayarit y fue tan grata experiencia que, desde entonces, una vez al año realizo un viaje sola aunque tenga pareja porque un viaje single no tiene que ver con el estatus civil. 

¿Qué pasa al viajar sola?

Aprendes a conocerte realmente, ya que durante un viaje hay momentos padres pero también de estrés y solamente tú serás la responsable de enfrentarlos, de decidir y de salir bien librada. Viajar sola te ayuda a madurar.

Esta experiencia te hace sentirte libre, ya que no tienes que esperar a nadie o armar planes en conjunto. Tú decides qué harás cada día, es tu momento de cumplir tus deseos desde que abres los ojos hasta que pegas la cabeza en la almohada. 

También te ayuda a tomar mejores decisiones y ser menos indecisa. Durante un viaje pueden presentarse imprevistos, retrasos y contratiempos y lo mejor es  ponerse pilas y decidir rápido lo que consideres mejor para ti.

Esta experiencia también te enfrenta con tus miedos, pero te tienes a ti para derribarlos y ser valiente. La seguridad que tendrás de ti misma luego de esa aventura será indestructible.

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Viajar sola hace que te desconectes de todo y todos, lo cual agradecerá tu mente. Y todas las vivencias que te queden de esa experiencia las vas a atesorar toda tu vida

Y aunque vas sola, vas a conocer personas indudablemente y algunas de ellas pueden convertirse en amistades. 

Pero lo más valioso que considero que te deja viajar sola es aprender a valorar tu vida, lo que eres y lo que tienes y agradecer por ello. 

Para que la experiencia sea placentera, segura y enriquecedora, es importante que tomes en cuenta las siguientes recomendaciones:

  • Selecciona un lugar seguro: Investiga sobre el destino y elige uno que te dé confianza para andar sola. Pero pese a esto, comparte con alguien dónde estarás, así como tu itinerario y toma precauciones básicas como no aceptar rides, bebidas o alimentos de desconocidos, ya sabes.
  • Invierte en un buen viaje: Te sugiero que no escatimes contigo, la idea es que te consientas y vivas una experiencia auténtica que te saque de tu zona de confort. Recuerda que tú siempre serás tu mejor inversión así que ahorra y date ese gustito. 
  • Lleva solamente lo necesario: Con esto me refiero a ropa, artículos y dinero. Entre más ligera vayas, mejor, porque necesitas siempre tener las manos libres, además nadie te recordará si olvidaste agarrar algo. Eres tú la única responsable de tus cosas. 
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  • Toma taxis o transportes locales autorizados: Trata de pedir los transportes en sitios establecidos o desde la planeación, procura que el hotel sea quien te incluya los traslados. Si vas a salir, avisa en el hotel a dónde y a qué hora tienes planeado regresar. 
  • Carga tus documentos y dinero en una cartera que traigas todo el tiempo: Ni se te ocurra salir sin nada y dejarlo todo en la caja fuerte de la habitación. Es importante que siempre lleves contigo una identificación y dinero o tarjetas. Y antes de irte, escanea todos tus documentos como INE, pasaporte o VISA y guárdalos en tu mail. 
  • Asegúrate de siempre tener cargado el celular y tener crédito o datos: La idea es que te desconectes de tu rutina y de tu trabajo, pero no que estés incomunicada. Precisamente como solamente usarás el celular para ver el mapa o tomar fotos, la pila te durará más, pero antes de salir, carga toda la pila y si puedes llevar una inalámbrica, mejor. 
  • Crea una playlist con el mood del momento o con tus rolas favoritas: La música será tu mejor aliada en esa aventura y te sentirás acompañada con ella en las comidas, las caminatas o antes de dormir.
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Hay varias agencias que realizan los viajes single, justo para personas que quieren viajar solas. Son una buena opción si es tu primera vez. 

Las viajeras mexicanas que me inspiran y te recomiendo que sigas son: Mariel, quien lanzó la campaña #NoEstásSola para motivar y asesorar a las mujeres que viajan solas, la encuentras en Instagram con el usuario @marieldeviaje; y las blogueras Jessica y Naomi de @amaviajar, quienes recorren México y documentan la experiencia de ser una mujer viajera

Lánzate a la aventura de tu vida y compra un boleto para una. ¡Feliz viaje!

  • El 70% de los viajes singles fueron hechos por mujeres en 2021, según el portal de estadísticas Statista.
  • Según la aerolínea SKY, las mujeres que más han viajado solas este año están entre los 30 y los 39 años. 

Así se ve la manipulación emocional “invisible” de tu pareja

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La manipulación emocional a veces es “invisible” y por ello la pasamos por alto o ni siquiera la identificamos como un tipo de abuso por parte de nuestras parejas. Es alarmante que la sigamos viendo y viviendo como algo normal cuando es un tipo de violencia y un problema de salud emocional que afecta a muchas mujeres. 

La psicoterapeuta y conferencista estadounidense Susan Forward fue quien popularizó el término manipulación emocional, que define como “una forma de control que implica un acto de violencia psicológica utilizando el miedo, la obligación y la culpa como dinámicas transaccionales entre el manipulador y el manipulado”. 

Asegura que es un proceso prolongado y difícil de detectar en el principio de la relación, ya que hay veces que ni el manipulador sabe que lo es y por ello no hay forma de terminar con esta conducta. 

En México, de acuerdo a la última Encuesta Nacional de la Dinámica de las Relaciones en los Hogares, el tipo de violencia que más prevalece entre las mujeres por parte de sus parejas a lo largo de la relación es la violencia emocional (40.1%), principalmente por indiferencia (29.5%), intimidación y/o acecho (24.8%) y degradación (22.1%). 

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Los números son alarmantes, casi la mitad de las mujeres mexicanas hemos padecido manipulación emocional por parte de alguna de nuestras parejas en algún momento de nuestras vidas. No lo dejemos pasar por alto, no lo sigamos permitiendo, frena estas conductas por parte de tu pareja: 

  • Te castiga: Cuando tu pareja se enoja contigo te aplica la ley del hielo, lo cual genera en ti ansiedad. También puede castigarte haciendo algo que te molesta mucho, en forma de venganza. Con estas conductas lo que logra es que tú intentes contentarla desesperadamente. 
  • Te hace gaslighting: “Hacer luz de gas a alguien” o intentar que la pareja dude de su propio criterio con argumentos confusos como: “estás loca”, “eso nunca pasó”, “lo entendiste mal”, “eres muy sentida”, “yo no dije/hice eso”, “tú siempre malinterpretas las cosas”, “estás exagerando”. Al final, te está minimizando. 
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  • Te aplica love bombing: También conocido como bombardeo amoroso es un tipo de manipulación en la que tu pareja te llena de detalles, es muy romántica desde el día uno. Por lo que caes rendida por tanta dulzura pero una vez que sabe que te tiene, se vuelve hostil y fría y tú no entiendes qué pasó, incluso te preguntas si hiciste algo mal. Esta conducta la repite cada que quiere conseguir algo, primero mucho amor, luego frialdad absoluta. 
  • Te culpa: Esta es la especialidad de los manipuladores emocionales, sus discursos siempre te ponen a ti como la mala del cuento.
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  • Te amenaza: Puede ser que lo hagan de forma directa al decirte que te va a dejar, pero también puede hacerlo de forma “invisible” con su mirada, con sus acciones o con su lenguaje corporal, de tal forma que te sientes intimidada, que sientes miedo de que todo termine y tú deseas todo lo contrario. También puede usar frases como: “no sé si quiero seguir contigo”, “no creo poder continuar”, “siempre lo arruinas”, “estás acabando con lo nuestro”.

Trabajemos en reforzar nuestra autoestima y nuestra independencia emocional, ya que con ello estaremos blindadas de cualquier tipo de violencia. No olvides que para tener una relación enferma se necesitan dos personas enfermas o carentes, porque cuando uno está sano, a la primera se va al ver este tipo de situaciones. 

Si para estar contigo tengo que restarme, prefiero sumarme en otra ecuación. 

Qué NO es normal durante el sexo 

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Tener sexo, junto con comer, dormir y reír son los placeres físicos por excelencia, ya que al hacerlo se nos “enciende” el cerebro, lo cual provoca que se libere una satisfacción inigualable. 

El sexo hace que nuestra mente libere oxitocina (hormona del orgasmo); además de serotonina (hormona de la felicidad) y noradrenalina (hormona o neurotransmisor antiestrés), por ello es que al tener hacerlo -la masturbación también cuenta-, es que no sentimos en el Nirvana.

Por lo tanto, para tener una vida sexual sana hay que estar sanas primero de la mente y NO normalizar estas cosas:

  • NO DISFRUTARLO. Es anormal que no goces el placer que genera tu cuerpo. Si bien es cierto que hay casos excepción ya que al pasar por ciertas enfermedades puedes perder el deseo, debido a los medicamentos que se recetan; el no disfrutarlo nunca es un tema psicológico. 

Un profesional te ayudará a descubrir porqué estás bloqueando tu erotismo y tu placer, no tengas pena ni miedo. Lo importante es que no te reprimas nada en la vida, menos los orgasmos. 

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  • SENTIR VERGÜENZA. Si eres de las que no puede hacerlo con la luz prendida porque te da pena que la otra persona vea tu cuerpo, no te estás dejando fluir y apreciar. Todos los cuerpos son perfectos porque son únicos, aprende a amar el tuyo y verás cómo hasta te das cuenta todo lo que puedes sentir si te quitas esos miedos. Admírate, mujer.

  • NO SENTIR UN ORGASMO. No todos tus encuentros sexuales tendrán un final extra excitante porque hay intensidades que dependen del momento y de la química con la pareja que estés, pero sí eres responsable de tu final. Sólo tú conoces tu cuerpo a la perfección, así que sabes qué te hará llegar al clímax. Grábate esto: habla y se te concederá. Pide lo que te haga explotar al máximo de euforia. El orgasmo es de quien lo trabaja, por eso… ¡a darle!

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  • NO TENER TIEMPO. Esta excusa quiere decir que tienes un problema con tu vida sexual y debes preguntarte por qué no quieres gozar. ¿Eres tú?, ¿es tu pareja? Busca soluciones porque no sólo estás perdiendo placer, sino también una serie de beneficios físicos y emocionales. De esto te hablé en mi columna pasada: “Las mujeres también tenemos ganas de sexo”, imprímela y que se vuelva tu mantra. Me lo vas a agradecer.

  • PENSAR QUE ES UN ACTO VACÍO. El sexo es un encuentro íntimo que no sólo conecta lo físico, sino también las energías. Nuestro cuerpo tiene una memoria ancestral que “vibra en sintonía con personas afines… Tiene centros importantes de energía conocidos como chakras y cuando dos personas tienen un encuentro sexual experimentan un proceso de intercambio energético”, afirma la coach y sexóloga Rosario Cardoso. 

No importa que sea sexo de una noche, tu energía se mezcla con la de la persona que elegiste para vivir el placer. 

  • VERLO COMO UN PREMIO O UN CASTIGO. El sexo no es moneda de cambio, no es un condicionante, así que no es normal usarlo para premiar a tu pareja por algo que hizo bien o castigarla porque te enojaste con ella. No se lo hagas pero, principalmente no te lo hagas a ti.

Seguramente has escuchado decir que tu cuerpo es un templo y lo es, así que el sexo es sagrado y tú eres la diosa. No lo olvides, mujer.

Cómo saber que vives un amor vampiro

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¿Te sientes cansada de estar con tu pareja?, ¿sientes que tú eres la que da el 100 para que la relación funcione?, ¿te da miedo expresar cómo te sientes por miedo a que la relación termine? Lamento decirte que estás en una relación abusiva porque te enamoraste de un vampiro emocional

El amor vampiro fue bautizado así por la psicología ya que es un vínculo que drena, que chupa la energía y que deja lastimada a una de las personas que conforman la pareja.

Judith Orloff, reconocida psiquiatra de la clínica de la Facultad de Psiquiatría de la Universidad de California de Los Ángeles (UCLA), describe la conducta de los vampiros emocionales como “personas infelices que necesitan hacer un drenaje de la energía de su víctima”, que en este caso es su pareja. Agrega que ellos solamente piensan en su bienestar a costa de la felicidad del otro. 

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Para identificarlos, la doctora en psiquiatría da una serie de conductas características… hablemos de algunas:

  • Son personas muy encantadoras al inicio, eso lo hacen para engancharte.  
  • Los vampiros emocionales son muy negativos, aunque no haya peros en una situación, son expertos en inventarlos. Sus conversaciones están llenas de quejas y si tú tratas de hacerles ver el lado positivo, se ofenderán y te culparán porque no los entiendes. 
  • Para ellos nunca nada es suficiente, aunque lo tuvieran todo, siempre sentirán que algo les falta, que el mundo no los comprende, que la vida no les sonríe. 
  • Son manipuladores y encontrarán la forma de hacerte sentir mal por todo lo que haces o no haces para conseguir que actúes como ellos desean. 
  • Tienen baja autoestima pero saben disfrazarlo. En realidad todo el tiempo se dicen amarse, se dicen ser buenas personas, y lo tienen que estar repitiendo para convencerse a ellos mismos y a los demás.

  • No tendrás diálogo ni conciliaciones con ellos porque no saben escuchar y su papel siempre será el de víctima. En cada discusión buscarán que tú les pidas perdón, aunque no hayas hecho nada. Son expertos en voltearte las cosas. ¡Qué peligro!
  • Con sus palabras te harán sentir culpable, al grado que te cuestionarás si realmente estás siendo poco comprensiva con ellos, por eso drenan tu energía.
  • Aprovechan cualquier oportunidad para remarcar tus errores, los actuales o los pasados. Pero ellos no pueden admitir los suyos porque en su mente,  siempre son los vulnerables. 

Lo peor de tener un amor vampiro es que las emociones se contagian, así que si te relacionas con gente negativa, vibrarás en esa sintonía. 

¿Cómo actuar ante un vampiro emocional?

Afortunadamente tú eres la estaca de plata, es decir, tú eres el antídoto para alejarlos. 

Habla con tu pareja, dile cómo te sientes y pon límites, si no te escucha o no hace nada por cambiar, sal corriendo, no pierdas más tu tiempo y ni tu energía. 

Si la persona no cambia su conducta y tú sientes que no puedes dejarla, lo mejor es que busques ayuda, ya que por algo estás aferrándote a esa relación tóxica que te está consumiendo emocionalmente y, puede ser, que hasta físicamente. 

Una pareja es para caminar de la mano, juntos al mismo paso, no para que la arrastres o la cargues. 

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Si no eres tú quien vive un amor vampiro, pero es una amiga o amigo, lo mejor que puedes hacer para apoyarlo es escucharlo y ser paciente para explicarle por qué está sumergido en una relación abusiva.

Háblale sobre los panoramas llenos de paz que le esperan si deja atrás a su vampiro que le está comiendo la vida y la felicidad. Todo siempre con respeto y amor, sin juzgar ni presionar. 

Recuerda que no se puede tener una relación saludable con una persona que no se da cuenta que necesita lastimar para sentir que ama. Como en las películas de terror, lo mejor es salir corriendo de los vampiros.

La infidelidad es un plato que debe comerse frío

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Se dice que el ser humano no es fiel, que una infidelidad sí puede perdonarse o que los hombres son más infieles que las mujeres, se dicen muchas cosas relativas, pero lo que sí es certero es que la fidelidad es un acuerdo entre una pareja monógama y que ser infiel es una decisión, no un reflejo, no un error, no un accidente. 

La reconocida antropóloga Helen Fisher asegura que en el ser humano existe, desde la prehistoria, “una necesidad de transmitir su ADN y reproducirse, por lo que su comportamiento sexual es igual al de los demás mamíferos”. Por lo que biológicamente los mamíferos no somos fieles

Sin embargo, los humanos creamos el concepto de fidelidad-monogamia, a diferencia de los demás mamíferos, como un acuerdo social, que parte de un compromiso con la pareja basado en la confianza. Esto se adoptó en varias culturas, principalmente las de Occidente, como la nuestra.

Nadie está obligado a vivir una relación monógama si no lo desea y mucho menos a ser fiel, pero eso debe acordarse desde el inicio. Siempre hay que dejar las cosas bien claras para que nadie salga lastimado, porque como diría JuanGa: “¡pero qué necesidad!”.

Sin embargo, cuando alguien decide ser infiel y romper ese acuerdo de confianza con su pareja debe saber que eso traerá consecuencias porque la fórmula newtoniana es simple: “para cada acción hay una reacción”. Y a veces la “paga” puede ser muy alta. 

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Así que sí estás dudando en ponerle los cuernos a tu pareja, debes saber que ese plato es mejor comerlo frío. ¿A qué me refiero con esto? A que romper el acuerdo de la fidelidad debe pensarse con la “cabeza fría”, no con la emoción de la calentura que siempre dirá: ¡sí, hazlo!”.

Porque no estamos hablando de dar tarjetazo cuando sabemos que no tenemos dinero o de romper los platos de la vajilla por accidente, sino de la confianza de la persona que elegimos como nuestra pareja, es eso lo que está de por medio. Y no hay que olvidar que lo más valioso que puede otorgarnos una persona es su confianza. 

La honestidad siempre será la mejor elección, así que piensa bien todo lo que podría provocar traicionar la confianza de tu pareja. Puede ser que a ti ya no te funcione tener una relación monógama. Hoy en día las opciones de relacionarse son tan diversas que se vale, pero no te “lleves entre las patas” el corazón de nadie. ¡Háblalo!

¿Y qué pasa si a mí fue a quien me pusieron el cuerno? Solamente tú decides si perdonar y volver a confiar o terminar esa relación. No dejes que nadie se meta, no le hagas caso a las personas que te juzgan, porque tú eres la única responsable de construir tu vida.

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Cada historia es única y lo que te funciona a ti no tiene que funcionarle a los demás y viceversa. Pero debes saber que, como toda decisión, hay pros y contras.

Los contras de perdonar una infidelidad son:

  • El proceso para recuperar la confianza en tu pareja será lento e, indudablemente, necesitarán tomar una terapia, es lo mejor que podrían hacer para no caer en círculos viciosos ni en escenarios enfermizos donde abunde la ira, el reproche o la venganza.
  • Vivirás el duelo de una ruptura aunque continúes con tu pareja, porque el corazón se rompe de igual forma al ser traicionado.
  • Vivirás un golpe bajo en tu autoestima y sentirás que fue tu culpa por no ser suficiente. 

¿Hay pros de perdonar una infidelidad? Puede ser que sí, hay personas que sí pueden hacerlo y eso funciona bien para ellas.

 

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Al hablar de lo ocurrido, la pareja deberá establecer nuevos acuerdos y nuevos límites, por lo que podría ser una nueva oportunidad de relacionarse. Pero para que esto ocurra ambas partes deben estar convencidas de vivir una segunda temporada en su relación y de que tomar la decisión de continuar es lo que más desean, si no es así, esa historia no terminará bien. 

No hay verdades absolutas en las relaciones de pareja, así que quédate donde seas feliz, donde te sientas respetada, valorada, admirada, acompañada y respaldada. Fluye en relaciones que te permitan ser y crecer. 

Ser feliz y compartir esa felicidad con la persona que amas es, sin duda, el mayor placer de la vida, no te conformes con menos de eso.

 

 

Lo que me enseñó el hombre que me rompió el corazón

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Creo fielmente que estamos hechos de las historias que hemos vivido y las que más nos enseñan son las difíciles, esas que no quisiéramos pasar pero que son necesarias para madurar. Y hoy puedo decir que el resultado de mi historia de amor que terminó en un corazón roto fue construir mi mejor versión. 

Quiero contarte todo lo que me enseñó el hombre que me rompió el corazón… Claro que para ser consciente de dichas enseñanzas y agradecer por ellas, tuve que atravesar un proceso largo, por el duelo del desamor, ese que es puros tragos amargos. 

El hueco que me dejó la traición del hombre que amaba me hizo sentirme perdida, por ello busqué ayuda, un especialista que me ayudó a acompañar ese duro proceso, el cual, en tanatología, es comparado con la muerte de un ser querido. 

Tener el corazón roto no es una figura poética, sino una verdadera afección de salud, tanto física como mental. 

La UNAM explica que el “síndrome del corazón roto es el nombre que se le da a la miocardiopatía por estrés, y ocurre por tensión intensa e inesperada derivada de la pérdida de un familiar o una pena de amor”.

Por eso literalmente sientes que te duele el corazón, no es metafórico. El músculo de este órgano vital se inflama como si tuviera un daño orgánico (arterias tapadas, cardiopatías o afecciones musculares) y causa dolor de pecho, falta de aire, desmayos, taquicardia y sudoración, es decir, síntomas de un infarto.

El síndrome del corazón roto nos impacta principalmente a las mujeres, especialmente a las de edad avanzada, asegura la UNAM.

La buena noticia es que los corazones rotos sí se curan, pero siempre es importante acudir con los especialistas. Les juro que la terapia salva vidas, pero de eso hablamos en otra columna. 

Foto: Nick Fewings by Unsplash

Luego de superar una pérdida tan importante que me dejó esa separación, tuve que reconstruirme. Esto sí es metafórico: sentí que cuando terminé de vivir mi duelo, recogí todos los pedacitos que quedaban de mí para volver a armarme, pero en el camino encontré otros cachitos nuevos, por lo que obtuve una nueva yo y, sin duda, me gusta más la persona que soy ahora. ¿Por qué?

  • Aprendí que primero me amo y luego lo amo. No estoy hablando de egoísmo, solamente de prioridades y ahora sé que yo voy primero antes que mi pareja y eso no es negociable. No puedo darle al otro más que a mí porque no es sano descuidarme y quedarme a deber. Soy mi mejor decisión siempre. 

  • Conocí mis umbrales más grandes de dolor pero con ello supe lo valiente que soy. Tener una red de apoyo me ayudó mucho, pero saber que sola enfrenté momentos tan difíciles y pude, me hace sentir empoderada. 
Foto: Rustam Mussabekov by Unsplash

  • Nunca más tuve miedo de mostrarme frágil y decir: no puedo sola. Tuve un momento en el que me quebré y dejé de hacerme la fuerte y pedí ayuda. Es necesario sacar la basura emocional para que no se pudra dentro de uno mismo. No siempre podemos con todo. 
  • Mesa para uno. Antes de él no sabía estar sola, pasaba de una relación a otra, pero luego de él comencé a hacerlo todo sola y amé esa nueva faceta de mi vida en la que descubrí que soy mi mejor compañía.
  • Aprendí a honrar mis decisiones. Por mucho que lo hubiera amado, él me había lastimado por decisión, por lo que yo tomé la mía y fue irme y no volver. Ser firme me costó muchas lágrimas, pero tenía que darme mi valor y continuar sola. Qué razón tenía Cerati al decir que “poder decir adiós es crecer”.
Foto: Marek Studzinski by Unsplash

  • Aprendí que la soledad te da paz. Esa tranquilidad que encontré después de sanar y darme un tiempo fuera del amor de pareja me ayudó a poder cambiar mis malos paradigmas del amor y poner límites sanos. 
  • Pero principalmente, aprendí que en una vida sí se puede volver a nacer y, por lo tanto, volver a tener múltiples oportunidades.

Durante una entrevista que le hice a la psicóloga y experta en relaciones de pareja Silvia Olmedo sobre su “Botiquín para el corazón roto“, ella me dijo que lo mejor que podemos hacer durante esta etapa es tomar las cosas con calma y enfocar toda nuestra atención en recuperar la solidez emocional, ese es el único objetivo que perseguir. 

Si tú tienes el corazón roto y comenzarás a vivir este duelo, te recomiendo que no te abandones, no te castigues, sé amable contigo y te prometo que un día estarás agradeciendo el lugar en el que la vida te puso. Las cosas siempre pasan por algo y también por algo no pasan.

Las mujeres también tenemos ganas de sexo

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Uno de los tabúes más grandes creados por el patriarcado es que las mujeres no deberíamos tener ganas de sexo solamente porque no somos ¡hombres! Incluso, a lo largo de la historia, a las mujeres que han vivido o que vivimos libremente nuestra sexualidad se nos ha juzgado. ¿Por?

En una reunión con mis amigas tocamos este tema: por qué piensan que las mujeres no tenemos ganas de sexo; qué equivocados están los hombres, y también las mujeres que todavía se reprimen porque eso les han hecho creer ellos. ¡Ya no más!, ¡fin a la represión sexual femenina!

Es cierto que nuestras hormonas son distintas y que las de los hombres hacen que su líbido o deseo sexual  sea más alto, pero NOSOTRAS también tenemos derecho al disfrute y la manera en que lo hacemos, les aviso, sí nos hace superiores al género masculino porque poseemos un órgano cuya única función es generar placer: el clítoris

Si las mujeres somos los únicos seres en la Tierra con un órgano exclusivo para el placer sexual, entonces por qué reprimir nuestro disfrute por creencias retrógradas. Así que no contengas tus deseos y vive libre y responsablemente tu sexualidad. 

 

Foto: Pixabay

 

Sé tú la que diga: hoy tengo ganas, la que proponga el date hot y la que cumpla todas sus fantasías. Que sepan que NOSOTRAS también queremos tener mucho sexo porque podemos. 

El sexo no solamente nos hace sentirnos felices por la gran cantidad de feromonas que se producen, las cuales también elevan la autoestima y la conexión con la pareja; tiene otros múltiples beneficios. Estas son 5 razones para tener una vida sexual activa… lo dice la ciencia:

  1. El sexo es como tomar vitaminas: Fortalece el sistema inmunológico ya que genera anticuerpos que ayudan a combatir ciertas enfermedades, virus y gérmenes. Para mayor efectividad debes hacerlo 2 o 3 veces por semana. 
  1. Adiós estrés, hola placer: Las emociones que se liberan durante un encuentro sexual hacen que la mente se olvide de la ansiedad, el estrés y las preocupaciones porque disminuye la segregación de cortisol, también conocida como la hormona del estrés. 
  1. Acaba con el dolor: Cuando las mujeres experimentamos un orgasmo, bloqueamos cualquier tipo de dolor, no importa qué tan fuerte sea. Además, durante el acto sexual se genera una buena cantidad de óxido nítrico que mejora la recuperación muscular, la quema de grasa y disminuye las afecciones causadas por el colesterol alto. 

 

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Mucho sexo para tener un corazón sano: Durante el acto se está llevando a cabo una actividad cardiovascular, a veces de bajo impacto pero si le pones innovación, puede ser de medio o alto impacto, ya tú sabes qué tan creativa y contorsionista te pones. Al realizar esta actividad física se disminuye la presión arterial, se mejora la circulación sanguínea y, por lo tanto, se pueden evitar enfermedades coronarias. 

  1. De contenciones y algo más: El sexo ayuda a ejercitar los músculos pélvicos o el piso pélvico, que no es otra cosa que un grupo de músculos y tejidos que mantienen el útero, la vejiga y los intestinos en su lugar para que funcionen correctamente, por lo tanto, existe una menor probabilidad de padecer incontinencia urinaria, un padecimiento que nos afecta al 30% de las mujeres en algún momento de la vida. 

Por si fuera poco, el soltar nuestro erotismo sin inhibiciones nos ayuda a conocer mejor nuestro cuerpo y todo lo que éste puede generar, ya que las mujeres no solamente vivimos un orgasmo físicamente, como los hombres, sino que se produce desde el cerebro, ¡qué grandeza! Nuestro cuerpo haciéndonos saber que merecemos todo el placer que se nos dé la gana sentir.

 

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Y no lo olvides: mujer pervertida, vale por dos. Vive el sexo sin medida y si es con exceso, que sea tu mejor decisión, es nuestro cuerpo y nadie puede opinar sobre lo que hacemos con él. 

Tú decides cómo te vistes y con quién te desvistes. Quiero leer tu historia usando el #NOSOTRASTambiénTenemosGanasDeSexo

Empieza por validar tus emociones

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La primera vez que escuché el término “validar las emociones” fue en una consulta con mi terapeuta y luego de saber en qué consiste, y, principalmente, los beneficios que trae consigo hacerlo, es que me pregunté por qué no nos lo enseñan desde niños, debería ser materia obligada en la escuela.

La vida, el mundo y los seres humanos tendríamos más paz si supiéramos validar nuestras emociones y las de los demás. Ya vamos tarde para aprender a dibujar dentro de las líneas, pero nunca para mejorar la relación con NOSOTRAS mismas.

Por eso hoy quiero proponerte que aprendas a colorear tu libro de emociones y trabajes en ello cada día, porque eso hará que tu vida sea mucho mejor, te lo garantizo. 

Marsha M. Linehan, psicóloga y pionera en la terapia dialéctica conductual, afirma que la validación emocional es un proceso en el cual las manifestaciones emocionales de una persona son comprendidas, interpretadas y entendidas por el otro. 

Y para conseguir validar las emociones hay que seguir 3 acciones:

  1. Escuchar con empatía.
  2. Comprender el o los sentimientos.
  3. Comunicar sin juzgar.

Suena sencillo, ¿cierto? Pero en realidad es difícil porque no es parte de nuestra cultura emocional. 

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No me digan que a ustedes no les suenan frases como: “no seas dramática”, “eres una tóxica”, “no exageres”, “no te lo tomes personal”, “no seas intensa”, “no es para tanto”. Seguramente alguna vez se las han dicho los demás cuando han expresado cómo se sienten. Adivinen qué… todas estas frases, que están tan gastadas, son precisamente las que invalidan las emociones.

La invalidación consiste en: juzgar, castigar, contradecir, criticar e ignorar. 

Dejemos claro que todas las emociones son válidas, eso no está a discusión; lo que hay que analizar es por qué las sentimos y qué hacemos con ellas, para que en vez de destruirnos; nos alimenten, nos llenen de aprendizajes y de madurez. 

Así que, prediquemos con el ejemplo y empecemos por NOSOTRAS mismas. Un buen inicio es validar las emociones de “baja pila”, como yo las llamo, que son las que no nos gusta sentir, como: enojo, tristeza, miedo, frustración e ira.

La próxima vez que experimentes alguna de ellas, identifica qué las causó. En tus manos no está cambiar a los demás, pero sí cómo procesas tú lo que ellos hacen. 

Así, la próxima vez que te encuentres en el mismo escenario, sabrás dónde acomodar esas emociones, cuándo es momento de soltarlas, cómo canalizarlas y qué aprendizajes te dejaron. 

Foto: Pixabay

No te juzgues, no te exijas, no seas tu propio verdugo, debes ser muy empática, pero lo principal es que aprendas a ser muy comprensiva y compasiva contigo misma. 

Que tú comiences a validar tus sentimientos te ayudará mucho para que establezcas límites y vínculos sanos con los demás. Por lo que ya no permitirás que te lastimen. 

Ves qué bonito es aprender a conocerse, entenderse y procesar correctamente lo que sientes para poder estar ligera y sana emocionalmente.

Por último, quiero recordarte que la mente es maravillosa, es una esponja viva, así que todo lo que le digas, lo va a creer. Empieza por decirle, cada día, la persona tan maravillosa que eres y el potencial que tienes, así como lo válido que es lo que sientes. 

Bienvenida a esta tertulia digital entre NOSOTRAS

Yo también me volví feminista con mi propia historia

feminista

Definiciones sobre feminismo hay varias, la RAE lo define como una doctrina, el diccionario de Larousse dicta que es una tendencia, algunos colectivos lo destacan como un movimiento; pero la que más me gusta es la de la UNAM, que determina que es “una corriente de pensamiento que reúne un conjunto de movimientos e ideologías, tanto políticas como culturales y económicas que busca lograr la equidad de género y la transformación de las relaciones de poder entre ambos sexos”.

Yo soy feminista y deseo, a diario, que me respeten no sólo por ser mujer, sino porque soy un ser humano, porque validen mi persona, mi voz y mi trabajo igual que el de un hombre. Yo también quiero sentirme segura todo el tiempo y tener la certeza que volveré a casa segura.

(Foto: Vanessa Pérez)

 

Y como tú, yo también me volví feminista con mi propia historia…

Estaba por cumplir 15 años, pero mi cuerpo parecía de una mujer de 20, mis curvas eran prominentes, lo cual no debería ser motivo de preocupación ni en esa etapa de la vida ni en ninguna otra.

A esa edad solía usar tops de colores llamativos, combinados con jeans a la cadera acampanados o faldas tableadas y calcetas largas. Un outfit tan noventero que no todas se atrevían a usar por miedo a que las agredieran, justo como me pasó a mí.

Estaba de camino a la casa de una amiga para hacer la tarea, quien vivía en uno de los barrios de Xochimilco, al sur de la CDMX, era una tarde concurrida y calurosa de sábado. De repente, un señor, que no pasaba los 40, fingió que se tropezó y con toda la palma de su mano apretó uno de mis senos para “sostenerse”.

¡Me congelé! Era la primera vez que un hombre me tocaba con intenciones sexuales, en ese momento no lo entendía, pero estaba viviendo mi primera agresión de género. A mis 14 años, caminando a plena luz del día casi enfrente de las oficinas de la delegación de la Alcaldía.

¿Y saben qué hice? Llorar, sí, llorar de coraje, de miedo, de confusión. Me preguntaba: ¿qué había hecho mal para que me pasara eso? Porque lamentablemente eso nos ha hecho creer el patriarcado, que NOSOTRAS somos las culpables.

Seguramente te sientes identificada con mi historia, qué pena que todas tengamos algo que contar, que hayamos vivido violencia de género al menos una vez en nuestras vidas.

(Foto: Vanessa Pérez)

 

Me entenderás que después de ese episodio, me quedé callada, no pude contarles a mis papás o a mis amigas. Sentía una pena inmunda que no debería sentir nadie. Después de ese episodio amargo, comencé a cubrirme más porque pensé que era yo la que “los provocaba” con mi forma de vestir… cuántas veces escuchamos eso casi como mantra. 

Al día siguiente, noté que tenía los dedos marcados del cobarde en forma de moretones, esas marcas se me quitaron en una semana, pero las secuelas de su agresión siguen conmigo hasta el día de hoy y ya pasaron 20 años.

Foto: Vanessa Pérez

Esta es la causa por la que hoy soy feminista, por la que lucho y no me dejo sobajar por ningún hombre, por la que, cada día, aprendo a darme valor a mí y a las demás mujeres, por la que decidí romper con los micromachismos que estaban en mi vida, pero de eso les hablaré en otra columna.

Porque ni tú, ni yo, ni ninguna mujer deberíamos vivir esto. El camino sigue lleno de piedras, pero estamos juntas en esto y así es menos dura la lucha, sabiendo que no tenemos que competir ni agredirnos entre NOSOTRAS, porque suficiente tenemos con aguantar toda la mezquindad del patriarcado.

(Foto: Vanessa Pérez)

 

Yo sí quiero que avancemos de la mano, que nos tengamos la una a la otra, que hagamos nuestra trinchera de puros corazones que laten unidos por una misma misión: por ser mujeres libres y respetadas.

No es sencillo terminar con esos fantasmas del machismo que seguimos cargando como sociedad, pero hacer el cambio es imperante en estos tiempos.

  • En México hoy día se cometen entre 10.5 y 11 feminicidios diarios, según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
  • El año 2021 es en el que más feminicidios se cometieron en nuestro país, fueron 1,006, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), pero este año esas cifras pueden superarse.
  • El 86% del territorio mexicano está bajo alerta por violencia de género y desaparición de mujeres y niñas.

 

 

 

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