El matrimonio infantil y forzado es una violación de los derechos humanos, y amenaza las vidas, desarrollo, bienestar y autonomía de niñas y adolescentes.
En América Latina, 1 de cada 5 niñas o adolescentes (y en algunos países es una de cada cuatro) se casa o vive en unión de hecho antes de cumplir los 18 años; es la única región donde los matrimonios infantiles no han bajado, según informaron recientemente expertas y activistas de la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM) ante la Organización de los Estados Americanos (OEA).
1 de cada 5 niñas se casa antes de los 18 en Latinoamérica
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) informa que el matrimonio infantil es el reflejo de las normas sociales y culturales existentes, resultado de una arraigada desigualdad de género relacionada con pobreza, violencia, abandono escolar y embarazo adolescente.
De acuerdo con el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), algunas de las consecuencias del matrimonio infantil son las siguientes.
- Riesgo en salud. El embarazo a temprana edad aumenta los riesgos de muerte y morbilidad materna y neonatal.
- Vulnerabilidad ante las enfermedades de transmisión sexual.
- Mayor riesgo de sufrir violencia doméstica.
- Menor empoderamiento. No podrán ir a la escuela, informarse o tomar decisiones por ellas mismas.
- Adquieren roles domésticos significativos.
- Despoja a las niñas de su infancia.
Al respecto Alejandra Mora, secretaria ejecutiva de la CIM, mencionó que las niñas y adolescentes “no están listas para optar por la licencia para conducir, no están listas para votar y el ordenamiento lo prohíbe” pero les permiten “casarse”. Asimismo, dijo que “no están listas para administrar sus propias vidas” pero terminan en “embarazos tempranos administrando nuevas vidas”.
“No están listas para matrimonios en parejas de su misma edad pero terminan en relaciones impropias donde las parejas les doblan la edad”, finalizó durante una sesión del Consejo Permanente de la OEA.
22 países de la región permiten ‘excepciones’ ante matrimonio infantil
Según un estudio del comité de expertos del Mecanismo de Seguimiento de la Convención de Belém do Pará (MESECVI), los países que fijan la edad mínima legal para contraer matrimonio en 18 años, sin excepciones, son Antigua y Barbuda, Chile, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Panamá, República Dominicana y Trinidad y Tobago.
Otros decretaron los 16 años con excepciones: Barbados, Belice, Bolivia, Brasil, Dominica, Granada, Jamaica, Nicaragua, Paraguay, Perú, Santa Lucía y Uruguay. Y en otros no es necesario, siquiera, haber cumplido los 16 años, salvo excepciones, como en Argentina, Bahamas, Colombia, Cuba, Guyana, Haití, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Surinam y Venezuela.
Si bien existe cada vez más conciencia sobre los matrimonios y uniones infantiles, tempranas y forzadas (MUITF), no existen programas efectivos en la región con la finalidad de proteger y empoderar a niñas y adolescentes.
Faltan datos y estudios en la materia para entender y abordar la magnitud de la problemática. Asimismo, es necesaria la sensibilización y movilidad política para la toma de decisiones hacia la prohibición legal del matrimonio para personas menores de 18 años. Si esto no se hace y continuamos con la tendencia, de acuerdo a lo reportado por el UNICEF, para 2030 Latinoamérica ocupará el segundo lugar con los índices más elevados de matrimonio infantil.
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