A un año del feminicidio de la joven Debanhi Escobar, recordamos el horror de la pérdida de la estudiante de leyes en Nuevo León, para quien no ha habido justicia.
En abril del año pasado hubo una historia que conmocionó al país e incluso al mundo. Pues en las redes comenzó a circular una fotografía de una mujer abandonada en medio de la carretera.
Se trataba de Debanhi Escobar, quien después de una noche de diversión se subió a un taxi y nunca llegó a su destino.
El caso retumbó en las redes, la joven de 18 años estuvo desaparecida por dos semanas hasta que finalmente encontraron su cuerpo sin vida.
Mucho se dice sobre lo sucedido. Se culpa a sus amigas por haberla mandado sola en un taxi, se culpa a sus parientes por permitirle estar fuera de su hogar a altas horas de la noche y, lo más grave, se le culpa a ella por haber salido a divertirse. Muchas veces no se piensa que sería más prudente buscar y culpar al agresor, al feminicida.
No se reflexiona acerca del dolor ajeno, se hacen declaraciones infames y se sigue replicando el odio hacia la víctima del caso, Debanhi.
¿Cómo ocurrieron los hechos?
El 9 de abril del año pasado Debanhi estaba de fiesta. Ya en la madrugada, sus amigas detectaron que estaba en estado de ebriedad y decidieron mandarla a casa. Llamaron a un taxi y Escobar subió.
En el camino el conductor se detuvo en medio de la carretera que va de Monterrey a Nuevo Laredo, bajó a la joven, le tomó una fotografía y se marchó. Siendo la última vez que se supo de su paradero.
Sus familiares comenzaron su búsqueda y durante dos semanas se investigaron pistas para encontrar a la joven.
Lamentablemente el 22 de abril del 2022 encontraron su cuerpo sin vida, en una cisterna en desuso del motel Nueva Castilla.
El padre de Debanhi declaró que este motel había sido cateado por lo menos cuatro veces y no habían encontrado nada, por lo que acusa que el cuerpo de su hija fue sembrado allí.
Las autopsias
En total se realizaron tres autopsias: una por parte de la Fiscalía de Nuevo León, otra por un dictamen solicitado por la familia de Escobar y la última, una necropsia de cuerpo exhumado para verificar las causas de la defunción.
La primera autopsia reveló que la causa de la muerte había sido un golpe en la cabeza. La Fiscalía General lo declaró como un posible accidente donde la joven había caído a la cisterna, causando una gran indignación en la gente.
El 22 de mayo, tras la segunda autopsia confirmaron que la joven había muerto por contusiones en la cabeza. Pero descartaron que este hubiera sido un accidente, sino que se le golpeó en repetidas ocasiones para después lanzarla a la cisterna, ya sin vida.
La necropsia final, realizada en julio, reveló que la causa de muerte de Debanhi fue asfixia por sofocación. Dejando sin duda se trataba de un asesinato.
Sin embargo el caso sigue sin resolución, todo es un misterio y no se sabe con certeza qué fue lo que sucedió ni quiénes son los responsables.
Las últimas noticias del caso se dieron en enero de este año, cuando dos extrabajadoras del motel donde encontraron a la joven fueron imputadas por encubrimiento y falsas declaraciones, programando una audiencia para el mes de abril.
Debanhi Escobar no es un número más, todas las mujeres que son víctimas de feminicidio diariamente son un atentado grave de violencia contra la vida de las mexicanas.
Se precisa con urgencia que el Estado, los medios y la sociedad tomemos acciones para frenar este desmesurado y atroz delito, dar consecuencias a quienes lo cometen, dejar de lucrar con el dolor ajeno con amarillismo y detener el silencio de algo que necesita tratamiento urgente.