Estamos muy acostumbradas a mirarnos a nosotras mismas y a las demás como seres cuyo valor depende de su aspecto físico, sin darnos cuenta de lo agotador que esto es. Esperamos días, meses o incluso años para finalmente usar ese vestido, conocer gente, explorar el mundo o incluso disfrutar de la playa poniendo de pretexto nuestro peso, lo cual ocurre por el miedo irracional y tan normalizado que tenemos a nuestros propios cuerpos. Existen muchas actitudes gordofóbicas que las mujeres no debemos normalizar.
La gordofobia es un tema que se ha puesto en discusión en años recientes pero ¿verdaderamente comprendemos lo que implica vernos como seres y no como cuerpos? Es un planteamiento difícil, dejar de lado los juicios que realizamos diariamente no es cosa de un día. Te compartimos algunos datos que pueden ayudar a replantearte estas actitudes.
¿Qué es la gordofobia?
El Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) propone que la gordofobia surge a partir del falso cuerpo ideal, es decir, aquel cuerpo que está sobre los demás y se posiciona como la meta irreal de millones de mujeres y personas. Es un fenómeno que niega la diversidad corporal por medio del rechazo y la invisibilización de los diferentes tamaños, tallas, aspectos, colores y experiencias de cada cuerpo.
Las personas gordas son las principales víctimas de discriminación por el simple hecho de existir, el cuerpo gordo es puesto en juicio como una señal de poco autocuidado, poco esfuerzo por ser delgado y que, por ello, “merece ser castigado”. Ten en mente que la culpa y la vergüenza son los principales incentivadores de la gordofobia y la humillación no permite una vida plena.
Esta perspectiva no solo produce grandes daños, sino también ignora las condiciones económicas, culturales, médicas, genéticas, educativas y sociales en las que viven las personas, así lo explica el Instituto Canario de Igualdad (España).
Es necesario recalcar que este problema no afecta exclusivamente a las personas que no encajan dentro del molde del “cuerpo perfecto”, pues recae mayormente sobre los hombros de todas las mujeres. El machismo impone reglas e ideales estéticos inalcanzables sobre las mujeres y exige siempre su cumplimiento, la socióloga Esther Pineda nombra este concepto como violencia estética.
Actitudes gordofóbicas que las mujeres no debemos normalizar
La lucha contra la estigmatización de los cuerpos gordos es esencial para poder escapar de la cárcel mental en la que nos encerramos. Las frases que solemos decir pueden dañar más de lo que creemos, te mostramos ejemplos.
- “El lunes empiezo la dieta” o “el lunes ya me porto bien”.
Seguro la has dicho o escuchado, nos impide disfrutar el momento y los alimentos. Muestra un enfoque en ser delgada y castigarnos por disfrutar la comida, cuando alimentarse es una necesidad fisiológica por la que no tenemos que sentirnos culpables. - “Ella está gorda, pero es súper bonita de cara”.
Con frases como la anterior, estamos asumiendo que ser gorda es algo malo, le estamos dando un valor a una característica física. Es como si asumiéramos que el cuerpo de una persona es “feo”, pero su cara no. - “Como que ya subiste de peso, lo digo porque me importa tu salud”.
Tal como te compartimos anteriormente, la gordofobia ignora la génetica de las personas, ya que la “salud” no se ve igual en todas. En esta frase asumimos que la salud solo existe en personas delgadas, lo cual es falso. - Usar la palabra “gorda” como insulto.
Las características físicas no son insultos, ni deben usarse para humillar. La palabra “gorda” no debería tener una connotación negativa. - “Tómame una foto, pero que no salga gorda”.
Ser gorda no es malo, ni es algo que tiene que esconderse. El cuerpo no es algo malo o aterrador, sin importar sus condiciones.
Algunas medidas para evitar la gordofobia
- No fomentar la cultura de la dieta, las restricciones y castigos suelen ser contraproducentes porque no impulsan una buena relación con la comida.
- Hablar de la salud como algo más allá del peso, la salud mental también es importante.
- Señalar la discriminación hacia personas gordas como algo tóxico.
- Visibilizar la diversidad corporal, los cuerpos delgados no son los únicos que existen ni los únicos que son valiosos.
- Dejar de comentar sobre los cuerpos ajenos.
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