Cuando solamente tenía 20 años de edad, Aurelia García Cruceño fue encarcelada por el delito de homicidio en razón de parentesco en el estado de Guerrero, tras haber sufrido un aborto involuntario. Ella, quien había sido víctima de violación, enfrentó acusaciones cuando estaba todavía en el hospital y luego pasó por un procedimiento legal con irregularidades, donde se vulneraron sus derechos humanos.
Pero hoy Aurelia está libre, luego de que la jueza Mariela Alfaro Zapata emitió una sentencia que reconoce su inocencia y le permite recuperar su vida. Esto fue posible gracias a los esfuerzos de diversas organizaciones no gubernamentales y activismo para que su caso no quedara olvidado, aunque sigue siendo un recordatorio de la revictimización y la violencia de todo tipo contra las mujeres que se vive en nuestro país.
Quién es Aurelia García Cruceño
Actualmente con 23 años, Aurelia es una mujer indígena nacida en Xochicalco, Guerrero, cuya lengua materna es el nátuatl y quien no hablaba español en el momento en que enfrentó un proceso judicial en su contra.
Cuando tenía 19, Aurelia fue violada en varias ocasiones por un hombre 20 años mayor que ella, y a partir de uno de estos abusos quedó embarazada; temiendo un castigo de su familia o su comunidad por estar embarazada fuera del matrimonio, huyó a casa de una tía a la ciudad de Iguala.
Como relata la ONG Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia, el 2 de octubre de 2019, estando sola en la casa, Aurelia comenzó a sangrar abundantemente con intensos dolores en el vientre y tuvo su parto sin recibir atención médica de ningún tipo. Cuando su tía regresó, al ver la cantidad de sangre que Aurelia había perdido, llamó a una ambulancia que la llevó de emergencia al hospital; el paramédico que la atendió informó que estaba a punto de sufrir un choque hipovolémico debido a la falta de sangre en sus órganos.
Estando en el hospital le pusieron un implante anticonceptivo sin su consentimiento y la esposaron a la cama para después trasladarla al Centro de Reinserción Social de Iguala.
Un proceso que violó sus derechos humanos
Como la ONG explica, la condena de Aurelia se había revertido por la identificación de violaciones a derechos humanos cometidas durante el proceso, en perjuicio de ella por ser mujer indígena.
Aurelia pasó por un procedimiento legal abreviado, donde todo se habló en español, sin recibir explicaciones claras y sin tecnicismos en su lengua materna.
Ahora la misma organización, que estuvo en la representación legal de Aurelia, buscará la reparación del daño luego de que la mujer pasó tres años injustamente encarcelada.