A lo largo de la vida, nuestras metas y sueños evolucionan constantemente y esto nos lleva a tener dudas sobre nuestro camino profesional. Desde no sentirte satisfecha con una carrera en la que has invertido ya varios semestres, hasta tener años ejerciendo una profesión y no sentir que refleje tus verdaderas pasiones o intereses. ¿Se puede cambiar de carrera cuando ya llegaste tan lejos?
Para muchas mujeres la idea de cambiar de profesión puede resultar abrumadora, pues hay que balancear la presión familiar, las expectativas personales o incluso retos financieros. Pese a esto, también es una oportunidad para redescubrirse y abrir nuevas puertas hacia el éxito y la satisfacción personal.
Y es que parte del problema desde un inicio tiene que ver con la falta de una orientación
vocacional adecuada que permita una mejor toma de decisiones para los jóvenes, así como en la
ausencia de plataformas de análisis de la información para que los centros educativos
puedan brindar un mejor acompañamiento.
Sin embargo, nunca es tarde para un cambio de rumbo que nos lleve a un desarrollo pleno, tanto personal como profesionalmente.
Para tener una guía sobre cómo abordar un cambio tan importante, platicamos con Ana Paula Rodríguez, pedagoga con más de 25 años de experiencia como orientadora vocacional y directora de ENCAUCE, una empresa mexicana que ofrece soluciones integrales para guiar a los jóvenes en su camino hacia el éxito académico y profesional.
Ana Paula nos da algunos consejos para abordar el camino del autodescubrimiento y la reinvención.
Consejos para atreverte a cambiar de carrera en tus 20 o 30
1. Identificando la motivación del cambio
El primer paso es entender por qué quieres cambiar de profesión. “¿Es una falta de pasión, un ambiente de trabajo tóxico, o simplemente el deseo de perseguir un sueño largamente postergado?”, explica Rodríguez, quien agrega que la insatisfacción laboral puede manifestarse de diversas formas, desde la falta de motivación hasta el estrés constante y problemas de salud, por lo que notar estos signos es crucial.
2. Superando el ‘salto al vacío’
El miedo es uno de los mayores obstáculos a la hora de considerar un cambio de carrera. ¿Cómo lo va a tomar mi familia o mi grupo de amigos? ¿Y si ya estoy muy grande para estudiar otra cosa? ¿Se va a ver como que fracasé?
Estas pueden ser algunas de las preguntas que surgen cuando nos enfrentamos a lo desconocido, explica la especialista, “pero es importante recordar que el miedo no debe ser un freno, sino un impulso para prepararnos mejor”.
Y sobre lo que ya estudiaste o los años invertidos trabajando en cierto sector, no es tiempo perdido. “Recuerda que la experiencia y las habilidades adquiridas en tu carrera anterior pueden ser invaluables en tu nuevo camino. Cada paso que des te acerca más a tu objetivo”, añade.
3. Explorando nuevas oportunidades
Investigar diversas industrias y roles te permitirá identificar cuáles se alinean mejor con tus habilidades y valores, así como tipos de formación disponibles, instituciones y costos.
“El mundo laboral está en constante cambio, y siempre hay nuevas áreas y sectores por descubrir, por lo que tomarse el tiempo para investigar y aprender sobre diferentes industrias puede abrirnos los ojos a posibilidades que quizás no habíamos considerado”, explica.
4. Formación y capacitación continua
Antes de dar un cambio radical es válido tomar cursos que te permitan explorar con mayor profundidad aquello que te interesa. “Hoy en día existen innumerables recursos educativos a nuestra disposición, desde cursos en línea hasta programas de certificación”. Y, sobre todo, “nunca es tarde para aprender algo nuevo”, sostiene Rodríguez.
Invertir en educación no solo mejora nuestras habilidades, sino que también aumenta nuestra confianza y competitividad en el mercado laboral, incluso después de haber realizado la transición, pues “el aprendizaje no termina una vez que hemos cambiado de carrera. Para mantenernos relevantes y seguir creciendo profesionalmente, debemos estar dispuestas a seguir aprendiendo y adaptándonos a los cambios”.
5. Establecer un plan
Como todo paso importante en la vida, elegir una nueva profesión amerita implementar algunas estrategias prácticas que nos faciliten la toma de decisiones. Algunos aspectos son los siguientes.
- Planificación cuidadosa. Un cambio de profesión no debe hacerse de manera impulsiva, por lo que hay que plantear objetivos a corto y mediano plazo, desde investigar hasta poner en marcha las acciones.
- Networking. Conectar con profesionales en el campo de tu interés, quienes pueden proporcionar información valiosa y abrir puertas a nuevas oportunidades académicas o laborales.
- Prácticas y voluntariado. Buscar experiencias prácticas puede ser una excelente manera de evaluar el área de interés o descubrir nuevas habilidades e intereses.
- Resiliencia. El cambio de profesión es un proceso que toma tiempo, por lo que es importante ser resilientes y pacientes ante los obstáculos que se van presentando y buscar el apoyo necesario.
En definitiva, reinventarse profesionalmente puede parecer una tarea monumental, pero es completamente alcanzable a cualquier edad y buscar asesoría vocacional puede ser clave para tener herramientas para afrontar este desafío.
Al final del día, “no estamos solas en este viaje”, comparte Rodríguez. Ella conoce el proceso no solo como orientadora sino a nivel personal también, pues luego de cursar una primera licenciatura vio que quería dedicarse a la pedagogía y reorientó su camino.
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