El nombre de Nuria Diosdado resuena con fuerza en el panorama del deporte en México. Es considerada como una de las mejores exponentes de natación artística en el país, mérito que ha conseguido gracias a los triunfos que ha cosechado durante su trayectoria profesional, los múltiples campeonatos a los que ha asistido y al ser elegida capitana de la selección nacional. Platicamos con la medallista de oro sobre su carrera, sus inspiraciones y todo lo que hay detrás de Nuria, más allá de la campeona.
Diosdado, atleta multiganadora, lleva 27 años practicando natación artística, 17 de ellos haciéndolo de manera profesional. Tenía apenas cinco años cuando comenzó a practicar esta disciplina, y a los 12 se dijo a sí misma que “quería ser como las deportistas que veía competir”. Luego de cumplir 15, se incorporó a la Selección Mexicana de Natación Artística, equipo que lidera a sus 32 años, y con el que en mayo pasado ganó el oro en la Copa del Mundo 2023.
En su reciente participación en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de San Salvador 2023, Nuria Diosdado volvió a cubrirse de oro al ganar el primer lugar en la categoría de dueto mixto, junto a Joana Jiménez. La segunda presea dorada llegó horas después en la prueba de solo libre, donde la nadadora mexicana obtuvo un puntaje impecable con su ejecución individual.
La importancia de soñar en grande
A su trayectoria deportiva la respaldan el esfuerzo y la perseverancia con la que ha forjado su experiencia, así como la determinación que adoptó desde que era niña, incluso antes de que supiera que esta disciplina se convertiría en su vida.
Esa inspiración llevó a Nuria Diosdado a tomar la decisión de comprometerse de lleno con la natación, dándole la seriedad y el compromiso que se necesitaban para llegar a la Selección Mayor. Su entorno apoyó firmemente esta elección y fue clave en el camino que recorrió para llegar a convertirse en profesional.
“A esa corta edad supe que quería llegar lejos, y comencé a entrenar con esa meta. Mi familia cambió su estilo de vida para que yo tuviera la oportunidad de hacerme un espacio en el deporte. Ahí me di cuenta de que esto podía ser una carrera y que había encontrado el motivo por el que nací”.
Cuando el reconocimiento llegó
Aunque es consciente de toda la perseverancia que una carrera como la suya exige, para Nuria fue una sorpresa descubrir que estaba llegando tan lejos. Entendiendo de a poco que esta pasión se encaminaba a ser algo enorme, que finalmente había logrado convertirse en la figura que veía de pequeña, antes de descubrir que quería dedicar su vida al deporte.
“Mi trayectoria me ha sorprendido a mí primero que a nadie. Recuerdo cuando empezamos a figurar en el Top 8 mundial, dimensionar que México ya calificaba a las últimas etapas entre selecciones de todo el mundo, saber que estábamos haciéndonos de un lugar dentro de nuestro deporte. Esa fue una de las veces que empezamos a darnos cuenta de que nuestro trabajo estaba rindiendo frutos”.
Antes de hacer magia en el agua
Cuando la llamada ‘sirena mexicana’ está dentro del agua, pareciera que es un mundo que domina a la perfección, como si se desenvolviera mejor ahí que en tierra. La capacidad innata que Nuria posee como nadadora queda reflejada en el exterior, en los pasos que ejecuta a través de sus impecables rutinas, dominando cada movimiento con tal precisión que parece increíble que, antes de cada competencia, siente miedo.
“Antes de entrar a la alberca pasan por tu mente todo tipo de pensamientos. Muchas veces, el miedo está presente: los nervios, emociones que hacen que te suden las manos, que te duela el estómago. Al final pienso que, cuando logras controlarlas, te dan la adrenalina para convertir cualquier temor en ganas, en poder, en deseo de hacer las cosas bien, confiando en que sí se puede; en que todos los entrenamientos, lo que has entregado, es por algo”.
No todo ha sido miel sobre hojuelas
En 2010, Nuria Diosdado participó por segunda vez en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, ocasión en la que compitió con siete rutinas y se disputó siete medallas de oro. De ellas, entre su interpretación individual, dupla y equipo, ganó seis. Lo que pudo haber sido un año memorable, se transformó en un episodio repleto de frustración y tristeza: por un presunto dopaje, le fueron retiradas sus insignias.
“Un par de días después de regresar, me notificaron sobre un doping que salió positivo a una sustancia llamada clembuterol, que había consumido sin saberlo al tomar un jarabe para la tos. Tuve que enfrentar un juicio, me sancionaron y pasé un año fuera”.
“Fue muy difícil este proceso, porque tienes que demostrar tu inocencia frente a instancias internacionales. Viajé hasta Suiza, que es donde está la Federación Internacional de Natación, y tuve que explicarle a toda esa gente que se trataba de un error. Al final, el castigo fue de un año inactiva, que de algún modo sí se trató de una victoria, porque inicialmente querían penalizarme con dos años, además de que nos quitaron las medallas que habíamos ganado en Puerto Rico”.
Ante las dificultades, resiliencia
Nuria afirma que su equipo la apoyó todo el tiempo. Sabían que había tomado el medicamento por cuestión de salud. “Retiraron mis medallas y las de todo el equipo, esas preseas por las que tanto habíamos trabajado. A pesar de que en la historia quedó marcado como si solo hubiéramos ganado una, sabemos que el esfuerzo estuvo, que no las obtuvimos por trampa”.
Con el temple y el equilibrio que su experiencia le ha dado, la medallista mexicana consiguió dejar atrás este conflicto que la hizo pensar en abandonar la natación, rescatando valiosas lecciones del caos que experimentó al pasar un año sin poder competir ni participar en eventos oficiales.
“Tenía 19 años y esos eran mis primeros juegos como líder. Entonces llegué a plantearme la posibilidad de retirarme. A la distancia, puedo decir que eso me hizo estar donde estoy ahora. Esa prueba, si se le puede llamar así, me dio la valentía, las ganas de seguir, de alcanzar el sitio en el que estoy”.
La mujer detrás de la estrella de natación
Con 17 años de trayectoria como deportista olímpica nacional, Nuria Diosdado tiene claro que contar con redes de apoyo fue una pieza fundamental en la carrera que hasta hoy en día continúa trabajando.
“Como mujer y como deportista, mi mayor inspiración es mi familia. Mi mamá y hermana son mis cómplices. No hago nada sin consultarlo primero con ellas; es algo que conservamos a pesar de que vivimos separadas desde mis 15 años, cuando dejé Guadalajara, la ciudad de donde soy, para entrar a la selección”.
Con el paso del tiempo, Nuria ha vivido intensos procesos de crecimiento personal que le han permitido concluir que, en su vida, la natación era eso que llamamos destino. “No imagino otra faceta de mí, por lo menos no como deportista”.
Lo que quiere dejar como legado
Además de ser una estrella en el panorama del deporte olímpico nacional, Nuria Diosdado se ha convertido también en una figura mediática en redes sociales. Su cuenta de Instagram acumula cerca de 50 mil seguidores, con quienes comparte fragmentos de su día a día dentro y fuera del agua, sirviendo de inspiración para personas que inician en la natación, tal y como lo vivió cuando en su infancia veía a sus deportistas preferidas, soñando algún día poder ser como ellas.
“Me emociona muchísimo cuando alguna niña, algún niño, se acerca para decirme que me admira, porque creo que se me da eso de minimizar mis propios logros, y estos momentos me hacen recordar que yo también fui esa niña; que incluso a esta edad admiro a otras personas y me gustaría poder decirles cuánto me inspiran, de recibir una sonrisa, un consejo suyo”.
Heroína y ‘sirena’ para las niñas
Sabiendo que se ha convertido en una especie de heroína para cientos de niñas y niños, Nuria recuerda qué es lo que ella hubiera querido saber cuando se decidió a buscar un lugar dentro del deporte profesional. De algún modo, los consejos que da también son recordatorios de las cosas que no debe olvidar.
“Mi mejor consejo es que nunca hay que dejar de divertirse, que sin importar el lugar en el que estén, encuentren siempre la forma de vivirlo como algo único, de no olvidarse por qué hacerlo les da felicidad”.
“Claro, es una elección que pide mucho, como cualquier profesión. Sin embargo, si lo amas, si sientes pasión, te da a cambio una vida maravillosa. Otra cosa que hay que grabarse es que, a veces, la actitud puede más que la aptitud. Por difícil que parezca, la motivación te da el empuje para conseguir todo lo que deseas”.
Su vida después del deporte
Toda su experiencia en el alto rendimiento le ha brindado las herramientas para lidiar con la frustración que este nivel de exigencia puede generar, de silenciar esos pensamientos que le repiten que el final está por llegar y, así, poder centrarse en seguir dando lo mejor de sí.
“Para mí, es primordial el equilibrio entre la vida personal y la profesional. Trato de llevar una vida aparte de la Nuria deportista, que me recuerde que el día que el deporte se termine, no se acaba la vida”.
A sus 32 años, es consciente de que cada vez le queda menos tiempo como profesional, al menos del modo en que lo lleva hoy en día. “Disfruto, confiando en que una nueva versión de mí misma está por nacer y que eso no significa que va a desaparecer todo lo que he hecho”.
Sin dejar de soñar y luchar por lo que quiere, Nuria Diosdado tiene claro cuáles son las metas que todavía le faltan por lograr, asegurando que los próximos Juegos Olímpicos están en su lista de cosas por cumplir.
“Me encantaría ir a los Juegos Olímpicos con el equipo, ya que, aunque he ido a tres olimpiadas, todas han sido en categoría de parejas. Como líder, para mí, igual es un sueño estar con ellas en París 2024 y podernos traer el mejor resultado que el país haya tenido”.
Asistente de fotografía: Sergio Olivares
Stylist: Tino Portillo
Asistente de estilismo: Valeria Cambron
Maquillaje: Enrique Santana
Peinado: Adisson Álvarez
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