En torno al fallecimiento del Papa Francisco y al meticuloso proceso para elegir a su sucesor, es normal que surjan muchísimas preguntas. Una de ellas es la posibilidad de que una mujer se convierta en una pontífice. Se dice que en la Historia existió una mujer Papa, pero, ¿es cierto?
Como sabemos, las reglas de la Iglesia católica han delimitado este cargo únicamente para hombres, sin embargo, hay una posibilidad de que en la historia ya haya existido una mujer Papa.
¿Existió una mujer Papa? Esto dice la Historia
¿Alguna vez te has preguntado por qué una mujer no puede ser Papa? De acuerdo con el sitio Live Science, esto se debe a que en la tradición católica no se puede ordenar mujeres como sacerdotes y se dice que Jesucristo eligió a 12 hombres para ser sus apóstoles, mismos que eligieron a otros hombres para seguir con su labor.
Este precedente ha marcado la estricta regla en que las mujeres no pueden convertirse en pontífices. Pese a estas limitaciones se cree que una mujer sí ocupó este cargo y que, de hecho, este suceso se cuenta como uno de los misterios más integrantes de la historia católica.
Aunque oficialmente no se tiene algún registro oficial ni se reconoce en el Vaticano, la historia de la mujer Papa estaría sustentada en diversos relatos, dentro de los que destaca “Crónica de los Papas y Emperadores” del monje polaco Martín de Opava, y el relato “Sobre los siete dones del Espíritu Santo”, del francés Esteban de Borbón, indica la Enciclopedia Británica.
Una de las principales versiones cuenta que Juana era una mujer de origen inglés, quien impulsada por su amor a un monje, decidió unirse de incógnito al monasterio. Con los aprendizajes adquiridos, fue en Roma en donde Juana ascendió en el clero, convirtiéndose en cardenal y luego en Papa.
De acuerdo con los relatos del monje polaco, Juana, nombrada también como Johannes Angelicus, fue elegida como pontífice en el año 855. Durante un periodo de poco más de 25 meses, se cree que su papado quedó bajo el nombre de Juan VIII, entre los periodos de León IV y Benedicto III. La Historia oficial dice que entre ambos Papas solo hubo algunas semanas de diferencia, por lo que esta versión sería apócrifa.
Tiempo después se dio a conocer que la Pontífice estaba embarazada. De acuerdo con Discovery, se cree que Juana murió durante el parto, aunque también existe la versión de que murió asesinada tras revelarse su secreto.
Aunque la historia se sigue manteniendo como una leyenda controversial, investigadores han tratado de buscar pruebas que aporten evidencia a la existencia de Juana. De hecho, en 2018 un par de investigadores de la Universidad de Flinders (Australia) expusieron que unas monedas del siglo IX pertenecían al papado de Juana y proveían prueba de este periodo histórico.
No obstante, dichas pruebas siguen sin ser suficientes para sustentar la existencia de la mujer Papa, debido a que ninguno de los relatos que habla sobre ella es contemporáneo a ella.
Aunque teólogos han abogado por la participación femenina en el papado, las mujeres siguen siendo excluidas de esta posición en la Iglesia, no solo por una tradición, sino también como una prohibición que fue reafirmada por los últimos tres Papas.
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