En el día a día hay muchas cosas que no planeamos y pueden impedir que sigamos una rutina de trabajo perfectamente establecida. ¿Te has sentido frustrada por eso? Si la respuesta es positiva, te platicamos sobre la inflexibilidad intencional.
La pandemia fue un hito para el home office debido a que durante esta etapa muchas empresas decidieron que lo más seguro sería mover el trabajo presencial a nuestros hogares. Aunque fue un cambio que trajo varios beneficios, sabemos que no todo puede ser color de rosa. La disponibilidad de estar en casa puede dar como resultado una sobrecarga de trabajo, interrupciones ilimitadas, juntas espontáneas, exceso de comunicación y algunas otras circunstancias que contribuyen a que no logres concluir tu trabajo como lo tenías planificado.
Sí has estado en una situación similar, NOSOTRAS te explicaremos sobre la inflexibilidad intencional, una solución bastante sencilla y rápida para poner orden a tu vida y horario laboral. No dejes que nadie te quite lo productiva que puedes llegar a ser.
¿Qué es la inflexibilidad intencional?
¡Muy sencillo! Básicamente, la inflexibilidad intencional es priorizar tu tiempo y actividades ante cualquier otra tarea adicional o interrupción. Debemos aprender a ser más estrictas con nuestros tiempos para poder seguir siendo mujeres productivas.
La inflexibilidad intencional nos enseña a decir “no” en momentos oportunos; aunque para muchas mujeres esta palabra sea simple de manifestar, en ocasiones puede que para algunas sea bastante difícil, pues la mayoría de veces queremos apoyar a nuestros compañeros y ser multitasking, pero también hay que aprender a autoayudarnos primero poniendo límites a nuestros tiempos y horas de productividad.
Como lo explica el portal Fast Company, la inflexibilidad intencional puede verse distinta para una persona y otra. Puedes implementar cambios como los siguientes ejemplos, dependiendo las necesidades y naturaleza de tu trabajo.
- Revisar tus correos una o dos veces al día, como máximo y con un tiempo medido.
- Tener periodos de tiempo con las notificaciones apagadas o sin uso de redes sociales.
- No atender llamadas no solicitadas fuera de un horario establecido (dejando estos límites claros).
Hay puestos de trabajo donde resulta imposible cortar la comunicación de esta manera, mientras en otros tu productividad podría verse ampliamente beneficiada.
¿Cómo decir ‘no’?
No necesariamente debemos decir la palabra así tal cual al principio, pues en un ambiente laboral puede parecer intimidante negarnos tan abruptamente al principio. Puedes ser clara sin dejar de ser cortés y amable, es por eso que para comenzar podemos usar frases como las siguientes.
- “Me da mucha pena, pero por el momento tengo una tarea pendiente que necesito terminar con urgencia.”
- “Por ahora tengo actividades en las que sigo trabajando, cuando concluya con ellas te haré saber para poder apoyarte”.
De igual forma puedes ser un poco más directa y platicar tu inconformidad a tu superior para que tenga en cuenta la importancia de tus tiempos y horarios de productividad.
Esta práctica no solo te ayudará a seguir siendo una mujer productiva, también ayuda en tu desarrollo personal y así lograr aquellos objetivos vitales que tienes en tu vida.
Ahora lo sabes, no vuelvas a sentirte frustrada por actividades espontáneas o innecesarias, la inflexibilidad intencional puede ser una buena forma de poner límites al uso de tu tiempo para que puedas cumplir aquellas actividades prioritarias en tu día a día.
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