La sociedad patriarcal en la que vivimos nos dice implícitamente, desde muy pequeñas, que ser aceptadas y validadas por los hombres es muy importante. Nos impone roles de género, nos encierra en “lo que debes ser” y hasta nos pone en contra de las demás. Existen muchas maneras en las que el machismo influye nuestra vida y se arraiga en nuestra manera de pensar.
¿Has escuchado el término ‘pick me girl’? Se trata de una manera de resumir una expresión de la misoginia interiorizada, que recientemente ha dado pie a burlas y señalamientos en redes sociales. Es importante visibilizar esto último porque la intención no debería ser señalar ni ridiculizar a nadie, sino abrir la conversación sobre problemas que permean en nuestra sociedad.
A veces, el sistema patriarcal nos enseña a rechazar o ridiculizar a mujeres por cualquier motivo. Esto se vuelve un problema que afecta nuestra convivencia y la forma en la que nos expresamos de otras chicas.
La mayoría de nosotras hemos caído en esto al menos una vez en nuestra vida: hemos cambiado o seguido tendencias para obtener aprobación masculina, hemos criticado a otra mujer porque no se comportaba de la manera en que queríamos o atacamos su forma de vivir la feminidad.
Qué es una ‘pick me girl’
Popularmente, una chica ‘pick me’ es una mujer que busca la validación masculina insinuando directa o indirectamente que ella “no es como las otras chicas”. Esto se puede referir a varias situaciones, pero casi siempre se refiere a cuando una mujer quiere “llamar la atención” de hombres para agradarles, permanecer en sus círculos sociales o para “ser elegida” por ellos.
Casi siempre se representa como aquellas chicas que son típicamente “masculinas” para encajar y poder llevarse con hombres. Estos son algunos comportamientos que se relacionan con ser ‘pick me’.
- Ridiculizar a mujeres por ser femeninas (lo que se relaciona con esto). Desde el maquillaje, usar vestidos, que te guste el rosa, o que seas delicada.
- Rechazar los gustos o modas que las mujeres siguen.
- “Ser diferentes” a lo típicamente relacionado con las mujeres, desde la música que escuchan, las películas que ven o los libros que leen.
- Criticar a otras mujeres por llevar una vida sexual activa o por tener muchas parejas.
Además de reproducir estereotipos de género, se intenta degradar a otras mujeres por sus decisiones. Al decir, “no soy como otras chicas”, implícitamente estamos diciendo qué ser una chica y tolo lo que se asocia a ellas es malo, inferior o indeseable.
Es importante recordar que los roles de género son un constructo social y que no hay “gustos de hombre” o “gustos de mujeres”; te puede gustar el maquillaje, la moda, las películas románticas, el terror, los deportes y andar en patineta, todo al mismo tiempo. El problema es cuando abordamos nuestros gustos desde un sentido de “no ser como las otras chicas”, “no ser típicamente femenina” o “ser mejor” a la opinión de los hombres.
Es muy fácil caer en este tipo de pensamientos o comportamientos pero, como te decíamos anteriormente, lo importante es abrir la conversación para deconstruirnos juntas; no se trata de señalar o burlarse. Es importante hablarlo y visibilizarlo porque, de lo contrario, perpetuamos actitudes o comportamientos machistas que permiten la violencia en nuestra sociedad.
Cada quien es libre de decidir qué significa “ser una chica” y de qué manera expresarlo para sentirse segura y cómoda. Parte de la deconstrucción es respetar las decisiones y formas de expresión de otras mujeres, salir del cajón limitante de los estereotipos y mostrarle al mundo tal cual eres.
Qué es la misoginia interiorizada
La palabra misoginia significa, en pocas palabras, odiar a las mujeres. Esto incluye ejercer discriminación y violencia. Ahora bien, la misoginia interiorizada es aquel odio que las mismas mujeres podemos sentir por otras mujeres, simplemente por el hecho de serlo.
De acuerdo con la escritora Aya Hibben (The Daily Utah Chronicle), la misoginia interiorizada describe la forma sexista en que las mujeres aprenden a verse a sí mismas y a otras mujeres. “Es una forma subconsciente de degradarte a ti misma y a otras mujeres basándose en ideas sexistas sobre cómo las mujeres deben actuar, vestirse o hablar”, explica Aya.
La misoginia interiorizada es algo que la sociedad nos ha enseñado y sigue perpetuando a través de varias maneras. Es por esto que debemos cuestionar nuestros pensamientos y acciones, porque a veces seguimos líneas machistas y micromachismos que dañan a las mujeres y a nosotras mismas.
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