La inteligencia emocional es una característica que deberían trabajar todas las personas en el ámbito laboral, especialmente en la toma de decisiones y en la gestión de equipos. Esto les brinda elementos para resolver de la mejor manera cualquier problema que enfrenten en su cargo.
Por ello es importante que, si deseas ascender en la escala laboral, sepas qué es la inteligencia emocional y por qué es tan importante.
Qué es la inteligencia emocional
De acuerdo con Harvard Business School, la inteligencia emocional es la habilidad para entender y manejar las emociones. No solo implica el poder de reconocer tus propios sentimientos, también significa que puedes reconocer e influenciar los de las demás personas. Esto último no se encamina hacia la manipulación, sino a lograr objetivos y obtener beneficios para todos.
Quienes tienen esta característica pueden liderar de mejor manera un equipo de trabajo, debido a ello suelen tener más de ascensos o se les ofrecen con más frecuencia cargos de toma de decisiones. Sus equipos usualmente se distinguen por tener un nivel alto de productividad y por tener satisfacción general.
¿Qué es lo que compone la inteligencia emocional?
La plataforma PsychCentral explica que las personas que tienen inteligencia emocional se distinguen por los siguientes aspectos, principalmente.
1. Conciencia de sí mismas
Tener conciencia de quién eres y de cuáles son los motivos por los que haces tu trabajo, es el mejor indicador que le puedes dar a las demás personas para que confíen en ti como jefa, porque sabes a dónde vas. Esto también te permite poder nombrar con claridad tus emociones, tus puntos débiles y fuertes, para tener una buena comunicación con tu equipo de trabajo.
Entender tus propios aciertos y limitantes también te hace una persona humilde, que es fácil de comprender y que se puede identificar con los demás. Por ende tu equipo de trabajo podrá confiar en ti, porque si te entiendes a ti misma entonces no será complicado que entiendas a las demás personas.
2. Autogestión
Esto significa poder regular tus actos con las demás personas, no tener actitudes contradictorias en donde eres la persona más carismática y al siguiente minuto la menos accesible.
Básicamente, la autogestión significa saber administrar las emociones que tienes, así como reconocer en qué momento es mejor demostrarlas y cuándo no.
La autogestión evita que tomes decisiones impulsivas, de las cuales no has pensado con detenimiento y desconoces las repercusiones que tendrán. Por otro lado, creará un escenario cómodo en el que puedas manejar la tensión, los conflictos y los momentos complejos.
3. Empatía
Después de entenderte a ti misma es más sencillo comprender a las demás personas. Cuando empatizas con las demás personas también impides hacer un juicio sobre ellas por situaciones que no conoces en su totalidad.
Asimismo, la empatía con tu equipo de trabajo te ayuda a tener una mejor comunicación con ellas y ellos. Porque puedes comprenderles a pesar de no encontrarte en su posición.
4. Habilidades sociales
Para poder trabajar con otras personas primero debes estar acostumbrada a tener relaciones sociales. Si hay una buena relación de trabajo entonces habrá buena comunicación que facilitará muchos procesos de trabajo.
Las habilidades sociales las puedes identificar cuando: tienes buenas conversaciones con las personas, les escuchas de manera activa, tienes contacto visual, y sabes comunicarte correctamente de manera verbal y física.
¿Por qué es importante la inteligencia emocional?
Las personas son seres sociales, aunque estén en un contexto laboral también necesitan saber cómo dirigirse de la mejor manera con los demás. Por ello la inteligencia emocional tiene relevancia, porque te hace la mejor persona para optimizar la comunicación en un equipo de trabajo y explotar su potencial.
PsychCentral también ha encontrado que la inteligencia emocional está relacionada directamente con la felicidad, con la satisfacción laboral y con espacios cómodos de trabajo.
Existen herramientas en línea, ya sean cursos o tutoriales gratuitos, para comenzar a trabajar en la inteligencia emocional. También acudir a terapia puede ayudarte a trabajar áreas más específicas: por ejemplo, tus relaciones sociales o tu comunicación asertiva.
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