Poco se habla tradicionalmente sobre que existen muchos otros tipos de violencia más allá de las agresiones físicas. De hecho, hay varios que son “invisibles” ante la sociedad, pero que afectan a millones de mujeres día con día. Un ejemplo de ello son las burlas y la invalidación de sus cuerpos y rostros, con la presión de cumplir un estándar que no debería existir. Por eso, es necesario que conozcas qué es la violencia estética y cómo identificarla día con día.
La violencia estética se ha manifestado desde hace décadas: desde los estereotipos de belleza que mostraban en el cine y la televisión donde se descalifica a quienes no los cumplen, hasta los memes y las críticas en redes sociales hacia el físico de las celebridades femeninas. De acuerdo con UNAM Global, la violencia estética es una imposición de estándares de belleza arbitrarios que afecta a las mujeres de diversas maneras.
Qué es la violencia estética y cómo identificarla
Este tipo de violencia puede llegar a afectar a las mujeres al grado de vivir problemas de salud como la dismorfia corporal y los trastornos de conducta alimentaria (que incluyen la bulimia y la anorexia. La violencia estética es particularmente peligrosa porque implica la violencia psicológica y emocional, muchas veces mediante microagresiones, “bromas”, bullying y ciberbullying. Todos estos elementos provocan inseguridades y complejos en las mujeres, muchas veces desde temprana edad.
La violencia estética se basa en varios discursos de odio, siendo la gordofobia, discriminación y la gerontofobia (rechazo a las personas mayores), algunos de los más perpetuados. Hay distintas maneras de identificar esta violencia, pero las más conocidas son las burlas, cuestionamientos y hasta agresiones físicas al cuerpo de una mujer.
¿Has sido víctima de la violencia estética?
Estos son algunos ejemplos de cómo se puede vivir la violencia estética, pero no son sus únicas manifestaciones. ¿Te ha pasado alguno?
- Cuando una persona se burla de tu físico porque no cumple con los estándares que la sociedad ve como idóneos. Ya sea por el peso, medidas, color de piel, etc.
- Te cuestionan con frecuencia sobre tus hábitos alimenticios y deportivos porque tu peso no cumple con lo “normativo” o “no es saludable” (aunque la persona no es médico ni está al tanto de tu salud).
- Cuando recibes críticas por no depilarte o maquillarte de cierta manera.
- Cuando a una mujer le hacen saber que su nariz, barbilla o rostro no son “bonitos”, no son “finos” o “no parecen de mujer”.
- Si las personas a tu alrededor se burlan o te ponen apodos despectivos porque tus senos o glúteos no son grandes. Por el contrario, cuando alguien tiene senos o glúteos grandes la sexualizan.
- Criticar o juzgar signos de la edad perfectamente normales, como tener arrugas, manchas o canas. Lo mismo sucede con aspectos que ocurren en todas las pieles, como el acné, estrías o celulitis.
- Cuando comparan a una persona con otra que sí cumple con estándares de belleza idealizados.
- Cuando se justifica una infidelidad en una pareja porque alguien “no era lo suficiente bonita”, “se descuidó”, etc.
No escuches estas “opiniones”
Todas estas situaciones están normalizadas por la sociedad, por lo que es necesario visibilizar que la violencia no está bien en ninguno de sus tipos. Recuerda que tu pareja, amigas o familiares nunca deben burlarse de ti ni compararte con otras mujeres. Cada persona es única y los estándares que por años nos han vendido son innecesarios, injustos y muchas veces imposibles de alcanzar.
Asimismo, nunca ejerzas violencia en contra de otras mujeres, ya que el patriarcado suele compararnos y crear rivalidades. Recuerda que no debemos hablar de cuerpos ajenos si no nos han pedido nuestra opinión.
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