Miércoles 8 de marzo. Se llevó a cabo la marcha conmemorativa por el Día Internacional de la Mujer, donde se dieron cita más de 90 mil mujeres según la cifra oficial del gobierno de la Ciudad de México.
Las niñas, adolescentes, jóvenes, señoras y adultas mayores se dieron cita en diferentes puntos de la CDMX; diversas colectivas partieron desde la Estela de Luz, Glorieta de las Mujeres que Luchan, Monumento a la Revolución y el Ángel de la Independencia, entre otros lugares de encuentro.
La movilización inicio desde antes de las 12 del día, donde varias jóvenes en grupos de trabajo, escuela, amigas o familias se organizaron para formar parte de la marcha conmemorativa del Día Internacional de la Mujer; reunieron sus voces para pedir, gritar, visibilizar o simplemente defender la lucha por sus derechos y exigir una vida libre de violencia.
Nosotras tuvimos la oportunidad de vivir y escuchar algunas de las muchas peticiones que tienen las chicas, experiencias, que el 8M sirve para tener un grito de valor y visibilizar el gran problema que no pasa una o dos veces, sino siempre y que el propósito de la marcha es pedir que la sociedad vea que se debe hacer un cambio.
8M una marcha, miles de mujeres, miles de voces
Alrededor de las 2:45 de la tarde del 8 de marzo, en la Glorieta de la Mujeres que Luchan, varias colectivas partían de ese punto rumbo al Zócalo de la CDMX, gritando y externando su sentir y lo que pedían: el fin de la violencia de género, el fin de los feminicidios, el fin de las desapariciones, el fin del patriarcado y el machismo.
En una marcha pacífica se lograban ver grupos de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), de la Universidad Iberoamericana; un grupo de jóvenes universitarias de Psicología Educativa y otro colectivo que gritaba que “faltaba Karina”, una joven que se encuentra desaparecida.
Alzando pancartas, carteles, flores, algunas diciendo cómo quieren ver la verdadera transformación que necesita México, mientras que otras visibilizando algún sentir o pena por alguna familiar que ya no pudo alzar su voz.
En la marcha predominaban los colores morado, violeta, blanco, verde y negro, alzando las pañoletas, brincando, entre gritos donde se sentía libertad y, aunque había ruido, parecía ser un lugar seguro.
Las experiencias no deben ser arrebatadas
Antes de llegar a El Caballito, una joven llamaba la atención porque portaba un vestido de XV años; varias chicas se le acercaban y le pedían si podían tomarle una foto y la joven, muy amable, accedía.
El motivo por el que estaba vestida con un vestido grande y pomposo de color rosa pastel, con algunos adornos dorados en la parte superior, era porque hace un año cumplió XV años al igual que varias de sus amigas, pero la diferencia fue que ellas no pudieron celebrarlo por causa que fueron víctimas de feminicidios.
Ivanna Martínez decidió darles voz a sus amigas y a muchas más adolescentes que no pudieron vivir ese momento en sus vidas, porque considera “que es una etapa que todas las mujeres deben pasar” y que nadie tiene por qué arrebatar experiencias, además de llevar un cartel con la frase “Por todas las que no tuvieron el sueño de cumplir XV años”.
Amigas, familias, TODAS seguras
A las 3:10 de la tarde, a la altura de El Caballito, pocas familias iban marchando; Marisol iba acompañada de sus sobrinas, porque tiene la intención de mostrarles sus derechos y la importancia de la marcha, porque quiere un país seguro para ellas y sus futuras hijas.
Mientras tanto otro grupo de amigas iban acompañadas con carteles, gritando lo que se escuchaba en coro: “Ni una asesinada más”, “No somos una, no somos 10… gobierno cuéntanos bien”. Después declararon que están en la marcha “porque las mujeres no son tratadas como deberían”, además de también visibilizar lo que las antepasadas sufrieron y no pudieron decir nada, pero ahora ellas les dan voz.
Cuando dieron las 3:50 de la tarde, los contingentes ya estaban a la altura del Hemiciclo a Juárez donde había más de mil mujeres para ese momento, alzando carteles, pancartas. El sol se encontraba en su máximo punto, pero aun así los gritos no cesaban.
Elisa decidió marchar por su amiga Adri, que no pudo estar en la marcha porque fue víctima del accidente de la Línea 3 del metro. Elisa expresa que quiere vivir segura, donde los trabajos no deben ser precarios, en su cartel le mandaba un mensaje a su amiga que la describió como una “luz” para ella y todos los demás que la conocieron; “las paredes, la historia y el arte no callan” lo que piden es justicia. Además, “la negligencia también mata”.
Al ir avanzando frente a Bellas Artes a las 4:12 de la tarde había un grupo de danzantas prehispánicas, quienes llamaban la atención entre tambores, cascabeles de muñecas y tobillos sonaban, lo hacían como un tipo de manifestación artística, para exigir la libertad.
Rumbo al Zócalo
Las colectivas entraron por la calle 5 de mayo, en ese punto se comenzaron a aglomerar los contingentes; los pasos se hacían lentos pero las voces no cesaban, al contrario se hacían retumbar en las paredes de la estrecha calle, por la gran cantidad de mujeres que había y que no estaban dispuestas a quedarse calladas.
Mujeres apoyaban desde arriba de los balcones, gritando apoyando a la marcha, enseñando algún objeto morado o violeta, se escuchaba al unísono “Ellas sí me representan”; una chica comenzó a soltar lagrimas y su amiga la abrazó.
“Si eres mujer, únete también”, casi a la entrada del Zócalo ya se encontraban policías estrechando la calle, simplemente paradas, dos de ellas traían flores y las chicas de la manifestación las saludaban, pero en ese momento era un respeto mutuo, no hubo agresión por parte de ninguno de los grupos.
Al caminar un grupo de jóvenes se comenzaron a aglomerar y decían “ahí está Nath, ahí está Nath”; en la marcha del 8M de encontraban las youtubers Nath Campos y Juana Martínez que no dudaban en darle alguna fotografía a las jóvenes que se las pedían.
“Por nuestro derechos, porque queremos hacernos escuchar para hacer un cambio, esta marcha es estar con muchas mujeres y no estás sola”, dijo Juana Martínez al preguntarle por qué asiste a la marcha.
“Por muchas cosas, estoy harta de ver a muchas mujeres muriendo en nuestro país, la cantidad de violencia que hay y sobre todo de que las personas siguen sin entender el por qué seguimos marchando… nos faltan hermanas, nos falta que nos cuiden”, dijo Nath Campos.
Solo mujeres y eso basta
En punto de las 5 de la tarde, en el Zócalo se veía como los contingentes avanzaban, otras chicas cerca del asta bandera sentadas descansando o platicando mientras otras tantas seguían exigiendo y manifestándose.
Un grupo de jóvenes levantaron flores blancas a lo alto, mientras las puesta de sol caía, y aún llegaban más mujeres exigiendo un cambio, porque la sociedad debe entender lo que se pide.
La marcha del 8M no es solo de un día donde las mujeres piden o exigen que ya no haya machismo, donde se lloran perdidas de mujeres, jóvenes, adolescentes o hasta niñas, porque esas problemáticas se viven día a día.
“No somos una, somos todas”.