‘Me perdí muchas fiestas por miedo a que vieran mi acné’

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“Yo y las que no necesitamos iluminador porque tenemos brillo propio”, dice Paola Alonso en un video de su exitosa cuenta de Instagram. Ella hace referencia a la piel grasa, una condición que a menudo es invisibilizada en una industria del skincare que parece enfocarse en estándares excluyentes.

La creadora detrás de la cuenta Skin Army se caracteriza por hacer contenido enfocado en el cuidado de la piel de una manera realista, sin pretender que todas tenemos las mismas condiciones y el mismo acceso a productos, ni ocultar que ella misma ha tenido sus batallas en esta área de la belleza.

Por esta razón ha creado una comunidad sólida, donde la aportación de otras experiencias es bienvenida y la recomendación es formar un criterio propio mediante el consejo de especialistas y las vivencias propias.

Platicamos con ella sobre sus inicios en el mundo del skincare, desde que intentaba negar el acné hasta llegar a la aceptación radical (un concepto que debes conocer) e inspirar a otras chicas.

‘Empecé en el skincare antes de que lo fuera’

Hace aproximadamente una década, la conciencia sobre las rutinas de skincare no era la misma que ahora, a menos de que tuvieras una condición específica de la piel. “Me da risa que yo empecé en el skincare antes de que fuera skincare, cuando era literalmente jabón para la cara y ya”, cuenta Paola Alonso.

“Yo inicié prácticamente desde los 10, 11 años, de manera amateur en el sentido de que no sabía lo que estaba haciendo. A los 11 empecé a entender un poquito más porque yo tengo problemas hormonales, entonces a partir de esa edad tuve mi primer periodo y tuve un problema hormonal en mi cara”. En ese tiempo comenzó a tratarse por el acné que se manifestaba en su rostro. “Para mí el cuidado de la piel empezó 100% enfocado por eso”.

Actualmente Paola habla sin problema alguno sobre tener acné, pero por mucho tiempo se trató de algo que ni siquiera aceptaba para sí misma. Como nos cuenta, llegó a perderse de actividades que disfrutaría y utilizar maquillaje muy joven para ocultar esa condición.

“Lo curioso es que no sé si lo acepté en algún momento cuando era tan chica. Voy a hacer una analogía un poquito fuerte pero es casi como cuando eres adicto a algo y no lo quieres reconocer”, explica. “Como que siempre queremos justificarnos o tratar de buscar algo que no nos haga ver la realidad”.

Ella tenía una condición de acné bastante fuerte, pero utilizaba frases como “son cosas de la edad” o “se va a quitar” para olvidarse de eso. Al mismo tiempo, ocultaba las marcas con maquillaje.

“Es como cuando ves a los demás y dices ‘ay, pero yo no estoy así’. Empecé a usar maquillaje a esa edad porque me daba mucha pena mi cara. Era mucho más sencillo correr al baño y ponerme la base de mi mamá que ni me quedaba, que aceptar que sí tenía un problema en la piel”. Según recuerda, fue hasta los 21 años que aceptó la condición de su piel.

La creadora de contenido agradece que hoy en día hay más visibilidad y se habla de condiciones como el acné, “pero la realidad es que yo crecí sin ver un rostro como el mío, yo no veía una cara llena de brotes como la tenía yo, la realidad es que la gente te rechaza, puede hacerse pensamientos o ideas que no son ciertas”.

Foto: Instagram. @skin_army

La aceptación radical

Paola admite que la relación con su piel es buena en la actualidad, pero esto es el resultado de un proceso que tomó años y no necesariamente es como se podría imaginar.

“No es de ‘ay, amo mis granos’, la neta no. Vivo en una sociedad donde eso es golpeado pero prefiero, y eso lo aprendí en terapia, la aceptación radical. De que ‘ay sabes qué, tengo granos y no me gustan, termino con manchas pero pues estoy haciendo lo mejor que puedo con lo que tengo. Llevo una rutina que me regula, al final del día mi piel se va a arrugar menos. tratándole de ver el lado bueno”.

A los 11 años, Paola jamás hubiera permitido que la vieran sin maquillaje. Ahora sube contenido a cara lavada, no utiliza filtros desde hace años y habla abiertamente sobre el acné o el cuidado de la piel grasa.

Todavía llegan críticas de personas que no han visto realmente su contenido. “Yo sé que hay gente que no me conoce y dice ‘tú hablas de la piel, tú que estás cacariza’, pero es un súper logro y ahorita siento que mi relación es muy buena, me siento en un buen momento. obviamente hay recaídas y a veces tengo que volver al derma, pero ahorita estoy bien”.

La aceptación radical es un concepto que la creadora de contenido ha empleado en otras condiciones como la dismorfia corporal.

“Vivimos en una sociedad bien agresiva, en que estando en una corporalidad distinta cuando tenía la peor relación con la comida de mi vida y mi salud mental estaba desplomada, y desgraciadamente la gente me trataba mejor y me decían ‘qué bonita te ves, ¿por qué no has hecho esto antes?’. Es aceptar radicalmente y negociar qué es lo importante para una”.

En su caso, ahora lo importante es no perderse las cosas realmente significativas. “Muchas veces me restringí de ir a pijamadas o fiestas en alberca para que no me vieran, y ahora digo ‘es una estupidez, sí lo tengo pero ya qué, me vale’. Lo importante para mí es pasar tiempo con mis seres queridos”, relata.

Aunque la aceptación es un tema que se presenta en Skin Army, ella no se considera activista ni cree en el concepto de amor propio que suele manejarse en redes sociales. “Me choca, lo detesto. Porque siento que deberías vivir y ya, no tienes siquiera que amarte todo el tiempo, me chocan esos discursos. Estamos bombardeadas con imágenes que probablemente el 2% de la población comparte el resto se queda rezagado”.

Foto: Instagram. @skin_army

No compares tus procesos

Cuando le preguntamos qué le diría a las chicas que viven con un problema de acné, explica lo siguiente. “No les voy a decir que la van a pasar bien todo el tiempo pero justamente quisiera que decir date tu espacio, tu tiempo, ten mucha paciencia, trata de no comparar tus procesos porque al final es tu piel.
Sobre todo, es tener la aceptación radical, porque todo tiene un lado bueno y uno malo”.

Paola admite que se perdió de muchas fiestas, actividades con sus amigas o ir a la playa, pero ahora jamás se privaría de estas experiencias por miedo a mostrar su rostro. Y aconseja lo mismo a sus seguidoras. “Hay que entender que no son el centro del mundo y todo mundo está lidiando con sus batallas. Entender que si alguien te presta mucha atención es porque también es autocrítica y la está pasando igual de mal”.

Foto: Instagram. @skin_army

El trabajo de una creadora de contenido

Antes de dedicarse por completo a la cuenta de Skin Army, Paola trabajó en agencias de publicidad e incluso se dedicó al marketing con influencers. Estuvo combinando ambos trabajos por un tiempo, hasta que decidió dar el salto a convertirse en creadora de contenido de tiempo completo.

Ella admite que su trabajo actual tiene un costo mental. Requiere una actualización constante y comienza a tomar cada vez más de tu tiempo.
“Es tan bonito y disfrutable que cruza la línea. Es una actualización constante, una industria que cambia demasiado rápido, es muy complicado transformarte constantemente. Hacerte viral no es difícil pero lo difícil es mantenerte en ello”.

Paola crea contenido con el que se identifica o que vaya de acuerdo con lo que su audiencia quiere, necesita y puede escuchar. A menudo se sorprende de lo mucho que se parecen sus seguidoras a ella. Por eso, algunas de ellas incluso se han convertido en sus amigas cercanas.

Ella se siente satisfecha con su audiencia y aprende constantemente de ella. “Yo sé que mis números no son los más grandes, pero siento que lo que he construido ha sido súper pensado, dedicándole cada parte de mí de una manera más lenta pero consistente”.

3 emprendedoras nos hablan sobre resiliencia y superar obstáculos

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Comenzar un emprendimiento puede ser sumamente intimidante. Cuando no sabes por dónde iniciar pero tienes cientos de ideas, todo puede parecer complicado. Emprender requiere que, de pronto, aprendas sobre un montón de cosas para que funcione y se inicia un proceso lento en busca del éxito que sobrepasa a cualquiera si no se tiene una buena planeación.

Tener paciencia, dedicación y atención al detalle son aptitudes clave para cumplir metas cuando emprendes. Si te decides a hacerlo, te podrías enfrentar a varios retos, a varios “no” y muchos “es imposible”, pero también a muchos crecimientos, logros y nuevas experiencias. Por eso es importante reconocer a las emprendedoras, que luchan día a día para que su arte y su trabajo lleguen a todos lados.

Hablamos con tres emprendedoras mexicanas que se atrevieron a dar un cambio enorme en su estilo vida para seguir su “instinto emprendedor”, dentro de ámbitos muy diversos. Son mujeres jóvenes que se han enfrentado a diversos retos completamente solas.

Coconut Lemonade, de Karla Ramírez, es un emprendimiento de regalos personalizados. Está enfocado en mantener los recuerdos vivos por medio de cuadros de resina personalizados, hechos completamente a mano. Uno de los servicios extra que ofrece este emprendimiento es un curso impartido por la fundadora, para poder aprender cómo hacer tus propios cuadros.

Por su parte, Pollete Berrellaza creó The Snack Bar, un emprendimiento que da servicio para diferentes eventos y fiestas particulares. Complementó su marca al crear cursos que pudieran ayudar a otras a comenzar su propio negocio.

También nos compartió sus experiencias María Delgadillo, de María Bajita. Es una emprendedora que se centra en la ilustración de acuarela, haciendo retratos personalizados, stickers y más tarde, pasó también a convertirse en un negocio de encuadernación, de libretas y agendas. De igual manera, llevó su arte del papel a la piel, mediante los tatuajes, y ha iniciado un emprendimiento de prendas en crochet.

Pollete Berrellaza, de The Snack Bar. Foto: Cortesía

Un emprendimiento puede nacer de muchas maneras

A veces basta con un obstáculo en tu camino, un momento de espontaneidad o un rato de ocio, para tener una idea que termine por convertirse en tu trabajo.

Coconut Lemonade nació en medio de la pandemia, justo después de que Karla Ramírez se graduara y el mundo se detuviera por la COVID-19. Como lo relata ella, las entrevistas de trabajo dejaron de aplicarse, los puestos ya no estaban disponibles y las cosas cambiaron por completo.

“Empecé esto para no aburrirme. Fue como: ‘bueno, ¿qué puedo ir haciendo? ¿Cómo puedo generar un dinero extra?’ Era empezar a moverme y no perder esa motivación. Empecé vendiendo ilustraciones en 100 pesos”, explica. Casi cinco años después, tiene un negocio que ocupa todo su tiempo y es su sostén económico.

Para Polette Berrellaza, la idea surgió a partir del tiempo libre y su inquietud para ganar ingresos extra. “Me encontré con este tipo de negocio en un evento. Fue la primera vez con la que me topé con este modelo de negocio. Se me hizo muy padre porque era muy compacto, era algo que era de dos, tres horas… Se me hizo algo muy padre, innovador. Fue cuando surgió, dije ‘¿por qué no pongo uno yo?’”.

En el caso de María Delgadillo, las cosas fueron diferentes. El emprendimiento comenzó hace alrededor de 7 años con una pregunta: “¿qué tan difícil podría ser hacer yo una libreta?”. Luego de conocer a una ilustradora en un bazar y comprar una libreta, María se dio cuenta de que hubiera comprado otra para su hermano, que estaba a punto de irse de intercambio. Pero después de no conseguir hacer el pedido con tan poco tiempo de antelación, pensó que podría hacer una con sus propias habilidades y un poco de curiosidad.

Esa libreta que le regaló a su hermano, la cual hizo mediante una investigación en internet para conocer el proceso de encuadernación, dio origen a todo lo demás. “Cuando ve la libreta me dice ‘deberías hacer tus ilustraciones, te queda increíble. Entonces empecé a experimentar un poco con todo y de pronto ya estaba haciendo libretas para mis amigas y para mi familia. Un día dije, ‘las voy a vender, ¿qué más puede pasar?’”.

María Delgadillo, de María Bajita. Foto: Cortesía

No se detienen por la opinión de otros

Aun teniendo la motivación y las herramientas, se tuvieron que enfrentar a lo que los demás opinaban sobre su trabajo y la manera en la que comenzaron a ver la vida. Ya no sentían que pudieran hacer otra cosa que no fuera seguir creciendo y explorando el mundo como emprendedoras.

“Con mis papás fue un ‘tienes que buscar un trabajo’. Yo contestaba: ‘es que este me está generando todo lo que quiero en un trabajo y un poco más, la comodidad de trabajar con mis horarios, desde mi casa. ¿Por qué voy a moverlo?’ Nada más es porque la gente cree que es otro tipo de trabajo más ‘informal’. Para mí, este es el trabajo más formal que he tenido en toda mi vida y que depende de mí, eso es todavía más formal y más importante”, explica Karla.

María lo ve de manera parecida. Los comentarios sobre sus habilidades, sus alcances y emprendimientos también eran constantes y tuvo que enfrentarlos como lo hizo Karla.

“En mi cabeza era: ‘¿cómo no funciona si me está dando dinero?’. [La idea de dejar el emprendimiento] se me hizo un comentario limitante porque cómo voy a cerrar mis capacidades si yo sé que puedo desarrollar varias y las desarrollo bastante bien. ¿Por qué alguien más tendría que limitar mis capacidades, mis talentos, mi potencial?”.

“Si te dan que pensar”, admite María, para quien la idea de dejar su emprendimiento era demasiado fuerte. “Al final, me había dado mucho y aún me da mucho en muchos aspectos”.

Sin duda, emprender es una decisión que puede ser complicada, vista desde los ojos de otros, pero Polette asegura que también es parte de confiar en las propias habilidades y conocimientos para no frenar el instinto emprendedor.

“Duré un año y medio para tomar la decisión de dejar mi trabajo de oficina, porque claro que había el típico: ‘¿cómo te vas a dedicar a esto?’, ‘es solo una moda’, ‘tú estudiaste una carrera, tienes que dedicarte a lo tuyo’. Pero yo contestaba: ¿Cómo me dices que crear una empresa, dar empleos, no es parte de mi profesión [como licenciada en mercadotecnia]?”, menciona.

“Hay que soñar en grande, pero soñar en grande da miedo, porque ya soñé en chiquito y no salió bien… pero si te pones la camiseta, si es lo que quieres hacer, lo vas a hacer porque te nace”, recomienda la fundadora de The Snack Bar.

Karla Ramírez, de Coconut Lemonade. Foto: Cortesía

Emprender es estar en constante aprendizaje

Para mantenerse en constante avance con su emprendimiento, se enfrentaron a diversos aprendizajes que les hicieron crecer como personas y como emprendedoras. Tuvieron que aprender sobre la marcha, a dirigir por su cuenta un negocio.

“Yo trabajo sola. Todo mi emprendimiento lo hago yo. Yo tomo pedidos, yo subo contenido, yo grabo contenido, yo edito, soy atención a cliente… Todo, absolutamente todo y no tengo a nadie más que me ayude”, menciona Karla.

“Me decían ‘¿puedes hacerlo?’, y yo de ‘sí…’. Y lo investigaba y ponía manos a la obra. Muchas cosas salían mal a la primera, pero no me rendía”, admite María. “Lo he hecho sola completamente. Yo hacía las ilustraciones, editaba las ilustraciones, hacía los tejidos. Yo lo hacía desde cero, cortaba el papel, les hacía los agujeritos, las cosía… es un proceso que lleva mucho tiempo”.

Por la misma razón, hubo errores que tuvieron que ir solucionando y, sobre todo, aprender de ellos para poder mantener a flote el emprendimiento.

“Fue a prueba y error y a veces la regaba, era un ‘discúlpame’ y corrección”, admite Karla. “Mandé pedidos mal, hubo paquetes que se perdieron durante pandemia. Hubo gente a la que no le llegó su pedido y lo tenía que repetir. Obviamente vas aprendiendo, paso a pasito. ‘Okay, ya resolví esta parte, ¿qué sigue?’. Es ir aprendiendo en el camino y hasta la fecha sigo aprendiendo, entonces es parte de aprender, regarla y seguir”.

María, describe como “horrible” y “desastrosa” a la sensación de perder un paquete debido a que, como emprendedora, conoce el costo de su producto.

“Tú, como dueña del negocio, puedes enviar otro, pero también significa una pérdida porque no te van a volver a pagar, pero tú sí tienes que entregar”, menciona María. “Piensas en muchas cosas, le inviertes tanto tiempo, etiquetas, envolturas… Porque aparte son productos únicos, no es como que vayas a una tienda de cadena”.

Por su parte, a Pollette le tocó ser una pionera en su rama y admite que se encontró así misma en un constante aprendizaje durante meses. Lo que la llevó a hacerse muchas preguntas porque no tenía un ejemplo para seguir.

“Me puse a investigar en redes sociales, a ver si había otras cuentas así, si alguien estaba haciendo contenido padre. Nunca me imaginé toda la parte de logística, toda la parte de preparación, de organización que conllevaba este negocio. Fue todo nuevo para mí. Sí tuve mucho cuidado porque uno como novato luego podemos caer mucho en los fraudes o por la emoción, no terminamos de investigar del todo”.

Foto: Cortesía.

¿Han recibido la ayuda de alguien más?

Como emprendedoras, suelen realizar todas las tareas relacionadas con el emprendimiento solas. Pese a que existe la opción de contratar a alguien que les ayude a completar algunas actividades, esto puede tener grandes implicaciones en el enfoque que le han puesto Karla y María a sus respectivos trabajos.

“Como emprendedor hay que tratar de ahorrar en todo lo que se pueda, el chiste es ahorrar para poder crecerlo después. Eso involucra personas que me puedan ayudar, cosas diferentes que puedo agregar, pero es paso a paso. Si me harían un parote ayudándome…, pero pierde la esencia un poco también de lo que estoy creciendo”, aclara Karla sobre su postura.

De la misma manera, María menciona las implicaciones que ella encuentra en trabajar con un equipo dentro de su negocio, personas que le ayuden a llevar a cabo todos los procesos.

“Son muchas cosas, porque obviamente también debes dejar a las personas que formen parte de, que sientan que también están siendo parte y no todos estamos dispuestos a dejar que otras ideas se mezclen en lo que tienes establecido”, reflexiona María sobre el tema. “No todos tendrían la entrega, el compromiso, sobre todo para hacerlo, no todos lo hacen. Es diferente donde tú haces las cosas porque te nacen, a que las hagas porque es tu trabajo. Yo nunca he visto a ninguno de mis trabajos como trabajos”.

Para The Snack Bar, Pollete necesitó recurrir a la ayuda de otros, aprender a ceder esas tareas importantes de su emprendimiento para poder continuar en funcionamiento. Entendió que, a veces, buscar y brindar ayuda también puede ser necesario para seguir adelante.

“La parte de dar ese paso, de aprender a delegar, porque es tu emprendimiento, es tu bebé, es algo que tú has visto crecer y que te ha costado mucho. Pero sin esas personas, no pudiera crecer más”, admite.

Foto: Cortesía

El consejo que nadie les dio lo comparten con futuras emprendedoras

Ni Karla ni María ven a su emprendimiento como un trabajo, lo ven como un estilo de vida que les permite expresarse y crecer constantemente. Por eso, hoy comparten sus consejos para que otras chicas puedan sentirse seguras de elegir un camino como el que ellas han elegido.

“Para empezar… Ya decir ‘voy a emprender’ es una decisión fuerte que no cualquiera lo hace. Es un camino que tienes que decidir si lo sigues o no. No se llega de la noche a la mañana a esta parte de una cuenta que ya tiene seguidores, que ya tiene clientes… Es estarle dando y dando, sin desesperarse”, continúa Karla. “Confiar en que sí lo vas a hacer y dedicarle el tiempo, porque siempre hay emprendedores que en el proceso dejan su sueño y se van para otra cosa. Es pura dedicación, dedicación y corazón, porque si te gusta lo que estás haciendo, no lo vas a soltar”.

“No se dejen desmotivar, por nada, por nadie… si ustedes piensan que ahí es, hay que echarle ganas, hay que dedicarle el tiempo necesario y poco a poco. No hay que desesperarse, porque si nos desesperamos ahí lo dejamos, entonces dedicación y paciencia”, concluye la fundadora de Coconut Lemonade.

Pero, además de ser pacientes y buscar una constante motivación para realizar todas las metas que se propongan, también se requiere de confianza y compromiso.

“Esto es algo de constancia. Si te detienes, todo se detiene porque recuerda que tú eres la principal, si es un negocio propio, tú eres la principal. Eres el sostén de eso, entonces confía en ti, ahí afuera hay alguien que le va a gustar lo que haces”, puntualiza la fundadora de María Bajita.

“Mi consejo sería eso, no te rindas, échale y confía en ti, sé muy fiel a ti y no renuncies. Mientras tú seas constante, fiel a tu compromiso, a ti misma, a lo que tú estás dando… Es difícil, los emprendedores hacen caminos más largos y un poco difíciles, entonces confía en ti, confía en que tú puedes hacerlo, busca las maneras en las que esto te haga feliz, más que quitarte, te dé en todos los aspectos.”

También es importante, como menciona Pollette, no tener miedo a hacer las preguntas que te hagan falta para crecer.

“Recomendaría buscar apoyo, [buscar] a alguien a quien tú veas hacia arriba. Que te impulse a tocar esa puerta y, si una no se abre, en algún momento otra se va a abrir. A veces como mujeres luchonas emprendedoras queremos decir: ‘yo hice esto’, ‘yo voy a buscar’, ‘yo voy’, pero buscar ayuda podría ser algo que ahorre muchísimo tiempo, muchísimo estrés o errores”, continúa Pollette. “Y creer, porque si tienes esa intuición, ese instinto de que sabes que por ahí es el camino que tienes que tomar, aviéntate.

Rugby femenil, tirando los prejuicios en el deporte mexicano

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En un país como México, muchas mujeres lo pensarían dos veces antes de comenzar a practicar un deporte como el rugby. Pero, cuando lo hacen, el ambiente es todo lo contrario a lo que imaginarías en un primer momento. La sororidad le gana a la rudeza, las tallas no importan y todas son bienvenidas.

Así lo describe un grupo de jugadoras de rugby que forman parte de DestElla, un programa que creó Iberdrola México y tiene como propósito empoderar a las mujeres mediante el deporte.

En su primera fase, el programa apoya a la Federación Mexicana de Rugby con acceso a instalaciones apropiadas, donaciones y equipo deportivo.

Tuvimos la oportunidad de platicar con algunas jugadoras para conocer más sobre el ambiente que se vive en este deporte.

Foto: Edgar Silva Fuentes S.

Rugby, el deporte ‘para hombres’ donde todas tienen un lugar

Fernanda Soto, quien está por cumplir 12 años jugando rugby, admite que en México abundan los comentarios sexistas sobre esta disciplina. “Creo que ninguna de nosotras se ha librado de recibir comentarios de ‘es un deporte de hombres’ y ‘deberían estar haciendo ballet’, porque nosotras llegamos de entrenar llenas de lodo y sucias, pero así estamos felices”, cuenta.

Este tipo de comentarios viene incluso de los círculos cercanos, de amistades y familia. Sin embargo, por cada uno de ellos también existen palabras de aliento. “Hay personas que son familia, como los coaches que nos han formado y tienen la meta de hacernos sentir seguras, de decirnos ‘tú puedes’, ‘tú lo haces’. No hay tallas, no hay estaturas ni nada que te haga diferente. Todas somos perfectas como somos y todas nos podemos dedicar a lo que sea, siempre y cuando lo hagamos con disciplina y pasión”, afirma Ximena Crespo.

Cada una de estas jugadoras lucha activamente contra los prejuicios y estereotipos. Y, aunque no pueden negar la experiencia del sexismo en nuestro país, pueden celebrar la diversidad en este deporte. “Es increíble que en el rugby puede haber personas de 1.50m y de 1.90m, de todos los tamaños y de todas las edades. No importa, siempre hay un lugar y una posición para cada persona. No importa cuánto peses, cuánto midas, nada. Siempre vas a tener un lugar en el rugby”, dice Fernanda.

Foto: Edgar Silva Fuentes S.

‘Yo te confío mi cuerpo’

Un deporte de contacto, considerado tan “rudo” como el rugby, no suena como un espacio donde la palabra “sororidad” se escuche muy a menudo. Parece prestarse más hacia los momentos de tensión y la competencia sin miramientos. Sin embargo, las jugadoras que platicaron con NOSOTRAS no podrían estar más en desacuerdo con este prejuicio.

“Justo en el rugby hay como un tercer tiempo, que es la convivencia para después del partido”, explica Zoe Tuyu, quien comparte esta pasión con su hermana Samara. “Siempre se tiene la idea de que dentro del juego somos rivales, podemos pegarnos, hacernos cualquier cosa permitida, pero cuando acabe el partido somos compañeras del mismo deporte. Somos amigas y nos tenemos que respetar”.

Fernanda Soto cuenta que una vez, platicando con una amiga, escuchó una frase sobre el rugby que la marcó. “Me dijo ella: ‘yo te confío mi cuerpo’. O sea, en un deporte de contacto yo te confío mi cuerpo completamente porque yo recibo golpes por las demás y ellas me cuidan, a lo mejor ella va corriendo con el balón y me toca cuidarla”.

Samara Tuyu, hermana de Zoe, cuenta que cuando ella entró al rugby había personas mucho más grandes en edad y tamaño. Admite que con frecuencia te encuentras con personalidades fuertes y situaciones ásperas. “Al ser un deporte es muy competitivo y lo que intentas es dar tu mejor performance, pero al mismo tiempo no es perderte. Cuando ves reflejado eso en alguien más, yo lo encontré con mi hermana y con las chicas del club donde empecé, me enseñaron a que siempre tengo un lugar, mi opinión importa, mi cuerpo importa y mis decisiones importan. Ha sido un proceso de autoconocimiento grandísimo y que a mí también me gustaría compartirle a las chicas que quieren intentar en este espacio y encontrarse”.

Para Samara, el hecho de que tengas una compañera con quien sincerarte y ser vulnerable, “te da las herramientas para seguir enfrentando cualquier situación”.

Foto: Edgar Silva Fuentes S.

‘Un lugar seguro para las que vienen’

Samara Tuyu confiesa que, para ella, el programa DestElla ha sido “un rayo de luz. Yo, que llevo mucho tiempo en el rugby, ver que se está creyendo y que hay posibilidades para las mujeres que jugamos en México”, dice entre lágrimas. “Tan solo pensar que ya están creyendo en nosotras es muy significativo porque implica que podemos, que queremos hacerlo. Poder contar con esa seguridad que se nos está dando facilita muchísimo las cosas para quienes llevamos mucho tiempo practicándolo, para las chicas que apenas están empezando porque ellas no se van a enfrentar a los retos que muchas tuvimos que superar, y para mí ha sido una de las mejores cosas que han pasado.

Ximena Crespo relata que ella no tuvo muchos referentes de rugby en México, especialmente siendo mujer; tuvo que aprender “a los golpes” qué significa trabajar en equipo. “Yo busco crear ese espacio seguro. Yo soy la mujer sorora que tal vez no tuve en el momento porque no existía”.

“Si tú creas un lugar seguro para tus compañeras, para tus hermanas, se vuelve un lugar seguro para ti también”, dice Fernanda.

Ellas son embajadoras del rugby en México

Fernanda Soto. Foto: Edgar Silva Fuentes S.

NOSOTRAS conocimos a un grupo de jugadoras tan diverso como versátil. Tienen ocupaciones “normales”, pero al mismo tiempo son estrellas del deporte.

Fernanda Soto, de 33 años

Ella llegó al rugby porque su hermano jugaba dentro de un club de la Ciudad de México, y la invitó. De eso han pasado casi 12 años. Además de jugar, trabaja como diseñadora industrial.

Este deporte ha cambiado su vida de muchísimas formas. “Creo que la más importante y notoria es la seguridad en mí, lo que descubres que puedes hacer con tu cuerpo de forma física y mental. La familia que haces conociendo amigas”.

Elena Guzmán, de 27 años

Foto: Edgar Silva Fuentes S.

Llegó hace siete años con su hermano, pues a los dos les gusta mucho el deporte. Esta disciplina le ha dado “mucha disciplina y un círculo de amigas”.

Estudió geografía y también tiene una cafetería.

Alma Juárez, de 32 años

Foto: Edgar Silva Fuentes S.

Ella estaba estudiando ingeniería en sistemas ambientales hace 12 años pero, cuando conoció el rugby por casualidad, cambió de carrera. “Actualmente soy entrenadora y tengo una cafetería”.

“Cuando llegué al rugby me di cuenta que podía ser yo”, dice. “Siempre he sido muy enérgica, era un espacio para mí porque necesitas mucha energía e intensidad.

Zoe Tuyu, de 25 años

Foto: Edgar Silva Fuentes S.

Ella juega rugby junto a su hermana, pero toda su familia está involucrada en este deporte. “Mi papá jugó hace mucho tiempo, mi mamá se integró, después mi hermana y he tenido el gusto de compartir la cancha con los tres, no solamente como jugadora sino también como coach”.

La disciplina no solamente la ha unido más a su familia. “Me ha dado la oportunidad de encontrar un espacio seguro y un lugar donde puedo expresarme, donde puedo ser yo. Creo que hace falta mucho tener la confianza en ti”.

Ella actualmente estudia diseño industrial y estuvo en programas de alto rendimiento jugando rugby.

Samara Tuyu, de 28 años

Foto: Edgar Silva Fuentes S.

En noviembre cumple 15 años jugnando y, al igual que Zoe, llegó por herencia familiar.

“Me ha ayudado a empoderarme. Yo cuando era chiquita estaba muy insegura de mí y de mi cuerpo, gracias al deporte y al espacio seguro que me brinda el rugby he aprendido a lidiar con esas inseguridades y he aprendido que todos tenemos un espacio, un propósito”.

Además de practicar deporte, “soy nutrióloga, hago cosas tejidas y pastelitos”.

Ximena Crespo, de 24 años

Foto: Edgar Silva Fuentes S.

“Me gustaba mucho el futbol americano y la esposa de un coach me invitó a conocer el rugby”, relata. Esto ocurrió hace siete años.

Para ella, el rugby es una manera de empoderarse. “Saber qué tan capaz es mi cuerpo, mi mente y mi seguridad en la vida y en el campo”.

Además de ser una atleta, trabaja en un banco y tiene un restaurante de mariscos.

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Florencia Guillot nos dice cuáles son los mitos de ser influencer

Florencia-Guillot

A la distancia, parece que la vida de Florencia Guillot cambió drásticamente en muy poco tiempo. Pasó de trabajar en una oficina como muchas de NOSOTRAS, a volverse una creadora de contenido increíblemente exitosa. Pero, en realidad, no es algo que ocurrió de la nada ni por arte de magia.

Pasó aproximadamente un año teniendo una doble vida como “godín” y haciendo videos de maquillaje, belleza y estilo de vida. “En un momento mi meta era que esto se convirtiera en un trabajo de tiempo completo. En realidad fue una meta que se fue dando, no es que el día uno que empecé a hacer videos en pandemia dije ‘yo quiero dedicarme a esto’”, nos cuenta en entrevista. “Fue algo que genuinamente, orgánicamente se dio”.

Actualmente cuenta con 6 millones de seguidores en TikTok, cerca de un millón en Instagram y casi 700 mil en YouTube. Pero su objetivo no ha cambiado.

“Mi meta hoy por hoy, haciendo contenido, es sumarle algo a las personas. Sacarles una sonrisa, que a través de mi contenido podamos ser felices, que les pueda aportar algo, desde cómo maquillarse hasta que a lo mejor les haya recomendado un producto que les funcionó. Que con mis ‘perritragedias’ y storytimes les haya sacado una sonrisa en un día malo”.

Entrevista con Florencia Guillot

Foto: Cortesía

Tienes una manera muy honesta de hablar en tus tutoriales y reseñas. ¿Te ha costado trabajo mantener esa línea con el paso de los años?

Creo que, como tú dices, siempre he tenido una forma muy transparente, muy directa de decir las cosas. Entonces, conforme fui creciendo, fui aprendiendo a tener siempre bien presente lo que puede entrar como una crítica constructiva o una opinión honesta de un producto, pero tratar de no perjudicar o dañar a una marca.

Y también siempre haciendo el hincapié de ‘no es que sea un mal producto, sino que a mí, en mi piel, no funcionó’. Porque también ya vas creciendo, empiezas a entender que las marcas, no importa qué tan grandes o chicas sean, están dirigidas por personas que sienten. Yo creo que mañana que tenga una marca a mí no me gustaría que alguien agarre un producto mío y lo destroce.

Porque al final del día no hay malos productos sino que hay necesidades diferentes. Entonces es lo que estos años he tenido súper presente. Procurar que mis reseñas sean más de productos que sí me gustan y de los cuales sí tengo algo bueno qué decir.

Trato de hacer un filtro, si es un producto que de plano no tengo algo bueno qué decir, no incluirlo en mi contenido. Porque hay los que sí me encantan pero tienen áreas de oportunidad.

Foto: Cortesía

Antes de ser creadora de contenido tenías un trabajo muy distinto y diste un salto grande. ¿Qué tan difícil fue dar ese salto?

Fíjate que fue un proceso muy paulatino, yo empecé haciendo las dos cosas: trabajando en marketing en la empresa Home Depot y aparte haciendo contenido. Entonces creo que no fue instantáneo. Fue un proceso, poco a poco fui creciendo, ampliando mis redes y mi contenido.

Para mí fue como un año en que fui aprendiendo. Ayudó a que cuando tomara mi decisión de ya dedicarme a esto al 100% me sintiera lista porque ya tenía un año ejerciendo, creando contenido.

Dar el primer paso de ‘ok, voy a renunciar’ creo que es lo que me daba miedo, lo que me costó. Pero una vez que digo ‘ya estoy decidida’, yo sí soy una persona que cuando tomo una decisión, no hay vuelta atrás.

Como estaba ya tan enamorada de mi trabajo de crear contenido, ya estaba viendo resultados, yo sabía que todo iba a estar bien. Creo que cuando tomas decisiones para irte por algo que te gusta, que te apasiona, de lo cual estás viendo resultados tangibles, de mi lado no era tanto el miedo sino las ganas de ir por la nueva aventura.

Una vez que renuncié, también es el contraste entre que casi no tenía tiempo para grabar, ahora tenía todo el tiempo del mundo. Yo también no me entendía, a la primera semana dije ‘ok, primer día siendo creadora de contenido, ya no soy godínez, qué hago, dónde empiezo’.

Quieras que no el hecho de estar en una empresa y que una persona esté diciéndote qué hacer, a qué hora salir, te hace entrar en tu zona de confort. Y en este caso era yo al ruedo. Eso me costó, acostumbrarme a hacer rendir mi tiempo, a una rutina, mis propios horarios. Al principio no es fácil ser tu propia jefa, no hay nadie que te esté exigiendo, preguntándote cómo vas con los pendientes.

Foto: Cortesía

¿Cuáles son para ti los principales mitos sobre ser creadora de contenido?

Que todo lo hacemos público, que todo lo que ves en redes sociales es nuestra vida completa. Creo que una vez escuché una plática en que Eugenia Rodríguez dio una Ted Talk y explicaba: ‘imagina que yo en promedio hago equis número de historias al día, entre 5 y 10, lo que sea’. Hizo el cálculo y lo que te está enseñando eran como 15 minutos de su vida, cuando un día tiene 24 horas. Un mito es que todo lo que ves en sus redes es todo lo que hay en su vida.

En mi caso, otro mito es que mucha gente piensa que todo el tiempo estoy diciendo ‘Jesús del huerto’, y la verdad es que no. O sea son frases que son mías y sí las digo, pero hay momentos, no es como que voy por la vida diciendo ‘Jesús del huerto’. Como que cada creador tiene su momento de conectar con la audiencia. Hay creadores que sí son 100% personaje y yo no me considero tal cual un personaje.

Otro mito es que creo que la gente a veces no termina de entender que no porque somos figuras públicas tenemos que hacer toda nuestra vida pública, tenemos que dar explicaciones de todo. Creo que todos tenemos vida privada, entonces yo te comparto lo que a mí me gusta compartirte, mis reseñas, mi outfit, mi maquillaje, el perfume… No significa que nos guste hacer pública toda nuestra vida, claro que nos gusta mantener cosas privadas.

Creo que también es mito que creen que todo nos dan gratis, que todo lo regalan. Y no voy a mentir, la verdad es que hay varias cosas en que hago colaboración y lo que sea, pero a lo mejor son más cosas las que pago. Pero luego piensan que todo el maquillaje que yo tengo me lo regalan. Y yo: ‘no, ¿cómo? Yo también voy, compro, porque es parte de mi trabajo’.

Otro mito es que a veces creo que la gente se hace dramas donde no hay. De que ‘esta chava y esta chava, como hacen contenido de lo mismo, se caen mal’. A veces nada qué ver, a veces ni te conoces con esa persona con quien te están haciendo drama, o nunca por aquí se te cruza, al contrario, eres una súper buena amiga suya.

Foto: Cortesía

Actualmente vivimos expuestas a una enorme cantidad de información diario. ¿Cada cuándo necesitas darte un descanso de las redes sociales?

Durante mucho tiempo no lo hice, llega un momento en que eso te persigue y te orilla a que te tomes el break. Creo que nunca he llegado a un punto en que neta me desaparezca al 100%, siempre estoy presente de alguna forma. Pero siempre procuro, y es una meta que me puse, que cuando me voy de vacaciones con la familia o amigos, disfrutar. No desconectarme al 100% porque también parte de mi contenido son los viajes, me gusta compartir y todo. También los algoritmos no te permiten que te desaparezcas, hay que ser muy constante, pero procuro disfrutar.

A lo mejor no traer el mismo ritmo: si en mi vida diaria publico 3 videos, 3 tiktoks, 2 reels diarios, procuro que en un viaje sea uno al día en cualquiera de las redes.

¿Cuáles son las claves del bienestar en tu vida?

Mantener un balance. Creo que durante mucho tiempo mis redes sociales o mi trabajo eran como mi prioridad número uno y llegó un punto en que física y emocionalmente la vida me vino a enseñar: ‘qué bueno que seas persistente, trabajadora y lo que quieras, pero hay que encontrar un balance entre la vida personal y la vida laboral’.

También hacer pequeños detalles que te gusten. Por ejemplo, el ejercicio es mi terapia, entonces procuro ir bien temprano cuando todos estén dormidos para que no me empiecen a llover los pendientes. Para poder desconectarme, disfrutar lo que estoy haciendo.

Comer saludable me ayuda mucho en mi estado emocional, tomar mucha agua. En general, cuidar tu cuerpo, nutrirlo, creo que siempre te va a dar resultados positivos. También el balance entre la vida persona y la vida laboral, entre semana procuro aunque sea una hora tomarme un café con una amiga, marcarle por videollamada a mis hermanas o mi mamá, etcétera.

Y trato de hacer al día alguna actividad que me guste. Por ejemplo, me pongo a leer media hora antes de dormir, hago una meditación, me veo un ratito de una serie que me gusta. Trato de dedicarme un momento a mí, a algo que disfrute. Como si fueras un niño chiquito que te dan un dulce porque te portaste bien, haz de cuenta que yo trato de premiarme en ciertas cosas. De que hoy se me antojó ese pastel, deja me lo como.

Foto: Cortesía

¿Nos puedes platicar sobre un momento de tu vida en el que te hayas sentido realmente empoderada?

Yo creo que siéndote bien honesta, el año pasado pasé por una situación en redes sociales que me hizo aprender muchísimo y crecer mucho como persona; estoy muy agradecida con la comunidad que yo he creado, que me ayudó a darme cuenta dónde estaba un error que yo cometí, me ayudó mucho a enfrentarlo. Entonces tuve muchas lecciones de esa situación que yo creo que, si bien no es como un agradecimiento que haya pasado sino más bien dices ‘ok, gracias a eso crecí en todas estas partes de mi versión y creo que deconstruí a la Florencia de antes’.

Hoy por hoy me siento empoderada en el sentido de que me siento fuerte, me siento tranquila, me siento en paz, y gracias a ciertas cosas que pasaron en mi vida me ayudaron a forjar la mejor versión que hoy soy. Hoy por hoy me veo al espejo y me gusta lo que veo. No es que antes no lo estuviera pero creo que para mí esa situación fue algo que me hizo crecer muchísimo, me hizo aprender demasiado. Me ayudó la gente que está en mi comunidad a hacer una retroalimentación constructiva, me ayudó muchísimo a dar tres pasos para atrás y entender la responsabilidad que tenemos como creadores.

Y creo que cualquier situación que te pase como con una connotación negativa tú sabes en qué lo conviertes, tú sabes si lo conviertes en algo súper negativo y feo o lo conviertes en algo que te haga mejor persona, que te haga aprender, que te haga hacer cosas diferentes con tu contenido. Una vez que paso esa curva de aprendizaje y estuve trabajando en mí, retomé muchísimo mi terapia, entonces creo que eso me empoderó.

Hoy más que nunca me encanta lo que hago y estoy súper segura que no quiero dejarlo de hacer en mucho tiempo. Solamente creo que ahora lo hago con mucha más cautela, mucha más responsabilidad y creo que también desde un punto de vista mucho más informado. Porque si bien los creadores de contenido, depende el giro en el que estés, lamentablemente no tenemos todas las herramientas para resolver las problemáticas sociales, sí tenemos la responsabilidad de, desde nuestro contenido, no mandar mensajes ni hacer contenido que las puedan alimentar. Entonces creo que yo tengo muy presente hoy en día para hacer mi contenido más responsable y cauteloso, que cumpla mi objetivo principal.

¿Quiénes son tus principales influencias?

Creo que mi persona número uno en esta vida es mi mamá, es mi mejor maestra, mi mejor compañera que ha estado ahí. Como yo soy la hermana chiquita, tengo hermanas mayores, ellas sí han fungido como líderes que me van guiando. Es otra cosa que me hace sentir muy empoderada, que crecí rodeada de mujeres muy chingonas. Lamentablemente mi papá falleció cuando estábamos muy chicas, entonces estar siempre rodeada de mujeres súper fuertes marcó la diferencia en mí.

Mis amistades. Creo en esa famosa frase de ‘dime con quién andas y te diré quién eres’. Hoy por hoy estoy muy agradecida por la red de apoyo que tengo, que me ha ayudado mucho. Me ha quedado claro que de mis mismos amigos que no son creadores de contenido, no sabes cómo me han ayudado, me han dado ideas. No tienes que estar rodeada de personas que a fuerza se dediquen a lo mismo, entre ellos te puedes nutrir.

Mi papá, aunque no esté conmigo, desde el lugar en que esté influye mucho en mí.

Creo que influyen los creadores que yo sigo, las personas que admiro. Por ejemplo, hace poquito tuve la oportunidad de conocer a Yuya. No es como que platicamos mucho, pero es una persona que yo admiro tanto, al final del día ella fue la pionera de videos de maquillaje en Latinoamérica. El hecho de conocerla, poder platicar con ella aunque sea un minuto. Como que también trato que no solo el contenido que creo, sino el contenido que consumo que vaya ligado a mis valores, a lo que quiero proyectar, el tipo de persona que quiero ser.

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‘Mi pareja fue infiel y me hizo gaslighting’

gaslighting

Es fácil pensar: “yo no podría ser víctima de gaslighting”. Aunque conozcamos la gravedad de esta práctica abusiva, a veces desde el exterior las señales parecen demasiado obvias como para caer. Desafortunadamente, cuando estás dentro de una relación, darse cuenta puede ser increíblemente difícil.

Xenia estaba ya comprometida y en planes de boda cuando empezó a sospechar que su novia le estaba siendo infiel. Aunque la confrontó al respecto, su pareja negó todo. Durante meses fue víctima de gaslighting por parte de la persona con quien pensó que compartiría su vida.

El gaslighting es una práctica de abuso emocional que se puede presentar en parejas. Consiste en que una persona hace que la otra dude o se cuestione de sus propios sentimientos, instintos y salud mental, según la organización National Domestic Violence Hotline. Esto le da control y poder a la persona agresora sobre la otra.

La relación cayó en picada

@xeniafilma

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“Yo hace un año me iba a casar con una mujer, y básicamente lo que pasó es que me fue infiel. Pero no fue ese el problema principalmente, sino todo el tema del gaslighting y la mentira que hubo alrededor de esta situación, cuando yo veía las señales muy claras. La manera en que yo descubrí todo y cómo ella seguía mintiendo con todas las pruebas en la mano”, dice Xenia en entrevista con NOSOTRAS.

Xenia, quien es fotógrafa freelance, relató su historia en una serie de TikToks que se hicieron virales. Ella y su exnovia estaban comprometidas oficialmente a finales de agosto; poco tiempo después su relación comenzó a caer en picada.

El problema inició cuando su entonces pareja entró a un nuevo trabajo e hizo varios amigos ahí, entre ellos con una mujer que rápidamente se volvió cercana a ella. Mientras más hablaba con esta mujer y se estrechaba la relación, Xenia notó cosas extrañas.

Su prometida de pronto tuvo comportamientos extraños para ella, como llegar tarde al departamento que compartían juntas, dar explicaciones sin sentido y esconderse de Xenia para mandar mensajes.

En ese tiempo la fotógrafa comenzó a coincidir en proyectos de trabajo con su pareja. Al conocer a la amiga de su pareja, notó comportamientos extraños y se sintió incómoda.

Como Xenia relata en sus videos, casi inmediatamente después de que experimentó celos de la relación que su prometida tenía con esta mujer, la cuestionó. Sin embargo, ella le negó todo.

Desde ese momento y hasta que terminó la relación, a principios de diciembre, la relación se dañó cada vez más y el tiempo que su prometida le dedicaba era menor.

Identificar el gaslighting puede ser muy difícil

Para quienes ven la situación desde el exterior, las señales del engaño siempre fueron lo suficientemente claras. “Me pasó que en los TikToks me comentaban como de ‘amiga, la única que no lo veía eras tú’. Y yo decía, ‘pues sí güey, pero al final era tan chida nuestra relación que en mi universo eso no podía pasar’”.

Esto es muy común, pues el gaslighting es una forma de abuso altamente efectiva. Quienes la ejercen tienen diferentes técnicas, como fingir no entender las acusaciones, fingir haber olvidado cómo ocurrieron las cosas, negarse a escuchar o hacerle creer a la víctima que tiene mala memoria.

Ella sabía qué era el gaslighting, pero nunca lo había vivido en carne propia. “Cuando alguien te lo hace a ti porque genuinamente yo pensé que estaba loca. O sea, sí llegó un punto sentía una ansiedad muy fuerte y yo decía ‘mi intuición me dice que hay algo mal, que las cosas no están sucediendo como me dicen’”.

Xenia admite que, si bien ha llegado a vivir situaciones desagradables con alguna pareja, eventualmente la persona decía la verdad y podían hablar honestamente. En esta ocasión “se llevó la mentira hasta el final. Cuando no había más, y yo creo que de todas formas siguió mintiendo”.

Cuando eres víctima de gaslighting, es normal que dudes de ti misma, te preguntes si estás exagerando y a menudo termines disculpándote con la persona que te está agrediendo.

Como explica la plataforma de salud WebMD, esta práctica abusiva puede no suceder al inicio de la relación sino aparecer cuando ya existe confianza. Comienza con incidentes menores, haciendo que sea difícil notar que hay algo mal, hasta el punto en que te niegan la verdad aunque tengas pruebas.

En esta forma de abuso, suelen ocurrir cosas lo suficientemente pequeñas como para que no te convenzas del engaño, pero que te hacen sentir cada vez peor. En una ocasión, Xenia encontró mensajes de su prometida con la otra mujer; aunque “no había nada incriminatorio”, la charla no era de amigas. Cuando confrontó a su pareja, ella fingió no entender las sospechas y negó que hubiera algo raro.

Conforme la relación decayó y las sospechas aumentaron, también aparecieron otras frases típicas del gaslighting. En diferentes momentos, la expareja de Xenia usó frases como “ahora de todo te pones alerta” y “te digo algo y tú solo te pones peor”. También se enojaba ante los cuestionamientos, los ridiculizó e intentó manipularla emocionalmente para hacerla creer que se estaba esforzando en salvar su relación.

La importancia de tener una red de apoyo

Fue durante un viaje de trabajo a Cancún que Xenia descubrió las conversaciones que comprobaban el engaño de su pareja. Ahí la confrontó por última vez e, incluso ahí, su entonces prometida llegó a decirle “no tienes pruebas”. Lo que la fotógrafa hizo fue abandonar el viaje y correr a su ahora exnovia del departamento.

En este momento, se dio cuenta de la importancia de tener una red de apoyo. Su mejor
amiga le compró un boleto de avión para regresar a CDMX inmediatamente. Su mamá la recogió en el aeropuerto y el resto de sus amistades estuvieron en el departamento con ella guardando todas las cosas de su expareja para poder correrla de ahí.

“Mis amigas aquí me ayudaron a meter las cosas en bolsas de basura a las 3 de la mañana, se turnaban para venir. Siento que yo estaba como en modo automático, la realidad es que quienes se hicieron cargo de todo fueron ellas. Siento que todos deberían tener este tipo de relaciones”, explica.

De acuerdo con la plataforma de atención psicológica BetterHelp, mantener vínculos fuertes con otras personas puede ayudar a una víctima de gaslighting a mantener contacto con la realidad. Las amigas y familiares pueden ser clave para salir de esa situación.

Un duelo que comenzó antes de tiempo

“A partir de que yo empecé a sospechar y fueron las primeras pruebas, yo empecé a soltarla poco a poco”, dice Xenia. “Hubo un momento incluso en que me vi con un amigue y ese amigue dijo: ‘Xenia ya, ella ya no está’. No habíamos terminado ni nada, pero fue un ‘tú piensa que ella ya se fue’”.

La fotógrafa todavía estaba dentro de una relación, pero sentía los estragos de la manipulación emocional. “De ahí surgía esto de vomitar todo el tiempo por la ansiedad, llorar todos los días y dormir a lado de ella en la misma cama y todo, pero sentí que esto ya no iba a ningún lado porque ella rompió la confianza conmigo y yo ya no confiaba en ella”.

A largo plazo, el gaslighting no solo abre el camino para otros tipos de abuso, sino puede generar ansiedad, depresión y trastorno de estrés postraumático, indica BetterHelp.

Xenia relata que fue algo muy confuso pues, mientras por una parte quería rescatar el vínculo y consideró tener una relación abierta, “había algo que también me decía en mis adentros ‘esto ya se acabó, esto no va a funcionar’”.

Y, aunque la relación se estaba desmoronando, la expareja de Xenia actuaba como si no ocurriera nada. “Ya poniéndome el cuerno ella todavía me mandaba cosas para la boda”.

“Creo que cuando llegó el momento de la separación y en mi cara explotó la verdad, ya como la parte de llorarlo, la negación y todo esto, ya la había vivido en esos tres meses”.

El proceso de sanación

Ha pasado poco más de medio año desde que la relación terminó, por lo que Xenia todavía se encuentra en un proceso de sanar. “Ha sido complicado, creo que nunca había vivido algo así. Obviamente tampoco había tenido ninguna relación en la que yo me sintiera así de bien, así de comprometida. Pero yo me esperaba algo muy diferente. Como de ‘ay, pues le voy a llorar un rato y luego me voy a enojar, pero va a pasar’. O, ‘voy a llorar mucho’. Pero no fue así”.

La razón por la que Xenia acudió a terapia fue que el enojo por lo que sucedió estaba muy presente en su vida. “La cosa fue que estuve muy enojada, estuve enojada 6 meses. Me guardé mucho en mi trabajo, en salir adelante, en el glow up y todo esto. Salí adelante a partir del enojo. Pero el enojo te empieza a consumir”.

Gracias al trabajo con su psicólogo, ella se dio cuenta de que, si bien la ira se hace presente para salir adelante, hay que superarla antes de que contamine todo lo demás. Tras hacer este descubrimiento, pudo avanzar con el duelo. “A partir de eso empezó la reconstrucción de mi futuro, porque al final no fue solamente el cuerno y el gaslighting sino la destrucción de lo que yo pensé que iba a ser mi vida”.

Actualmente la fotófrafa está reconstruyendo ese futuro. “Pero creo genuinamente que ya estoy llegando a la parte de aceptación, de agradecimiento a ella incluso, porque la realidad es que las cosas tenían que pasar de esa manera. No ha sido algo místico, mágico, musical el proceso, ha sido muy duro y frustrante por momentos”.

‘Váyanse a la primera’

El engaño y el gaslighting fueron una experiencia muy dura, pero para Xenia también se trató de una lección sobre seguir tu intuición. “De verdad que si tu tripa te dice algo, eso es lo correcto y lo real. Sé que es muy loco y no nos gusta tanto tal vez el pensamiento mágico pero yo sí creo en eso”.

Al preguntarle qué le diría a las personas que están siendo víctimas de gaslighting, ella dice: “lo que yo sentía es que necesitaba tener las pruebas en la mano para no ser juzgada. Lo que les diría es que busquen las pruebas. Va a sonar muy loco, pero si eso es lo que necesitan, que lo hagan. Me choca eso de que el que busca encuentra, porque no es así. Creo que a veces uno necesita verlo con sus propios ojos para darse cuenta”.

La plataforma BetterHelp aconseja, de manera general, comenzar a guardar testimonios de lo que está pasando: mensajes, correos, notas y audios que puedan ayudarte a comprobar que algo pasó o evitar que la otra persona quiera cambiar la interpretación de algo que dijo.

“Sigan su intuición siempre, incluso la persona que más dice amarte puede que haga algo muy malo, y la gente miente”, dice Xenia. “Pero creo que es importante cuidarse y valorarse antes de decidir quedarse en un lugar donde ya no son felices. Sé que esto es súper cliché, pero váyanse a la primera”.

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La Cana, la fundación que convierte cárceles en sitios de oportunidad

La Cana

“Estar aquí es un dolor muy grande”, dice el testimonio en video de Reyna, una mujer privada de la libertad por un delito que no cometió. Lleva cuatro años en prisión, de una sentencia de 50. Recientemente el caso de Reyna se reabrió y, mientras lucha por recuperar su libertad, ella forma parte de los programas de reinserción social de la fundación La Cana. Su historia se parece a la de muchas mujeres, que además viven en situaciones económicas difíciles y tienen pocas oportunidades para salir adelante.

La Cana es una organización hecha por mujeres que busca ayudar a otras mujeres que se encuentran en prisión. Sus programas de desarrollo de habilidades, talleres, oportunidades de trabajo, venta de productos hechos a mano, impulso de políticas públicas y seguimiento en libertad han cambiado más de 5 mil vidas.

“Lo que buscamos es transformar las cárceles en lugares de oportunidad, más allá que lugares de castigo, como lo solemos ver como sociedad”, explica Daniela Ancira, cofundadora de La Cana, en entrevista con NOSOTRAS.

“Tenemos esta idea de que cuando se hace justicia es porque metieron a una persona a la cárcel, y de alguna forma estamos satisfechos con esa respuesta por parte del estado. Pero no estamos viendo más allá. ¿Qué pasa cuando meten a alguien a la cárcel? Qué va a pasar con su familia si ella era la proveedora, ¿quién se va a encargar de los niños?”.

Entrevista con Daniela Ancira, cofundadora de La Cana

Foto: Instagram. @daniancira

¿Qué fue lo que te abrió los ojos para comenzar a involucrarte en la vida de las mujeres en las cárceles?

La primera vez que yo conocí un reclusorio era estudiante de Derecho, y cuando comencé la carrera la verdad yo no tenía planeado para nada dedicarme a temas de este estilo. Pero la universidad donde estudié tenía un programa de voluntariado para que los alumnos y alumnas de la Facultad de Derecho diéramos asesoría jurídica probono al Penal de Barrientos, en el Estado de México.

Ese fue mi primer acercamiento en la cárcel, en esa visita yo conocí un poco de la realidad que se vive dentro. Sobre todo me llamó mucho la atención saber que no había ningún tipo de actividad productiva dentro de las cárceles: no estaban estudiando, no estaban trabajando, no estaban aprendiendo algo nuevo. Lejos de esto, las cárceles estaban siendo básicamente lugares donde, ante la necesidad económica, tenías que encontrar lo que sea para tener dinero. Y “lo que sea”, en muchas ocasiones, era seguir cometiendo delitos dentro de prisión.

Entonces esa visita fue cuando yo por primera vez me cuestioné para qué sirven las cárceles, para qué existen estos lugares si no están logrando su objetivo de reinserción social, sino que más bien están replicando estos mismos contextos de violencia y pobreza que llevaron a las personas a prisión en primer lugar.

Foto: Instagram. @lacanamx

En redes sociales comparten información sobre las condiciones en que las mujeres viven en las cárceles. Tener acceso a algo tan básico como una toalla sanitaria cuesta mucho trabajo. ¿Ha cambiado esto en los últimos años?

La verdad es que no ha cambiado mucho. Hace más de 10 años que yo fui por primera vez a una cárcel y he tenido la oportunidad de viajar a reclusorios prácticamente por todo el país, y es muy similar la situación salvo algunas excepciones como Querétaro o Monterrey.

Pero este problema persiste, las mujeres no tienen acceso a artículos de higiene personal básicos como una toalla sanitaria. Las mujeres se ponen la misma toalla todo el periodo, se ponen incluso sus calcetines porque no tienen acceso a estos productos tan básicos, como el papel de baño.

Lo que sí ha cambiado es que ha aumentado la población penitenciaria femenil y eso se debe en gran medida a la prisión preventiva oficiosa, que cada vez incluimos más delitos al catálogo de prisión preventiva oficiosa. Otra vez, porque entendemos que la cárcel es la solución, cuando realmente no es así, no existe un solo delito que haya bajado por estar en el catálogo de prisión preventiva.

Entonces tristemente no ha cambiado mucho. Creo que empezamos a hablar más de eso y quizá somos más conscientes como sociedad, y eso lo celebro. Pero desafortunadamente las cárceles siguen siendo estos espacios sin perspectiva de género, donde hay una infinidad de problemas, entre ellos que todo cueste en la cárcel y no tengan acceso a esos productos.

Foto: Instagram. @lacanamx

¿Crees que en México se da el fenómeno de que muchas mujeres terminan en las cárceles debido al sistema patriarcal y la violencia machista?

Absolutamente. Nosotras hicimos una investigación a lo largo de dos años, precisamente para conocer por qué las mujeres terminan en prisión. No por qué delitos, sino cuáles fueron las causas que llevaron a las mujeres a delinquir. Escribimos un libro sobre este tema, que se llama “Acusáis a la mujer sin razón”.

Confirmamos lo que ya sospechábamos: que la violencia de género es la principal causa por la cual las mujeres están en prisión. Nos fuimos por casi toda la República a entrevistar mujeres de manera aleatoria en los penales, fueron horas de entrevistas a profundidad. Nos dimos cuenta de que cada una de esas vidas está marcada por la violencia machista. Ya sea porque la violencia las sacó de sus casas, huyendo de la violencia de su papá o padrastro, tuvo que vivir en la calle y eventualmente terminó en prisión por una situación relacionada. O, por ejemplo, era pareja de quien cometió el delito o a su vez era víctima.

También al momento de juzgar, [la violencia] no termina cuando las acusan de delito sino cuando las juzgan. Incluso a las mujeres las juzgan con más años de sentencia. Porque una mujer que se sale de este rol de buena, sumisa y abnegada es mucho más juzgada por la familia y el propio sistema.

Sin duda alguna la violencia machista es la principal causa que atraviesa la vida de las mujeres que terminan en prisión.

Foto: Instagram. @lacanamx

¿Cuáles dirías que fueron las mayores dificultades para echar a andar el proyecto de La Cana?

Todo lo que tiene que ver con trabajar en una cárcel se complica, toda la logística. Desde que no hay un horario fijo de trabajo y la comunicación es muy limitada. Entonces vas una vez a la semana y tienes que dejar todo dicho porque no vas a regresar hasta la semana siguiente.

Pero yo insisto en que por siempre el reto más grande de La Cana ha sido concientizar a la gente de que es necesario trabajar con personas privadas de la libertad. Nos critican mucho de que ayudamos a delincuentes, que como habiendo afuera tanta gente sin trabajo vamos a la cárcel.

Porque justo, creemos que esas personas no merecen que las excluyamos como sociedad. En La Cana buscamos visibilizar que es al revés, que trabajando con personas privadas de la libertad vamos a crear un México más seguro, un México más en paz, donde la gente tenga realmente las herramientas para cuando sale de prisión o incluso dentro pueda aportar algo a la sociedad.

¿Cómo lidian con esa parte de la opinión pública? Con tanto estigma y prejuicio

Creo que nuestros resultados hablan por sí solos. En la Ciudad de México el índice de reincidencia alcanza hasta el 40%; con nosotras en La Cana es del 3%. Tenemos un montón de historias de éxito de mujeres que han salido de prisión y que han emprendido, han trabajado en negocios, que se han dado cuenta de que no tienen que depender de este hombre violento para salir adelante.

¿En qué momento te diste cuenta del alcance que tiene este proyecto?

Nosotras estamos muy agradecidas con la gente que nos ha apoyado, que ha confiado en nuestra causa, que ha comprado los productos. Empresas que se suman para dar estos productos como regalos corporativos, porque la verdad sin el apoyo de la gente que sí cree en nosotras, La Cana hubiera muerto desde el día uno de que arrancamos.

Pero, sin duda, las historias de vida de quienes han pasado por La Cana son lo que nos hace darnos cuenta que esto puede ir realmente más allá. Que no queremos que este trabajo dependa de unas cuantas organizaciones de la sociedad civil nadando contra corriente, sino que estos modelos se adopten como la política pública del país y podamos tener estos resultados positivos en toda la República.

¿Ha habido algún caso en particular con el que hayas tenido cierto apego?

Claro, la verdad es que al final somos humanos y es bien difícil separarte emocionalmente de las beneficiarias, de quienes asumimos la defensa jurídica. Hay muchos casos que generan todo tipo de sentimientos. Siempre digo que este trabajo es agridulce, y es muy cierto.

Me gusta mucho platicar historias como la de Selene, por ejemplo, que ahora está por terminar su carrera de Enfermería. Tenemos a Abi, que va a empezar a estudiar Derecho y que además lleva años trabajando con una diseñadora increíble. O tenemos a Adri, que empezó su propio negocio.

Entonces realmente historias que vienen de contextos de muchísimos desafíos y violencia. Darte cuenta de que con mucho trabajo personal, con una gran red de apoyo que hemos hecho, sí se puede salir adelante.

¿Cómo ha cambiado tu manera de ver la vida a raíz del trabajo que haces en La Cana?

Creo que aprendes a valorar tantas cosas. Yo me acuerdo muy bien un día que salió una chava que llevaba 23 años en prisión preventiva. Cuando iba a salir yo le dije, “oye, te invito a desayunar. Dime qué se te antoja para que de aquí nos vayamos a desayunar, así lo que más se te antoje”. Yo pensando que me iba a decir algo súper particular, y me dice: “no sé, un mango. Llevo años sin comerme un mango porque en la cárcel no hay frutas y verduras frescas, la calidad de la comida es terrible”.

Siempre me acuerdo de ella cuando como mangos. Valorar estar libres, todos los privilegios que tenemos aquí afuera, creo que sí me ha hecho muy consciente de valorar todo esto.

¿Me podrías platicar sobre Proyecto Libertad? ¿Qué es?

Es un eje de trabajo de La Cana, que es de mis favoritos, y se trata de defender a gente que no debería estar en prisión. Con “no debería” me refiero a personas inocentes, desde luego, pero también personas donde el costo social de mantenerlas en la cárcel es mucho más alto.

Teníamos una pareja que estaba en prisión porque se robó unos globos de 350 pesos para la fiesta de su hija, y que les dieron 6 años de cárcel. Entonces quizá sí son culpables pero, ¿de qué sirve que tengamos a esas personas en prisión?

Con nuestro programa de Seguimiento en Libertad tienen oportunidades de estudiar, tener atención psicológica. Defendemos también a personas que son candidatos para una amnistía, porque la cárcel está llena de gente sin recursos, más allá que de gente culpable o que realmente represente un riesgo para la sociedad.

Yo no digo que la cárcel no debería existir, sin duda alguna hay gente que sí es un riesgo para la sociedad y sí necesita ese trabajo de reinserción social. Pero también hay tantos casos que son verdaderamente absurdos que las personas estén en prisión con tantos años de sentencia.

Foto principal: Imagen de mb-photoarts en Freepik

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‘A pesar de que te ames, no te dejan de discriminar’; Priscila Arias, La Fatshionista

Priscila-Arias-La-Fatshionista

A casi una década de iniciar su trayectoria en redes sociales Priscila Arias, La Fatshionista, se ha convertido en una de las voces más importantes en México en cuanto a la lucha contra la violencia estética. Al mismo tiempo, es una creadora de contenido sumamente exitosa que hace reír a más de un millón de personas.

“Empecé siendo una chavita de 25 años tratando de hacerse un espacio en redes sociales para encontrar moda para su tipo de cuerpo, y acabé siendo activista que grita en las marchas del 8M”, dijo Priscila en una entrevista con NOSOTRAS.

Entrevista con Priscila Arias, La Fatshionista

La activista y creadora de contenido platicó con NOSOTRAS sobre los mitos del ‘body positivity’, su camino de deconstrucción y su concepto del amor propio.

Foto: Instagram. @lafatshionista

¿Cómo ha cambiado Priscila desde que comenzó a crear contenido hasta la fecha?

Pues imagínate, gracias a que empecé a crear contenido empecé a conectar con muchas mujeres y hacer una comunidad muy grande. Empecé pensando que las cosas me pasaban por mi cuerpo, que las limitaciones en la moda y demás eran por un problema individual. Después me di cuenta de que muchas mujeres vivían lo mismo, empecé a crear una comunidad y hablar sobre ‘body positivity’, y abrir un poco más la conversación hacia empoderarnos.

Después de eso conocí que, a pesar de que te ames y te respetes y te aplaudas, no te dejan de discriminar.

Arrancando de esa problemática que parecía no tener solución o no tenía una solución individual, me di cuenta de que había un problema de un sistema de discriminación como es la gordofobia, y no se puede hablar sobre eso sin tener en cuenta una perspectiva feminista. Entonces empezar a abrirme al feminismo también me cambió la perspectiva.

¿Cómo ha sido tu camino de deconstrucción, al involucrarte con el ‘body positivity’ y feminismo?

Creo que el ‘body positive’ es un movimiento muy bonito que plantea que todos los cuerpos merecen respeto, visibilización, amor, que todos son bellos, etc. Además está el ‘body neutrality’, que plantea algo un poco más realista: no necesitas amarte y ser la más visibilizada para poder respetarte.

Esos movimientos sí son importantes, son súper importantes, pero se fueron prostituyendo con el tiempo. Eso es lo que ya no estuvo chido, porque no eran lo suficientemente incómodos. O sea, como que todos tenían al final una perspectiva muy bonita de ver un problema social que es el rechazo, el bullying, el acoso, la violencia hacia ciertos tipos de cuerpos, de personas racializadas, a personas con una discapacidad.

Plantea algo muy bonito, muy utópico, ¿no? Y es muy cómodo para una marca moverse en ese campo, porque es como ‘ven, con mi marca te vas a empoderar’. ‘Este producto es para las mujeres que se aman’. ‘No importa cómo te veas, eres bella, compra este shampoo’.

Claro, todos tenemos problemas con nuestra imagen, con cómo nos vemos. Que si desearíamos cambiar de rostro, de cabello, de altura, de la característica que quieras. Pero siento que hay una diferencia abismal entre lo que quiere cambiar una persona a lo mejor delgada, blanca y privilegiada, que lo que quiere cambiar una persona gorda, negra y que además es trans y vive en una situación difícil económicamente.

Cuando empiezas a notar más esas diferencias, que es lo que me dio a mí el feminismo, ya dije ‘ah ok, no es tan lindo’. Porque me molestaba, yo decía ‘por qué me molesta tanto que lleguen las marcas y me digan ‘eres una persona súper empoderada y curvy, irías súper bien con el mensaje’. Me molesta que queramos pretender que todos los años que he estado batallando con personas señalando mi cuerpo con una connotación negativa, se resuma a algo tan banal, tan frívolo.

Me di cuenta de que con el ‘body positive’ no resuelvo nada. Te hace sentir un poquito mejor y te das como un apapacho, pero el problema sigue igual. Además es muy individualista, le echa la culpa al indiduo, como que si no te empoderas es por ti. Lo cual es una falacia. Por más que te quieras y te ames, si tu papá, tu mamá, tus abuelos y todos te siguen regalando fajas en Navidad y señalando que te ves mal, que nadie te va a querer, aunque una sea la más empoderada llega un punto en que no puedes.

Foto: Instagram. @lafatshionista

Cuando vemos el odio en redes sociales es fácil pensar que las cosas no van a cambiar. Siendo activista, ¿cómo lidias con ese sentimiento?

Creo que los comentarios de odio han tenido diferentes facetas. Antes pensaba que eran un poco personales y ya después me di cuenta que eran como algo del sistema.

Tengo un podcast en el que somos 6 amigas, 2 de ellas son gordas y el resto son de tallas regulares. Entonces es muy interesante ver el tipo de odio que tenemos cada una y la cantidad. Y yo siento que, a más gorda, más violentos se ponen. Yo soy la más gorda, entonces sí se ha puesto más denso. Además soy la más confrontativa y la que más cuestiona y rechaza. Como ya soy más conocida por eso, como que eso abriera una licencia en las mentes de personas que se dedican a tirar odio.

Más allá de sentirme como que es algo personal o de que tengan razón, por más violentos que se pongan, no es algo que me toque directamente. Pero me da una tristeza de desesperanza, de que no se puede cambiar nada. Lo que siento es que por más que remes y por más que digas y compruebes con testimonios, con ejemplos, que las ideas de odio y rechazo están mal y deberían cambiarse, son tan arraigadas que les hace invisible toda explicación contraria, entonces es muy frustrante.

Pero últimamente lo que he pensado es que la equivocación más común que cometemos las personas que tenemos mensajes para abrir conciencia sobre ciertos temas, es que creemos que tenemos que cambiar al violentador. Y no. El valiente vive hasta que el cobarde quiere. En realidad es empoderar con razonamiento y cuestionamiento a las personas que están siendo oprimidas en sus entornos. Yo al final bloqueo los comentarios y ya, a llorar a la ‘llorería’, van a seguir haciendo su pancho y todo pero ya no los voy a tener que ver. Ya con eso yo no sufro.

La gente que está en el entorno de cada violentador sigue padeciendo. Mi misión es empoderar a esas personas para que los paren en seco y les digan ‘no, no más. No más violencia, no acepto tu humor, tu violencia disfrazada de amor, de bullying cariñoso donde todo es siempre a costa de mí, mi salud mental y mi cuerpo’.

Donde se le permite al hombre ser parte del estereotipo de que no tiene que cuidar su físico por temor a que por eso le rechacen. Sí hay hombres víctimas de la gordofobia, por supuesto, pero es en menor medida.

Hace unas semanas un par de comediantes, gordos ambos, hicieron comentarios humillantes hacia mí diciendo que parecía una ballena, que tenían que traer un arpón y no sé qué. Esa es la diferencia. El hombre puede reírse y violentar a los demás aun viviendo la gordofobia y una mujer no se puede defender porque es una loca, ‘feminazi’, histérica, floja, que solo busca pretextos.

Foto: Instagram. @lafatshionista

En ‘Seis de copas’ hemos visto una faceta más vulnerable de ti. ¿Cómo ha sido para ti dejar que el mundo la vea?

La verdad, el éxito de “Seis de copas” me sigue impresionando. Porque la verdad es que no estamos haciendo nada especial, estamos hablando 6 amigas sobre cosas que les gustan, les dan risa y les duelen. Pero creo que es esa conversación donde bajas la guardia, que creo que es lo que les llama la atención a las personas.

No sé si suena un poco raro o egocéntrico esto, soy un poco un alma ayudadora. Entonces si esto le puede funcionar a alguien, que yo me vulnere y me eche mis lágrimas de ‘Remi’, si le puede ayudar a una persona a entender que no está sola, que los problemas que tiene son los que también tenemos las figuras públicas, por mí es fantástico.

Al crear contenido, ¿cómo lidias con los altibajos en tu carrera? ¿Has tenido veces en que quisiste abandonarlo todo?

Sí he tenido veces en que quiero abandonarlo todo. Creo que el tema de crear contenido es que es muy demandante, no puedes encontrar vacación. Porque el producto eres tú, entonces es diferente que a lo mejor estoy llegando a la oficina o al trabajo y ese día no estoy de humor, si no me quiero involucrar emocionalmente en lo que estoy haciendo, puedo poner un poco de distanciamiento. En el caso del creador de contenido, no tanto. Y cualquier paso en falso es suficiente para destruir tu imagen, lo que la gente concibe de ti.

Vivimos de lo que la gente piensa de nosotros. Entonces es complicado encontrar un equilibrio entre el ‘no me importa y voy a seguir haciendo lo que yo quiera’, pero a la vez sí me tiene que importar porque necesito las vistas, los likes y los comentarios para seguir teniendo un trabajo. Creo que es muy desgastante eso y me ha llevado de pronto a decir ‘quiero dejar todo esto’, y regresar a maquillar, porque afortunadamente tengo conocimientos en muchas cosas, puedo hacer otras actividades.

Pero lo que me dolería dejar creo que es el activismo. Siento que se necesitan cuentas grandes para poder ver más el mensaje y a veces las cuentas que solo hacen activismo se quedan muy chiquitas, y creo que seguir impulsando el mensaje entre otros creadores y a lo mejor hasta servir de ejemplo para creadores más chiquitos y que mientras van creciendo vean estos temas y se sientan más libres.

¿Recuerdas cuál fue el momento en que te diste cuenta el alcance que tienes en redes sociales?

Creo que hay varios momentos, uno de los más densos fue que cuando denuncié que había un grupo en Facebook, que se llama Doctoras apoyando doctoras, donde agarraron un clip mío en una entrevista con Jessica Fernández para despedazar lo que estaba yo diciendo.

A pesar de que una vez más estaba explicándolo desde un lado super vulnerable y desde el fondo de mi corazón lo doloroso y lo difícil que es no ser una persona delgada y que la gente lo único que espera de ti es que bajes de peso, y lo difícil que es darse cuenta de que si tienes un punto en el que no puedes bajar más de peso y ya estás cansada y harta después de tanto tiempo, la gente y los médicos no te dejan de ver como este problema estadístico de obesidad y se olvidan de que eres una persona.

Explicando todo eso y agarraron un clip mío y me empezaron a despedazar. De que ‘solo se justifica’, no sé qué. Me duele más porque eran puras mujeres médicas, dije ‘no manches, cómo crees’.

Se metieron algunas médicas que me conocen a pelearse en los comentarios, que han visto aparte mis análisis, me conocen físicamente. Yo publiqué algunos de los screenshots de esos comentarios. A una la despidieron del hospital donde trabajaja. Y dije ‘ah, sí hay alcance’.

La médica me escribió furiosa, que me iba a demandar por difamación. Pues lo único que saqué fue el comentario que había dejado, o sea no dije nada. Ni inventé nada. Obviamente no iba a demandar pero como que quiso aplicar ésa, de que yo la había dejado en la calle, y yo dije ‘no, más bien tu comentario te dejó en la calle’.

Si tuvieras la oportunidad de hablar con la Pris adolescente, ¿qué le dirías?

Como que en ese momento nunca le di forma y nombre a lo que me hacía sentir mal, como que era algo que solo me pasaba a mí. Entonces le diría que es parte de un sistema más grande, y que ahora de grandes estamos haciendo algo para derrocarlo y que nadie más tenga que volver a experimentar lo que yo. Que le dé satisfacción que cada catorrazo tendrá su porqué al final y podrá hacer algo para evitar que a los demás les sigan cayendo los golpes.

¿Cómo te encuentras actualmente en ese proceso de autoaceptación y amor propio?

Estoy en una era muy ‘es lo que hay’. O sea, ando así porque tampoco puedo decir que todos los días me despierto amándome a mí misma como si yo fuera una novela o una película utópica de positivismo.

La verdad es que no, además me voy encontrando con más capas de la violencia estética. Cuando veo que me salen muchas canas o que tengo ya marcadas líneas de expresión. Voy sacando nuevas capas y va a pasar si llego a embarazarme, voy a seguir viendo cosas que a lo mejor son aspectos con los que no había estado reconciliada porque no los había siquiera visto o experimentado.

Siempre hay una nueva etapa para seguir deconstruyéndome. Siento que si ahorita me doy cuenta de algo que no me gusta también digo ‘mira, tu cuerpo es un vehículo que te hace vivir, experimentar, amar y no puedo pretender que sea perfecto o que no envejezca, que no le pase el tiempo, que no se desgaste o le duela algo’.

Lo único que puedo hacer ahorita es agarrarme de mis médicas para procurar el bienestar de mi cuerpo pero también el paso del tiempo hará lo suyo y trataré de llegar lo más digna pero también sin forzarme a seguir pretendiendo que puedo aferrarme a la juventud, a una talla o característica como si no fuera a cambiar.

Es amarte por quien eres como persona completa, no nada más como te ves. Es una guerra que nadie gana.

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‘Mi ex intentó poner una pastilla abortiva en mi agua’

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Cuando alguien te manipula u obliga a decidir de cierta forma respecto a un embarazo, esa persona está violando tus derechos humanos y reproductivos. También es un acto de violencia inducir el aborto de una persona sin su consentimiento y/o conocimiento. Esto último es lo que intentó la expareja de Regina, cuenta ella en un testimonio que se subió a redes sociales.

Recientemente se hizo viral el caso de violencia obstétrica que vivió esta doctora mexicana, cuyo exnovio sigue trabajando en el Hospital Español incluso tras una denuncia formal. Ella acusa que su expareja intentó practicarle un aborto forzado, contaminando su bebida con una pastilla sin su consentimiento.

‘Mi ex intentó poner una pastilla abortiva en mi agua’

‘Me dio todo su apoyo’

A través de una cuenta anónima en TikTok, Regina inicia su video contando cómo conoció a su expareja en los primeros días de 2023, cuando ella estaba empezando su año de internado en el Hospital Español. “Empecé una relación con él el 13 de febrero de ese mismo año, cuando fue muy claro en decir que quería algo serio y exclusivo conmigo”.

Fue el 7 de agosto de 2023 que Regina se hizo una prueba de embarazo que resultó positiva, estando en compañía de su entonces novio. “Él me dio todo su apoyo, reaccionó sorprendentemente bien, me dijo que me iba a apoyar en la decisión que yo fuera a tomar, que al final era mía, y él iba a estar ahí durante todo el proceso sin importar lo que yo decidiera”, narra en el video.

Días después ella le preguntó a su entonces novio qué quería hacer él, “porque aunque fuera mi cuerpo él era parte de esta decisión”. De acuerdo con el relato, él le dijo a Regina que quería tener al bebé y estar con ella.

Foto: Captura

‘No lo quería creer hasta que vi el video’

Fue otra mujer, la expareja de su entonces novio, quien le advirtió a Regina que él estaba teniendo una relación con las dos al mismo tiempo, y que no quería tener al bebé. Cuando Regina lo confrontó, él negó todo, le reiteró su apoyo e incluso la acompañó a la ginecóloga. Sin embargo, ella decidió terminar la relación.

En su video de TikTok, Regina comparte una captura de pantalla, un audio y un video de seguridad como pruebas de su acusación.

La captura de pantalla es de una conversación que Regina tuvo con la expareja de su entonces novio, donde en una parte se lee lo siguiente. “A mí el viernes me escribió y me dijo que te había puesto misoprostol en tu proteína, pero que agarraste otra y que por eso te invitó a comer y te lo puso en el vaso de agua y como se vería se lo tomó. Y luego que te iba a acompañar a una reunión para ponértelo ahí y ahí fue cuando le dije que estaba enfermo y dejé de hablar con él”.

En la nota de voz que recibió Regina, se escucha a un hombre decir: “ya no sé si hacerlo porque aparte me está dando miedo que ahorita que lo compré en la farmacia pues obviamente hay cámaras y todo, dejé la receta con mi nombre. Siento que si sospechan, investigan, me pueden vincular a mí eso y neta está gravísimo”.

Regina recordó que, ese mismo viernes que se menciona en la captura de pantalla, su entonces novio se ofreció a guardar la mochila de ella en su locker. “Entendí que fue con el fin de contaminar mi bebida de proteína con una sustancia abortiva”.

El video de seguridad que compartió Regina corresponde a un restaurante cercano al Hospital Español, a donde ella acudió a comer con su expareja. En el material puede verse que cuando ella se levanta de la mesa para ir al baño, él saca algo de su pijama quirúrgica, se estira para tomar el vaso de ella, le da un trago y luego aparentemente vierte algo en él.

“Recuerdo que al regresar de la mesa vi que se había caído el vaso de agua”, dice Regina en la publicación de TikTok. “No sé si lo tiró por accidente al estar nervioso o si lo hizo a propósito al notar que lo que había introducido en mi bebida no se había disuelto completamente. La verdad no lo quería creer hasta que vi el video de seguridad del restaurante al que fuimos a comer”.

Una violación a los derechos humanos

De acuerdo con el Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE), la violencia obstétrica constituye una violación a los derechos humanos. Ocurre en el ámbito de la atención obstétrica en servicios de salud públicos y privados. Consiste en cualquier acción u omisión por parte del personal del Sistema Nacional de Salud que cause un daño físico o psicológico durante el embarazo, parto y puerperio.

Como la organización no gubernamental lo explica, la violencia obstétrica puede manifestarse de formas físicas o psicológicas. Desde el uso de lenguaje ofensivo, el retraso de la atención médica, la discriminación y el trato deshumanizado, hasta las prácticas invasivas (como las cesáreas sin justificación), la esterilización forzada o el suministro injustificado de medicamentos.

De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh) 2021, la prevalencia de la violencia obstétrica contra mujeres de 15 a 49 años cuyo último parto o cesárea ocurrió en los últimos 5 años, fue de 31.4%; es decir, una de cada 3 mujeres sufrió algún tipo de violencia en su último parto.

Las entidades de mayor prevalencia para este tipo de violencia son San Luis Potosí, Tlaxcala y CDMX, mientras las de menor prevalencia son Tamaulipas, Tabasco y Chiapas.

El misoprostol, medicamento que presuntamente la expareja de Regina intentó poner en su bebida, se originó en la década de 1980 con la finalidad de prevenir las úlceras gástricas. En la actualidad también se utiliza para inducir el parto y provocar la interrupción del embarazo en ciertas semanas de gestación.

Este medicamento tiene efectos secundarios que deben discutirse con un médico antes de utilizarse. Además, como enfatizó Regina en su video, su uso inapropiado puede causar complicaciones como hipertonía uterina, ruptura uterina y hemorragia obstétrica.

“En caso de que yo tuviera una reacción adversa al medicamento, él no consideró eso”, dice Regina en entrevista con NOSOTRAS. “Fuera de la intención de haberme intentado poner algo con la finalidad de interrumpir mi embarazo, pues no consideró que el medicamento como tal o lo que intentó poner, a mí me fuera a causar daño”.

Este acto ocasionó un daño psicológico en la doctora. “Después de todo lo que pasó caí en una depresión muy grave, probé como con 5 psicólogas diferentes hasta que me decidí por una. Después de eso decidí que necesitaba más apoyo, entonces también estoy hasta la fecha con una psiquiatra. Más que nada en la salud mental ha repercutido mucho, con antidepresivos, ansiolíticos, insomnio, mucha ansiedad, mucha depresión, eso ha sido lo más difícil”.

Foto: Captura

‘El hospital no lo corrió’

Tras haberse dado cuenta de lo que ocurría, Regina tomó acción legal y también en el hospital. “Primero me junté con un abogado y presentamos frente al hospital un escrito, ese escrito consistía en la denuncia que yo menciono en el video”, nos cuenta.

Sin embargo, el hospital “no lo corrió ni nada, de hecho ellos sabían que si lo corrían yo iba a soltar la denuncia, y al no correrlo yo decidí continuarla”.

“La primera junta que tuve con enseñanza y con el abogado del hospital, la verdad es que me sentí muy apoyada. Nos dieron a entender como que acciones así no eran permisibles en el hospital. Entonces la verdad mi familia y yo salimos de ahí como muy optimistas con que lo iban a correr. Obviamente ese día lo suspendieron y le tuvieron que explicar por qué. Aparte tuvieron una junta como una o dos semanas después con el comité de expertos para ver el caso y para decidir qué iban a hacer”.

Cuando los funcionarios del hospital informaron al exnovio de Regina del video de seguridad que se tomó en el restaurante, Regina relata que su defensa fue que había puesto un sobre de Splenda en el agua.

Entre que lo suspendieron y pasó la junta con el comité de expertos del hospital, Regina relata que él grabó una nota de voz entre su mamá y su ex, en la que se afirma que ella (quien advirtió a Regina) se había inventado todo. “Desconozco si realmente fue la ex, o si fue una hermana, o si fue la ex y la manipuló. La verdad al principio me sentí muy apoyada y cuando me dijeron que la decisión era que no lo iban a correr, que nada más lo iban a suspender, o sea nos iban a separar para protegerme, no fue definitivamente el resultado que yo esperaba esperando de ellos, porque esta acción se me hizo completamente mal de un médico”.

“Durante mi internado la verdad es que individualmente cada doctor con el que yo platiqué, cada doctor de parte de enseñanza me apoyó mucho. Siempre estuvieron muy al pendiente de mí, el abogado también. Sin embargo, como institución, el Hospital Español pues sí me decepcionó”.

Un proceso desgastante

Aunque Regina admite que no ha percibido su proceso legal como revictimizante, sí ha sido profundamente desgastante. “Ha sido muy tardado, muy desesperante. Creo que conlleva mucha impotencia y ni siquiera sabes si este esfuerzo va a resultar o no, pero lo que sí sabes es que aunque no resulte en este caso queda un antecedente”.

Si bien las acciones que tomó Regina fueron inmediatas, admite que no se trató de una decisión sencilla. “De hecho al principio yo no quería denunciar, solo fue para presentarlo frente al hospital porque estaban pasando muchas cosas, fue todo de un día para otro. Tenía yo muchas cosas encima y pues lo último que necesitaba era el estrés de una denuncia”.

Han pasado ocho meses de que inició el proceso legal, actualmente la doctora está esperando a que se judialice la carpeta de investigación. “Voy a pedir medidas de restricción y estamos esperando a que se judialice la carpeta. No nos han dicho que no va a proceder sino simplemente está tardando demasiado el proceso”.

‘Si quieres contar o no, es tu decisión’

Regina decidió contar su historia en redes sociales no para obtener validación, sino sino deja claro en la publicación que espera que contar su experiencia pueda advertir a otras mujeres. “Me preocupa mucho que esta persona siga ejerciendo medicina y no me gustaría que alguien pasara por lo mismo por lo que yo pasé”.

Aunque no era su intención, en general ha recibido mucho apoyo. “Obviamente me han llegado mensajes más que nada de apoyo y de ‘yo te creo’, ‘yo te apoyo’, ‘yo estoy contigo, cualquier cosa que necesites’, de gente conocida y completamente desconocida. También muchos mensajes de ‘a mí me pasó algo similar’. Creo que ahí radica la importancia en contar la historia, creo que el no quedarnos calladas es lo más importante, lo que más podemos ofrecer”.

“Contar mi historia tenía que ser en un punto donde yo psicológicamente me encontrara bien, porque no es una acción que debemos tomar, o sea creo que contar la historia requiere mucho valor y requiere que la persona se encuentre bien, que no se vea afectada por todos los comentarios que pueden surgir a partir de eso”, explica.

La doctora está consciente de que el proceso de sanación tras la violencia que vivió no es algo lineal, sino está lleno de altibajos. “Obviamente esto es parte de mí y va a seguir siendo toda mi vida. Creo que el duelo es difícil de medir o recuperarse por así decirlo, pero definitivamente hace unos meses no me hubiera atrevido a contar lo que a mí me pasó”.

Cuando le preguntamos qué le diría a una persona que está viviendo una situación similar, Regina aclara que eso “engloba muchas cosas, puede ser desde una relación abusiva, manipuladora, porque claramente él no me estaba diciendo la verdad, situación similar podría ser que están intentando decidir por ti o por tu cuerpo. Creo que engloba muchas cosas pero lo primero que yo aprendí es que lo más importante es que me salí de ahí, que tuve la fuerza para salirme de ahí, de esa relación”.

También deja claro que, “si quieres contar o no esa es tu decisión y se respeta, porque también es muy difícil seguir viviendo sin que los demás sepan que estás pasando por algo tan fuerte. Al final, como digo, es tu experiencia, es tu vida, tú estás viviendo las cosas, la validación te la das tú. Entonces no importa si cuentas tu historia o no, si alces la voz o decidas que no. Lo importante es que tú estés bien y sea tu decisión y lo que a ti te dé paz”.

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Flaminia Villagrán, la cantautora que se convirtió en cirujana plástica

Flaminia-Villagrán

Elegir la carrera de medicina implica un enorme compromiso de ayudar a otros, sin importar la especialidad a la que te dediques. La doctora Flaminia Villagrán es consciente de esa responsabilidad, fue justo la posibilidad de cambiar vidas lo que la llevó a cambiar la música por la medicina.

Villagrán es médica cirujana por la Facultad de Medicina de la Universidad Francisco Marroquín, en Guatemala. Además, posee una especialización en Medicina Estética y Antienvejecimiento en instituciones como el British College of Aesthetic Medicine, el Collége National de Médecine Esthétique en Francia y la UCSI University de Malasia. Ha trabajado en países como Costa Rica, Brasil y Estados Unidos.

Ha enfocado su trabajo en ayudar sus pacientes a sentirse mejor con su imagen. Ha contribuido con diversas clínicas en Guatemala para poder brindar atención médica de calidad. Además, promueve y apoya programas de empoderamiento para la independencia de la mujer tras eventos de violencia.

Recientemente la especialista en procedimientos estéticos anunció su intención de abrir una clínica en México, nación que considera un pilar para establecer una central médica. Tuvimos la oportunidad de platicar con ella sobre la pasión que siente por su trabajo y cómo a veces la vocación llega de la manera más imprevista.

Flaminia Villagrán, de la música a la medicina estética

La doctora Flaminia no tenía pensado hacer una carrera en la medicina, pues desde muy joven su pasión residía en la música. Estudió Música Clásica y Composición en el Conservatorio Nacional de Música ‘Germán Alcántara’, en Guatemala. “Yo quería ser pianista clásica, por eso entré al conservatorio”.

Si bien se enfocó todo el tiempo posible en seguir su sueño, sus padres no tenían la misma visión que ella. Aun con el paso de los años consideraban que su futuro en la música no era seguro. Le llegaron a recomendar elegir una profesión diferente con una formación universitaria “más seria”.

“Me dijeron: ‘Mira ser pianista, ¡olvídelo! Ser cantante, ¡ni lo piense!, ¡qué vergüenza!, ¡ni se le ocurra hacer algo de arte! Ni lo considere, estudie algo en la universidad, sea una persona formal’. Yo estaba tratando de ver la música como algo formal. Si practicaba seis horas al día, estaba al corriente en el colegio, en el conservatorio, estudiaba, pero no les gustó”.

Las críticas no la desanimaron pero, pese a su convicción por seguir y encontrar su camino en una rama artística, las cosas cambiaron para ella de un momento a otro. Fue cuando se dio cuenta de que su futuro también podría encontrarse en la medicina.

“Antes de graduarme, tuve un accidente de auto fuerte y estuve en el hospital tres meses. Ahí fue donde me gustó la medicina. Estar tanto tiempo en el hospital, platicando con doctores, enfermeras […] Tal vez si yo no hubiera tenido esa experiencia hospitalaria, sí me hubiera ido por música”.

Sin embargo, la música no tiene por qué estar peleada con la medicina y, por eso, no deja de ser parte de ella. Durante los años de estudio hizo espacio para no dejar de lado su arte, dándose tiempos de disfrutar ambas pasiones, la medicina y la música.

Foto: Cortesía de Flaminia Villagrán

“Yo tenía un estudio en mi casa y, como soy pianista, pues con el teclado se puede grabar toda la música, entonces hacía música electrónica y gracias a Dios pegó en la radio aquí [Guatemala]. Tenía mis conciertos y todo, pero lo tenía que alternar con los turnos del hospital, tal vez la gente no sabía que yo estaba estudiando medicina y creían que uno era solo cantante. Ahora he estado haciendo, más que todo, música para películas, soundtracks, que eso sí lo logro encajar bien con la clínica”, relata.

Llevar ambas carreras ha implicado mucha disciplina para poder realizar sus objetivos. Cumplir con las responsabilidades que ambas cosas conllevan sin descuidar ninguna precisa de mucha organización y sacrificios.

“Cuando uno quiere hacer cosas, eso realmente ya no existe, eso para mí no existe, yo no tengo esa vida social, ya no se puede tomar uno tantos tiempos como para estar de fiesta, uno tiene que ser un poquito más disciplinado”.

La elección de su especialidad fue gracias a sus pasiones

Para cuando llegó el momento de especializarse, la doctora Flaminia decidió combinar su amor por la estética y lo científico. Pese a las diferentes opciones de especialidad, ella optó por la cirugía plástica.

“Aunque a veces lo critican, para mí tiene muchos pros en la ayuda a las personas y se ajustaba a lo que quería de mi especialidad. Uno sí ayuda bastante a las personas, aunque se vea como un campo superficial”, explica. “La apariencia física está muy ligada al bienestar y la autoestima general de las personas, porque el ser humano siempre ha buscado sentirse aceptado por sus semejantes y sentirse amado. A través de pequeños arreglos ellos sienten que encajan mejor, se les sube la autoestima y, por lo tanto, rinden mejor y son personas más felices”.

Como ella lo define, su trabajo se enfoca principalmente en buscar esa felicidad para sus pacientes. Resaltar el atractivo personal desde el punto de vista emocional es importante para ella. Enfoca su trabajo en realizar, únicamente, los cambios que el paciente cree que son necesarios para ayudarle física y emocionalmente.

“Cuando un paciente me dice ‘¿usted que me haría?’, yo sé que hay doctores que tal vez lo dicen, ‘hágase esto y esto’. Porque lo ven como negocio. Y yo siempre me he ido más por el lado emocional. Si yo le sugiero a la persona algo que para ellos no es problema, luego lo van a estar pensando y se va a volver problema, y yo lo que en verdad quiero es que mis pacientes se sientan bien”.

Foto: Cortesía de Flaminia Villagrán

Ella es consciente de que todos podemos pensar en algo que nos molesta de nuestra apariencia física. Por esa razón, prefiere enfocarse únicamente en lo que los pacientes quieren modificar.

Recientemente “vino un paciente y me dijo hasta con pena, ‘doctora, es que usted no me lo va a crear, pero realmente me siento con mucha más confianza, antes no dejaba que me tomaran fotos y ahora sí dejo que me tomen fotos, estoy feliz’. Le cambia todo el autoconcepto que la persona tiene de sí misma, como que uno les devuelve un poco la ilusión que tienen en la vida, creo que eso es lo más bonito y lo más satisfactorio”.

Procedimientos estéticos al alcance de más personas

Ya sea por medio de sus clínicas o por su línea de productos, Glow by Dra. Flaminia, busca que todos tengan una oportunidad de realizar un cambio si así lo quisieran.

Ella explica que su emprendimiento “es por facilitarle la vida a los pacientes, con productos que sí sirven, de bajo costo y con lo que sí van a ver diferencias. Mi idea es que mis tratamientos sean accesibles y que tengan mi garantía, sabiendo que va a funcionar”.

Para lograrlo, además, ha trabajado en un programa de televisión en Guatemala. Este ayuda a generar confianza en los procedimientos estéticos como los que ella realiza. Su propósito general es romper con los estigmas de los procedimientos estéticos y reforzando la idea de que todos pueden tener una oportunidad.

“Existe miedo en los procedimientos estéticos, más que nada por falta de información. Con el programa vamos poco a poco resolviendo algunos de esos mitos. Hacemos procedimientos en vivo y testimoniales de quien ya se lo ha hecho, para que se vayan dando cuenta de que es algo que a la larga sí los puede ayudar”.

Ha luchado contra estereotipos de género

En 2023, la revista Forbes en su Woman Summit eligió a la doctora Flaminia como una de las mujeres más poderosas de Latinoamérica. Su compromiso hacia sus pacientes y la lucha personal que ha realizado para lograr sus metas son reconocidas después de un incansable esfuerzo.

A lo largo de su carrera y de su vida, ella también tuvo que enfrentar diversos retos con los que muchas mujeres se enfrentan diariamente. Hubo muchas personas que la cuestionaron por sus elecciones profesionales, argumentando que cómo podría formar una familia si trabajaba. Sus experiencias la han llevado a enfocar parte de su trabajo al apoyo a las mujeres de su país. Con diversos programas que las impulsan a superar trabas como a las que ella se enfrentó.

“Las mujeres no tienen por qué victimizarse… si una se decide por salir adelante y realmente esforzarse le espera un mundo mucho más bonito y uno puede crear lo que quiere crear en el futuro”. Por eso, cuando le preguntan “¿cuál es la mujer a la que más admiras?”, ella contesta, “a todas las que se levanten a trabajar por su familia”.

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Mar de Regil: de influencer a diseñadora en la Fashion Week de NY

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Son pocas las mujeres que desde niñas saben perfectamente a qué se quieren dedicar cuando sean adultas, y Mar de Regil es una de ellas. De pequeña diseñaba atuendos en hojas de cuaderno que compartía con sus amigas. Todavía lo hace a sus 20 años, pero ahora sus creaciones terminan en plataformas gigantescas como la Fashion Week de Nueva York.

Fue en septiembre de 2023 que llegó ese gran hito a la Gran Manzana, el que confirmaría su vocación. “Significó todo. Fue como la inspiración que necesitaba para decir ‘sí, esto es lo que me gusta’. Me dio el ‘punch’ que necesitaba para decir que esto es lo mío”, nos cuenta Mar durante la sesión de fotos para la portada de la nueva edición de NOSOTRAS.

Así comienza nuestra conversación con ella, donde es evidente la pasión que siente por la moda, pero también por el autocuidado, pasar tiempo de calidad con sus seres queridos y ser feliz cada día. Es una chica extrovertida y amable, que irradia buen humor e intenta encontrarle el lado bueno a todo.

Promesas cumplidas

“Mar bebé estaría muy orgullosa de mí”, escribió la diseñadora al anunciar mediante redes sociales su participación en la Fashion Week de Nueva York. Hay mucha verdad en sus palabras, pues fueron varios los sueños cumplidos en uno de los eventos más importantes de la moda a nivel mundial.

Para empezar, esta oportunidad significa un paso enorme para la niña que jugaba a crear vestidos. “Cuando iba en primaria, me acuerdo que mis amigas y yo hicimos un cuaderno donde pintábamos nuestros diseños. La primera hoja era como la entrada a nuestra tienda”, relata Mar. “De ahí como que cada quien empezó a decir ‘bueno ya, esto ya no me gustó, quiero ser doctora’ o no sé. Pero yo siempre me quedé con eso”.

Esa misma niña soñaba con vestir a su mamá, Bárbara de Regil, quien comenzaba su carrera en la actuación. “Le decía, ‘yo te voy a hacer el outfit cuando te ganes tu primer Oscar’”. De los tres diseños que Mar hizo para la Fashion Week, uno lo modeló su mamá con gran orgullo.

Mar hizo protagonistas tendencias como el ‘y2k’, el ‘color blocking’ y las texturas metálicas. Incorporando elementos con cuero de alta calidad, creó conjuntos que recuerdan a la ciencia ficción más estilizada.

Ser feliz con lo que haces

A principios de este año, Mar de Regil volvió a la ciudad de sus sueños: Nueva York. De nuevo estuvo en la Fashion Week, esta vez como parte de su formación en fashion styling, el arte de combinar prendas, estilos, tendencias y colores para que las personas puedan mostrar su mejor versión mediante la moda.

“Como que me termino de dar cuenta con esas cosas que sí es lo que me gusta, que sí elegí bien”, comenta sobre la experiencia. Ese es su ambiente: el ritmo acelerado del backstage de una pasarela, formando parte del proceso desde que se crea una prenda hasta que una modelo se posiciona en su marca para salir.

Mar quiere involucrarse en cada aspecto posible dentro de la industria de la moda, de ahí viene su interés en ámbitos tan distintos como el styling, el patronaje y el tratamiento de los materiales. No quiere que nadie “le vea la cara” en el plano laboral.

Ella sueña con tener su propia marca, pero no desea encasillarse con un solo estilo. “Siento que no quiero tener una esencia tan marcada, porque yo me identifico con siete estilos al mismo tiempo. Entonces ni siquiera yo sé cuál es. Me gustaría entrar a una tienda, que tenga todos los estilos que quiera y tener para elegir. No solamente si soy romántica o tal; que haya de todo”.

A pesar de estas ambiciones, Mar tiene claro que lo más importante es conservar su pasión por el trabajo. “Lo que más quiero en esta vida es ser feliz con lo que esté haciendo”, dice con convicción. “Mientras esté contenta con lo que hago, todo está bien”.

Creció viendo a su mamá frente a las cámaras. Si bien está acostumbrada a la atención como figura pública, actuar no se encuentra entre sus planes. “La verdad no me llama la atención. Eso es muy de mi mamá, lo mío es una cosa totalmente distinta”.

Al preguntarle qué cualidad admira más de Bárbara en el ámbito laboral, Mar es totalmente honesta: “La disciplina que tiene. Como que yo echo más flojera, mi mamá sí es muy disciplinada, muy cañón ”.

Sin temor a brillar

A un año de terminar su carrera profesional, Mar de Regil es influencer de moda y estilo de vida. No es raro verla en eventos de marcas como Cartier o Paco Rabanne. Los videos sobre sus rutinas de skincare y maquillaje ganan decenas de miles de vistas, formando una comunidad de chicas que siguen sus consejos y escucha sus anécdotas como si fueran sus amigas más personales.

Al ver sus famosos videos ‘Get Ready With Me’, es fácil identificarla como alguien que no teme a experimentar con las tendencias, tiene un ojo clínico para encontrar un look que funcione en cada ocasión y está llena de ‘hacks’ bastante imitables.

La diseñadora aboga por la idea de expresarte libremente mediante la moda y sentirte bonita sin temor a que te juzguen. “Justamente estaba hablando con una amiga el otro día de eso, estábamos diciendo que si te vistes de más aquí, la gente te ve como ‘ay, está muy arreglada’. Porque cuando la gente viaja a Estados Unidos u otro lado, sí se viste como quiere, pero en México no. Tendría que ser igual. No tienes que estar en Los Ángeles para decir ‘ahora sí me visto’”.

Actos de amor propio

En las redes sociales de Mar de Regil está muy presente otra de sus más grandes pasiones: el skincare. “Me gusta porque me estoy cuidando a mí misma, es como un lenguaje de amor propio. Es tratarme bonito”, explica.

Precisamente el autocuidado es una constante en cada uno de los pasatiempos de Mar. Aunque ella no se considera una persona fit, desde muy joven sí tiene una relación estrecha con el ejercicio. “Es amor propio, así me ayudo a sentirme bien. Más que nada, fuera de lo físico, me da endorfinas todo el día para estar contenta y eso me gusta”, nos cuenta.

Gran parte de su vida practicó gimnasia, pero tuvo que dejarla por una lesión. Actualmente acude al gimnasio, aunque no sigue una rutina independiente con máquinas, sino prefiere tomar diversas clases para sentirse más “obligada” a esforzarse.

Mar sabe que el bienestar integral también involucra la salud mental, el aprendizaje y la motivación constante. Lo que ella más disfruta leer son libros de desarrollo personal, aquellos que te enseñan a ser una mejor persona y trabajar en ti. Le gusta elegir libros con base en las cosas que en determinado momento de su vida quiere cambiar, trabajar o mejorar.

Cuando le preguntamos qué libro le recomendaría a las lectoras de NOSOTRAS, menciona su favorito del momento: “Si lo crees lo creas”, de Brian Tracy. En esta obra, el autor ‘bestseller’ se apoya en la psicoterapeuta Christina Stein para compartir consejos con la finalidad de cambiar creencias o pensamientos negativos que te impiden buscar el éxito.

Todo está en creer en ti misma

Los libros que lee han sido un apoyo para Mar de Regil ante la cantidad de odio que existe en las redes sociales. “No leo los comentarios, y si lo hago es de vez en cuando. Procuro no hacerlo porque acabaría con mi paz mental”, dice. “Mientras tú te ames, así llegue alguien en la calle y te diga las peores cosas del mundo, no te las crees porque tú estás bien contigo”.

Mar evita ese lado oscuro de las redes, prefiere concentrarse en “transmitir cosas buenas, cosas productivas que inspiren a niñas de mi edad. A hacer ejercicio, hacer muchas cosas o comer bien”.

“Yo apoyo a las mujeres, a mí me fascina, nadie te entiende más que otra mujer”, dice Mar acerca de la sororidad. Sin embargo, ella destaca la importancia de la congruencia en apoyar a otras chicas. “Yo veo muchas veces que las mujeres dicen que nos apoyemos entre nosotras y la primera que me ‘hatea’ en redes es una mujer, entonces lo veo un poco contradictorio”.

Mar define a su mamá, Bárbara, como su lugar seguro; tiene una sonrisa al hablar de ella. “La describiría como alguien muy feliz, ella siempre está feliz. La describiría como alguien que me inspira mucho”.

Enamorada del amor

Cuando llega el momento de relajarse cada día, Mar acostumbra repetir sus series favoritas una y otra vez , entre las que se encuentran “Gossip girl” y “The vampire diaries”. “La verdad es que veo muchas series de ficción muy románticas, porque me encanta, soy muy romántica, estoy enamorada del amor”, confiesa.

Si se trata de películas su gusto no cambia mucho, pues “Diario de una pasión” y “Tres metros sobre el cielo” se encuentran en el top de sus favoritas. De hecho, más de una vez ha dejado claro el ‘crush’ que tiene con el actor español Mario Casas.

Cuando le preguntamos con qué personaje de serie se identifica más, la respuesta es inmediata y contundente: “Ay, ¡pues con ‘Blair Waldorf’!”. Si nos ponemos a pensar en su amor por la moda, la seguridad en sí misma y su conexión con la ciudad de Nueva York, la respuesta no debería sorprendernos.

Fotos: Angie Pineda. / Asistente de foto: Miguel Ángel Hernández. / Maquillaje y peinado: Alberto Pérez González. / Styling: Ness de Luna / Locación: Hotel Ryo Kan. / Agradecimiento: Norberto Flores.

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She Can Ride, el primer club de mujeres motociclistas en México

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Hoy en día, pensar en mujeres al frente de motocicletas sigue siendo, para muchas personas, algo inusual, pues los prejuicios y estereotipos de género han influenciado durante mucho tiempo la percepción de que las motos son cosa, exclusivamente, de hombres. Por eso es tan importante destacar la labor de grupos como She Can Ride, el primer club de mujeres motociclistas en México.

Cada vez más mujeres eligen este medio de transporte, al punto de ser responsables del 30% de las compras de motocicletas en 2021, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

She Can Ride (SCR) es una comunidad fundada en 2019 en CDMX que se dedica a empoderar a las mujeres, proporcionando un espacio seguro y de apoyo donde pueden aprender, compartir experiencias y disfrutar esta pasión sin distinción de edad, tipo de moto o experiencia.

She Can Ride, el primer club de mujeres motociclistas en México

Foto: Edgar Silva Fuentes S. El Universal

Cuando su fundadora Cló Ovalle, líder del grupo que hoy tiene casi 400 integrantes, empezó a transitar en moto a los 19 años, no imaginó hasta dónde llegaría.

“Este era solo mi transporte. Fue casi ocho años después que empecé a viajar en moto, a conocer otras personas y ver a algunas mujeres, pero pocas. Entonces yo decía, pues, ‘¿dónde están las mujeres?’ Porque esto es algo que quiero compartir y sé hoy con certeza que pude haber avanzado más rápido y con más seguridad, teniendo acompañamiento y amigas con quien rodar, que me dijeran qué tipo de moto usar, la chamarra, las botas”, recuerda.

Con el tiempo, su necesidad de conectar con más congéneres creció, por lo que formó She Can Ride y empezó a dar tarjetas de invitación en los semáforos “y a la fecha las sigo dando, pero ahora ya no soy solo yo sino que las da toda la comunidad”.

Cuentan con cursos para aprender a manejar, ganar seguridad al conducir, mantenimiento de motocicletas y más. “Desarrollamos una metodología en donde trabajamos el empoderamiento, la mentalidad y la técnica en nuestras capacitaciones”, explica. Además, llevan a cabo encuentros mensuales para conocerse y compartir diversas actividades, desde comer tacos hasta salir a bailar y, por supuesto, organizan un calendario de rodadas a distintos destinos y con diferentes distancias.

Para Cló el motociclismo no solo se ha convertido en un importante eje en su vida, sino que la ha llevado a traspasar fronteras, llegando a ser la única latinoamericana en ser incluida para rodar por la cordillera del Himalaya con una moto Royal Enfield.

Foto: SCR.

Rompiendo estereotipos

Todavía “hay prejuicios y machismo, que van desde comentarios hasta cuando vas a agencias de motos: vas tú sola y no te atienden bien, dando por hecho que tú no puedes ser un cliente. Y si vas con un amigo o tu marido, el vendedor se dirige a él y no a ti”, explica Cló. Además, la sexualización de la mujer en el mundo de las motos.

Es por eso que la activista señala que el siguiente paso es dar talleres de equidad de género a las marcas de motocicleta para avanzar en la inclusión y equidad de género. Pero, también ha avanzado: “El curso de motociclismo que más se vende es el de iniciación”, lo que demuestra que somos más y vamos a lograr mayor notoriedad y hacernos escuchar”, explica la fundadora de SCR.

Foto: Edgar Silva Fuentes S. El Universal

Ser parte del cambio

Para muchas es inspirador saber que van rompiendo barreras. “Cada vez que me bajo y me quito el casco piensan que voy a ser un hombre, pero cuando me ven ponen una cara de cómo es posible”, dice Érika Domínguez, miembro de SCR. “Y pienso: ‘¿por qué se sorprenden si nosotras también podemos andar en moto, andar en visión montaña, podemos hacer un iron man, podemos hacer todo lo que nos propongamos”.

Y para quienes sienten curiosidad por el mundo del motociclismo, pero no se atreven: “Hazlo con todo y miedo”, sin dejar de lado la importancia de capacitarse, en la seguridad al conducir y buscar apoyo.

Historias diferentes, un mismo punto de encuentro

Foto: Edgar Silva Fuentes S. El Universal

Esto es lo que nos dijeron algunas de las integrantes de She Can Ride.

1. Itzel Reyes, consultora comercial

Luego de un cambio de trabajo y la necesidad de tener un medio de transporte, compró su primera moto, motivada por su novio, quien también le diría de la existencia de She Can Ride.

Comenta haber encontrado una red de apoyo y empatía: “Desde que llegué me gustó mucho porque es un grupo muy cálido. No solo busca empoderar, también te acoge desde el primer momento”.

2. Érika Domínguez, chef

Empezó a manejar moto de manera terapéutica, tras presentar episodios de ansiedad y buscar algo que la mantuviera concentrada. “Toda mi vida me ha gustado la aventura. He hecho bici de montaña, triatlón, kayak y una constante ha sido que generalmente soy la única mujer. Yo no conocía a ninguna mujer que anduviera en moto. Tomé un curso con ellas y formé parte de la comunidad”.

3. Beatriz Luque, analista digital

Su esposo fue el primer interesado en tener una moto para ahorrar tiempo en el traslado del trabajo a casa y pasar más tiempo con su bebé. Un día lo acompañó a un rally de resistencia y lo supo: “Quiero hacer esto”.

En esa rodada conoció a una integrante de She Can Ride y hoy participa activamente en el grupo; sirve de enlace para muchas que buscan algún contacto o información sobre algo.

4. Edith Baena, dermografista

Cuando en un cumpleaños su esposo e hijos le regalaron la moto de sus sueños su mundo cambió.

“Empecé a buscar clubes en las redes y conocí a un chico que me dijo ‘para ser prospecto tienes que venir y lavarnos las motos’. No me gustó, y es común en algunos clubes hacer estas iniciaciones. Luego alguien me recomendó a SCR. Asistí a una rodada de principiantes y conocí a gente increíble”, cuenta.

5. Linda Villa, psicóloga

Encontró en el grupo una especie de salvavidas en momentos duros. “No tengo moto aún, pero amo el tema y es una meta comprarme una”, algo en lo que recibe constantemente ánimo por parte del resto de las integrantes. “A un año de mi incapacidad, después de un intento de suicidio, celebro que estoy viva gracias a She Can Ride, porque esta tribu estuvo conmigo en ese momento difícil”.

Puedes seguir a She Can Ride en Instagram: @shecan.ride

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‘Mi experiencia horrenda siendo au pair en Estados Unidos’

au pair en Estados Unidos

Como miles de jóvenes, Cintia Ferrer vio una oportunidad inigualable en un programa de intercambio como au pair. Vivir en otro país por un año puede llevarte a lugares que siempre soñaste y ofrecerte un gran crecimiento personal. Sin embargo, la experiencia que le dejó su familia anfitriona al ser au pair en Estados Unidos estuvo muy lejos de lo que ella esperaba.

Cintia terminó viviendo con una familia que controlaba cada uno de sus movimientos, la tuvo trabajando a tiempo completo y rompió las reglas del programa de intercambio. Recientemente se volvió viral en la red social TikTok al contar su anécdota.

La idea de compartir su historia no es desanimarte si tu interés es viajar a otro país como au pair, sino hablarte de la importancia de poner límites, contar con una red de apoyo e informarte muy bien antes de iniciar tu proceso.

Qué significa ser au pair en Estados Unidos

Foto: iStock

Una au pair es una persona (normalmente estudiante) que viaja a otro país por un tiempo determinado para vivir en la casa de una familia local. Les ayuda con labores sencillas del hogar y el cuidado de los niños, a cambio de un apoyo económico y hospedaje.

No es un trabajo como tal, sino una experiencia de intercambio cultural que tiene reglas muy específicas según el país al que viajes. La idea es no solamente que cumplas un trabajo, sino temporalmente seas como un miembro más de la familia y tengas la oportunidad de conocer el destino.

Cuando Cintia estuvo como au pair en Estados Unidos, el tiempo máximo de trabajo era de 45 horas a la semana. Tenía derecho a un día y medio de descanso a la semana, un fin de semana completo de descanso al mes y dos semanas de vacaciones al año.

Por ley, ella tuvo que contratar a una agencia que tuviera registro en el país y la pusiera en contacto con una familia. En Estados Unidos, puedes ser au pair mediante un programa gubernamental.

‘Estaba en negación’

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Cintia, quien es originaria de Argentina, realizó su proceso de selección en tiempos de pandemia. Existieron complicaciones adicionales en la logística y, aunque inicialmente viajaría para quedarse con una familia anfitriona en San Francisco (California), al final no se concretó y tuvo que buscar otra opción.

“Esa familia era también de San Francisco y yo me obsesioné con la ciudad. Una es chica y no piensa muy bien las cosas”, cuenta Cintia en entrevista con NOSOTRAS, al preguntarle si había ‘red flags’ desde el inicio. “Pero yo creo que en la primera llamada ya les vi una actitud medio rara, no te sabría explicar cómo, pero había miradas entre ellos, cosas que sí mirando para atrás digo ‘ahora tiene sentido’”.

Los padres anfitriones tenían dos hijos muy pequeños, una niña de tres años y un bebé de tres meses. Ambos trabajaban en empresas de tecnología y estaban en casa de tiempo completo por licencia tras tener un hijo.

“Ellos desde el inicio eran muy controladores con mi trabajo, con la forma en que yo hacía las cosas”, dice. Al principio parecería natural, pues cualquiera querría asegurarse de que quien cuida a sus hijos hace un buen trabajo. Pero la actitud de ellos no cambió con el tiempo, sino empeoró. “Una cosa es trabajar sola, pero si tenés a los dos padres vigilándote y corrigiendo lo que estás haciendo, la verdad se hace bastante difícil”.

Aunque desde el principio hubo actitudes que no le gustaron, como miradas despectivas, Cintia intentó evadirlas “porque obviamente yo sabía que si teníamos que llegar a la situación de un ‘rematch’, que es cuando cambias de familia, es algo muy estresante. Entonces al principio estaba yo como en una negación de que todo estaba bien”.

Cabe mencionar que era la primera vez de Cintia en Estados Unidos. “No conocía a nadie. Por ahí uno previamente habla con las au pairs que sabe que van a estar en el lugar, pero de por sí estás bastante solo y yo hacía poco que había llegado”.

Foto: iStock

Los conflictos

En el día a día, el control que la familia ejercía en Cintia era estresante y cansado, ya que cada una de sus tareas era supervisada a detalle y corregida. Sin embargo, hubo situaciones clave que le abrieron los ojos.

Según narra ella en la serie de videos que subió a TikTok, una de esas situaciones se relacionó con su habilidad para conducir. Ella ya tenía un auto en Argentina y había manejado desde cuatro años antes, pero tras un par de “pruebas” con ambos padres anfitriones, ellos comenzaron a criticar mucho sus habilidades al punto en que fue perdiendo la confianza. “En vez de mejorar, cada vez manejaba peor”.

La mandaron a clases de manejo, pero quisieron darle indicaciones al instructor sobre cómo enseñarle; el instructor no les dio mucha cabida, así que solicitaron otro. Ambos maestros aprobaron su manera de conducir y eventualmente ella consiguió una licencia, pero la familia anfitriona nunca confió en ella.

En una ocasión viajaron a Hawái y, por ideal que eso suene, para ella no hubo diferencia porque trabajó todo el tiempo que estuvieron fuera. No conoció nada, no tuvo un solo día libre y, cuando se acercaba con ellos, le daban labores.

“Desde el momento uno siempre quise encontrar una familia que me quisiera hacer sentir parte de la familia, y ellos eso se los aclaré antes de ir”, cuenta. Pero ellos no cumplieron esa parte del trato.

La gota que derramó el vaso fue que, cuando ella iba a salir de viaje por sus dos semanas de vacaciones, la familia le pidió que una de esas semanas la pasara en cuarentena por precaución ante la Covid-19. En ese entonces ya no era algo obligatorio hacer cuarentena. “Como no estuve de acuerdo, me dijeron que trabajara en mi tiempo libre para compensar esa semana de cuarentena”.

Cintia terminó aceptando, aunque esto iba contra las reglas. Le pidieron explícitamente que ella ocultara esta información a la agencia de au pairs.

Antes de tomar sus vacaciones Cintia habló con la representante de la agencia para contarle que la experiencia no era como había esperado. Ella le pidió que esperara un poco, pues se acercaba fin de año y no era buena temporada para buscar otra familia. Mientras, sus amigos le contaban de las actividades que hacían con sus familias anfitrionas.

‘La mamá anfitriona me empezó a gritar’

Finalmente Cintia tomó sus vacaciones como le pidieron, pero decidió que hablaría con la familia al regresar. Esto se atrasó porque cuando regresó hubo una inundación en la casa: la familia se fue a quedar a un hotel porque habría máquinas secando una planta de la casa todo el día y noche; a ella la dejaron sola.

Tras las vacaciones, su familia anfitriona le pidió reunirse para decirle que “necesitaban que se esforzara más”. Ella aprovechó para decirles que no se sentía cómoda ahí y que no tenía la experiencia que había ido a buscar.

Aunque ella les recalcó su agradecimiento y les dijo que no era su culpa, la madre anfitriona recibió la noticia con gritos. “Me empezó a decir que era una desagradecida, que con todo lo que ellos habían hecho por mí”, cuenta en un video. En algún momento de la discusión, la madre dijo “¿qué querías, que te adoptáramos?”.

Semanas de angustia

La representante de la agencia consiguió que la familia anfitriona le dejara quedarse a Cintia un par de semanas más, mientras encontraba otra familia. Pero, ante la hostilidad, ella prefirió quedarse en la casa donde un amigo suyo (también au pair) estaba viviendo.

Cintia pasó unos días muy difíciles, con la angustia de no saber si la expulsarían del programa y con la decepción de cómo había resultado todo. “Sí me afectó emocionalmente mucho porque uno cuando está lejos de casa está muy vulnerable”, nos relata. “Cuando tienes una mala experiencia y necesitas a quien acudir, es muy difícil. Y sí te afecta, mucho miedo, mucha vulnerabilidad, entre no saber qué hacer y sentirte muy sola”.

Durante el proceso de búsqueda, la representante de la agencia tuvo que pausar porque la familia anfitriona hizo acusaciones contra Cintia. Ellos dijeron que nunca trabajó horas extra y que los niños no estaban seguros con ella. Aun así, le pidieron trabajar unos días más durante el proceso de búsqueda.

Lo que le ayudó a Cintia fue que la representante de la agencia se puso de su lado. Ella considera que tuvo mucha suerte al haber contado con la empatía de la representante de la agencia. “He escuchado por ahí a otras au pairs que no tienen esa suerte, que se encuentran con otras que se ponen del lado de la familia sin importar que quizá la familia haya hecho cosas graves. Yo tuve mucha suerte en el sentido de que ella, la primera vez que hablé, fue muy empática conmigo, me entendió y a pesar de que la familia dijo cosas feas de mí, ella se puso de mi lado y me creyó”.

Todo valió la pena

Cintia tuvo que contactar a muchas representantes por la temporada de fin de año, hasta que terminó conociendo a una familia de Minnesota, con cuatro hijos. No era el lugar donde ella inicialmente se había imaginado y ya no se sentía con la misma confianza, pero mudarse con ellos resultó ser la decisión correcta.

“Ellos sí fueron una familia”, relata. “Los amo y los extraño muchísimo”. En esa temporada también conoció al que ahora es su prometido.

Cintia terminó quedándose dos años con su segunda familia. Para ella incluso es difícil elegir la mejor experiencia, “porque después de que me fui con otra familia, de que empezaron a mejorar las cosas, lo que más disfruté yo creo que fueron los viajes. Tuve la oportunidad de hacer muchos viajes, no solamente dentro de Estados Unidos sino afuera, incluso fui a México, también fui a Europa”.

“Hice muchos amigos que hicieron que mi experiencia fuera hermosa, compartí muchas cosas con ellos, cumplí muchos sueños. Por ejemplo, yo tenía el sueño de conocer Disney y lo conocí. Ir a París para mí era un sueño y lo logré”, dice, emocionada.

Lo que tú debes saber antes de ser au pair

“Uno antes de irse se hace una idea del programa, que es como todo perfecto, todo color de rosa”, dice Cintia. Eventualmente “te das cuenta que no es tan fácil cuidar niños, por más que uno tenga experiencia, pero cuando vives en la misma casa y son tantas horas de trabajo… Uno romantiza el programa, y cuando estás ahí te das cuenta de que no es tan fácil”.

Para ella, lo más difícil fue establecer límites desde el principio. “Sabiendo que uno está lejos de casa, lejos de todo lo que conoce”, es muy difícil ser asertiva. “A mí me pasaba que me daba miedo cómo ellos lo pudieran tomar y las consecuencias que podía llegar a tener, entonces es difícil”.

Cintia aclara que establecer límites es difícil e importante aunque tu experiencia esté siendo buena. “Alguna vez me pasó incluso con la segunda familia, que fue muy buena, pero los niños por ahí no entendían que mi habitación era mi espacio personal, entonces una vez descubrieron que yo tenía golosinas en mi habitación, entraron cuando yo no estaba y me robaron las golosinas”. Es una acción inocente, pero que no se puede pasar por alto para evitar conflictos.

Al preguntarle qué consejo le hubiera gustado recibir, ella nos dice que habría sido “tener en cuenta que existen reglas dentro del programa, que uno tiene que hacerse valer, y darse cuenta que esta es una experiencia que uno tiene una vez en la vida. Entonces, gastar el tiempo en un lugar donde no estás bien, no tiene mucho sentido”.

A pesar de la mala experiencia que tuvo, ella recomienda la experiencia de ser au pair en Estados Unidos. “Teniendo expectativas más realistas y no romantizadas del programa, sí lo recomiendo porque creces muchísimo y yo siento que a mí me sirvió. Hoy en día incluso con el trabajo, yo creo que me dio un montón de habilidades que las puedo usar en el día a día”.

Tal vez no es para todos porque a muchas personas les cuesta salir de su zona de confort, pero Cintia asegura que una experiencia así puede abrir tu mente. Es posible que tu personalidad no sea muy afín a vivir algo así o no sea el momento pero, en sus palabras, vale la pena “estar dispuestos a que es desafiante y no es tan fácil”.

Ella invita a que las malas experiencias no te desanimen. “Yo siento que la Cintia que se fue de Argentina y la que volvió son dos personas distintas, una aprende a valerse por sí misma, te independizas. A mí al principio me daba miedo viajar sola y después como que me encontré disfrutando mucho esa soledad”.

El primer equipo mexicano de gimnasia rítmica que llega a Juegos Olímpicos

El primer equipo mexicano de gimnasia rítmica que llega a Juegos Olímpicos

A un mes de que inicien los Juegos Olímpicos de París 2024, el Conjunto Nacional de Gimnasia Rítmica sigue cosechando triunfos. Este 8 y 9 de junio, las atletas ganaron una medalla de oro y otra de plata en el Campeonato Panamericano Guatemala 2024.

La mayoría de sus integrantes apenas ronda los 20 años de edad, pero ya están haciendo historia: son el primer equipo de esta disciplina que representará a México en unos Juegos Olímpicos.

Esa clasificación a París 2024, en los Juegos Panamericanos de Santiago, sucedió menos de un mes después de haber “tocado fondo”, como lo describe la entrenadora del equipo, Blajaith Aguilar. Tras haber viajado a un campamento de entrenamiento, se quedaron varadas en Israel en el inicio del conflicto bélico con Hamás. Pasaron fuertes momentos de incertidumbre y miedo antes de que un avión de la Fuerza Aérea Mexicana las repatriara.

NOSOTRAS tuvimos la oportunidad de platicar con la entrenadora y su equipo, sobre su vida a tan poco tiempo de las Olimpiadas y el camino que las ha traído hasta aquí.

Son una familia

@panamsports

¡La gimnasia rítmica de México es PODEROSA! 🇲🇽🌟 El equipo mexicano, clasificado a los Juegos Olímpicos, acaba de ganar el primer lugar en la prueba mixta del Panamericano de Gimnasia Rítmica Guatemala 2024. 😱🔥 Les recordamos que pueden seguir disfrutando de más competencias a través de nuestro Panam Sports Channel. Descarga la app, es totalmente GRATIS. 🤳🏼🙌🏼 #PanamSportsChannel #PanamSports #TeamMéxico #GimnasiaRítmica

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Adirem Tejeda, Kimberly Salazar, Sofía Flores, Dalia Alcocer, Julia Gutiérrez, Karen Villanueva y Karla Díaz, son la élite de la gimnasia rítmica en México. Pero no solamente comparten metas deportivas en común, sino la mayor parte de su tiempo: desde los entrenamientos, que duran de ocho a 10 horas, hasta sus ratos de ocio.

“La verdad es que nos llevamos muy bien, tenemos una dinámica muy bonita”, dice Dalia Alcocer. “Cuando viajamos casi no cambia, todo el tiempo estamos juntas”.

Esa dinámica es fácilmente perceptible cuando las ves fuera de competencia. Como todo grupo de amigas tienen sus chistes locales y, casi inconscientemente, permanecen físicamente cerca. Cuando les preguntamos qué les gusta hacer en su tiempo libre, entre risas responden que disfrutan salir con sus compañeras. “No socializamos”, bromean.

Blajaith Aguilar, la entrenadora, comparte ese sentir. “Hay momentos en que hemos llorado juntas, reído juntas, hemos tenido que apoyarnos como equipo. Tenemos una gran relación, sobre todo una muy buena comunicación, aunque claro que siempre podemos mejorarla”.

Foto: Cortesía del Conjunto Olímpico Mexicano

Aunque se trata de atletas “muy comprometidas y disciplinadas”, Blajaith admite que trabajar con chicas tan jóvenes requiere un enfoque diferente. “Hay días en que ellas quieren tirar la toalla, hay días en que yo también quiero tirar la toalla, es normal. Pero creo que la disciplina, el amor por el deporte y nuestra meta la tenemos muy clara, y por eso día a día seguimos trabajando”, cuenta.

Para lidiar con todas las emociones que un entrenamiento exhaustivo y las competencias provocan, cuentan con atención psicológica por parte de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte. Además, por supuesto, la entrenadora se convierte en una indispensable figura de autoridad para las gimnastas.

“Sí te conviertes como en una especie de mamá. Claro que intentas tener como esa raya, para mí es bien importante el respeto”, explica la coach. “Yo respeto muchísimo a mis atletas y las valoro muchísimo, creo que espero lo mismo hacia mí, ese respeto como entrenadora. Hay días complicados pero saben ellas que pueden contar conmigo, saben ellas que, pase lo que pase, las puedo ayudar”.

Foto: Cortesía del Conjunto Olímpico Mexicano

Un parteaguas en la gimnasia rítmica

El equipo está por viajar a Italia para otra competencia y luego irán a Egipto, para terminar de entrenar justo antes de las Olimpiadas.

“Estamos muy motivadas, muy emocionadas, cada competencia nos sirve para ver en qué aspectos hay que mejorar y apretar”, dice Sofía Flores sobre la preparación que en los últimos meses han hecho. “Las competencias hacen que el tiempo pase muy rápido, cada vez tenemos más cerca los Juegos Olímpicos”.

Foto: Cortesía del Conjunto Olímpico Mexicano

Llevar una agenda tan apretada y un régimen riguroso podría parecer un sacrificio, pero todas las atletas son contundentes en que no lo ven así.

“Al final fue decisión propia para estar donde queremos estar y para lograr lo que hemos logrado”, explica Dalia Alcocer. “Dejar a nuestras familias, porque la mayoría somos foráneas, y no los vemos todos los días, los vemos cada dos meses, entonces también es un poco duro”.

Blajaith Aguilar coincide con sus atletas. “Han sido muchos [sacrificios], pero no me gusta llamarlo sacrificio. Son decisiones de vida, difíciles pero que uno toma. Dejar a mi familia, venirme a vivir a Ciudad de México, perseguir el sueño como a ciegas… Al principio, cuando me vine, tuve que vender mi casa, dejar a mi esposo, dejar a mi familia, dejar la estabilidad que yo tenía por un sueño que no sabía si se iba a cumplir o no. Creo que ha sido una de las decisiones más complicadas que he tenido”.

gimnasia rítmica
Foto: Cortesía del Conjunto Olímpico Mexicano

La entrenadora trabaja con el Conjunto Nacional de Gimnasia Rítmica desde 2016, esta es la segunda generación de atletas que entrena ahí (con excepción de Adirem Tejeda, que también estuvo en el equipo anterior). En todo momento Blajaith demuestra la emoción que siente al ver los frutos de su esfuerzo, que se traducen en que su equipo se está convirtiendo en un parteaguas.

“Hemos avanzado muchísimo como deporte y como disciplina en sí. Tener todos esos resultados tan buenos que se han dado a lo largo de estos últimos años, primero nos abre las puertas a más difusión, a más apoyos, y creo que es algo que nos ayuda muchísimo a seguir dando grandes resultados”, dice.

Blajaith sabe que tenía un reto enorme, pero ha convertido al equipo mexicano en un rival a vencer, como ella misma lo define. Para esto, su rol ha requerido “mucha paciencia, mucho compromiso, mucha pasión también. “Es un deporte de mucha mecanización, a largo plazo”.

Sin embargo, la satisfacción de este deporte también se vive día con día. La atleta Julia Gutiérrez, quien a sus 16 años es la integrante más joven, expresa que su momento favorito al entrenar es “cuando hacemos una rutina completa”; con eso cual concuerdan Adirem Tejeda y Karla Díaz.

“Se siente mucha satisfacción, se siente cómo vas progresando y avanzando. Cuando algo que estaba costando mucho por fin sale, eso también es motivante”, dice Karla.

gimnasia rítmica
Foto: Cortesía del Conjunto Olímpico Mexicano

El deporte para las mujeres en México

En la última década, Blajaith Aguilar ha notado una evolución en las oportunidades que el ámbito deportivo ofrece para las mujeres; eso deja claro cuando le preguntamos si desde su perspectiva encuentra una brecha de género.

“Yo creo que como sociedad vamos cambiando bastante y hemos evolucionado muchísimo. Tal vez si esa pregunta me la hubieras hecho hace 10 años te diría que sí, ahorita yo creo que en todos los aspectos se ha abierto mucho más la oportunidad para las mujeres. Acabamos de elegir a nuestra primera presidenta, creo que ahora ha venido esta parte del empoderamiento de la mujer”, expresa la coach.

Al hacerle la misma pregunta a las atletas, son sumamente elocuentes. “Yo creo que nosotras somos muy afortunadas porque, aparte de que es un deporte de puras mujeres, hemos tenido mucho apoyo y sororidad en el deporte”, dice Sofía Flores. “Pero sabemos que no es algo que pasa en todas las disciplinas, por eso también considero que somos un equipo fuerte”.

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Hablamos con Ana María Cabrejas, la reina del pádel en México

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En la actualidad, si hablamos de pádel tenemos que mencionar a figuras como Ana María Cabrejas, quien se ha convertido en la jugadora número uno de pádel en México. Con mucho trabajo, esfuerzo y sacrificios, Ana María ha conquistado rankings mundiales y numerosas competencias.

La jugadora de pádel ha representado a México en diferentes ocasiones en competencias a nivel internacional. Ha ganado la medalla de plata en los Juegos Panamericanos en 2022 y medalla de bronce en 2023, convirtiéndose en la única mexicana en alcanzar los cuartos de final en la prueba World Padel Tour Challenger.

Tuvimos la oportunidad de hablar con la medallista mexicana para conocer más de su papel como pionera en el pádel, deporte de raqueta que nació en México. 

Entrevista con Ana María Cabrejas, jugadora mexicana de pádel

Entregar la vida completamente a un sueño puede llevar sus retos, pero Ana ha sabido equilibrar cada ámbito para poder llevarlo a cabo. Su pasión por el deporte y su determinación la llevaron a conquistar el mundo del pádel.

Como parte de su rol como embajadora de la marca Oysho, tuvimos la oportunidad de platicar con Ana María Cabrejas sobre su trayectoria. La colaboración forma parte de las estrategias que Oysho ha emprendido para apoyar este deporte en México, como ser patrocinador técnico del Circuito del Pádel Femenil y el club Contrapared.

Esto es lo que Ana María nos platicó.

¿Cómo te decidiste por este deporte?

Yo jugaba tenis, llevaba jugando tenis desde los cinco años, entonces nací en un deporte de raqueta. Mis papás me pusieron bien chiquita la raqueta. A los 15 años dejo el tenis y una amiga me invita a jugar, así de: ‘oye me invitaron a jugar un deporte nuevo, te va a encantar… es pádel, es de dobles, con raqueta y pelota’. Y dije: ‘órale, va’.

Nos metimos al torneo, lo ganamos y de ahí me seleccionan para ir a representar a México en un mundial en Sevilla (España), de menores, ahí todavía tenía 17 años. Ganamos medalla de bronce y de ahí me piqué cañón. Así agarré el pádel.

Estudiabas y practicabas este deporte al mismo tiempo, ¿cómo lo lograbas? ¿Cuál es el secreto?

Fue un poco combinar todo, para mí lo más difícil fue la universidad. Combinar universidad, pádel y luego me puse a trabajar, entonces era una combinación de cosas… La verdad no sé cómo lo sacaba. 

Me levantaba a entrenar como a las cinco y media de la mañana, luego me iba a la universidad, luego entrenaba en la noche… ¡Era una locura! 

Foto: Instagram. @anamariacabrejas

¿Cuándo decidiste que tenías que seguir tu pasión para poder dedicarte a esto a nivel profesional?

Fue muy extraño, yo estudié arquitectura de interiores. Me gradúe, trabaje cinco años en una constructora. Ya tenía un poco mi vida hecha en el ámbito profesional, ya me estaba dedicando a lo que había estudiado, pero seguía jugando pádel, representaba a México en mundiales. Nunca deje el pádel al 100%.

Yo me acuerdo que fui a un mundial en Portugal y regresé, tenía esa cosita como de ‘me quiero ir, quiero ir a probar el profesional, quiero ir a jugar en las grandes ligas’. Ya sabes, me quería ir a jugar el World Padel Tour, el Circuito Profesional y todo.

Así fue, tomé la decisión de verdad, al regresar un día dije ‘si no lo tomo ahorita, me voy a arrepentir toda mi vida, es momento de hacerlo’. Renuncié, les dije a mis papás, fue una cosa así un poco loca.

¿Qué ha sido lo más retador a lo que te has enfrentado por seguir tu sueño como deportista?

La verdad es que son muchas cosas, primero me costó mucho encontrar apoyo, porque sí, es verdad que yo ya llevaba trabajando años, tenía mis ahorros, porque tenía una meta de hacer algo más; entonces ahorré y todo, pero yo veía mis ahorros y decía ‘es que esto no me va a alcanzar ni para medio mes’. 

Un reto muy fuerte encontrar ese apoyo, me tardé mucho en encontrar ese apoyo, porque además el pádel era muy nuevo en México. Entonces yo llegaba y decía ‘soy la número 1 de México’ y [las respuestas] eran de: ‘¿cómo de qué o qué? No entendemos qué estás jugando’. Para mí fue muy difícil ese primer año. 

Algo que también fue un reto para mí fue la soledad. Entender que el deportista vive una vida muy solitaria. Es realmente un sacrificio en temas de familia, de amigos, en tema de muchas cosas, porque sacrificas muchas cosas: eventos, bodas… creo que de hecho me perdí todas las bodas del mundo. Pero sí extrañas.

Otro reto para mí muy fuerte fue, primero, entender el fracaso porque como deportista es muy fuerte, entender que pierdes muchas veces, ganas muchas veces también, pero entender el fracaso como un tema de crecimiento fue complicado y con el tema de la soledad. Más en estos deportes como el tenis y el pádel, estás muy sola. Para mí eso costó mucho trabajo. 

Para ayudar con esta soledad, ¿has encontrado la sororidad con tus compañeras, en los torneos?

He hecho grandísimas amigas en el circuito, he conocido a gente increíble, a mujeres luchadoras que también han dejado su casa, su país. Al final yo me fui a vivir a España, estaba muy lejos de mi familia y he encontrado a brasileñas, argentinas, gente que también ha dejado por completo a su familia, dejado su vida atrás y he hecho grandes amistades.

Pero en el deporte siempre es difícil, porque un día es tu amiga y al otro te enfrentas a ella, entonces es difícil. Pero sí, he encontrado a grandes amigas y personas que me han ayudado muchísimo

¿Te has encontrado con una brecha de género?

Sí, la verdad es que al principio cuando empecé a jugar como profesional, en las grandes ligas, los premios no eran iguales. Los premios de los hombres eran mucho más que el premio de las mujeres. A los hombres les daban hotel, a las mujeres no. Había muchas cosas que, tristemente, como en muchísimos deportes, eran para solucionar. 

Realmente como ha crecido el pádel a nivel femenino, hemos llegado a romper con esa brecha y ahora la mayoría de los torneos tienen los mismos premios, hombres y mujeres. Tenemos las mismas condiciones, entre hotel, transporte y todo… ya llegamos a ese punto.

La verdad es que desde que yo me dedico al 100% a esto… el pádel ya llevaba bastante tiempo como profesional, el circuito profesional llevará ya unos 15 o 16 años pero hasta hace cuatro años se empezaron a igualar las cosas, imagina cuánto tiempo.

¿Cómo fue enterarte de que habías entrado en el top 100 mundial? ¿Cómo te sentiste?

Pues la verdad cuando entre al circuito profesional, que era un monstruo para mí, llegué y yo estaba en ranking 500, era la 500 del mundo. Yo decía ‘esto está un poco complicado’. Empecé mi año y empecé a subir, empecé a tener resultados.

En mi año y medio, que ya estaba compitiendo a nivel pro, ya estaba en el top 100 del mundo. Entonces eso me animó a dar otro punch el siguiente año y así fui escalando, yo creo que en mi mejor ranking fui top 68 del mundo y, como se juega por parejas, fuimos como top 30 del mundo.

Llegas a un punto en el que te encuentras con una barda con la que dices ‘¿Cómo voy a superar esto?’. Pero bueno, es con trabajo.

Foto: Instagram. @anamariacabrejas

¿Cómo se siente representar a México en otros países?

Para mí, representar a mi bandera es lo que más me gusta. Jugar en mi país, por ejemplo, es lo que más me gusta y lo que más me llena de orgullo. Representar a México en los mundiales, en los Panamericanos… me llena de orgullo, muy cañón.

Yo creo que México tiene grandes deportistas, que mucha gente no lo cree y literalmente muchos deportistas mismos no nos la creemos, pero creo que México tiene grandes deportistas. Me encanta llevar mi bandera, me pone la piel chinita, la verdad. Escuchar el himno y poder jugar con un equipo mexicano me llena de orgullo.

Recientemente participaste en un torneo en Puebla por el Circuito Nacional, ¿cómo viviste este evento?

Fue una experiencia muy padre. Este torneo no lo jugué con mi compañera, con la que normalmente juego. Mi compañera estaba en un viaje fuera de México y lo jugué con Aranzazu Gallardo, lleva mucho tiempo jugando, es una veterana aquí en México, pero sigue jugando increíble, le sigue compitiendo, tiene mucha garra. Nos lleva 23 años y le sigue compitiendo a cualquiera.

Fue muy lindo, fue muy emocionante. Es muy lindo ver el crecimiento del pádel en México, en club lleno, en muchas categorías, muchas mujeres y eso me encanta, porque cuando yo empecé a jugar pádel eso no existía y ahorita ya es otra cosa, entonces está increíble.

¿Cuál es tu siguiente meta? ¿Hay más sueños por cumplir en el mundo del deporte?

Ahorita yo sigo jugando el Circuito Profesional, que se llama Premier Pádel; son las grandes ligas, ahora sí. Para mí lo que viene en estos años es un poco en México, inspirar a más chicas a que vean que se puede ir a jugar profesional.

Yo fui la que di el salto hace seis años, pero no tenemos a nadie que esté ahí y uno no se está haciendo más joven… Me gustaría seguir inspirando a más chicas, que se atrevan que vayan.

Hay un montón de oportunidades, de empresas que apoyan al deporte femenino, a las mujeres y que nos echan porras. Es cuestión de aventarse, de buscar y querer. Para mí, el objetivo es poder inspirar a más chicas, poder darles ese conocimiento que yo tengo y que no se den tanta pared como yo, hacerles el camino, un poquito más fácil y que vean que si se puede, que con trabajo y dedicación se puede llegar a donde quieran. 

Esa es mi meta y seguir compitiendo, la verdad es que aún tengo bastantito que dar. Ahorita tenemos año de mundial entonces sería mi décimo mundial por México.

Foto: Oysho

¿Qué se siente que marcas importantes como Oysho apoyen estas disciplinas como el pádel, y que, además, seas embajadora de esta firma?

La verdad es que es increíble, yo creo que soy muy fan de la marca. Ya era fan de la marca y con todo este punch que le están dando al tema deportivo, no solo en pádel, en miles de disciplinas: en futbol, en deportes acuáticos, en golf, en todos, se está metiendo muy fuerte la marca.

Tenemos grandes embajadoras, embajadoras que son número 1 del top y que hoy se apueste por impulsar, por meterse al pádel… más emocionante para mí, no puede ser. 

Escuchar el nombre de Oysho hace que otras marcas volteen a ver y digan ‘¿qué está pasando?’. Eso para nosotras es crecimiento y a nivel femenino también es totalmente crecimiento. 

¿Qué es lo que más te gusta de las colecciones de Oysho confeccionadas especialmente para el pádel?

Yo soy muy ‘friki’ de la comodidad, de la frescura. La verdad es que te sientes muy cómoda con la ropa, los modelos están divinos y son muy lindos, hay muchos colores y los puedes combinar de las formas que quieras y está hecho para el deporte, está muy pensado, muy estudiado para el pádel y para la mujer

Realmente te puedes sentir cómoda y fresca. Yo creo que está muy bien pensado para todos los deportes porque inclusive yo no solo uso cosas de pádel, uso en general muchas cosas de Oysho y las uso para el gimnasio, ¡las uso para mil cosas! Y está muy bien pensado para hacer actividades. Hay de todo, es una marca muy bien pensada para el deporte que uno práctica. No estarte ahí acomodando todo el tiempo que estás jugando es importante.

¿Qué le aconsejarías a alguien que está empezando a practicar pádel o algún deporte en general?

Les diría que se avienten. Muchas veces no hacemos las cosas por miedo, por decirnos ‘es que no, es que igual y no soy buena’, pero no sabemos si en verdad eres buena o no. 

Si nunca has jugado, no creas que vas a llegar y vas a ser la número plus ultra. Hay que trabajar, hay que divertirse haciendo las cosas. Tú nunca sabes, igual te metes al pádel y te va increíble, así me pasó a mí, yo no conocía el deporte y llegué y dije ‘wow, esto es lo mío’.

Hay que atreverse, hay que probar cosas nuevas, hay que probar deportes nuevos, por más raro que suene el deporte, hay que divertirse, pasársela bien en la cancha. Mi recomendación es ‘atrévanse, digan que sí, vayan para adelante’.

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Un doctor me juzgó por tener Virus del Papiloma Humano

Virus-del-Papiloma-Humano

Casi todas las personas sexualmente activas van a contraer Virus del Papiloma Humano alguna vez en su vida. Sin embargo, todavía existe un estigma hacia quienes reciben este diagnóstico. A la profesora de inglés Diana Rodríguez, de 25 años, un doctor la juzgó por tener VPH.

Diana buscó a este doctor cuando ya tenía un diagnóstico, para recibir más información sobre cómo se manifiesta el virus y qué riesgos implica; él se enfocó en preguntar cuándo había ella iniciado su vida sexual y cuántas parejas había tenido.

El término Virus del Papiloma Humano se refiere a un grupo que abarca más de 240 tipos de virus, indica la Organización Panamericana de la Salud. De estos virus, 15 están relacionados con el cáncer de cuello uterino, vagina, vulva, ano y orofaringeo (de la parte posterior de la lengua, paladar, garganta y amígdalas).

El VPH se puede transmitir mediante contacto sexual de piel a piel, indica la organización Planned Parenthood; no es necesario que exista penetración para que se transmita.

Foto: iStock

‘Me sentí sucia’

“Desde los 19 años, que comencé con mi vida sexual, yo comencé a ir con mi ginecóloga para que me orientara sobre anticonceptivos”, cuenta Diana. “Se me hizo una costumbre acudir a revisión por lo menos dos veces al año”.

Fue por esta costumbre que le diagnosticaron el Virus del Papiloma Humano de manera temprana. “Realmente yo no tuve ningún síntoma”, aclara. Sin embargo, tenía lesiones internas que indicaron de manera inicial la presencia del virus.

La ginecóloga fue profesional al dar la noticia y le explicó a Diana de manera general en qué consistía esta condición. “No supe cómo reaccionar porque no conocía mucho sobre ello, sabía que era una enfermedad. Lo primero fue que me sentí sucia, como que realmente no me cuidé, y me sentí muy mal en el sentido de que mi vida ya no iba a ser la misma”.

Muchos tipos de VPH, incluyendo algunas cepas de alto riesgo, no presentan síntomas; algunos tipos de virus producen verrugas genitales.

Es posible que pasen varios años y la persona experimente síntomas hasta que existan cambios en sus células y se desarrolle un cáncer. El tipo de cáncer que se presenta más comúnmente es el cervical.

Foto: iStock

‘Ya no lo hagas tan seguido’

Diana tiene una tía que desde hace mucho tiempo trabaja en una farmacia, y después de recibir el diagnóstico se acercó a ella para hablar sobre el tema. Era alguien de su confianza, a quien el resto de la familia también acudía cuando tenía problemas de salud.

“Lo hice en busca de que me brindara más información porque realmente yo no conocía demasiado sobre ello, le platiqué mi situación y ella a su vez le platicó a un doctor que trabajaba con ella. Ahí fue cuando sentí esa parte del juicio”.

Para sorpresa de Diana, la reacción de su tía y del doctor fue completamente contraria a lo que esperaba. “Lo primero que él preguntó era con cuántas personas yo me había involucrado sexualmente, y que desde cuándo había iniciado mi vida sexual”, relata.

Vivir con Virus del Papiloma Humano NO significa que tuviste relaciones con muchas personas. Puedes contagiarte incluso durante tu primera relación sexual, de acuerdo con el Servicio Nacional de Salud de Reino Unido.

Lo que siguió fueron algunos comentarios del tipo “si ya tuviste el valor de tener relaciones sexuales, es algo que tienes que afrontar”, recuerda Diana. Su tía también le dijo que “ya no lo hiciera tanto”.

“A veces pensamos que porque es un doctor va a ser más neutral o quizá no va a haber tanto prejuicio, pero fue todo lo contrario”, explica. “En lugar de sentirme más tranquila o aliviada, en la parte mental mi hizo cuestionarme más si había hecho algo mal o había sido mi culpa”.

En realidad, aun usando protección, existe riesgo. Según explica la Organización Mundial de la Salud, el uso de condones puede ayudar a prevenir un contagio de VPH pero NO ofrece protección total, pues no cubren toda el área genital.

En lugar de sentir un apoyo, sintió que la estaban señalando, juzgando algo que es muy personal e íntimo. “Se sintió como ‘es algo que casi casi lo buscaste’”.

Sentirse juzgada por un ser querido y por un médico afectó a Diana emocionalmente. “Me afectó porque me sentía con menos valor, me puse a pensar cómo lo iban a tomar mis próximas parejas”.

El Virus del Papiloma Humano ‘no me define como mujer’

El resto de su familia respaldó a Diana completamente. “Algo que agradezco a mi mamá es que no me señalara ni que me hiciera sentir mal, al contrario. Me dijo que me iba a apoyar y que también ella desconocía cómo funcionaba, qué tipo de enfermedad era”.

Ella empezó a investigar y ver muchos videos en YouTube sobre mujeres con la misma condición: cómo lo habían detectado, cómo había sido su historia y qué pasaba después. “Me di cuenta de que no era la única y no era algo que solo a ciertas personas les pasaba. Eso hizo que me sintiera más segura de mí misma y con menos miedo. Al ver todos estos videos en redes sociales y testimonios de personas fue lo que me ayudó mucho a seguir con mi tratamiento”.

“Me costó un tiempo aceptarlo, no dejar que eso me definiera como mujer”, agrega.

Diana sigue recibiendo tratamiento y acudiendo con su ginecóloga; pasó por una cirugía en la que cauterizaron sus lesiones internas. A tres años del diagnóstico, Diana encuentra un cambio para bien: “tienes que ser más constante y puntual con tus revisiones anuales”.

Sigue con su vida normal: terminó su carrera universitaria y emprendió su propio negocio, Diana English Classes. Vive con el conocimiento de que “a todos nos puede pasar, pero nadie te debe hacer sentir mal ni nadie te tiene que juzgar por cuántas parejas sexuales tuviste”.

Aunque no deja a un lado sus revisiones o tratamiento, “ya es algo que no me da pena decir”.

La importancia de estar informada

Diana tiene muy claro que las visitas regulares a su ginecóloga le permitieron estar enterada de lo que ocurría con su cuerpo. Ella sabe que su salud pudo haber estado en riesgo si no hubiera conocido ese diagnóstico. “Lo que me da más alivio es que lo detecté a tiempo”, afirma.

Casi todas las personas sexualmente activas contraen VPH en algún momento de sus vidas. Normalmente esto ocurre en los primeros meses o años tras haber iniciado la vida sexual, dice el Instituto Nacional del Cáncer (Estados Unidos).

En 90% de los casos de VPH, el sistema inmunológico puede controlar la infección por sí mismo; muchas veces la persona no se entera que lo tuvo. No obstante, algunos tipos de virus pueden provocar cáncer.

Lo que se puede hacer para protegerse es tener revisiones ginecológicas periódicas y vacunarse. De acuerdo con datos del Gobierno de México, la vacuna se aplica a las mujeres o personas con útero que tienen entre 9 y 14 años de edad. El procedimiento es más efectivo antes de iniciar la vida sexual.

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‘Voy a dejarlo todo’ en París 2024, dice la clavadista Gaby Agúndez

‘Voy a dejarlo todo’ en París 2024, dice la clavadista Gaby Agúndez

Entrevista-Gaby-Agúndez

Falta apenas un par de meses para los Juegos Olímpicos de París 2024, por lo que la clavadista Gaby Agúndez está entrenando al máximo y con precisión absoluta. Será la segunda vez que ella participe en el evento deportivo más importante del mundo.

El camino ha estado lleno de retos, que incluso van más allá de lo deportivo. Ella es una de las atletas mexicanas que ha lidiado con la falta de apoyo por parte de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade); apenas hace un mes, mediante un amparo, recuperó la beca deportiva que otorga esta dependencia.

Junto con su compañera Alejandra Orozco, Gaby Agúndez fue medallista olímpica en Tokio 2020, en la plataforma de 10 metros sincronizados femenil; obtuvo el cuarto lugar olímpico individual. Fue doble medallista de oro en los Juegos Panamericanos de Santiago 2023 y en México se le considera la reina de la plataforma de 10 metros en individual.

“Voy a dejarlo todo en esa competencia, en esa plataforma”, dijo Gaby Agúndez durante una entrevista con NOSOTRAS. Ella confía en los triunfos que los atletas mexicanos obtendrán y que demostrarán que “como los mexicanos nos caracterizamos a nivel internacional, que se vea que somos aguerridos, que no nos dejamos y que lo damos todo”.

Entrevista con Gaby Agúndez, clavadista olímpica

Foto: AtletasMx

¿Cuántos años llevas como clavadista y cómo supiste que querías dedicarte profesionalmente a esto?

Empecé muy pequeña en el deporte, desde muy chica siempre practiqué alguna actividad. A los 4 años entrenaba gimnasia, luego a los 7 años fue cuando ya decidí practicar este deporte de los clavados.

Luego, después de ver los Juegos Olímpicos del 2008 fue cuando nació más que nada este sueño de querer llegar a unos Juegos Olímpicos. Es donde pienso yo que realmente inició bien esta trayectoria. Porque estaba muy pequeña pero yo ya sabía que quería estar en unos Juegos Olímpicos y empecé a trabajar a conciencia para poder lograr mi objetivo.

Pasé por todas las competencias: olimpiadas nacionales, panamericanos juveniles, mundiales juveniles, participé en los Juegos Olímpicos de la Juventud de 2018, en Buenos Aires. Creo que esa competencia fue muy importante porque de alguna manera te prepara para lo que son unos Juegos Olímpicos de mayores.

He estado en mundiales, hoy en día soy medallista mundial, soy campeona panamericana en plataforma de 10 metros individual y en sincronizados con Ale Orozco, prueba en la que logré ser medallista olímpica en Tokio 2020.

La verdad es que ha sido un camino bastante largo lleno de competencias, de aprendizajes, de experiencias buenas y a veces no tan buenas, pero creo que todo me ha dejado algo que me ha funcionado para las siguientes ocasiones. De todo he sacado algún aprendizaje y hoy en día estoy clasificada para mis segundos Juegos Olímpicos.

Me siento muy contenta, muy feliz de saber que voy a estar participando en París 2024, pero si me pongo a recordar un poco de cómo ha sido toda mi trayectoria deportiva pues más o menos ese sería el resumen.

Foto: AtletasMx

¿Cuál fue tu reacción tras haber clasificado a París 2024, y la de tus seres queridos? ¿Cómo cambió con respecto a la primera vez?

Mi reacción al ver mi nombre ya en la lista para París 2024 fue una sonrisa, mi cara llena de alegría, emoción. Me sentí muy orgullosa porque tal vez es fácil decir ‘ah, clasifiqué a mis segundos Juegos Olímpicos’, pero en sí ha habido mucho de por medio, he logrado superar varias situaciones que se han presentado en el camino desde que fueron mis primeros Juegos.

Pasé por cirugía de rodilla, una cirugía del tobillo también, situaciones externas también con esto de que se nos presentó la falta de apoyo en este ciclo olímpico. Y aun así logré ir a cada una de mis competencias, logré competir como si no hubiera problemas alrededor, me enfoqué en mis entrenamientos, me enfoqué en lo que estaba en mis manos por hacer y logré clasificar a mis segundos Juegos Olímpicos.

Entonces es por ello que me sentí muy orgullosa, estoy muy feliz y todos a mi alrededor, todas las personas que me apoyan, mi familia, entrenador, todo el equipo multidisciplinario y todas las personas que siempre están apoyándome y deseándome lo mejor, también creo que comparten este sentir conmigo.

Foto: AtletasMx

En los Juegos anteriores fue la pandemia. Aparte de la fecha, cambió todo…

Sí, para Tokio se cruzó la pandemia, fueron unos Juegos Olímpicos atípicos, sin público, sin esta emoción. Era puro villa-alberca-villa y las gradas en todo momento vacías.

Ahora voy a ir a París pero creo que los voy a vivir totalmente diferentes, van a ser una experiencia totalmente diferente porque ya me va a tocar la inauguración con público, las competencias también con público. Mis papás también van a ir a verme competir, entonces eso es una motivación extra para mí.

Falta muy poquito aunque no lo parezca. ¿Cómo lo vives actualmente? ¿Cómo es un día para ti?

Ahorita la preparación está a tope, estamos entrenando todo el día. Mi entrenador, Iván Bautista, tiene perfectamente planificada la preparación de aquí al día que voy a competir.

Mi día a día es levantarme temprano, desayuno, a las 8:30 am me voy de mi departamento a mi lugar de entrenamiento porque entreno de 9:00 am a 1:00 o 1:30 pm. Como, paso a terapia, a fortalecimiento, descanso un ratito y vuelvo a entrenar a las 4:00 pm, es entrenamiento de 4:00 a 7:30 u 8:00 pm, dependiendo del día y el tipo de entrenamiento. Luego regresar, cenar, alistar algunas cosas e irme a descansar.

Ahora sí que, previo a Juegos Olímpicos, ya estando a tan poquitos días, literalmente es estar todo el día en la alberca y, cuando no estoy en la alberca, o estoy comiendo o estoy descansando.

Se dice que solamente es previo a Juegos Olímpicos pero creo que en general mi preparación y todo mi ciclo olímpico es más o menos así, no solamente me preparo dos meses sino todo el ciclo olímpico. Esos años de preparación se basan en que el día a día sea de esa manera para poder sacar el mejor rendimiento.

¿Cómo te preparas mentalmente para las competencias? ¿Qué te dices en los días antes de competir?

En mi preparación mental para llegar a una competencia trabajo con un psicólogo, ya es una técnica que vengo manejando desde un tiempo para acá, es algo que me ha ayudado y con lo que me siento bien.

Días previos de mi competencia me digo a mí misma que he hecho bien el proceso, que me he preparado de la mejor manera, que mi entrenador, mi equipo multidisciplinario, mi compañera y yo hemos hecho un buen trabajo y que estamos bien preparados para competir. Es algo que me ayuda a estar tranquila y a confiar en lo que ya trabajé.

Se habla mucho actualmente del llamado síndrome del impostor. Como atletas, ¿llegan a vivirlo? ¿Llegan a tener ese problema de preguntarse ‘de verdad lo estoy haciendo bien?’, ‘de verdad me merezco esto’?

Sí, claro, yo pienso que esa pregunta siempre llega, en algún momento. Tal vez tres meses antes de la competencia o un mes antes de la competencia, uno se cuestiona a sí mismo y creo que cualquier aspecto en nuestra vida, si tenemos un objetivo y estamos trabajando para cumplirlo, siempre llega ese tipo de preguntas a nuestra mente.

Creo que cuando sucede eso yo lo que hago es voltear a ver las cosas que estoy haciendo bien para que no exista esa duda de si estoy haciendo las cosas bien o no. Creo que eso es lo que a mí me ayuda es decir ‘sí he hecho una buena preparación, en mis manos no ha quedado nada, lo he dejado todo’. Así es como lo sobrellevo.

Atletas o no, todas tenemos altibajos en lo que nos dedicamos. En tu caso, cómo has lidiado con aquellos momentos en que las cosas no salieron como tú esperabas?

Creo que principalmente apoyándome en esas personas con quienes yo tengo confianza y pensando qué le puedo sacar de provecho a esa situación que no salió como yo esperaba, pensando qué me va a dejar de enseñanza esto para la siguiente, poder tomarlo en cuenta y que no se vuelva a repetir.

Foto: AtletasMx

En el ámbito en el que te desenvuelves, ¿has encontrado sororidad? ¿Cómo ha sido la relación con otras mujeres?

Bastante bien, creo que es apoyarnos las unas a las otras y ver que si ella pudo hacerlo yo también puedo hacerlo. Darnos cuenta de que si yo puedo hacerlo, espero que algún día tú, niña o joven que me estás viendo y que tienes un sueño, puedas motivarte o poder pasarte unos consejos y experiencias de lo que uno vive para que tal vez eso te pueda funcionar.

Creo que así es como se ha estado manejando y es algo muy bonito que las mujeres mexicanas, deportistas, estamos sacando la casta y estamos dando buenos resultados para nuestro país. Creo que es algo increíble.

¿Cómo es el ámbito del clavadismo para las mujeres en México? ¿Consideras que hay una brecha de género?

No, creo que así como hay buenos resultados en la rama varonil, ha habido buenos resultados en la rama femenil. Más bien es un trabajo en equipo. Yo siempre he dicho que a mí me ha tocado estar en un buen equipo.

Hoy en día yo entreno en Guadalajara con Iván Bautista. Se me abrieron las puertas de la mejor manera, mi entrenador me recibió de la mejor manera también, siempre apoyando, creyendo en el potencial que hay en las mujeres de clavados en México.

Foto: AtletasMx

Si tú pudieras cambiar algo para las generaciones futuras en el deporte en México, ¿qué sería?

Este ciclo olímpico a mí me tocó vivir una situación bastante complicada con la parte de apoyos y es algo que a mí no me gustaría ver que se repita. Porque afortunadamente hubo quienes nos voltearon a ver, se nos apoyó como se pudo, la verdad yo agradezco mucho a todas esas personas que sumaron a mi sueño, que confiaron en mí, que creyeron en mí y que me acompañaron en todo este camino y que hoy en día se logró.

Pero sí hubo un tema con la falta de apoyos, de alguna manera pues es no reconocer el trabajo que uno hace, los logros que uno obtiene.

Entonces yo espero en verdad que futuras generaciones no tengan que pasar por esto, que se cuente con el apoyo suficiente para que puedan viajar a sus competencias, que tengan su beca con respecto a resultados, que tengan la beca que les corresponde. Creo que es algo fundamental para que uno se pueda enfocar al 100% en sus entrenamientos y en su preparación para las competencias.

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Kat Chi, la diseñadora que vuelve la ropa escolar cool

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Entre faldas tableadas y moños, cortes desiguales, estampados y argollas se debaten los diseños que crea Magda Ramírez, la diseñadora detrás de la marca Kat._.chi. Esta joven emprendedora utiliza prendas de ropa para reflexionar sobre el sistema educativo, romper lo establecido y, ¿por qué no? Ser una contraposición al fast fashion.

Platicamos con Magda sobre la creación de su propia marca, los desafíos que ha enfrentado y los poderosos mensajes que están en sus prendas.

Ella define su trabajo como un “collage de lo cotidiano”, una combinación de las cosas que le interesan en el día a día. Es un proyecto de arte enfocado a la moda.

Kat._.chi utiliza las redes sociales como una plataforma para dar a conocer su trabajo, pero también acude cada domingo a La Lagunilla para que las personas puedan ver las prendas en físico.

Kat Chi, la diseñadora que vuelve la ropa escolar cool

Magda Ramírez creó su marca, Kat._.chi, en febrero del 2023, pero la idea comenzó a gestarse desde que la pandemia por la Covid-19 la dejó sin estudiar y sin trabajar. Durante esos días de incertidumbre fue que le dio forma a esta marca de diseño de moda que entrecruza lo punk con lo tradicionalmente femenino.

Tan solo durante la pandemia no logró formar parte de la población que pudo continuar con sus actividades a distancia, porque no tenía ningún dispositivo que pudiera usar con el fin de conectarse a sus clases mediante internet. Al mismo tiempo, dejó de tener trabajo.

El panorama no se veía alentador pero su instinto la hizo buscar algo que le hiciera querer levantarse, querer trabajar, avanzar y dedicarle toda su vida a ello. Se inspiró en su madre, hermana y cuñada, quienes tienen hijos. “Yo no sé si quiera tener hijos, pero quiero tener ese motivo por avanzar, por trabajar”, cuenta.

La esencia de Kat._.chi es el diseño de prendas que vuelven la ropa escolar subversiva. Esta es la razón de que algunas piezas o elementos que forman parte del catálogo actual de la tienda parecen sacadas de un armario de una estudiante con uniforme. Esto, con la intención de retomar de manera explícita objetos que recuerdan la educación escolarizada.

Durante la creación de su marca Magda recordó que en la licenciatura en Artes, llegó a tener la tarea de transformar las palabras e ideas de “Un manifiesto hacker” (1986) en una pieza. Lo primero que hizo fue enfocarse en el tema de la educación como beneficio de las personas con más recursos económicos. Esto la llevó a idear prendas de ropa que jugaran con los cortes y telas del uniforme escolar.

El tema de la desigualdad educativa no le es ajeno, de hecho ella lo ha vivido en su propia experiencia como residente de Ciudad Nezahualcóyotl. Le fue complejo acceder a una educación de calidad, únicamente porque residía en una periferia de la Ciudad de México.

No aceptar lo establecido

La diseñadora tiene faldas tableadas desiguales, con una parte de medio metro y otra de 50 centímetros, además de estampados de diferente índole. Asimismo, tiene prendas que recuerdan a las camisas con cuellos redondos, características de los uniformes de primaria y secundaria.

Vestir de Kat._.chi significa una protesta diaria. “Es como decir no estoy aceptando lo que ya se ha establecido: el sistema educativo, así como las normas de vestimenta de las grandes empresas”, explica Magda.

En Kat._.chi se busca tener otras formas de creación, alejadas de la productividad avasallante de las empresas de fast fashion. Esta también es su intención cuando utiliza métodos como el upcycling, para confeccionar a partir de materiales que ya existen. Asimismo, tiene pedidos personales, en los que busca no solo expresar su marca, sino plasmar la esencia de la persona que compra una pieza sobre pedido.

El movimiento feminista también ha impactado la estética de Kat._.chi en lo más profundo de sus fibras creativas. Y comprueba que la moda puede acompañar el movimiento social de las mujeres sin apropiarse de consignas y estamparlas en playeras moradas con glitter.

Magda decidió ir un paso más allá, retomar los sentimientos de empoderamiento que tiene a través de las manifestaciones feministas y transformarlos en su propia estética.

De esta manera es cómo surgió la idea de mezclar lo punk con lo hiperfemenino. En sus looks podemos ver cómo conviven las faldas de tablas con estoperoles, estampado y argollas, junto a camisas con moños, listones, perlas, tonalidades pastel y estampados de conejos.

“Es lo que somos las mujeres, somos fuertes, rudas, pero también lindas y tiernas”, indica Magda.

También su estética busca romper con estereotipos de género en la vestimenta, porque las personas no solo son rebeldes o lindas. Para Magda todas tienen un lado rebelde y tierno, o punk y tradicionalmente femenino.

El sistema educativo ideal

La educación es uno de los temas principales que le dan esencia a Kat._.chi y en particular a Magda le gustaría seguir trabajando con la vinculación entre la moda y lo escolar. Tanto es así que acudió a una pasarela que organizaron estudiantes en las Islas de Ciudad Universitaria. Fue una manifestación artística para exigir la creación de una licenciatura de diseño de modas en la UNAM.

Ella vio con ojos de felicidad esta reunión masiva de diseñadoras y diseñadores jóvenes que principalmente mostraron prendas hechas por materiales reciclados, una respuesta contundente ante el fast fashion. Y también le hizo continuar cuestionando el acceso a la educación en México, en donde ninguna universidad pública contempla el diseño de modas como una profesión.

“Es complejo acceder a la educación en moda o la confección de prendas”, comenta Magda. Y esta dificultad del acceso a la información también le hace pensar en los panoramas idílicos para ser estudiante.

No debería existir la privatización de la información, menciona como principal problema a resolver. Tampoco debería asociarse el nivel educativo con las oportunidades laborales, porque la educación no garantiza ningún estatus económico, explica.

Finalmente, le gustaría que el sistema educativo pudiera atender las necesidades particulares de cada región de México. Y no utilizar un mismo sistema para un país que es tan diverso.

El consejo principal de Magda para una futura diseñadora de modas, es que no pares. Que dejes el miedo atrás y te atrevas a investigar, buscar, preguntar y creer en ti.

En busca de más experimentación

Actualmente Magda está buscando nuevos materiales para integrar a sus diseños. Entre ellos, los que más destacan son los obtenidos a partir de plantas, como las espinas del nopal.

También quiere seguir utilizando más información alrededor del tema de la educación y al mismo tiempo desea incluir un nuevo elemento a Kat._.chi, el bioarte. Esta rama artística la define como “la unión entre la biología y el arte, para trabajar con materiales vivos”.

En este sentido quiere crear ambientes y materiales orgánicos que le den una estética diferente a sus conceptos. Por último, también le interesa experimentar con el tema de lo cyborg en próximos diseños.

Modelo: Lluvia Alinne Milian Gayosso

Fotos: Edgar Silva Fuentes S.

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