Flaminia Villagrán, la cantautora que se convirtió en cirujana plástica

Elegir la carrera de medicina implica un enorme compromiso de ayudar a otros, sin importar la especialidad a la que te dediques. La doctora Flaminia Villagrán es consciente de esa responsabilidad, fue justo la posibilidad de cambiar vidas lo que la llevó a cambiar la música por la medicina.

Villagrán es médica cirujana por la Facultad de Medicina de la Universidad Francisco Marroquín, en Guatemala. Además, posee una especialización en Medicina Estética y Antienvejecimiento en instituciones como el British College of Aesthetic Medicine, el Collége National de Médecine Esthétique en Francia y la UCSI University de Malasia. Ha trabajado en países como Costa Rica, Brasil y Estados Unidos.

Ha enfocado su trabajo en ayudar sus pacientes a sentirse mejor con su imagen. Ha contribuido con diversas clínicas en Guatemala para poder brindar atención médica de calidad. Además, promueve y apoya programas de empoderamiento para la independencia de la mujer tras eventos de violencia.

Recientemente la especialista en procedimientos estéticos anunció su intención de abrir una clínica en México, nación que considera un pilar para establecer una central médica. Tuvimos la oportunidad de platicar con ella sobre la pasión que siente por su trabajo y cómo a veces la vocación llega de la manera más imprevista.

Flaminia Villagrán, de la música a la medicina estética

La doctora Flaminia no tenía pensado hacer una carrera en la medicina, pues desde muy joven su pasión residía en la música. Estudió Música Clásica y Composición en el Conservatorio Nacional de Música ‘Germán Alcántara’, en Guatemala. “Yo quería ser pianista clásica, por eso entré al conservatorio”.

Si bien se enfocó todo el tiempo posible en seguir su sueño, sus padres no tenían la misma visión que ella. Aun con el paso de los años consideraban que su futuro en la música no era seguro. Le llegaron a recomendar elegir una profesión diferente con una formación universitaria “más seria”.

“Me dijeron: ‘Mira ser pianista, ¡olvídelo! Ser cantante, ¡ni lo piense!, ¡qué vergüenza!, ¡ni se le ocurra hacer algo de arte! Ni lo considere, estudie algo en la universidad, sea una persona formal’. Yo estaba tratando de ver la música como algo formal. Si practicaba seis horas al día, estaba al corriente en el colegio, en el conservatorio, estudiaba, pero no les gustó”.

Las críticas no la desanimaron pero, pese a su convicción por seguir y encontrar su camino en una rama artística, las cosas cambiaron para ella de un momento a otro. Fue cuando se dio cuenta de que su futuro también podría encontrarse en la medicina.

“Antes de graduarme, tuve un accidente de auto fuerte y estuve en el hospital tres meses. Ahí fue donde me gustó la medicina. Estar tanto tiempo en el hospital, platicando con doctores, enfermeras […] Tal vez si yo no hubiera tenido esa experiencia hospitalaria, sí me hubiera ido por música”.

Sin embargo, la música no tiene por qué estar peleada con la medicina y, por eso, no deja de ser parte de ella. Durante los años de estudio hizo espacio para no dejar de lado su arte, dándose tiempos de disfrutar ambas pasiones, la medicina y la música.

Foto: Cortesía de Flaminia Villagrán

“Yo tenía un estudio en mi casa y, como soy pianista, pues con el teclado se puede grabar toda la música, entonces hacía música electrónica y gracias a Dios pegó en la radio aquí [Guatemala]. Tenía mis conciertos y todo, pero lo tenía que alternar con los turnos del hospital, tal vez la gente no sabía que yo estaba estudiando medicina y creían que uno era solo cantante. Ahora he estado haciendo, más que todo, música para películas, soundtracks, que eso sí lo logro encajar bien con la clínica”, relata.

Llevar ambas carreras ha implicado mucha disciplina para poder realizar sus objetivos. Cumplir con las responsabilidades que ambas cosas conllevan sin descuidar ninguna precisa de mucha organización y sacrificios.

“Cuando uno quiere hacer cosas, eso realmente ya no existe, eso para mí no existe, yo no tengo esa vida social, ya no se puede tomar uno tantos tiempos como para estar de fiesta, uno tiene que ser un poquito más disciplinado”.

La elección de su especialidad fue gracias a sus pasiones

Para cuando llegó el momento de especializarse, la doctora Flaminia decidió combinar su amor por la estética y lo científico. Pese a las diferentes opciones de especialidad, ella optó por la cirugía plástica.

“Aunque a veces lo critican, para mí tiene muchos pros en la ayuda a las personas y se ajustaba a lo que quería de mi especialidad. Uno sí ayuda bastante a las personas, aunque se vea como un campo superficial”, explica. “La apariencia física está muy ligada al bienestar y la autoestima general de las personas, porque el ser humano siempre ha buscado sentirse aceptado por sus semejantes y sentirse amado. A través de pequeños arreglos ellos sienten que encajan mejor, se les sube la autoestima y, por lo tanto, rinden mejor y son personas más felices”.

Como ella lo define, su trabajo se enfoca principalmente en buscar esa felicidad para sus pacientes. Resaltar el atractivo personal desde el punto de vista emocional es importante para ella. Enfoca su trabajo en realizar, únicamente, los cambios que el paciente cree que son necesarios para ayudarle física y emocionalmente.

“Cuando un paciente me dice ‘¿usted que me haría?’, yo sé que hay doctores que tal vez lo dicen, ‘hágase esto y esto’. Porque lo ven como negocio. Y yo siempre me he ido más por el lado emocional. Si yo le sugiero a la persona algo que para ellos no es problema, luego lo van a estar pensando y se va a volver problema, y yo lo que en verdad quiero es que mis pacientes se sientan bien”.

Foto: Cortesía de Flaminia Villagrán

Ella es consciente de que todos podemos pensar en algo que nos molesta de nuestra apariencia física. Por esa razón, prefiere enfocarse únicamente en lo que los pacientes quieren modificar.

Recientemente “vino un paciente y me dijo hasta con pena, ‘doctora, es que usted no me lo va a crear, pero realmente me siento con mucha más confianza, antes no dejaba que me tomaran fotos y ahora sí dejo que me tomen fotos, estoy feliz’. Le cambia todo el autoconcepto que la persona tiene de sí misma, como que uno les devuelve un poco la ilusión que tienen en la vida, creo que eso es lo más bonito y lo más satisfactorio”.

Procedimientos estéticos al alcance de más personas

Ya sea por medio de sus clínicas o por su línea de productos, Glow by Dra. Flaminia, busca que todos tengan una oportunidad de realizar un cambio si así lo quisieran.

Ella explica que su emprendimiento “es por facilitarle la vida a los pacientes, con productos que sí sirven, de bajo costo y con lo que sí van a ver diferencias. Mi idea es que mis tratamientos sean accesibles y que tengan mi garantía, sabiendo que va a funcionar”.

Para lograrlo, además, ha trabajado en un programa de televisión en Guatemala. Este ayuda a generar confianza en los procedimientos estéticos como los que ella realiza. Su propósito general es romper con los estigmas de los procedimientos estéticos y reforzando la idea de que todos pueden tener una oportunidad.

“Existe miedo en los procedimientos estéticos, más que nada por falta de información. Con el programa vamos poco a poco resolviendo algunos de esos mitos. Hacemos procedimientos en vivo y testimoniales de quien ya se lo ha hecho, para que se vayan dando cuenta de que es algo que a la larga sí los puede ayudar”.

Ha luchado contra estereotipos de género

En 2023, la revista Forbes en su Woman Summit eligió a la doctora Flaminia como una de las mujeres más poderosas de Latinoamérica. Su compromiso hacia sus pacientes y la lucha personal que ha realizado para lograr sus metas son reconocidas después de un incansable esfuerzo.

A lo largo de su carrera y de su vida, ella también tuvo que enfrentar diversos retos con los que muchas mujeres se enfrentan diariamente. Hubo muchas personas que la cuestionaron por sus elecciones profesionales, argumentando que cómo podría formar una familia si trabajaba. Sus experiencias la han llevado a enfocar parte de su trabajo al apoyo a las mujeres de su país. Con diversos programas que las impulsan a superar trabas como a las que ella se enfrentó.

“Las mujeres no tienen por qué victimizarse… si una se decide por salir adelante y realmente esforzarse le espera un mundo mucho más bonito y uno puede crear lo que quiere crear en el futuro”. Por eso, cuando le preguntan “¿cuál es la mujer a la que más admiras?”, ella contesta, “a todas las que se levanten a trabajar por su familia”.

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