Seguramente has escuchado del interiorismo, una disciplina que se encuentra a la mitad de camino entre la arquitectura y la decoración. Abarca desde cómo se distribuyen los espacios, el mobiliario adecuado, los textiles, las piezas de arte y, lo sepas o no, la iluminación en el hogar.
Hacer que un espacio se sienta acogedor depende de muchas cosas, entre ellas, la luz, que acompaña a todos los demás elementos. ¿Has notado lo incómoda que resulta una iluminación intensa y blanca si lo que buscas es relajarte o cómo una lámpara puesta en el sitio adecuado puede hacer que tu cuadro se vea digno de una galería de arte?
Todo eso se debe a los efectos de la iluminación y no solo en el estado de ánimo, sino también en la capacidad que tiene para potenciar los detalles de los objetos, los muebles o las obras de arte, pues da volumen, calidez, forma, textura y, en resumen, vida.
Diferentes tipos de iluminación en el hogar
No es lo mismo la luz natural que la artificial, ni es el mismo efecto el de un foco de una lámpara de mesa que el candelabro de la sala. Hay que “diseñar” la iluminación de acuerdo con la estética y funcionalidad que se le va a dar a un espacio; es por eso que se divide en diferentes tipos: general, puntual (o de foco), de ambiente (o exposición) y decorativa.
1. General
Ilumina todo el espacio de manera uniforme, sin contraste de sombras. Se consigue con un solo punto de luz situado en el centro de la habitación. Lo ideal para esta necesidad son las lámparas de techo.
2. Puntual
Es complementaria. Es para iluminar un área específica; un buen ejemplo son las lámparas de escritorio o las de pie, que generalmente acompañan la lectura o una tarea en particular, como maquillarte, coser o trabajar. Puedes usarla en la esquina de la habitación.
3. Decorativa
Como su nombre lo dice, busca resaltar objetos del espacio y darles drama y personalidad. Es muy usada para enfatizar cuadros, esculturas, muebles, árboles y fuentes (en el caso del jardín).
4. Ambiental
Está pensada para crear cierto ambiente y nunca tiene la intensidad de la general. Piensa en una lámpara de sobremesa o de pie en tu recámara, que lo que hace es generar un ambiente cálido y relajado, muy necesario para la hora de dormir.
¿Qué tipo de luz usar en cada espacio?
- Estudio: luz blanca y fría para el escritorio, y complementa con una lámpara de pie junto a un sillón de lectura.
- Recámara: luz cálida para dormir (lámpara de mesa), y luz brillante y fría (iluminación general) para despertar armónicamente.
- Comedor: luz cálida general. Prueba con candelabros o lámparas de techo. Ubícalas arriba de la mesa.
- Sala: luz amarilla y cálida. Acompaña con una lámpara de pie o una decorativa empotrada en pared.
- Baño: luz blanca y fría. Los focos LED son opción. Los espejos con luz incluida son ideales como complemento.
- Cocina: luz brillante y blanca. Busca focos LED de alta definición. Así podrás trabajar mejor al cocinar.