Con las redes sociales en su auge máximo, han surgido miles de influencers y creadores de contenido dedicados a proporcionar sugerencias de productos de todo tipo. A través de reseñas y dinámicas de compra, transmiten a sus seguidores las impresiones que ciertas cosas les generando, causando en la audiencia un impacto que influye directamente en su decisión.
Esto sucede de una manera casi imperceptible y no es algo nuevo, desde siempre ha existido esta relación con la publicidad. Anteriormente con los comerciales, evolucionando al internet y los “influenciadores”.
En un dramático giro y en medio de lo que podría considerarse como un “exceso” de información y ofertas, surgió el ‘deinfluencing‘, una tendencia que apuesta por disminuir el consumo e invita a conocer cuáles son sus beneficios.
‘Deinfluencing’, la tendencia en contra del consumismo
Si bien es cierto que cada persona tiene autonomía ante lo que hace con su capital, también lo es que nuestras dinámicas de consumo se ven influenciadas por lo que nos rodea. Seamos o no conscientes de ello, al menos una vez alguna de nuestras compras ha sido resultado de la opinión que alguien más inculcó en nosotras.
Con los miles de influencers que hay ya en todo el mundo y en todas las plataformas, llegó un momento en el que simplemente fue demasiado, dando paso a cuestionarnos si realmente son necesarios todos estos productos. Luego vino la pandemia, que nos obligó a replantearnos varios aspectos de la vida, incluyendo el consumismo con el que nos manejamos, los contenidos a los que accedemos y las personas a las que escuchamos.
Fue así como surgió el ‘deinfluencing‘, irónicamente en TikTok, la misma plataforma que en los últimos tres años fue el trampolín perfecto para que nuevos “influenciadores” encontraran su espacio. Esta tendencia aborda la posibilidad de dejar de ir a la par del consumismo y su veloz paso, en el que diariamente se “bombardea” con nuevos productos, actualizaciones y tendencias.
Básicamente el ‘deinfluencing‘ se maneja bajo la premisa de encontrar las razones por las que NO necesitas adquirir cierto artículo. Los contenidos pretenden dejar de ser enfocados a “por qué debes tenerlo” a “por qué deberías replantearte la compra”.
Ventajas y desventajas de este trend
Por supuesto que esto tiene el potencial de ser catastrófico para quienes se dedican a crear material enfocado a aumentar las ventas de cierta marca, lo que ciertamente es uno de sus fuertes para poder capitalizar su imagen. Sin embargo, el ‘deinfluencing‘ beneficia a tu cartera en primer lugar, pues si decides detenerte a pensar si realmente es algo que te será funcional o te es necesario, o solo es algo que crees que no puedes dejar pasar, te ahorrarás ese presupuesto.
Esta dinámica es también una forma de autocuidado, parando a analizar que no pasa nada si no sigues todas las tendencias que surgen por hora, y que eso no impacta negativamente tu vida. Ambos aspectos responden al contexto social y económico que atraviesa el mundo entero, además de que incluso es una forma de hacer lo propio para no contribuir al acelerado deterioro que sufre el planeta por los excesos de producción.
Ahora, esto no quiere decir que cualquier compra innecesaria que hagamos esté mal, ya que eso igualmente tiene que ver con el autocuidado. El saber que no tiene nada de malo gastar nuestro dinero como mejor nos parezca, y que los llamados “gustos culposos” son tan válidos como cualquier otra cosa.
Se trata más bien de lograr distinguir cuando realmente estamos interesadas en algo, y no solo estamos respondiendo a un incentivo, que puede ser por el miedo a quedar fuera de lo que está de moda o por confiar ciegamente en lo que se reseña de cualquier producto, sin considerar que esa información está diseñada especialmente para ese propósito, comprando de forma consciente y responsable.
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