Terminar con la belleza física de las víctimas, una motivación tras la violencia de pareja
La violencia de pareja constituye una problemática que requiere de atención urgente, pues durante los últimos años se ha mostrado un incremento alarmante en las cifras de mujeres que son agredidas físicas, verbal y emocionalmente por parte de las personas con las que mantienen una relación sexoafectiva. No hay una sola causa que explique estos datos, ya que la violencia de pareja tiene múltiples motivaciones detrás; aunque están igualmente arraigadas en la misoginia y violencia, corresponden a propósitos específicos del victimario.
Una de ellas es la intención de “terminar con la belleza” de su víctima, influenciado por la idea de mantener el poder sobre ellas. Ataques con ácido, golpizas que culminan en desfiguración, mutilaciones, son tan solo algunas de las huellas que estas agresiones físicas dejan y todas ellas cumplen, a distintos niveles, con la intención de arrebatarles el denominado atractivo físico.
Qué es y en qué consiste la violencia de pareja
El Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz define a la violencia de pareja como un patrón de abusos caracterizado por una serie de conductas coercitivas que consideran maltrato psicológico, abuso sexual, violencia física, económica y matrimonial.
Este tipo de violencia puede presentarse en relaciones de todo tipo, desde el noviazgo, matrimonio, concubinato, de tipo extramarital, entre otras dinámicas, y mayormente es ejercida por parte de hombres hacia mujeres.
De acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud, una de cada tres mujeres ha experimentado violencia de pareja al menos una vez en su vida, mientras que a nivel mundial, el 38% de los asesinatos de mujeres son cometidos por sus parejas sentimentales. Estos datos reflejan parte de la violencia feminicida que azota a diversas partes del mundo.
El feminicidio es el último eslabón en la escala de niveles de agresiones, no obstante, es importante mencionar que no todos los agresores tienen como fin primario terminar con la vida de su víctima. Existen también motivaciones de la violencia de pareja cuyo propósito es perpetuar el poder ejercido en ellas a través de actos que “terminen con la belleza” o atractivo físico que poseen, bajo la creencia de que así pierden valor ante la mirada de terceros.
Arrebatar la belleza de su víctima, entre las motivaciones de la violencia física de pareja
La violencia de pareja por razones de género está motivada por numerosos factores, la gran mayoría de ellos derivan de la misoginia y machismo incrustado en la sociedad históricamente. Muchas de las razones detrás de ataques físicos hacia las mujeres por parte de su pareja son influenciadas bajo el deseo de querer atentar directamente contra la apariencia física de la persona, con golpes, ataques con sustancias o herramientas que causen cicatrices permanentes o mutilaciones, de modo que se le arrebata una parte primordial de quienes son.
Un ejemplo son los aspectos que consideran las reformas a la ley ácida, que según un boletín emitido por el Congreso de la Ciudad de México, conllevan gravedad simbólica, física y emocional. Estas lesiones causan daño interno y externo, pudiendo ser temporales o permanentes dependiendo de la intensidad.
Por su parte, un artículo de la Universidad de los Andes de Colombia explica que reconocer estas intenciones detrás de los ataques es también concientizar sobre los daños ocasionados a las diferentes esferas de la vida de las mujeres que sufren estos ataques, además de validar la manera en que interfiere en la salud individual de la víctima, en el sentido físico y psíquico.
Las agresiones físicas de pareja son un problema estructural que requiere de pronta atención, para facilitar a las víctimas planes de acción y reparación del daño, además de establecer protocolos de prevención al nombrar las lesiones estéticas como otro de los síntomas de la violencia de género y feminicida que sufren miles de mujeres a diario.
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