La cantidad de víctimas de feminicidio es abrumadora; en México cada día son asesinadas 11 mujeres. Debanhi, Ariadna Fernanda, Lidia Gabriela, Lesvy, Abril, Ingrid y Vari son algunas de las víctimas que nos han arrancado. Los casos son tantos que yo también conocí a una de ellas y me duele su historia, su muerte y la injusticia.
Vari, como le decíamos y como la llamaré por petición de su familia, era hija, nieta, sobrina, tía, prima y diseñadora y fue asesinada por su novio luego de regresar a su departamento tras un día pesado de trabajo. Es una víctima más de feminicidio.
Hoy quiero contar su historia, quiero que esta columna sea un memorial y un recordatorio de que nadie callará nuestras voces y que si lo llegan a hacer, las demás gritaremos y lucharemos por ellas. Por Vari, por ti, por mí, por NOSOTRAS.
Conocí a Vari cuando teníamos 15 años, era una chica introvertida con pocas amistades, la mayoría eran hombres pues aseguraba que le costaba socializar con las mujeres. No éramos amigas, pero teníamos conocidos en común y eso hizo que nos volviéramos cercanas un tiempo.
En ese entonces Vari tenía un novio que estudiaba con ella la preparatoria, un chico muy extrovertido y aventurero. Estuvieron juntos más de 5 años, su relación era linda, siempre estaban juntos y hacían un gran equipo, pero cuando entraron a la Universidad comenzaron a alejarse y decidieron terminar.
Vari decidió estudiar diseño gráfico, era muy creativa y amaba las tipografías, era la niña de los plumones; sus libretas, su mochila y su recámara estaban llenas de frases en letras originales de todos colores.
Poco antes de terminar la Universidad, Vari decidió comenzar a trabajar para independizarse, se fue a vivir con un par de roomies que no conocía, de esos que encuentras por redes sociales. Ella llegó a un departamento con una chica y un chico que buscaban un tercer inquilino para dividirse la renta.
Al poco tiempo ella y el chico roomie comenzaron a conocerse mejor y a compartir tiempo, a salir a dar la vuelta hasta que se enamoraron, así que decidieron buscar otro departamento para vivir juntos. En ese tiempo, Vari se alejó mucho de todos, aunque puede ser comprensible pues cuando se estrena pareja, normalmente se quiere estar pegado a ella.
Así que a partir de esa época yo solamente sabía de ella por las redes sociales y no era de publicar tanto y menos cosas personales, sus muros estaban llenos solamente de fotos de sus diseños y de lugares a los que viajaba. Pero en el cumpleaños de un conocido en común volvimos a coincidir y la noté extremadamente delgada y con la mirada triste.
Aunque me dijo que estaba muy bien y que su vida era feliz, no la sentí igual, sus ojos habían perdido ese brillo que los caracterizaba. Para ese momento ella ya llevaba dos años de noviazgo con el roomie.
Y lo siguiente que supe de ella fue que la habían matado. La noticia me estremeció, yo me enteré mucho tiempo después, pues su familia quiso hacerlo todo discreto debido a que esperaban a que atraparan a su agresor.
Ella no publicaba mucho en redes sociales, por eso no noté que tenía mucho tiempo que no veía un posteo suyo y ya estábamos alejadas. Una noche que fui a cenar con unos amigos fue cuando me enteré lo que había pasado. Ellos solamente sabían que había sido asesinada y que el novio estaba desaparecido, no tenían más detalles.
En ese momento yo traté de localizar a su familia para darles mis condolencias y visitar la tumba para despedirme de ella, pero no tuve respuesta, incluso su familia se mudó y cambiaron sus números. Años después su prima me recibió y me contó lo que había pasado… Vari vivía una relación violenta con su pareja pero en silencio.
No era feliz, no estaba bien, pero no se lo dijo a nadie. Lo supieron porque encontraron un escrito en su computadora que hizo cuando peleó con su novio y él la había golpeado por primera vez.
Sus compañeros del trabajo aseguraron que presentían que la pareja de Vari era muy celosa, pues ella se angustiaba mucho los días que se retrasaba y salía más tarde de su hora, aunque lo justificaba diciendo que era porque le daba miedo regresar a casa sola en la noche.
El día que la asesinó su novio fue de esos días que tenía cierre laboral y debía quedarse hasta terminar. Ella salió de la oficina corriendo, tomó un Uber y se marchó diciéndole a sus compañeros que los veía al día siguiente, lo cual no sucedió.
A partir de ese momento no se sabe qué pasó y por qué. Los vecinos escucharon una discusión pero para ellos no fue señal de alarma porque aseguraron que Vari y su novio se la vivían peleando. El secreto de Vari se quedó encerrado en las paredes de ese departamento.
Nadie vio salir al novio, pero las cámaras del edificio lo captaron huyendo a la mañana siguiente, sin maletas ni nada. Tranquilo salió del edificio y esa fue la última vez que se supo algo de él.
Vari no llegó a trabajar y tenía horas que no respondía los mensajes, pero las alarmas se encendieron para su familia hasta la noche, cuando ni el novio ni ella respondían, como si se los hubiera tragado la tierra. Así que la mamá decidió ir al departamento, el portero le dijo que el hombre había salido temprano a trabajar y que a Vari no la había visto en todo el día.
La señora tenía llaves de emergencia que no pensó usar jamás, menos así, pero su corazón sabía que algo le había pasado a su hija, pues jamás hubiera faltado al trabajo sin avisar. Abrió la puerta del departamento y vio la escena más aterradora de su vida: Vari estaba muerta sobre un charco de sangre.
La necropsia precisó que Vari recibió 11 puñaladas con un cuchillo de cocina, el cual fue encontrado después lavado y acomodado entre los demás del trinchador. ¡Fue feminicidio!
Su novio la había asesinado en una de sus tantas peleas violentas y había huido. Ni los padres del agresor sabían, supuestamente, su ubicación o lo que había pasado. Él se fue sin nada, incluso dejó hasta su celular en el departamento. Fue por eso que la familia de Vari no quiso decir qué o quién la había matado, con la esperanza de que nadie alertara al asesino.
Pues trataron de hacerle creer a los padres del asesino y a la demás gente que sospechaban de un robo que había terminado mal. Sin embargo, nada funcionó pues hoy, después de años de que Vari fuera asesinada por su novio, no hay justicia.
La familia de Vari, como la de muchas familias de víctimas de feminicidio, se ha vuelto investigadora, ya que las autoridades no pueden dar el seguimiento que el caso merece porque están rebasados de trabajo, o al menos eso es lo que les dicen.
Pero hoy el feminicida de Vari está libre, disfrutando la vida como si no hubiera cometido un delito, mientras una mujer fue asesinada por un arranque de celos y una familia necesita justicia.
Es sórdido saber que conocí a una víctima de feminicidio, es aterrador saber que le puede pasar a cualquiera, que la próxima podría ser yo.
El hombre que Vari amaba fue el que le robó la paz, la felicidad y el brillo en los ojos para al final terminar por quitarle la vida. Ella se fue en silencio pero hoy quiero que su voz resuene pidiendo justicia.
- A nivel global, se calcula que 81,100 mujeres y niñas fueron asesinadas intencionalmente; dicho número se ha mantenido sin cambios en la última década.
- La mayoría de los asesinatos de mujeres y niñas están motivados por el género, es decir, son feminicidios.
- Cerca de 45,000 mujeres y niñas de todo el mundo fueron asesinadas por sus parejas u otros familiares.
- En promedio, más de 5 mujeres o niñas son asesinadas cada hora por alguien de su familia o su pareja.
- 45,000 feminicidios en todo el mundo en 2021:
- 17,800 en Asia
- 17,200 en África
- 7,500 en América
- 2,500 en Europa
- 300 en Oceanía
Fuente: Datos oficiales del estudio “Feminicido” del 2021 realizado por la Oficina de las Naciones Unidas (ONU Mujeres).
En memoria de Vari.
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