“Llévalo a la luna por mí”, es el meme que mejor me representa en este momento de mi vida, pues mis últimos ex novios decidieron casarse y formar familias inmediatamente después de romper conmigo, tal parece que soy algo así como el “pase al compromiso”. ¿Te sientes identificada?
Estoy hablando de 5 ex parejas, no son pocas, que después de terminar conmigo decidieron comenzar otra relación y no tardaron en comprometerse o en tener hijos. Pero hay un común denominador en todo esto, además de mí, por supuesto, y es que atraigo o conecto con hombres que buscan estabilidad y relaciones serias, muy serias. Esto siempre ha sido así desde que comenzaron a gustarme los chicos.
Cuando estaba por cumplir 15 años me hicieron mi primera propuesta de matrimonio, un novio que tenía de la infancia, que más bien era como un hermano mayor con el que crecí y que me cuidaba, el cual me llevaba 5 años. Entonces cuando llegó el momento que seleccionara Universidad, decidió irse a Guadalajara y por eso me pidió casarnos para “llevarme” con él. Era una locura, yo no había ni acabado la secundaria y ni siquiera éramos una pareja real, éramos niños.
Pero él se decidió a hablar con mis papás para “pedirles mi mano” y luego conmigo para proponerme casarnos. Así que desde entonces he atraído a este tipo de chicos, que lo quieren todo a los dos segundos, que viven el amor con toda intensidad.
El choque es que yo siempre he huído de los compromisos amorosos tan formales porque soy un alma muy libre y que, ante todo, prefiere la soledad. Aunque la única vez que lo intenté, que comencé a formar un hogar con alguien, la infidelidad se coló a mi casa como humedad y terminó por sacarme corriendo de allí.
Y luego de ese episodio traumático, menos quise establecer cosas tan serias, pero como seguía relacionándome con hombres que “traían el vestido de novia en la cajuela”, es por eso que al terminarlos, ellos encontraron a la persona que sí vibraba en su mismo canal.
Esto me llevó a reflexionar en terapia si realmente esos chicos soñaban con formar un hogar y una familia conmigo o lo querían hacer con quien fuera, con quien se dejara, por eso la prisa. Y si así lo fue, entonces estuvo bien no apostar por eso porque no éramos el uno para el otro.
Pero también es cierto que todas estas relaciones me hicieron darme cuenta de que yo no quería construir nada y, tiempo después, que el motivo era porque no había llegado la persona que me diera las ganas, que me inspirara a hacerlo a pesar de tener miedo.
Y hoy que esa persona llegó o yo llegué a ella, es que sé porqué no funcionó con los demás chicos que ahora viven felices con sus esposas y sus familias. Además me regresó la confianza y la certeza de que las conexiones mágicas sí existen, de que sí las merecemos y de que sobreviven ante el miedo, la incertidumbre y la torpeza. Así que me siento feliz de ser el “pase al compromiso” de mis ex novios para hoy estar construyendo mi propio compromiso, muy a mí manera, a nuestra manera, con el chico que se robó mi corazón entero.
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