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Que los colores no nos definan, las ideas sí

El otro día platicaba con una de mis mejores amigas que ser mamá es como si te quitaran 100 curitas del cuerpo al mismo tiempo, sin avisarte… y cada 10 minutos del día por el fin de los tiempos.

La realidad es que la maternidad te enfrenta con tu “yo” interior… con tus cicatrices más profundas, con tus inseguridades mas enterradas, con tu programación del inconsciente. Quien haya probado la ayahuasca me entenderá que es un similar a un psicoanálisis profundo y directo a la yugular: ríes y lloras al mismo tiempo y la mayoría de las veces no entiendes nada, y solo sientes que la ola te revuelca mientras tú te agarras el bikini para no salir encuerada aunque traes arena hasta en el iris.

Yo me he enfrentado a mí misma muchas veces desde la concepción y nacimiento de mi hija Rafaela. Me he enfrentado a mis miedos, he visto como jamás antes mis inseguridades, he cuestionado mi crianza, de Navidad a la misma humanidad, y he roto muchos paradigmas que traía tatuados en el ADN.

Los colores no nos definen

Una de las primeras decisiones que tomamos fue no perforar los oídos de Rafaela… la siguiente decisión fue tomar la premisa que Rafaela tenía que estar cómoda y feliz con lo que vistiera para que pueda jugar y desarrollarse sin que su vestimenta sea un impedimento para que explore y juegue.

Dicho lo anterior, un tema lo de los aretes. Al parecer la sociedad no percibe a una niña como mujer a menos que traiga aretes, entonces he discutido por los “no aretes” con miembros de mi familia y público en general, desconocidos, etc., por dejar esa decisión de perforarse a ella; ya sabrá ella que hacer porque unos aretes no la definen, incluso sus genitales no lo harán si elle lo decide así.

Seguimos entonces con el tema de la ropa, que no saben mis corajes. Primero “sección de niñas”: todo rosa, con princesas, unicornios, pasteles, etc. Luego, “sección de niños”: todo azul, dinosaurios, coches, deportes, etc. ¿De verdad?

Gente, en pleno 2023 estamos pensando que las niñas “deben” vestirse de rosa y los niños de azul, ¡wow!

No hemos evolucionado nada entonces, porque si no nos queda claro que los colores no nos definen estamos destinados a extinguirnos y probablemente sea lo mejor por tener un cerebro tan cuadrado.

No saben mi frustración, enojo, indignación, y demás al enfrentarme con esto. Decidí entonces meterme a ambas secciones y comprar para Rafaela lo que me gustaba y que sentía que cumplía las funciones que anteriormente les conté que desde mi perspectiva son importantes para su desarrollo integral. No solo desde el área motriz, sino en el área emocional, recreativa, social e intelectual.

Busquen la paz mental de sus hijos

Si ya tomamos la decisión de criar, debemos hacerlo desde un lugar de apertura, empatía e integridad, no desde un departamento que separa a los niños de las niñas por colores y prejuicios de gustos y preferencias mal infundados.

A los papás: busquen el balance emocional de sus hijes, su paz mental y su felicidad, no los encasillen en estereotipos sin sentido que se han hecho ley mas por la tradición que por la racionalidad. Que no les importe si se quieren vestir de rosa o pasteles o si una niña quiere disfrazarse de dinosaurio, no seamos primitivos y sigamos pensando igual que hace 50 años.

Los colores no nos definen, pero las ideas y la libertad sí.

Con cariño,
Gina

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Gina Ortega Gina Ortega

Su pasión por la moda la llevó a fundar High On Fashion, blog de moda, belleza y estilo de vida. Además, es Fashion stylist y asesora de celebridades. Por su estilo se ha convertido en referente de la moda femenina. 

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