La muerte de un hijo deja una huella imborrable. Quienes acompañan a su madre en este proceso, deben hacerlo cuidadosamente.
Perder a un ser querido siempre será una experiencia dolorosa, pero la muerte de un hijo o una hija produce un dolor mucho más profundo que podría alargarse por años. Muchas mamás lo definen como “estar muerta en vida”.
Lamentablemente no existe una fórmula para afrontar una situación como esta. De por medio, hay muchas emociones y sentimientos que solamente la persona involucrada puede entender y aprender a sobrellevar.
Familiares y amigos tampoco saben muy bien cómo reaccionar. Sin embargo, hay algunas recomendaciones que pueden seguir para brindarle apoyo a una madre que se encuentra en un momento de duelo.
El duelo de una madre tras la muerte de un hijo
Engendrar a un hijo, verlo crecer y acompañarlo en cada uno de los momentos más importantes de su vida puede ser, para muchas mujeres, la experiencia más enriquecedora que pueden vivir. Pero, ¿qué pasa cuando esa cotidianidad, las expectativas e ilusiones se ven interrumpidas por la muerte?
En múltiples disciplinas y creencias religiosas se considera que, en el orden natural de la vida, es normal que un hijo sea el que le dé sepultura a sus padres.
Lamentablemente, no siempre es así. Todos los días, hay papás y mamás que deben transitar por la desgarradora pérdida de un hijo.
Este duelo es más doloroso y prolongado, y comúnmente son las madres quienes más sufren esta partida. “La muerte de un hijo es muy traumática. No hay manera de consolar a la madre. Básicamente el padre está paralizado, pero ellas tienen una crisis indescriptible. Este es el más difícil de todos los duelos”, explica, en entrevista la psicoterapeuta Lilia Valdés de Pankowsky.
Y es que existen muchas razones por las que las mamás resienten más esta pérdida: por ejemplo, porque la relación entre ambos seres supone un amor incondicional. Igualmente permanece esa continua ilusión de verlo o verla crecer y cumplir todos sus sueños; pero, cuando esto desaparece a causa de la muerte, todo alrededor de la madre se derrumba.
En estas circunstancias, surgen tres tipos de reacciones, describe la especialista: “la primera es la negación, es decir, la madre no cree que su hijo o hija haya muerto; posteriormente viene la negociación, en donde la mujer aún cree que su hijo puede ser salvado o que alguien puede ayudarlo; y, finalmente, llega la aceptación, en la que se da cuenta que, desafortunadamente, es una realidad lo que está pasando”.
Aunque su muerte duele sin importar la edad, cuando se trata de un niño o una niña, el duelo es mucho más complicado. “Las mamás se enfrentan a la situación de que sus expectativas nunca se van a cumplir y les parece inexplicable, injusto, antinatural”, apunta.
¿Cómo apoyar a una madre que perdió a un hijo?
En muchas ocasiones, la familia y amigos no saben cómo empatizar con la persona que acaba de perder a un hijo, ya que es bastante difícil dimensionar el sufrimiento por el que está atravesando.
Al mismo tiempo, es común que la mujer no preste ninguna atención a las palabras de aliento o de ayuda que le están ofreciendo; “Hay un bloqueo. Le digan lo que le digan, ella no escucha ni mucho menos cree nada de eso. Piensa (y es verdad) que esa es una experiencia personal que ninguna de las personas que están tratando de consolarla ha conocido”, explica la doctora Valdés.
Ella recomienda: “lo ideal sería no decirle nada y, en vez de eso, es mejor darle un mensaje en un abrazo, tomarle la mano, hacerle saber que está acompañada, que los demás la entienden, a pesar de que no han vivido esa situación. Tratar de consolarla de otra manera, creo, resultaría muy incómodo e indeseable. No es conveniente decirle nada tratando de explicarle la razón por la que su hijo murió. Nadie puede saber por qué ocurrió eso”.
Es importante saber que todos los duelos son diferentes y cada persona lo sobrelleva de manera distinta. Así que es indispensable dejar que cada quien viva su propio proceso y que tome el tiempo que necesite para sanar.
Igualmente, hay que dejar que la madre acepte su dolor y lo exprese como ella necesite hacerlo: lo más común es el llanto y, de acuerdo con la doctora Valdés, es una de las mejores maneras de sobrellevar el dolor.
Por otra parte, el hecho de quedarse con las manos cruzadas puede producir una sensación desagradable entre los familiares y amigos. La especialista nos comparte una frase que podría darle un poco de aliento: “no estás sola, estoy contigo. En cualquier momento, dime en qué te puedo ayudar. Estoy aquí, cerca de ti”. Además, hay que estar al pendiente de su conducta para evitar que ella se aísle.
¿Qué sigue después del duelo?
No existe un tiempo límite para enfrentarlo. Puede durar meses o incluso años y, a pesar de que ya haya pasado la parte más difícil de haber perdido a alguien tan importante, el vacío tras la muerte de un hijo siempre estará presente.
“Por años, estas mamás van a seguir hablando de sus hijos, por lo que les corresponde, tanto al terapeuta, como a sus familiares y amigos, escucharla con mucho respeto y no inhibir su dolor ”, indica la psicoterapeuta.
Es vital darle tiempo y respetar su proceso. Después de unos meses se le puede sugerir que comience algunas actividades que vayan de acuerdo con sus intereses, que regrese también a sus actividades diarias o que tome talleres o cursos. “Esto ayuda mucho porque absorbe su atención y energía. Le permitirá de nuevo controlar algunos trastornos que aparecen después de la muerte de un hijo, como el del sueño o la alimentación”, subraya.
Es importante no invadir a esta mamá con frases que podrían resultar hirientes, como: “fue una decisión divina, acéptalo”; “tienes otros hijos, dedícate a ellos” o “Ánimo. Tienes que estar bien por tus hijos”. Por difícil de creer, estas otras palabras de consuelo que se llegan a escuchar en algún momento, más que ayudarla, podrían llevarla a aislarse. “Hay mamás que pueden manejar el aislamiento, pero hay otras que lo usan para elaborar ideas suicidas y hasta pueden llegar a sentirse culpables de estar viviendo cuando su hijo ya murió. Por eso, es importante tener las palabras adecuadas si se quiere ayudar a una madre en duelo”.
TEXTO Y ENTREVISTA: PALOMA VEGA
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