El embarazo es una etapa muy importante en la vida de una mujer, en la que experimenta cambios físicos y emocionales que marcan una transformación profunda a nivel personal, así como un momento de gran ilusión para el resto de la familia.
También se trata de un periodo que requiere seguimiento médico y cuidados especiales para evitar complicaciones de salud en la madre y el bebé, como es el caso de la preeclampsia, un trastorno caracterizado por la presencia de presión arterial alta y daño a órganos vitales, como el hígado y los riñones, la cual requiere atención médica inmediata.
De acuerdo con la Organización Mundial para la Salud, la preeclampsia y otros trastornos hipertensivos del embarazo son una de las principales causas de enfermedad y muerte materna y neonatal.
En el marco del Día Mundial de la Preeclampsia, conversamos con la Dra. Violeta Guerrero Martínez, gerente de proyectos médico-comerciales en el Laboratorio Médico del Chopo, quien brinda recomendaciones para reducir factores de riesgo y lograr un embarazo saludable y feliz.
¿Cuáles son los cuidados generales que se deben tener antes de embarazarse?
Lo mejor es prepararse, estudiar el estado de salud previo para favorecer las condiciones para un embarazo sano. Algunas de las recomendaciones previas son el control de peso y una revisión general, junto con la realización de estudios de laboratorio para asegurar que todo se encuentra en orden y, en caso de tener alguna infección activa, tratarla oportunamente; también se debe evaluar el riesgo de presentar diabetes gestacional. En caso de tener otras patologías previas, estas deben estar en control para que transcurra de la mejor manera el embarazo.
¿Cuáles son los signos de un embarazo saludable?
Hay varios signos importantes. Uno de los principales es el peso, tanto de la mamá como del bebé; la estimación del peso del producto (bebé en gestación) se realiza mediante los ultrasonidos obstétricos. Otro factor es el crecimiento del bebé conforme avanza la gestación, que también se mide a través de este mismo ultrasonido. En cuanto a la mamá, es importante monitorear varios signos como la glucosa y la tensión arterial, para asegurar que no curse con diabetes gestacional, preeclampsia y otras situaciones de riesgo.
¿Qué exámenes y pruebas de seguimiento se realizan durante la gestación?
El listado es amplio, pero mencionaré los más relevantes. Existen pruebas de rutina y de especialidad. Las pruebas de rutina incluyen una biometría hemática, química sanguínea, examen general de orina, grupo sanguíneo y Rh, y pruebas para detectar infecciones virales y bacterianas, por ejemplo, TORCH, VIH, sífilis, infecciones vaginales, etcétera.
Por otro lado, están las pruebas de alta especialidad que se envían para descartar o confirmar algunas anomalías cromosómicas en el bebé. Esto cobra mayor relevancia en casos en los que las pacientes han tenido pérdidas gestacionales involuntarias previas, donde se realizan estudios como el microarreglo prenatal (microarray prenatal).
También existen otras pruebas que buscan darles más información a los padres, no solo respecto a enfermedades, por ejemplo, podemos hablar de una prueba que determina el sexo fetal en sangre materna.
¿Qué cambios físicos se pueden esperar durante este periodo?
Primero, está el evidente aumento del perímetro abdominal a consecuencia del útero gestante que va creciendo en la medida en la que el bebé va ganando peso y talla. Me gustaría resaltar que el embarazo es un estado fisiológico y es, en su mayoría, saludable. Claro, hay casos de alto riesgo que ameritan muchos más cuidados, pero en general la paciente puede tener su vida normal, siempre y cuando no desempeñe actividades que lleguen a poner en riesgo su vida y la del bebé.
Conforme el embarazo avanza, las mamás van teniendo molestias propias del aumento de tamaño del bebé, porque va ocupando mayor espacio, haciendo que se contraigan los órganos intraabdominales.
¿Cuáles son los signos de alerta que puedan indicar un embarazo de alto riesgo?
Lo más importante en todo embarazo es llevar un control prenatal de la mano del especialista que hayan seleccionado. Él les dará los datos de alarma de manera personalizada de acuerdo con el caso de cada paciente; sin embargo, podemos hablar en términos generales de salida de fosfenos (las pacientes describen ver luces) y acúfenos (zumbido en los oídos), así como salida de líquido transvaginal y dolor abdominal intenso como los más importantes.
¿Qué factores indican un embarazo de alto riesgo y cómo reducirlos?
Algunos importantes son la edad materna, tanto muy jóvenes (adolescentes) como las pacientes mayores de 35 años. Por otro lado, las enfermedades previas juegan un papel importante en el desarrollo de un embarazo saludable. Idealmente, si la futura mamá tiene otras enfermedades de base, éstas deberían están controladas previamente y durante todo el embarazo. En caso de tener infecciones que resultan transitorias, también es necesario que se traten, ya que hay algunas que pueden poner en riesgo la salud del bebé.
¿Hay algún tipo de cuidados, alimentos, suplementos o rutinas que recomiende?
No sería apropiado hacer una recomendación para todas las pacientes debido a que puede haber algunas que tengan necesidades nutrimentales especiales. Sin embargo, buscar una dieta balanceada y eliminar la creencia de que la paciente tiene que comer “por dos” puede ayudar mucho. Los alimentos crudos y las bebidas estimulantes y otras depresoras, como el alcohol, deben evitarse y, por supuesto, fumar está contraindicado. En cuanto a los suplementos, también hay necesidades particulares, pero en general las pacientes deberían tomar ácido fólico para disminuir el riesgo de que su bebé padezca algún defecto del tubo neural. El ejercicio moderado suele venir bien también.
¿Cómo es la preparación adecuada para el parto y qué se debe esperar durante el proceso de recuperación?
Hay muchos cursos psicoprofilácticos y libros, pero creo que es muy importante crear conciencia, no solo en la mujer embarazada, sino en la pareja, sobre el hecho de que es un cambio de vida radical y que hay que prepararse incluso emocionalmente para ese paso. Es decir, no solo se suma un miembro más a la familia y deberán hacer ajustes en su presupuesto, también los ritmos del sueño y el cuerpo de la mujer cambiarán y, por supuesto, el componente hormonal que condiciona esos tan sonados cambios de humor. No todas las mujeres lo viven, pero sin duda es un factor que influye mucho cuando se presenta.
Es muy importante confiar en su especialista tratante y mantener corta flexibilidad y no tan altas expectativas respecto al momento del parto; por ejemplo, la mamá puede tener en mente un parto y, de pronto, es necesario convertir a cesárea, deben recordar que la indicación que su médico les dé en ese momento será la más adecuada tanto para la mamá como para el bebé que está por nacer.
¿Durante cuánto tiempo después del parto se debe continuar con la atención médica?
El alta de la paciente la emite el ginecoobstetra tratante pero, en términos generales, una vez terminado el puerperio (40 días después del nacimiento del bebé), se realiza el alta.
Adicionalmente, hago énfasis en algo de lo que no estamos tan habituados a hablar: hay mujeres que suelen tener depresión posparto o lo desestiman, o sus parejas y/o familias podrían hacerlo. Es necesario pedir ayuda si identifican que no se sienten bien anímicamente, no solo físicamente.
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