Los desórdenes alimenticios, según la definición de Mayo Clinic, son trastornos que se manifiestan en la relación con la comida. Se trata de enfermedades que requieren de tratamiento médico, psicológico y, en algunos casos, psiquiátrico, puesto que afectan significativamente la salud física, mental y emocional de quienes los padecen.
Constantemente se vinculan los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA), con comportamientos cuyo fin único es perder peso; se trata de una percepción errónea. Existen diferentes tipos de desórdenes y numerosos motivos que desencadenan su aparición, lo que reitera la importancia de tratarlos como se haría con cualquier enfermedad.
Especialmente en una época donde el acceso a la información disponible es desmedida y no siempre es completamente confiable.
Conoce algunos datos de los TCA que es indispensable conocer.
Desórdenes alimenticios, enfermedades silenciosas
Pese a que diversas indagaciones han estudiado que la presencia de los TCA data desde la antigüedad, a menudo son catalogados como padecimientos contemporáneos. Para desmentirlo basta con observar el tipo de cuerpos hegemónicamente aceptados años atrás y cómo esto influye en el surgimiento de desórdenes alimenticios.
De esta manera también puede establecerse que los contextos sociales tienen gran impacto en la cantidad de personas que desarrollan estas conductas alimentarias. Tan solo en México, la Secretaría de Salud indica que cada año se detecta un estimado de 20 mil casos nuevos, cifra que no considera a pacientes que todavía no son diagnosticados.
Tampoco indaga aún el impacto que la pandemia por COVID-19 generó en las cifras de TCA. Al respecto, la Revista de Neuro-Psiquiatría de la Universidad Peruana advierte que los casos se dispararon en todo el mundo y abarcaron más sectores de los que son contemplados.
Una investigación realizada por fundación BBVA en 2019 detalla que comprender mejor los TCA facilita el desarrollo de programas de prevención y tratamientos eficaces.
En este sentido, es primordial comprender que los Trastornos de la Conducta Alimentaria no se limitan a la búsqueda de perder peso, sino que influyen numerosos factores, muchos de ellos propiciados por estereotipos impuestos por medios y contenido.
Quienes padecen uno o más desórdenes alimenticios son propensos a presentar complicaciones y daños de tipo cardiovascular, gastrointestinal, dermatológicos, afectaciones en la vista, salud bucal deficiente, deterioro de órganos y condiciones irreversibles.
Aunado a ello, por las lateraciones en el estado emocional, pueden darse casos de aislamiento, complicaciones en la vida de pareja, familiar, amistosa y en relaciones afectivas, así como en el desarrollo profesional o rendimiento escolar.
Datos de los TCA que es importante conocer
1. Cuántos desórdenes alimenticios hay
El Manual Diagnóstico y Estadístico de las Enfermedades Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría reconoce al menos 10 tipos de desórdenes alimenticios. No obstante, se estudia la aparición de varios más, indican publicaciones de la Mayo Clinic y Scielo.
-Anorexia nerviosa. Restringe la ingesta de alimentos por periodos prolongados.
-Bulimia nerviosa. Búsqueda de vomitar cualquier comida ingerida durante el día. Se recurre también a laxantes o medicamentos en exceso.
-Trastorno por atracón. Episodios de ingesta compulsiva recurrentes, suelen estar acompañados de sentimientos de culpa y vergüenza.
-Vigorexia. Obsesión por el ejercicio y cuerpos extremadamente “atléticos”.
-Ortorexia. Patrón de consumir exclusivamente alimentos que sean considerados como saludables, la mayoría de ocasiones, con poco valor nutricional y en cantidades pequeñas.
-Trastorno de la Conducta Alimentaria No Especificado. Combinación de comportamientos derivados de la anorexia y bulimia sin llegar a cumplir los síntomas de cada uno.
-Trastorno por purgas. Uso de métodos para “purgar” o “desintoxicar” el organismo sin que necesariamente se consuman alimentos antes de usarlos. También incluyen el uso de laxantes y medicamentos.
– Alcohorexia. Inanición de comida sustituida con ingestas excesivas de bebidas alcohólicas; algunas veces realizado para “compensar” las calorías del alcohol.
Pueden presentarse dos o más variantes en un mismo paciente.
2. Cuál es el proceso para diagnosticarlos
La Clínica de Bracelona detalla que puede realizarse un autodiagnóstico, lo que no necesariamente quiere decir que los pacientes que detectan estar atravesando un TCA pedirán ayuda.
Ante la sospecha de que se está viviendo un desorden de la conducta alimentaria o alguien cercano lo padece, se requiere de intervención médica, atención psicológica, de ser necesaria psiquiátrica. El tiempo y plan de acción es determinante si se considera que pueden ocasionar la muerte si no se diagnostica puntualmente.
Datos de un boletín emitido por la DGCS de la Universidad Nacional Autónoma de México proyectan que una de cada 5 personas con TCA pierde la vida como consecuencia de desórdenes alimenticios y padecimientos derivados de estos.
3. Qué tratamientos requieren
El tratamiento varía en función de qué tipo o tipos de trastornos se presenten, ya que cada paciente necesitará de un plan específico para su experiencia propia. Atención médica, terapia psicológica y psiquiátrica forman parte del protocolo a iniciar luego del diagnóstico positivo de un TCA. En determinados casos se requiere de medicación e internamiento para recibir cuidados mucho más estrictos.
No existe un tiempo de duración determinado, éste igualmente depende del paciente y el panorama del tipo de TCA que se presente. La contención del entorno de los pacientes es fundamental durante el proceso de recuperación.
Se ha indagado sobre la posibilidad de que estos padecimientos no son curables en la mayoría de los casos, únicamente es posible controlarlos. Sobre esto Karla Edith González, psicóloga e investigadora de la UNAM, afirmó durante una conferencia titulada “Conductas alimentarias de riesgo”, que deben ser consideradas enfermedades crónicas.
4. Cómo se detonan los desórdenes alimenticios
Por lo general, los TCA se detonan como consecuencia del entorno y contexto histórico-social; sin embargo, hay factores adicionales que hablan sobre predisposición genética, rasgos psicológicos, acontecimientos que hayan inferido en la salud emocional como violencia sexual, emocional, maltrato físico o bullying.
Anteriormente se consideraba que la etapa más vulnerable era la adolescencia, de los 12 a 14 años, y principalmente en mujeres. Contrastando a los estudios actuales sobre los nuevos desórdenes alimenticios descubiertos, los cuales pueden afectar a hombres, mujeres y personas no binarias en cualquier etapa de su vida. Incluso se han presentado casos en la niñez, a partir de los 5 años.
Sigue leyendo: ¿Cuál es la diferencia entre perder peso y perder grasa?
Comentarios.-