Las emociones son una parte fundamental de nuestras vidas, pero con frecuencia las subestimamos o ignoramos su variedad y el impacto que tienen en nuestro día a día. Tras adentrarse en este intrincado terreno la periodista e ilustradora colombiana Amalia Andrade, quien ha vendido más de un millón de ejemplares con sus obras, lanza “No sé cómo mostrar dónde me duele”.
A través de anécdotas personales en las que las palabras se entrelazan con lo visual, la autora repasa la tristeza, la esperanza, la decepción, la alegría, la sorpresa, el tedio, los celos, entre otras emociones tan comunes como complejas.
El desarrollo de ‘No sé cómo mostrar dónde me duele’
Platicamos con Andrade, quien nos habló sobre el desarrollo de este nuevo libro que resultó un verdadero desafío e incluso pensó en no escribirlo, en desistir. “Es un libro que a mí personalmente me costó mucho hacer, porque bueno, el tema es muy difícil, las emociones son un tema muy difícil. Y también porque estaba atravesando como por momentos muy duros de mi vida personal, también con muchos cuestionamientos con respecto a mi práctica y a cómo quería o qué tipos de libros quería escribir”, comenta.
Pero, a medida que se sumergía en las profundidades de las emociones, encontró una forma única para dar luz a este proyecto, al incorporar fotografías de su autoría y también darle un rol protagónico a las ilustraciones dentro de la narrativa. “Hay cosas que para las cuales la palabra no alcanza y la imagen es en cambio perfecta”, revela.
Abrazar la vulnerabilidad
En esta ocasión la autora de bestsellers como “Uno siempre cambia al amor de su vida” se muestra más vulnerable que nunca. También significó hacer algo diferente y tomar riesgos, como recuerda. “Para mí era una preocupación muy grande sentir que después de que hice libros tan llenos de humor y tan llenos de otras cosas, que la gente lo sintiera muy sombrío. Y hubo un momento en que ya simplemente me di cuenta que esto era un sesgo. Entonces, sí hay muchísima más vulnerabilidad, pero abrazo esa vulnerabilidad. También me daba miedo, pero ahora me parece bonito”.
Andrade, quien investigó arduamente sobre el tema, plantea la dificultad para relacionarse con las emociones como un tema universal. “Hay personas que les cuesta más y hay personas que les cuesta menos, pero a mí me pasaba que yo sentía que el dolor me iba a tragar y yo me iba a perder (…) y es un miedo que todos manejamos en diferentes intensidades”, señala.
Atravesar las emociones
En cada página podemos encontrar aprendizajes y vernos reflejadas aunque tengamos historias de vida muy diferentes, porque ¿quién no ha tenido miedo de sentir en algún momento?
Para la escritora una de las grandes lecciones que ha tenido es que “por un lado, mis emociones no me pueden matar, son mis emociones, y por otro lado yo puedo atravesarlas. No las tengo que resolver. No las tengo que apagar. Lo que tengo que hacer es atravesarlas. Y eso yo creo que a mí me cambió muy profundamente y creo que eso también se nota en el libro”.
Pero no solo se trata de un asunto estrictamente personal, también lo expone como algo social, pues vivimos en un entorno que tiende a desconectarnos de nuestras emociones, especialmente las difíciles o incómodas y aboga por una educación emocional más profunda y compasiva; espera que su libro contribuya a este cambio.
Adicionalmente, Andrade reconoce la influencia del patriarcado, resalta la importancia de tomar conciencia de las violencias que enfrentamos y replantear el paradigma de bienestar y salud mental.
Hay que derribar esa “falsa idea de que la emocionalidad, en la que el mundo emocional se le adjudica a las mujeres y tristemente como es adjudicado a las mujeres, entonces es menos importante y es una cualidad en detrimento de esa persona (…). Este libro nos reivindica y reivindica la emocionalidad como un poder enorme de las mujeres y reivindica la emocionalidad sobre todo una revolución en vez de algo malo”.
“No sé cómo mostrar dónde me duele”, publicado por Planeta, es una invitación a comprender las emociones y reivindicarlas, en lugar de reprimirlas o resolverlas. “Espero que el libro ayude un poquito a que entendamos el mundo de las emociones”, concluye.
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