Así fue salir con alguien que tenía eyaculación precoz

Esta historia sobre la eyaculación precoz comienza un viernes de invierno por la noche, cuando fui al cumpleaños sorpresa de una de mis amigas, organizado por su novio que me cae pésimo por patán y que, por lo tanto, fue el peor anfitrión.

Luego de un par de horas le mandé WhatsApp a otra de mis amigas para que me rescatara y me llevara a cenar, porque el anfitrión no nos dejaba probar los bocadillos y las bebidas, porque según él había que esperar. Nunca supe qué esperábamos, supongo que ser menos porque el tacaño invirtió poco y todo faltaba. En fin. 

Llegó mi otra amiga por mí, bendita que siempre me rescataba de todo, y fuimos a comer pizza y tomar cerveza cerca de mi casa. En el lugar estaba celebrando su cumpleaños un hombre de esos que es inevitable que no voltees a ver.

Foto: Pixabay

Así que desde que llegamos, mi amiga y yo le echamos “el ojo”, pues era un tipo que se veía porque se veía: alto de 1.85, musculoso y muy guapo. Mi amiga juraba que era idéntico a Gerard Butler (el protagonista de la película “Los 300”), si no sabes de quién te hablo, por favor, Googléalo. 

Recuerdo perfecto lo que llevaba puesto: una playera básica negra de cuello redondo y manga corta que resaltaba sus enormes músculos de los brazos y un pantalón de gabardina color café claro que no le quedaba apretado; sin embargo, resaltaba sus pompas espectaculares. 

Nos gustó tanto a las dos, pero yo siempre he sido más aventada, que le dije que fuéramos a felicitarlo, no podíamos dejar pasar esa oportunidad. Y cuando él fue al baño, lo interceptamos para hablarle. Noté que se sonrojó al hacerlo, por lo que pensé que era tímido. 

Foto: Pixabay

Terminamos compartiendo los WhatsApps y quedamos en salir después a “festejarlo”. La sorpresa fue que horas más tarde, cuando yo ya estaba en mi casa lavándome los dientes, me escribió y se armó vernos esa misma noche para el after party improvisado. 

Me lo había ligado, ¡qué suerte! Fuimos por otra cerveza y platicamos lo básico para comenzar a conocernos hasta que nos cerraron el lugar, entonces le propuse seguirla en mi casa, estábamos a dos pasos. 

Y pues sí, el date terminó justo donde se imaginan: en la cama, pero la eyaculación precoz fue la primera en llegar y arruinar esa noche. Él apenadísimo se disculpaba; yo le decía que estaba bien, que seguramente eran los nervios de que no nos conocíamos o las cervezas. 

Foto: Pixabay

Esa noche, el acto duró menos de un minuto, duró menos del coro de la canción que escuchábamos y como era la primera vez que me pasaba, no supe qué hacer y él también se quedó petrificado. Así que nadie terminó feliz, literal. 

La eyaculación precoz es un tema incómodo; sin embargo, es más común de lo que imaginamos, pues 1 de cada 3 hombres la han padecido en algún momento de su vida, según Mayo Clinic.

Vayamos por partes… Primero hay que derribar los mitos de que una relación sexual es larguísima. El coito dura 5.4 minutos en promedio, según un estudio realizado por el médico Marcel D. Waldinger y difundido por la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos. 

Y se considera eyaculación precoz cuando el coito dura menos de 1.5 minutos, según un estudio realizado por el psicólogo clínico Darío Fernández Delgado del Centro de Salud “Los Ángeles” de Madrid y publicado en la Revista Clínica de Medicina Familiar de Madrid. 

Foto: Pixabay

Cuando a mí me pasó pensé que sólo había sido un mal momento, pero que debíamos probar otra vez estando más relajados y sin cerveza en las venas y también no ayudó que él nunca se atrevió a confesarme que siempre le pasaba esto, obvio porque en el pasado había sido juzgado. 

Los siguientes dates con mi “Gerard Butler” me confirmaron que era eyaculador precoz, por lo que fui yo la que tuvo que comenzar la conversación incómoda, pues no quería dejarlo de conocer sólo por eso. 

Si bien, la sexualidad es un tema muy importante en una pareja, hay alternativas y yo en ese momento pensaba que la eyaculación precoz sí se “curaba”. Así que lo convencí de visitar médicos para encontrar una solución. 

En todo momento lo acompañé en el inicio del proceso y juntos nos informamos y enteramos de los motivos que desencadenan la eyaculación precoz, que pueden ser tanto físicos como genéticos o psicológicos. Algunos tienen solución, pero no todos los casos. 

Pero mientras eso pasaba, nosotros fuimos mejorando nuestros encuentros sexuales gracias a la confianza que le di. Así que los juegos, las caricias y otro tipo de dinámicas eran fundamentales para que ambos disfrutáramos al 100 cada relación sexual

Foto: Pixabay

Fue una experiencia diferente para mí, pero después de la primera noche nunca más quedamos insatisfechos. La diferencia fue romper con los tabúes y atreverse a experimentar. 

Meses después yo decidí dejar de verlo porque nuestras metas de vida a futuro eran totalmente opuestas, pero para nada se acabó por el tema sexual, porque eso supimos resolverlo juntos. 

Foto: Pixabay

Terminamos muy bien y platicamos de vez en cuando, no sé si siguió sus visitas médicas y si su caso era de los que vencen la disfunción, pero si no, ahora sabe que sí puede satisfacerse a él y a su pareja y cómo lograrlo. 

Lo importante es experimentar lo que a cada uno le funcione para estar satisfecho, pero para que eso suceda debemos conocer perfectamente nuestro cuerpo, nuestros puntos máximos de placer, que no están solamente en las zonas íntimas, y las experiencias que más disfrutamos hacer en el sexo. 

Mi conclusión a esta experiencia es que la sexualidad es tan diversa que hace que alcance el placer para todos, con o sin disfunciones. 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Salir de la versión móvil