¿Qué son las red flags? Este término se popularizó en redes sociales para definir señales de alarma en una relación -ya sea familiar, amorosa o laboral-, y a partir de ellas establecer límites sanos. Son como las tarjetas rojas del futbol pero en las relaciones interpersonales.
Cuando detectamos red flags, entonces hay que expulsar comportamientos, conductas o personas de nuestras vidas en nombre del amor propio y la salud emocional y física.
Puede ser más sencillo comenzar a detectarlas en nuestras relaciones con los demás, pero cuesta mucho cuando se trata de NOSOTRAS mismas, aunque debería ser al revés, pues siempre seremos nuestra relación más importante. Si quieres leer mis 10 mandamientos de amor propio, dale click AQUÍ.
Nunca es tarde para mejorar y para romper conductas, creencias y limitantes socioculturales que no nos benefician, que van contra la evolución humana. Por ello quiero que hablemos sobre las red flags con NOSOTRAS mismas.
¿Abusas de ti misma?
¡Qué pregunta tan fuerte! Sin embargo, es muy necesario responderla con sinceridad, porque solemos exigirnos tanto que terminamos drenadas y con cero autoestima. Ya les hablé en otra columna sobre por qué las mujeres nos exigimos mucho, puedes leerlo AQUÍ.
Estas son algunas conductas comunes que son red flags contigo misma:
- La complaciente: Define a las mujeres que priorizan las necesidades de los demás, que quieren darle gusto a todo el mundo y les cuesta decir que no. ¿Cuántas veces has preferido quedarte en casa a descansar en vez de ir a una fiesta? Pero no lo haces porque te da miedo que se enojen contigo o el qué dirán. ¿Te das cuenta lo normalizado que tenemos no poder decirle NO a los demás para que no se ofendan?
- Quiero ser tú: Vivimos comparando nuestros cuerpos, nuestra estética, nuestros rasgos físicos, nuestros talentos, el poder adquisitivo y hasta la edad. ¡Basta! En el momento que entiendas que eres única e irrepetible, la vida te cambiará.
- Bodega de sentimientos: El cuerpo no es una alacena de emociones y si lo usas así, te juro que se “echarán a perder” allí dentro y se terminarán manifestando en enfermedades que pueden ir desde leves hasta graves. No expresar lo que sientes y guardarte rencores y resentimientos es muy tóxico.
- La negativa: Si eres de las que piensan en los escenarios más catastróficos cada que se les presenta una situación complicada o no agradable, vibras en negativo. Lo único que haces con esto es sabotearte; además una atrae lo que cree. ¡Aguas!
- ¡Qué miedo!: Enfrentarte a lo desconocido genera incertidumbre y temor, pero justo atreverte a vencerlo es lo que te lleva a vivir tus sueños, a saltar el “charco” de la zona de confort. Recuerda que del otro lado de tus miedos está todo lo que deseas.
- No poniéndote límites: Tú misma sabes lo que te hace bien y lo que no y hablo de cosas tan rutinarias como trabajar más horas de la cuenta, no comer a tus horas, no descansar o abusar de los vicios.
- Control freak: Querer controlarlo todo y a todos es una de las red flags más tóxicas. Acepta que hay cosas que no están en tus manos y, por lo tanto, déjalas fluir. ¡Suelta, mujer!
- El silencio de la inocente: Callar por pena o miedo y no preguntar es reprimirte. Si no te saben escuchar, entonces esa es una red flags con la otra persona, pero no quedó en ti.
- Culpable soy: Pedir perdón por cosas que no hiciste o asumir que los cambios de actitud de los demás son tu culpa es de lo peor que te puedes hacer.
- Terminar vínculos tóxicos: Cuando notes que alguien abusa de ti, no te quedes, no mantengas a esas personas en tu vida incluso si son de tu familia. No te dejes controlar, manipular o herir, no eres un juguete.
- El síndrome de la impostora: No creer en ti misma y no sentirte merecedora de amor, éxito, dinero… es la red flag más letal que te puedes poner.
- Tiempo para ti: Si no te das tiempo de calidad a ti misma, entonces te estarás alejando de aquello que amas y te da paz.
Si detectaste alguna o varias red flags que tú solita te has colocado, entonces es momento de hacer cambios en tus comportamientos. Las relaciones se construyen día a día, así que nunca es tarde para comenzarte a amar, procurar, priorizar y construir tu mejor versión.