Cuando terminamos una relación de pareja suceden un montón de cosas alrededor, unas que se expresan sin problema y algunas otras que preferimos callarnos porque resultan incómodas o difíciles de aceptar.
Al tronar con una pareja la vida cambia y, por lo tanto, habrá un tiempo de duelo en el que experimentamos un “licuado” de emociones agridulces.
Al vivir este periodo generalmente tenemos un círculo de apoyo compuesto por mejores amigos o por integrantes de la familia, a quienes les platicamos una y otra vez lo que pasó para aliviar el alma.
Pero hay otras cosas que también tenemos que enfrentar y que son verdades incómodas del desamor; algunas de ellas son:
- El amor no es suficiente: Les confieso que esta verdad incómoda me costó entenderla porque desde niña me metieron en la cabeza que el amor todo lo puede y todo lo vale y no, no es así. Hay problemas o diferencias entre dos personas tan graves que no pueden sostener el vínculo ni aunque exista todo el amor del mundo. Si viste “La La Land”, sabes de lo que hablo.
- La independencia se pierde: Aunque desde un inicio se establezca que no se perderá la individualidad, que cada quien puede hacer planes en independiente y tener tiempo para sí mism@, es inevitable alejarse de los demás por querer hacerlo todo con la persona amada; entonces cuando ya no está, el vacío que se siente es inmenso, se siente que no cabe en el pecho y se experimentan episodios de ansiedad.
- El sexo no es lo mismo: Es completamente normal que con el paso del tiempo la intimidad y el deseo puedan disminuir, incluso hasta desaparecer o cambiar y este también es un motivo válido para terminar una relación de pareja.
- Se pierde la ilusión: El enamoramiento termina muy pronto para convertirse en amor romántico, así lo explica la psicología, y es verdad que la emoción se transforma, ya no hay tanta euforia como al inicio. Existen personas que no soportan que su relación se convierta en una rutina sin los “fuegos artificiales” y eso también es respetable.
- La soledad es temporal: Que levante la mano quién ha sentido que al terminar una relación de pareja se quedará sola por siempre, que no se volverá a enamorar y que no existe otra persona en el mundo más compatible que con la que se tronó. Ese miedo es normal, es incómodo pero se disipará con el paso del tiempo, cuando se comience a sanar.
- Sentir frustración por perder el tiempo: Aunque lo “bailado” con la pareja nadie nos lo quita, es cierto que es normal y frecuente que sintamos que perdimos el tiempo porque la relación se acabó sin vivir todos los planes que nos hacemos en la cabeza.
- El amor también se acaba: Hay parejas que deciden terminar porque se dan cuenta que su amor se transformó en cariño, agradecimiento u odio y rechazo. El amor también tiene un inicio y un fin y las personas evolucionamos.
- No todas las historias terminan con un villano: No siempre hay que tener un malo y justificar así el término de una relación. Hay vínculos que se terminan bonito, sanamente y nadie termina odiando a nadie.
- El duelo se vive o se repite: Esta es la verdad más incómoda de todas, tanto que algunas personas prefieren evitarlo y saltan de una relación a otra para no sentir la soledad, pero eso sólo hará que el ciclo se repita. Es mejor vivir el truene con todo, dejar sentir el dolor y las demás emociones que éste conlleva y saber que también tiene un periodo, un día se terminará.
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