Hoy les vengo a hablar de algo que está súper, SÚPER trendy: cuidar la salud mental. Esta semana hablaba en stories de Instagram de mi viaje de dos años y medio para recobrar mi fuerza mental y física después del nacimiento se mi hija Rafaela.
Salud mental, nuestra responsabilidad
Varias veces les he contado sobre la parte no tan romántica del embarazo y posparto que (bendito) cada vez es menos tabú y las mamás y tribus hablamos de manera más transparente y real sobre todos los cambios físicos, mentales, emocionales, hormonales, etc., a los que nos enfrentamos en este periodo y que puede durar años o más bien para siempre: hay un antes y un después.
Una amiga me decía: a cuidar la salud mental de nuestros hijos, la de los adultos es responsabilidad de cada uno y que vayan a terapia. Muy sabía mi amiga la verdad.
Además de nuestro cuerpo físico, nuestra mente y espíritu es responsabilidad personal y viene con el paquete nada sencillo de ser adulto. Para mí, ha sido un camino que viene mas atrás del embarazo y nacimiento de Rafaela. No importa cómo nos hayan criado, todos tenemos duelos, traumas, carencias y también cosas hermosas en nuestro costalito, el punto es cómo lo trabajamos en el día a día y en la evolución natural de nuestra existencia. Que si nos cuidaron mucho, si nos sobreprotegieron, si sufrimos abandono, carencias económicas, abuso… ufff, la lista es interminable y todos invariablemente tenemos pequeñas huellas que vamos cargando y descubriendo en nuestro pasar de la vida.
Lo que me ha funcionado
Les cuento algunas cosas que a mí me han funcionado mucho para encontrar paz y armonía, teniendo la responsabilidad de criar a una persona me siento más con el deber de estar bien primero yo. No es NADA fácil porque sin duda los niñes tienen ese don de hacerte replantear muchas cosas, temas, ideas, paradigmas, y también de revivir momentos, traumas y emociones; es como vivir permanente en psicoanálisis y ayahuasca.
1. Hacer ejercicio y mantener mi cuerpo fuerte
Y dejando de lado la vanidad, un cuerpo fuerte te empodera automáticamente y además el ejercicio libera endorfinas naturales que son una maravilla para “boostear” el día.
2. Ir al dermatólogo y hacer chequeos periódicos
Soy una freak de la salud así que, para mí, es parte de la rutina de bienestar saber que mi cuerpo esta al 100. Por ello voy al derma una vez al mes, me hago Papanicolau una vez al año, análisis de sangre cada 3 o 4 meses, evaluación de glucosa y cortisol, etc. Lo acompaño con expertos en salud para que me den las vitaminas y ajustes que mi cuerpo requiera.
La medicina y acciones preventivas son mejores que dejarnos y después estar en una situación delicada por no tomar las precauciones debidas. Obviamente la alimentación es básica, pero honestamente yo si creo que restringir tampoco es la clave… 80/20 para una vida feliz.
3. Cero tolerancia para el alcohol y cigarro
Esto ha sido uno de los cambios mas dramáticos en mi vida. Por ahí del 2018 decidí dejar el alcohol al 100 y a la fecha no me tomo ni una chela, ya sé que es muy dramático y drástico pero a mí ese combo me estaba haciendo mucho daño en ansiedad y autoregulación.
También, deje de fumar después de haberlo hecho prácticamente desde los 16 años. No fue fácil, me tomó un año dejar ambos vicios, pero la recompensa ha sido máxima en mi mente y en mis emociones.
Es impresionante cómo normalizamos el alcohol en todas las facetas de nuestra vida, está bien visto tomar y es fácil dejarse llevar: desde jóvenes lo normalizamos como parte de nuestras actividades diarias y sociales, aprendemos a socializar a través del alcohol, a desenvolvernos a través de él y entonces dependemos de él para ir a una comida y pasarla bien, a una boda, incluso una salida con amigos. Solo piensen cuándo fue la última vez que convivieron sin alcohol. Es fuerte.
4. Terapia
La terapia debe ser parte de la canasta básica, yo estoy segura que si todos fuéramos a terapia y tuviéramos esa oportunidad el mundo seria un mundo distinto. Hay que verlo como parte de las actividades semanales, ya sea psicología, psiquiatría, psicoanálisis, o lo que tú necesites; está perfecto ni tienes que estar atravesando por un duelo o un momento difícil para acudir con un especialista.
5. Fortalecer vínculos
Tu tribu también es vital para el balance de la salud mental, la gente con la que más convives, tus conversaciones y relaciones definen en gran medida tu sentir. Aunque la felicidad y la paz mental es un trabajo, decisión y acción personal, evidentemente la sociedad influye en nosotros; entonces siempre procurar estar con personas que nos sumen, apoyen, contengan, amen, y acepten, empaticen con nosotros.
Con cariño,
Gina