Desde que nacemos, en algunas familias se predispone a los hijos o hasta nietos a estudiar X carrera, o definir a qué nos vamos a dedicar de grandes. Por ejemplo, nací en una familia que se dedica a la agricultura y ganadería, y eso será para mí. O en una familia de abogados, o “en esta familia todos trabajamos la madera”, y así sucesivamente.
Todo eso nos da sentido de pertenencia a la tribu; sin embargo, ocasiona que a veces poco cuestionemos qué queremos nosotras. Adicional, la sociedad en la que vivimos nos influye y eso genera que por percepción nos dediquemos a algo que no resuena con nosotras.
También a la hora de elegir carrera (si la estudiamos) o de buscar un trabajo muchas veces se toma la decisión desde la idea de “cuál será un buen trabajo en cuanto a la paga”, y no desde “lo que más me gusta, expande y atrae”. Muchas veces escuchamos comentarios con “de eso te vas a morir de hambre” o “nadie te va a contratar si haces eso”. Todo ello, alejándonos de nosotras mismas.
El día que decidí cambiar mi carrera
Cuando elegí mi carrera empecé en ingeniería civil; al año me cambié a ciencias políticas y administración pública, y recuerdo todos los comentarios negativos sobre mi elección. Comentarios como “mejor estudia ingeniería y después trabajas en la política si quieres”, “ingeniería es una mejor carrera y más preparada”, y así puedo seguir. Todo ello claro que me hizo dudar mucho, pero seguí mi intuición y mi plan.
Después de hacer esa carrera y una maestría en seguridad en el extranjero, trabajar 7 años en el gobierno en puestos súper interesantes (bueno, para mí, claro), la vida dio vueltas y elegí cambiar de nuevo de rumbo. Esta vez para compartir el sound healing o terapia de sonido con más personas y ayudarlas a encontrar esa conexión interior que tenemos al calmar la mente, liberar estrés y ser más nosotras con el sonido de los cuencos.
Otro cambio drástico, un mundo muy nuevo para mí y para mi entorno, algo completamente fuera del estándar. Un emprendimiento y en torno a la transformación y sanación interior. Sin embargo, para mí parecía como si llevaba años en esto, muy familiar. En cada sesión me sentía más y más cómoda haciéndolo, como si mi cuerpo llevara años tocando los cuencos.
La pasión y el disfrute comenzaron a brillar cada día, siendo para mí una pasión y diversión, más que un trabajo. Sentí lo mismo que ese día que decidí por mí el cambio de carrera.
Conecta con el trabajo de tus sueños
¿Te ha pasado que tienes miedo el cambio de trabajo o carrera por miedo al qué dirán? ¿Te da miedo “fracasar” si te cambias de carrera o trabajo? ¿Eres feliz en ese trabajo al que vas diario? ¿Estás cómoda con el sueldo que recibes a cambio de tu trabajo o crees que vale más lo que aportas?
Todas estas peguntas te las dejo para reflexionar y conectar con el trabajo de tus sueños. No hay a nadie a quién complacer más que a ti, es tu vida y estamos aquí para ser felices.
Empieza por conectar contigo para saber qué es lo que buscas y deseas, para después poder ir haciendo un plan y tomar acción que te acerque cada día a ese trabajo ideal y felicidad en cada día.
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