Pareciera que la vida se resume en años y en kilos…. Qué horror que la sociedad prácticamente nos obliga a estar obsesionadas con nuestro peso o nuestra edad, ¿no?
Que nos definan siempre los números más que los estados de vida, los sentimientos, las experiencias y aprendizajes es una pena, porque pasa el tiempo y entonces nos damos cuenta que vivimos presas de una dieta o una obsesión de juventud sin precedentes.
Pensemos que, cuando vemos a alguien, casi siempre lo primero que comentamos (o pensamos) son frases como “te ves más flaca”, “te ves más repuesta”, “te ves más joven” o “más avejentado”. Hacemos o pensamos algún comentario alusivo al físico más que al estado anímico o al clima, porque la sociedad y la cultura siempre nos llevan a opinar de los cuerpos ajenos. Es como si ya lo trajéramos por default. Te invito a que la próxima vez que veas a alguien, cambies la narrativa y le digas qué feliz se ve, si se ve radiante o luce espectacular.
Tomando este tema, me gustaría hablar sobre qué pasa cuando estás cambiando de talla o en una transición de peso y tu cuerpo esta cambiando, ya sea por circunstancias de la vida, por un régimen o rutina nueva, por una enfermedad o una condición física.
Guía de estilo para las mujeres que están cambiando de talla
Normalmente cuando estamos cambiando de talla la sufrimos un poco (o mucho) con la ropa. No quieres comprar muchas cosas nuevas pero tampoco quieres seguir usando la anterior, te sientes rara en tu propia piel y la ropa se vuelve el enemigo número uno. Aquí algunos tips que pueden ayudar a transicionar por esa situación.
1. Show off
Sé que este consejo suena medio raro pero, si te sientes rara con tu cuerpo por este cambio de aspecto, entonces debes echarle todas las ganas y producción a tu arreglo. Un mal día se puede transformar en uno bueno si tienes la actitud correcta, entonces todo empieza por ahí: no te escondas detrás de la ropa.
Se vale enseñar la lencería, un poco de piel y sacar a pasear a nuestro ‘sexyness’ interno.
2. Accesorízate
Sé que la ropa nos puede jugar una mala pasada, pero los accesorios siempre nos van a ayudar a ajustar la ropa y elevar el look sin necesidad de comprar tallas nuevas. Cinturones, collares, anillos, mascadas, lentes, zapatos y sombreros son los grandes aliados no solo para ajustar la ropa y que acomode más al cuerpo, sino para darle punch a un look simple y dirigir la atención hacia ellos, no a la transición de talla.
3. Visita al sastre
También puede ser útil ajustar un par de básicos con el sastre o la costurera, si el cambio no es muy grande; la idea es ajustar ciertas prendas que nos pueden hacer un paro por un tiempo en lo que nos estabilizamos. Honestamente, yo no me arriesgaría a comprar ropa nueva durante un cambio dramático en donde habrá tallas y largos nuevos.
4. Trueque
Una forma fácil de obtener nuevas prendas sin gastar, y sin amarrarte a una talla nueva, es juntarte con tus amigas y hacer un trueque de ropa por un tiempo para poder variar tu manera de vestir sin tener que invertir una fortuna. Y, de paso, cuidas el medio ambiente.
Con cariño,
Gina