Debo confesarles algo: cuando supe que estaba embarazada, una de las cosas que más miedo me daba era justo avisar que estaba embarazada. No solo por el “riesgo” que conlleva el acto de gestar y la siempre latente posibilidad de que el bebé no llegue a término, sino porque sentía que mi carrera profesional se iba a detener abruptamente y que nadie me iba a querer contratar por el simple hecho de estar preñada.
Mi experiencia
Unos meses después de saberme embarazada llegó la pandemia y todo frenó. Pude mantener mi embarazo un tanto oculto porque “trabajaba poco” y no veía a nadie; me daba entre alivio y ansiedad pero, al final, cuando tenía poco más de siete meses, me buscaron para un proyecto de televisión al cual no podía decir que no.
Aterrorizada veía las fechas de filmación y mi semana 40 (cuando Rafaela debería nacer) era justo durante la filmación del capítulo final. El día que tocaba hacer la prueba de vestuario llegué con mi “panzota”, era la primera vez que conocía a María José y empezaríamos a trabajar juntas. Entonces me ve Josa y me dice “OMG, ¡estás embarazada!” Y yo: “sí, ¿te molesta?” A lo que contestó un “para nada” y nos pusimos a trabajar, sin más.
Benditas mujeres que, sin conocernos antes, nos empoderamos y rescatamos en los momentos más “complejos”. Siempre le voy a agradecer a Josa darme ese valor y confianza porque estar embarazada no era un impedimento para trabajar y de verdad no saben lo feliz y plena que me sentí de poder trabajar en lo que amo hasta, literal, un día antes de dar a luz.
La matriarca Rihanna
Hace unos días que veía Rihanna, trepada en una plataforma voladora cantando frente al mundo estando embarazada, decía: wow, wow, wow… ¡Eso es lo que el mundo necesita! Mujeres empoderadas denotando que una embarazada no está enferma, no está limitada, no está imposibilitada de trabajar.
Las mujeres podemos, somos y seremos agentes de cambio que dan vida y debemos crear estos sistemas sociales en donde no se nos discrimine por el hecho de estar gestando o de ser madres. Qué importante el mensaje que dio Riri al mundo, en perra vestida de rojo, con un corset a la medida de Loewe, sin mostrar un centímetro de piel, siendo ella, con su hije y con su voz e intensidad dándonos valor a todas aquellas que alguna vez dudamos de nosotras mismas y de si podíamos o no hacer “x” o “y”, de si el hecho de embarazarnos nos iba a restar oportunidades laborales, de si nos iba a opacar cuando la sociedad debería tratarnos como las diosas que somos.
Qué importante que, en un evento de esencia masculina, la matriarca Rihanna toma el micrófono y alza la voz y da visibilidad a todas las que hemos estado en una situación de injusticia de genero. Que el mundo sepa que podemos con eso y más (y además con estilo).
Fue criticada, fue demeritada, fue víctima de comentarios misóginos, machistas y deplorables pero no importa, ese era el chiste, porque ella sembró la semilla en todos para que vean que se puede y la próxima vez que una mujer embarazada se sienta menos, recuerde este momento de la matriarca Rihanna y se sepa capaz de lograr y conquistar sus propios sueños mientras su cuerpo genera y da vida.
Con cariño.
Gina