Vivir en el momento presente cada vez es más complicado y, a la vez, deseado. Esto ya que con tanta tecnología queremos estar en mil lados a la vez, cumplir roles y expectativas, crear, cambiar, transformar y correr, correr y correr.
No vivir en el ahora nos genera nostalgia y ansiedad. La primera porque queremos cambiar el pasado, pensamos en el “si hubiera”, y la segunda porque vivir en el futuro nos prohíbe de disfrutar el presente, queremos controlar lo incontrolable y “perfeccionar” el futuro.
¿Cómo podemos vivir en el momento presente? Un gran aliado para realizarlo es la respiración, ¿qué más presente que la respiración?
El poder de respirar
Respiramos todo el tiempo mientras estamos en este plano terrenal y lo hacemos tan automático que poco nos damos cuenta de que lo hacemos. También, es la única función vital del cuerpo que podemos controlar, lo que nos permite fijarnos en ella y jugar con ella. Puedo contener la respiración para sumergirme en el agua o realizar exhalaciones largas para inflar un globo.
La respiración nos da la magia del momento presente, llevar la atención a ella es estar aquí y ahora. Te invito a que cierres lo ojos y te fijes solo en el aire que entra y sale por tu nariz; no lo modifiques, solo obsérvalo por un minuto. Al abrir los ojos escribe qué sentiste, qué percibiste, si observaste algún cambio.
Poco a poco en el día te invito a que seas consciente de la respiración: si es larga, corta, si respiras por la boca o la nariz o si cambia en el día, e ir viviendo en el momento presente.
Adicionalmente hay dos ejercicios que te quiero compartir, éstos a mí me han permitido estar en el aquí y, cuando me cacho ansiosa por el futuro, poder regresar y disfrutar.
Te lo comparto porque ser consiente del momento presente nos ayuda a disfrutar, vivir y estar. La respiración y yo es mi presente, estar acompañada en el hoy y por lo tanto vivir. También es algo que, cuando lo practicamos, funciona en todo momento: cuando me enojo, no me puedo concentrar, algo me irrita, regresa a la respiración y escucha.
1. Respiración 5:5
En esta respiración siéntate con la espalda recta, puede ser en una silla o en el piso; inhala en 5 segundos por la nariz y exhala 5 segundos por la nariz.
Siente cómo tu cuerpo se va relajando y libera cualquier tensión; realízala por 5 minutos. Cualquier pensamiento que llegue, regreso a mi respiración; puedes contar en tu mente para mantenerte en el aquí. A mí me funciona pensar “cuerpo, relájate”.
2. Respiración 3:6
Siéntate con la espalda recta, una mano en el pecho y otra en el estómago. Vas a inhalar en 3 tiempos por la nariz, observando cómo el pecho y estómago se llenan de aire. Llena de aire y vas a exhalar en 6 tiempos, el doble de la inhalación.
Observa cada movimiento de tu cuerpo: cómo te llenas de vida, de presente. Exhalas, suelta el cuerpo y la mente. Realízala por 5 minutos y ve aumentando poco a poco.
Elige uno y te invito a realizarlo todos los días por 28 días, lleva un diario de cada práctica sin juicio. Observando, se vale un día escribir “mi mente solo pensó” o “me observe tensa”. No hay incorrecto, es una práctica, permítete sentirlo y observar qué pasa en tu día a día con una respiración consciente.
¿Quién eres tú con tu respiración?
Practícalo y cuéntame por Instagram: @paulinalanda____ ¿Cómo te fue?