Cuando te invitan a dar una Ted Talk y no sientes las piernas

Nunca pensé que me dedicaría a hablar en público, nunca pensé que daría conferencias a cientos de personas, ni que haría lives que vieran millones, ni que me invitarían a algunos de los podcasts más importantes. Pero, ¿invitarme a una Ted Talk?

La vida no dejará de ponerse complicada

Estoy tan agradecida porque desde el año pasado me invitaron, pero yo estaba atravesando un duelo muy fuerte. Había perdido a mi segunda Mamá, mi abuela materna, uno de los amores más grandes de mi vida y a quien le debo tanto de lo que soy hoy. Ni siquiera pude ir a su misa; no pude, literalmente. Lo que hice fue correr a su cama cuando me avisaron que había muerto, completando 80 kilómetros de carretera en 45 minutos. Llegué ahí cuando su cuerpo seguía calientito y la abracé tan fuerte como pude, apachurré su mano y dije “gracias” hasta que llegaron las personas de la funeraria y nos pidieron a mi Mamá y a mí que le escogiéramos su ropa para el funeral. Los vi llevársela, caminé atrás de ellos hasta la carroza y vi a mi segunda Mamá, a quien me enseñó a ser fuerte, irse para no regresar más. Me dolió demasiado, para ser honesta.

Y después de recibir esa invitación para dar una Ted Talk, a algo que jamás imaginé que llegara, pensé: “No es el momento, Mel, hay prioridades”. Dentro de mí sentí que la invitación no regresaría, pero ahora que está aquí de nuevo.

Traigo otro duelo pendiente del que no he podido platicar mucho, aunque me doy cuenta de que la vida no va a dejar de ponerse complicada, no va a dejar de doler ni de apachurrarte el corazón hasta dejarlo en mil pedacitos. Por el contrario, también nos va a llenar de carcajadas, de sorpresas, de oportunidades y de momentos que se sienten como si nos regalaran años de vida.

La importancia de decir ‘no puedo’

Aprendí de esto que debes cuidarte tú porque nadie te sabrá cuidar mejor, que debes conocer tu sombra, abrazarla y tener los pantalones de hacer una pausa en tu vida. Debes respirar, sentir y aceptar cuando NO PUEDES CON ALGO.

En estos tiempos de mujeres y mamás todólogas y multitask, hemos acostumbrado a nuestras parejas, esposos e hijos a que podemos con todo y que no se preocupen, lo lograremos. Pero no es sano cargar con esa responsabilidad de que estaremos bien, pase lo que pase. Quiébrate, llora, diles cuando algo está siendo demasiado para ti; eso es educar personitas humanas y personitas de bien, no hijos de robots. Aprende a decir NO PUEDO, NO PUDE, FUE DEMASIADO, NO LO LOGRÉ.

Regresa a sentarte, a llorar y reconstruirte pedacito por pedacito. Volverás a quebrarte, se perderán algunas piezas de tu rompecabezas, no serás la misma pero regresarás a ser tú siempre y cuando te conozcas de verdad, respetes tu palabra, tu corazón y tu alma y aprendas a poner siempre PRIMERO LO PROPIO QUE LO AJENO. Porque podrías engañar al mundo entero con una sonrisa y un “estoy bien”, pero engañarte a ti misma es traicionarte y, si a alguien le debes esa fidelidad absoluta, es a ti misma.

Todavía no sé de cuál tema hablaré en mi Ted Talk, estoy nerviosa, me asusta no dar el ancho. Sin embargo, justo eso habla de una persona humana y real. Amaría sus sugerencias de temas, las leo siempre, gracias por estar aquí.

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