Aprendí sobre la visualización desde el minuto que conocí a mi maestro Juan Lucas Martín, psicólogo con historia de vida impresionante (a quien sugiero ampliamente que sigan en Instagram). Se trata de aprender a visualizarte y agradecer en anticipado.
La famosa frase “hecho está”, que ahora escuchamos en todos lados, sería un resumen. Pero no basta con decirlo: debes conectar verdaderamente con esas ganas inmensas tuyas de sanar, de superar un trauma, de renacer como el ave fénix. Esto último parece literal porque aprendes a romper patrones de una manera increíble, utilizando sus técnicas para eliminar el miedo de tu vida y reconocer tus debilidades.
Cómo iniciarte en la visualización
Lo primero que debes hacer es confiar en ti, en que puedes vencer eso que sientes que acabará contigo, en que no eres lo que te pasó sino lo que haces con lo que te pasó. También hay que ser congruente, tener buen corazón, hacer el bien y visualizarte todos los días sana, con cada célula de tu cuerpo llena de salud y de vida, así como visualizarte en paz mientras aprendes a volver a enamorarte de los momentos chiquitos que realmente son enormes (como el privilegio de despertar en una cama calientita, de poder moverte, de respirar bien y de soñar en grande).
Después tienes que trabajar mucho para lograr tus metas, pero no desde la carencia sino desde la gratitud. Cambia el “por qué yo no tengo esa casa, ese coche, ese trabajo, esa pareja o esa vida”, por “voy a tener la vida que he soñado siempre, no hay duda, muy pronto estará todo lo que soñé conmigo”. Cuando sonríes al hablarte así de bonito, al confiar en ti, a recuperar la fe que probablemente habías perdido u escondido en un cajón, cosas maravillosas empiezan a suceder.
Cuando esas cosas empiezan a suceder NO PUEDES CREERLO. Empiezas a acostumbrarte a hablarte con menos firmeza, más amor, menos culpa, más agradecimiento, menos de lo que te hace tanto daño y muchísimo más de lo que te da años de vida. Y se vuelve un hábito.
Inténtalo, arranca el 2024 visualizándote como quien siempre soñaste ser. No es cuestión de minutos, horas ni tampoco de meses, pero confía; lucha por eso hasta el cansancio, hasta que no puedas más de amor por todo lo que sucede alrededor.
Cuando la vida se ponga fea, porque así es la vida real y llegan un millón de situaciones a tu casa, a tu oficina, a tu relación de pareja o al mundo, ahí aparece esa persona que llevas nutriendo todos los días de cosas lindas.
Aunque no deje de doler un duelo, una tragedia o un corazón roto, reaccionas distinto y puedes ayudar desde tu trinchera. Siempre puedes ayudar a alguien, todos los días, seas quien seas, vivas donde vivas; voltea alrededor y haz feliz a una sola persona por este año completito que viene. Tú puedes.
No necesitas dinero ni nada más que tu corazón, ese que ahí sigue, aunque por algún tiempo estuviera medio dormido, medio apachurrado. Cambiar tu mente va absolutamente ligado a cambiar tu salud, tu cuerpo y tu vida. ¡VENGA 2024, VAMOS POR TI CON TODO!