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Si quieres saber qué es realmente el colágeno y cómo se produce, según la firma de belleza Olay, “es una proteína que constituye aproximadamente un tercio de las proteínas del cuerpo humano. Está presente en varias partes del cuerpo como los huesos, los músculos, los tendones, el cartílago, las córneas, los vasos sanguíneos, e incluso en los dientes”.
Los especialistas afirman que el colágeno también se encuentra en la piel y su función es fundamental, ya que sirve como una especie de pegamento que mantiene las cosas en su sitio.
El colágeno se ha convertido en un elemento imprescindible en el cuidado de la piel, que ayuda a mantener su firmeza y elasticidad. Sin embargo, con tantas opciones en el mercado, elegir el tipo de colágeno adecuado puede ser confuso.
Aquí te contamos cuáles son los mejores tipos de colágeno para la piel y te recomendamos tres productos que destacan por su calidad y beneficios.
¿Cuántos tipos de colágeno hay?
Para entender cuál es el colágeno adecuado, es esencial que conozcamos sus tipos.
Colágeno tipo I. Es el más abundante en la piel y el responsable de la firmeza. Es ideal para quienes buscan reducir arrugas y mejorar la elasticidad.
Colágeno tipo II. Se encuentra en cartílagos y articulaciones, pero algunas fuentes sugieren que su consumo también puede tener beneficios indirectos para la piel.
Colágeno tipo III. Complementa al tipo I y también ayuda a mantener la elasticidad y resistencia de la piel. Generalmente, se encuentra en productos combinados con el tipo I.
¿Qué tipo de colágeno es el mejor para la piel?
Para responder a esta pregunta, consultamos a la dermatóloga Ana Martínez, quien recomienda enfocarse en suplementos de colágeno hidrolizado de tipo I y III. “El colágeno hidrolizado es más fácil de absorber, y estos tipos son los que más beneficio le darán a la piel”, comenta Martínez.
Por otro lado, la especialista en nutrición Laura Gómez señala que, aunque el colágeno puede ser beneficioso, no es una “cura mágica”. “La clave es complementar el colágeno con una dieta rica en vitamina C, pues esta vitamina ayuda a sintetizar el colágeno en el cuerpo de forma natural,” añade Gómez.
Cómo escoger el colágeno ideal
Hoy en día, la opción más recomendada para el cuidado de la piel es el colágeno hidrolizado, ya que su proceso permite que el cuerpo lo absorba con mayor eficacia. Además, puede encontrarse en polvo, cápsulas o bebidas, lo que facilita su integración en la rutina diaria.
Si buscas incluir colágeno en tu rutina, aquí tienes tres productos de alta calidad que combinan el colágeno hidrolizado con otros ingredientes beneficiosos.
Colágeno Hidrolizado Pink, de Sesén. Este suplemento es ideal para quienes buscan una piel más firme y luminosa. Su fórmula contiene colágeno hidrolizado y otros ingredientes que ayudan a mejorar la elasticidad y reducir arrugas, además de tener un sabor agradable y una presentación fácil de integrar en la rutina diaria.
Brilla, de Wu Nutrition. Formulado con colágeno tipo I y III, este suplemento incluye vitaminas esenciales que potencian la absorción y el efecto del colágeno. Laura Gómez, especialista en nutrición, recomienda este producto porque “la combinación de colágeno y vitaminas acelera los resultados y mejora visiblemente la apariencia de la piel”.
Multi Colágeno Hidrolizado de Sascha Fitness. Esta opción es ideal si buscas un suplemento más completo. Además de colágeno hidrolizado, incluye ácido hialurónico, biotina, Cynatine HNS y vitaminas C y E, lo que lo convierte en un potente aliado para el cuidado de la piel y el cabello. Según especialistas, el ácido hialurónico potencia la hidratación, mientras que la biotina y la vitamina C mejoran la producción de colágeno, brindando un efecto de belleza integral.
Si buscas un suplemento de colágeno para mejorar la apariencia de tu piel, opta por el colágeno hidrolizado de tipo I y III. Recuerda combinarlo con una dieta balanceada y rica en vitamina C para maximizar sus beneficios. ¿Lista para darle a tu piel el cuidado que merece?
El sudor es algo completamente normal, sin embargo, en ocasiones puedes percibir que su olor es más intenso. Muchas veces culpamos a nuestro desodorante cuando, en realidad, diversos factores intervienen para que el aroma del sudor varíe, los cuales van desde la genética hasta la alimentación. Tal vez hasta te has preguntado si puedes mejorar el olor de tu sudor.
Por naturaleza, nuestro cuerpo produce diferentes olores. Si notas que el olor de tu sudor es muy intenso, existen algunas medidas que puedes tomar como implementar cambios en la alimentación (con ayuda de un especialista).
¿Por qué huele mal el sudor?
Sudar es un mecanismo de regulación que realiza nuestro cuerpo para enfriarnos, y cuando es secretado es posible que se acompañe de un olor que puede resultar desagradable. Las bacterias que habitan en las axilas se mezclan con la humedad que se genera en la zona y producen dicho aroma.
Diversos factores influyen en el olor corporal, como los platillos picantes que incrementan la producción de sudor y los alimentos ricos en azufre como el ajo. Los genes y hábitos de higiene son elementos esenciales que modifican el olor corporal, de acuerdo con la BBC.
Los siguientes alimentos pueden empeorar el olor del sudor:
Exceso de especias. Su olor, además de durar mucho tiempo en el aliento, también se adhiere a la piel, cabello y ropa. Tienen compuestos que la sangre absorbe y expulsa a través de las glándulas sudoríparas.
Ajo y cebolla. Promueven la producción de sudor, generando más bacteria en la piel que se acumula.
Carne roja. Libera proteínas inodoras, sin embargo, al mezclarse con bacterias el olor intensifica.
Espárrago. El ácido se digiere en el estómago y se convierte en ácido sulfúrico, el cual desprende un olor desagradable.
Alcohol. El metabolismo lo convierte en ácido acético, que se libera a través de la piel y en el aliento.
Pescado. Los mariscos contienen colina, se convierte en trimetilamina, que tiene un aroma similar al pescado y viaja en el cuerpo hasta salir por nuestro aliento y piel.
¿Puedes mejorar el olor de tu sudor?
Implementar algunas acciones en tu rutina diaria puede mejorar el olor del sudor, de acuerdo con Cleveland Clinic.
1. Ten buena higiene personal
Toma baños diariamente, lava tu cuerpo profundamente enfocándote en las axilas y entrepierna. Usa jabón antibacterial, lava tus toallas constantemente e incluye desodorante en tu rutina de higiene.
2. Usa ropa que permita respirar a tu cuerpo
Especialmente en tiempos de calor es mejor usar prendas holgadas, elaboradas con algodón y lino.
3. Hidrátate
El agua permite que las toxinas salgan de nuestro sistema, permitiendo mejorar el olor corporal.
4. Observa tu dieta
Como te mencionamos, hay alimentos que intensifican el olor del sudor, identifica cuáles afectan más tu transpiración para reducir su consumo si así lo quieres (pero de manera segura con ayuda de un especialista). Existe poca investigación sobre los alimentos que “mejoran” el sudor, pero se ha relacionado con un aroma más agradable llevar una dieta con mayor cantidad de frutas y vegetales.
Ten en mente que sudar es un proceso completamente natural e indica la salud de nuestro cuerpo. Nuestro organismo cambia constantemente y nunca se detiene, así que producir olor corporal no es motivo de vergüenza, pero es comprensible si buscas formas para mejorarlo.
Dormir bien es esencial para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo y para sentirnos con energía durante el día. En la actualidad, lograr un descanso pleno resulta todo un reto ante el ritmo acelerado que llevamos.
Según el Centro Nacional de Información Biotecnológica (Estados Unidos), estudios respaldan que ingerir cierto tipo de alimentos puede brindarte un mejor descanso. Aquí te dejamos 9 de ellos para que contribuyan a una buena rutina de sueño.
Cuáles son los mejores alimentos para dormir bien y descansar
Recuerda que estos alimentos deben formar parte de una dieta balanceada, de preferencia que contemple las recomendaciones de un especialista.
1. Kiwi
Esta deliciosa fruta, además de contener vitaminas C y E, tiene nutrientes como el potasio y el ácido fólico. Estudios científicos han demostrado que comer kiwi mejora la calidad de sueño de quienes lo consumen.
2. Cerezas ácidas
Diversas investigaciones han dado a conocer que el jugo de este tipo de cerezas puede traer beneficios a la hora de dormir, esto se debe principalmente a su alto nivel de melatonina, una hormona que ayuda a regular el ciclo del sueño.
3. Frutos secos
Los componentes naturales de estos manjares pueden brindarte más horas de un descanso placentero. Además de melatonina y omega 3, los frutos secos contienen minerales como magnesio y zinc, los cuales ayudan a combatir el insomnio.
4. Plátano
Esta fruta puede ser un aliada en la búsqueda de un buen descanso, esto debido a que contiene triptófano: un aminoácido que estimula la producción de serotonina y melatonina.
5. Yogur
Al igual que otros alimentos ya mencionados, el yogur también contiene triptófano, el cuál con ayuda del calcio, permite la producción de serotonina.
6. Salmón
Si eres fan de este alimento te encantará saber sus beneficios, pues el alto contenido en vitamina D y ácidos grasos del salmón contribuyen a la liberación y producción de serotonina.
7. Crema de cacahuate
Contrario a lo que muchos suelen pensar, este ingrediente contiene diversos nutrientes y vitaminas que favorecen al descanso (aunque, por supuesto, algunos productos pueden ser abundantes en azúcares añadidos). También contiene triptófano, que como ya se mencionó, colabora con la producción de serotonina.
8. Leche
La leche, como otros lácteos, contiene vitaminas B y D, además de nutrientes que pueden traer beneficios para tu descanso.
9. Arroz
Según estudios científicos, el componente del arroz que podría favorecer el descanso es su alto nivel glucémico. Los resultados dieron a conocer que ingerir arroz al menos cuatro horas antes daba una notable mejoría al sueño de las personas.
Cuando hablamos sobre trastornos de la conducta alimentaria (TCA), lo más común es mencionar la bulimia y anorexia nerviosa. Sin embargo, es importante poner sobre la mesa el tema de aquellos TCA que no se mencionan tanto pero constituyen importantes riesgos de salud.
La ortorexia es un trastorno de la conducta alimentaria poco conocido, caracterizado por la obsesión de consumir alimentos sanos y en las porciones correctas. Aunque es menos conocido que la anorexia o la bulimia, también representa un riesgo significativo para la salud mental y física de quienes la padecen.
Es por ello que se vuelve crucial reconocer sus síntomas y buscar ayuda profesional para prevenir complicaciones derivadas de este padecimiento. La concienciación y la educación sobre este trastorno son pasos vitales para combatir sus efectos y promover una relación saludable con la comida.
NOSOTRAS te compartimos información especializada sobre qué es la ortorexia, cuáles son sus síntomas y posibles implicaciones en la salud mental.
Ortorexia, un trastorno alimenticio menos conocido pero muy riesgoso
Según Alma Erika García Corona, nutrióloga del Departamento de Nutrición del Hospital General de México “Eduardo Liceaga” (HGM), “una persona con este padecimiento dedica varias horas en la selección del menú diario”. Esta dedicación excesiva puede llevar a comportamientos compulsivos, en los que se evitan productos que no cumplan con ciertos estándares de “pureza”, provocando ansiedad e incluso aislamiento social.
Una persona con esta condición sigue reglas muy restrictivas sobre la alimentación, las cuales están basadas en una construcción llevada al extremo de lo que es saludable.
De acuerdo con el estudio “Ortorexia nerviosa: una obsesión por la alimentación saludable”, publicado en 2017 por la National Library of Medicine, esta obsesión puede llevar a una “intensa preocupación mental” con respecto a las prácticas dietéticas, lo que a menudo resulta en una “angustia emocional exagerada”.
A menudo, la ortorexia se asocia con otros trastornos de la conducta alimentaria, como la anorexia o el trastorno por atracón. Sin embargo, existen diferencias sutiles. Mientras que las personas con anorexia pueden centrarse en la restricción calórica y la pérdida de peso, aquellas con ortorexia pueden tener un enfoque obsesivo en la calidad de los alimentos más que en la cantidad.
García Corona observa que “la ortorexia afecta mayormente a los adultos jóvenes y se presenta de igual manera en mujeres y hombres”. Lo que sugiere que el problema no está limitado por género o edad, aunque puede verse exacerbado por presiones sociales relacionadas con la imagen y la salud. Además, de acuerdo con la experta “esta alteración de la conducta alimentaria puede presentarse más frecuentemente en personas que tienen comportamientos obsesivos compulsivos”.
Síntomas y señales de advertencia
De acuerdo con información de la organización australiana Eating Disorders Victoria, los síntomas de la ortorexia van más allá de un simple interés por una alimentación saludable. Aquellas personas que la padecen pueden experimentar lo siguiente.
Fuerte ansiedad respecto a sus elecciones alimentarias, especialmente si su dieta no cumple con sus altos estándares personales de “pureza”.
Aislamiento social, puesto que evitan actividades y personas que no se ajustan a su régimen estricto de alimentación.
Sentimientos de culpa luego de cualquier situación considerada como un “desliz” alimentario. Lo que podría derivar en distorsión de la imagen corporal en torno a la sensación de “impureza” física.
Cambios de humor, ansiedad y depresión.
Preocupación excesiva por la calidad y origen de los alimentos, lo que puede llevar a evitar comer fuera o aceptar comida preparada por otros.
Señales físicas de desnutrición, como la pérdida de peso debido a una dieta extremadamente restrictiva.
Restricciones dietéticas que se intensifican con el tiempo. Mismas pueden derivar en la eliminación de grupos enteros de alimentos e implicar “limpiezas” (ayunos parciales) frecuentes y/o severas, consideradas “purificadoras” o “desintoxicantes”.
Creencia persistente de que las prácticas dietéticas promueven la salud a pesar de presentar signos de desnutrición.
Implicaciones de la ortorexia en la salud mental
De acuerdo con el estudio de 2017 publicado por la National Library of Medicine, aún se debate sobre si la ortorexia es un síndrome único o una variante de otros trastornos. Por ejemplo, algunos especialistas creen que la preocupación por la enfermedad en personas con trastorno de somatización puede llevar a una obsesión por la comida y la dieta, como una forma de enfrentar una enfermedad real o imaginaria.
Los factores que contribuyen al desarrollo de la ortorexia pueden incluir preferencias alimentarias heredadas, prácticas y comportamientos de alimentación de los padres y antecedentes de trastornos alimentarios en la familia. Además, de acuerdo con el estudio, las tendencias ortoréxicas están a menudo relacionadas con el perfeccionismo, la orientación hacia la apariencia y el miedo al sobrepeso.
¿En qué consiste el tratamiento de la ortorexia?
El tratamiento de la ortorexia debe ser multidisciplinario. García Corona enfatiza que “además de la atención médica y nutricional, se requiere contar con la ayuda del Servicio de Salud Mental para que conjuntamente se diseñe la mejor alternativa terapéutica”. Las opciones de tratamiento psicológico pueden incluir:
Terapia cognitivo-conductual. Con el propósito de trabajar sobre las conductas perfeccionistas y las distorsiones cognitivas.
Exposición y prevención de la respuesta. Como apoyo para el tratamiento de conductas obsesivo-compulsivas.
Terapia de relajación. Como alternativa para reducir la ansiedad en relación con la comida.
Psicoeducación. Con enfoque en la corrección de creencias erróneas sobre los grupos de alimentos y la “pureza” de las prácticas alimentarias.
En la actualidad, las redes sociales están repletas de una amplia variedad de consejos para bajar de peso; sin embargo, la tendencia sobre contar las calorías de los alimentos sigue siendo una de las más populares. Pero, si perder peso está entre tus objetivos, ¿por qué deberías dejar de contar las calorías y buscar ayuda profesional?
Muchos autoproclamados expertos en plataformas como Instagram y TikTok sostienen que la pérdida de peso se reduce a un simple cálculo: calorías consumidas frente a calorías quemadas. Por lo que es esencial evaluar los supuestos beneficios como los riesgos asociados a esta práctica.
NOSOTRAS te compartimos información especializada acerca de por qué contar las calorías de tus alimentos podría ser un hábito poco saludable.
¿Por qué deberías dejar de contar las calorías de tus alimentos?
Las calorías son unidades de medida que expresan el valor nutricional de los alimentos según su contenido energético, y son necesarias para mantener funciones vitales. Sin embargo, el conteo de calorías se ha vuelto un recurso común en la cultura de las dietas para perder peso.
Según David Gaviria, especialista en nutrición para CNET, “contar calorías no es algo natural. Comemos alimentos, no calorías”. Aunque algunas personas, como los atletas, pueden beneficiarse de este método con ayuda profesional, la mayoría lo utiliza para manipular su peso, lo que puede llevar a conclusiones erróneas.
Tradicionalmente, se ha enseñado que perder peso es cuestión de matemáticas simples: que reducir ciertas calorías equivale a perder ciertos kilos. Sin embargo, esto ha sido refutado por expertos. Fatima Cody Stanford, especialista en obesidad y profesora en la Facultad de Medicina de Harvard, afirma: “esta idea de ‘una caloría que entra y una caloría que sale’ no solo es anticuada, sino que es errónea”. Factores como el tipo de alimento, el metabolismo individual y la microbiota intestinal influyen significativamente en cómo el cuerpo quema y utiliza las calorías.
No todas las calorías se procesan de la misma forma
De acuerdo con Harvard Health Publishing, la forma en que procesamos las calorías está influenciada por tres factores principales.
El microbioma intestinal. En el intestino viven billones de organismos, y su composición puede afectar la cantidad de calorías que se absorben de los alimentos. Los estudios muestran que las personas en general tienen diferentes tipos de microbiota y que esta puede modificarse en relación al peso de cada persona. Esto se debe a que ciertos organismos pueden descomponer y utilizar más calorías de algunos alimentos.
Tu metabolismo. Cada cuerpo tiene un “punto de ajuste” que regula el peso, influenciado por genes, entorno y comportamientos. Stanford explica que el hipotálamo controla este punto, evitando que el peso baje de ese nivel, lo que podría dificultar la pérdida de peso. Esto explica por qué el 96% de las personas que pierden peso significativamente tienden a recuperarlo.
El tipo de alimentos que consumes. Las elecciones alimenticias afectan la ingesta calórica, no solo por su contenido calórico. Un estudio de 2019 en Cell Metabolism mostró que los alimentos procesados pueden incitar a consumir más calorías. Stanford comenta: “las personas que consumieron alimentos ultraprocesados fueron quienes aumentaron de peso. En promedio, quienes comieron alimentos procesados consumieron 500 calorías más al día que aquellos que comieron alimentos no procesados”.
El impacto del conteo calórico en la salud mental
Aunque algunas personas pueden contar calorías de manera segura, esta práctica también está relacionada con trastornos de la conducta alimentaria. Un estudio de 2017 reveló que el 75% de los participantes diagnosticados con un trastorno alimentario utilizaban aplicaciones para contar calorías, y el 73% creía que estas aplicaciones contribuían a sus síntomas. La evidencia sugiere que el conteo de calorías puede llevar a una restricción de alimentos que va más allá de lo saludable, fomentando una relación negativa con la comida.
“Las investigaciones sobre el seguimiento de calorías demuestran que puede poner a las personas en riesgo de sufrir trastornos alimentarios o de un seguimiento compulsivo”, explica Gaviria. Es crucial que cada persona reconozca su relación con la comida y el seguimiento de calorías, considerando cuándo esta práctica puede volverse perjudicial.
Si decides contar calorías, es crucial reconocer cuándo esta práctica se vuelve perjudicial. Experimentar culpa, vergüenza o ansiedad al respecto son señales de alarma, por lo que se vuelve imprescindible buscar ayuda profesional. La experta para CNET enfatiza en que “si te invitan a salir a comer y lo primero que piensas es en tu ventana calórica, eso es una gran señal de que debes reconsiderar lo que estás haciendo”.
La ingesta calórica necesaria varía según el individuo. Limitar las porciones y optar por alimentos no procesados son estrategias más sostenibles que simplemente contar calorías. En lugar de obsesionarte con los números, enfócate en la calidad de tu dieta y en hacer cambios de estilo de vida que promuevan una relación saludable con la comida. Como señala la especialista de Harvard, “es hora de dejar de lado la idea de las calorías” y comenzar a disfrutar de una alimentación consciente y equilibrada.
A casi todas NOSOTRAS alguna vez nos dijeron durante la adolescencia que no comiéramos mucho chocolate porque puede provocar o empeorar la aparición de granitos en el rostro. Pero, ¿es cierto esto? ¿De verdad hay alimentos que pueden provocar acne?
El acné es una condición de la piel que se produce por una combinación de factores: acumulación de grasa en la piel, poros obstruidos, bacterias e inflamación. Intervienen diversas variables, como los cambios hormonales y la genética. Y, aunque se relaciona con la adolescencia, puede aparecer a mayor edad.
¿Hay alimentos que pueden provocar acné?
De acuerdo con Harvard Health, más de una vez se han cambiado las creencias sobre la relación entre la dieta y el acné. Hace un par de décadas se creía que ambos tenían mucho qué ver, y luego eso se desmitificó por completo.
En años recientes han surgido estudios que sí sugieren una relación entre la dieta y el acné. Sin embargo, todavía no existe un consenso al respecto ni investigaciones concluyentes.
Esto quiere decir que sí existe una posibilidad de que los alimentos que consumes promuevan la inflamación en el cuerpo y esto detone brotes de acné. Aun así, no hay razón para creer que cambiar tu dieta te garantizará deshacerte del acné (ni deberías hacerlo sin ayuda de un profesional).
Aunque eventualmente se concluyera que la dieta sí influye en la aparición de acné, no es el único factor involucrado. Están no solo los cambios hormonales o la genética, sino también el estrés y la contaminación.
Algunos alimentos que podrían relacionarse con el acné
1. Los alimentos con índice glucémico alto
De acuerdo con la BBC, algunas investigaciones han sugerido que los alimentos que aumentan los niveles de azúcar en sangre, a menudo denominados alimentos con un índice glucémico alto (como el azúcar refinado y los carbohidratos blancos), parecen actuar como detonantes en algunas personas.
La Academia Estadounidense de Dermatología cita un estudio que arrojó que seguir una dieta con índice glucémico bajo puede reducir la aparición de acné. Esto incluiría consumir verduras frescas, algunas frutas, frijoles y avena, por mencionar ejemplos de alimentos con bajo índice glucémico.
2. Leche
Hay estudios que sugieren que el consumo de leche podría provocar acné, pero la investigación al respecto es escasa y, de ser cierto, podría no afectar a todas las personas. El consumo de lácteos como el queso y el yogur no ha tenido el mismo efecto, debido a su índice glucémico menor.
3. Grasas saturadas
Se cree que los alimentos procesados, con grasas saturadas y grasas trans, podrían agravar el acné.
Lo que comes puede influir directamente en muchos aspectos de tu estado físico y mental, incluyendo tu humor. Muchas veces te enfocas en hacer actividades que te pongan feliz, pero también existen alimentos que te hacen sentir más feliz.
En la última década, de acuerdo con el sitio CNET, se han realizado estudios que vinculan la nutrición con el bienestar mental y el aumento de la serotonina (la llamada “hormona de la felicidad”), que desempeña un papel importante en la regulación del ánimo.
Alimentos que te hacen sentir más feliz
Se ha determinado, a través de diversos estudios y especialistas, como se menciona en BBC Good Food, que existen alimentos concretos que pueden hacerte sentir más feliz. Descubre cuáles son algunos de ellos en este listado.
No es que se trate de fórmulas mágicas, pero sí es posible que tu comida influya en cómo te sientes emocionalmente. También recuerda que los alimentos deben formar parte de una dieta balanceada con todos los nutrientes necesarios para ti.
1. Chocolate negro
El chocolate negro puede afectar positivamente el ánimo. De acuerdo con el portal Delish, entre los componentes del chocolate se encuentran sustancias como triptófano, teobromina y feniletilalanina, que ayudan reducir el estrés y el cortisol, lo que da un efecto antidepresivo en el cuerpo.
2. Plátanos
Se sabe que tienen grandes cantidades de potasio, pero también contienen sustancias que ayudan al cerebro a regular el estado de ánimo. Se trata de vitamina B6, que favorece la producción de serotonina y dopamina. También tiene azúcares naturales y fibra, que ayudan a estabilizar los niveles de energía.
3. Café
De acuerdo con JAMA International Medicine, el consumo de café se ha relacionado con niveles más bajos de depresión. Además, se ha comprobado que mejora el estado de ánimo mientras genera un estado de alerta, siempre que se tenga un consumo responsable y se consideren condiciones de salud específicas.
4. Frutos rojos
Diversos estudios del Instituto de Estudios Moleculares Torrey Pines determinaron que los frutos rojos tienen una similitud química a algunos fármacos. Se concluyó que, por sus propiedades, se parecían a los estabilizadores de ánimo. Por lo que pueden reducir los síntomas de depresión.
5. Alimentos fermentados
Los alimentos pasan por un proceso de fermentación y algunos, como el kimchi, el kéfir, la kombucha y el yogur, ayudan a mejorar el ánimo. Sus probióticos, además de ayudar al proceso intestinal, generan serotonina en el cuerpo.
6. Champiñones
Los champiñones tienen un alto nivel de vitamina D, que está relacionada con las propiedades que contienen antidepresivos. Su consumo regular puede ayudar al estado de ánimo, de acuerdo con la Universidad de Melbourne.
7. Salmón
Está repleto de omega-3, lo que es benéfico para el funcionamiento del cerebro y la memoria a largo plazo. Un estudio publicado por Pharmacological Research menciona que, además de contener propiedades benéficas para el cuerpo, ayuda a combatir la depresión.
8. Nueces
Las nueces mejoran la función cerebral y sus propiedades pueden mejorar el estado de ánimo. Además, contienen propiedades antioxidantes, vitaminas y minerales necesarios para el cuerpo, además de omega-3, como aclara la Facultad de Medicina David Geffen de la UCLA.
Es recomendable nutrirte antes de hacer ejercicio, pues puede preparar el metabolismo y brindarte energía suficiente para tu entrenamiento, explica la Academia Nacional de Medicina Deportiva. Pero no basta con consumir cualquier cosa, pues existen alimentos que no deberías comer antes de hacer ejercicio.
NOSOTRAS te diremos algunas comidas que es mejor evitar para rendir al máximo y cuidar tu salud.
Alimentos que no deberías comer antes de hacer ejercicio
1. Bebidas con gas
Los refrescos u otras bebidas con gas pueden generar una sensación de inflamación, de acuerdo con Health Digest. Como consecuencia, tu entrenamiento se puede volver bastante incómodo.
Por otro lado, un estudio publicado en la revista American Journal of Physiology arrojó que las bebidas con gas antes del ejercicio pueden generar riesgo en los riñones.
2. Frijoles
Son uno de los alimentos más sanos y pueden darte energía, pero para muchas personas pueden no ser ideales justo antes de entrenar. El problema es, de acuerdo con Health Digest, que muchas personas no poseen una enzima llamada alfa-galactosidasa, la cual evitaría inflamación y gases (sobra decir que nadie quiere esto al hacer ejercicio).
El blog de la cadena de gimnasios Planet Fitness aconseja que, si consumes frijoles u otras comidas altas en fibra antes del ejercicio, mantengas la porción pequeña y esperes al menos 30 minutos.
3. Vegetales altos en fibra
Tu cuerpo necesita fibra, pero no inmediatamente antes de ejercitar, dice la plataforma WebMD. Los vegetales como el brócoli, las coles de Bruselas o la coliflor pueden ser difíciles de digerir.
4. Barras de granola y proteína
Esto suena contradictorio, pues las barras son el tipo de alimento que parece diseñado para acompañar un entrenamiento. Sin embargo, en muchas ocasiones estos productos contienen altas cantidades de azúcar. Por eso, antes de elegir una barra revisa a detalle su información nutricional.
5. Comida frita
Esta es una de las peores opciones que podrías elegir porque, debido a su alto contenido en grasas, las comidas fritas pueden drenar tu energía y dejarte una sensación de pesadez.
Por otro lado, el consumo frecuente de alimentos fritos puede incrementar el riesgo de problemas cardíacos.
6. Queso
Como ocurre con los frijoles, no es que el queso sea malo. El problema radica en que su alto contenido en fibra y grasas, resulta más difícil de digerir.
7. Linaza
Estas semillas tienen muchos beneficios, pero también son difíciles de digerir antes de entrenar, como indica WebMD.
8. Bebidas energéticas
El problema de estos productos puede ser su alto contenido en cafeína, que en exceso puede llevarte a deshidratarte y experimentar dolores de cabeza.
Lo que sí puedes comer
Según la Academia Nacional de Medicina Deportiva, para la mayoría de la gente lo ideal sería comer entre 2 y 4 horas antes de hacer ejercicio. Si esto no es posible (por ejemplo, si empiezas en la mañana), concéntrate en una comida ligera (300 o 400 calorías) y espera una hora.
Puedes comer alimentos altos en carbohidratos y proteína, indica Health Digest. Recuerda que lo más recomendable es acudir con un especialista para que te ayude a encontrar un plan ideal para tus necesidades específicas.
El colágeno es una proteína esencial que juega un papel crucial en la salud de tu piel, huesos y tejidos. Aunque tu cuerpo produce colágeno de manera natural, su producción disminuye con la edad. La buena noticia es que puedes apoyar esta producción incluyendo varios alimentos ricos en colágeno en tu dieta regular.
Por suerte para todas, el colágeno está presente en diversos alimentos, así que es muy probable que muchos de ellos te gusten o incluso ya estén en tu dieta.
NOSOTRAS te decimos cómo puedes tomar colágeno de manera natural a través de estos alimentos deliciosos y nutritivos.
Qué es el colágeno
El colágeno es una proteína del cuerpo que se encarga de formar fibras conectivas, que proporcionan estructura y apoyo a numerosos tejidos y órganos, explica el portal de salud Medical News Today.
Los dientes, huesos, órganos internos, los cartílagos, ligamentos y la piel son las partes de nuestro cuerpo que necesitan del colágeno para un buen funcionamiento. Sin el colágeno puedes experimentar debilidad en huesos, problemas en tus vasos sanguíneos, deterioro de tus músculos, entre otros.
Conforme la edad de una persona avanza, la producción de colágeno decrece y una de las maneras en que esto se manifiesta es que la piel pierde firmeza.
El portal Health menciona que incluir colágeno en tu dieta favorece la producción de esta proteína ofreciendo beneficios sorprendentes para tu salud.
El dolor en las articulaciones se puede aliviar con ayuda del colágeno, pues esta proteína ayuda a mantener la integridad del cartílago, menciona Health. De igual forma, tu salud ósea y cardíaca se ven beneficiadas.
El colágeno contribuye en la salud de tu piel, ayudando con la elasticidad y la hidratación, promoviendo una piel radiante.
Alimentos ricos en colágeno o que favorecen su producción
Aunque el cuerpo produce colágeno de forma natural, esta producción disminuye con la edad y la exposición con la luz UV; por ello, integrar alimentos ricos en colágeno o que favorecen la producción es una excelente forma de mantener tu salud.
Recuerda que estos alimentos deben formar parte de una dieta balanceada, con todos los nutrientes que tu cuerpo necesita.
1. Carne
Estos tipos de carne destacan por su aporte en colágeno para el organismo.
Carne de res. El colágeno bovino, derivado de la carne de vacuno, se compone principalmente de colágeno tipo I y tipo III. Estos tipos fortalecen la piel, los huesos, los tendones, el cartílago, el tejido conectivo y los dientes, explica Health.
Pollo. En particular, el cartílago de pollo es una gran fuente de colágeno. Su tipo de colágeno es particular para la salud de las articulaciones y puede ayudar con los síntomas de la artritis, explica Health.
Pescados y mariscos. Se caracteriza por su alta biodisponibilidad, lo que significa que el cuerpo lo absorbe más eficazmente que el colágeno de otras fuentes.
Vísceras.
2. Huevo
Las claras de huevo son la fuente de prolina, uno de los aminoácidos necesarios para la producción del colágeno.
3. Caldo de hueso
Ya sea caldo de cerdo o res, este tipo de caldos ayuda a la producción del colágeno.
En el caso del colágeno porcino, el portal Eating Well menciona que este tipo de proteína se parece mucho al colágeno humano, por lo que se utiliza a menudo en entornos sanitarios para la reparación y el refuerzo de la piel, las heridas y los tendones.
4. Alimentos ricos en vitamina C
Los alimentos ricos en vitamina C son una excelente forma de obtener colágeno, pues la vitamina C ayuda a la producción y distribución de la proteína a todo tu cuerpo.
Algunos de los alimentos que contienen un alto nivel de esta vitamina son las bayas (como arándanos, fresas, moras y frambuesas), cítricos, pimientos, papas, tomates y brócoli.
5. Lácteos
Los productos lácteos, como la leche, el queso y el yogur, también pueden contribuir indirectamente a la producción de colágeno en el organismo, explica Health.
Aunque no contengan colágeno, estos productos cuentan con los aminoácidos, prolina y glicina, componentes clave de las moléculas del colágeno.
6. Alimentos ricos en zinc, magnesio y cobre
Incluir nueces, tés, vegetales de hojas verdes, granos integrales y frijoles, es una excelente forma de integrar minerales que ayudan a sintetizar el colágeno en el cuerpo.
7. Aloe vera
Según Eating Well, un estudio de 2020 publicado en The Journal of Dermatology descubrió que las dosis bajas de aloe aumentaron el contenido de colágeno en la capa de la dermis de la piel (la capa intermedia).
Una dieta saludable puede hacer la diferencia con tu cabello. Lo que comes puede ayudar a mantener una melena fuerte y brillante, evitando la pérdida y fomentando el crecimiento. Ciertamente, habrá productos que te ayuden a mantener tu pelo sano y darle ese aspecto sedoso, pero también existen alimentos que hacen crecer tu cabello más rápido.
Las decisiones nutrimentales que tomemos pueden fomentar un cabello más saludable. Añadir algunos alimentos a nuestra dieta puede proveernos de nutrientes adicionales que favorezcan el crecimiento del cabello.
Los alimentos que hacen crecer tu cabello más rápido
Bianca Tamburello, nutricionista para Real Simple, menciona para que “algunos nutrientes que son particularmente beneficiosos para promover el crecimiento, la fuerza y el grosor del cabello incluyen proteínas, vitaminas B, vitaminas C y D, grasas omega-3, colágeno, zinc, biotina, hierro y riboflavina”.
El portal de salud WebMD menciona que algunos de los alimentos que contienen estas propiedades pueden beneficiar la salud de tu piel y de tus uñas también, por lo que su consumo es importante.
Recuerda que estos alimentos deben formar parte de una dieta balanceada, que contenga todos los nutrientes que tu cuerpo necesita.
1. Yogur
Contiene muchas proteínas y vitaminas como la B y la D. Es rico en calcio y puedes agregarlo fácilmente en tus comidas. Ayuda no solo al cabello, favorece la salud de los huesos también.
2. Salmón
El salmón promueve la salud capilar al contar con altos niveles de grasas, omega-3 y otras vitaminas que hacen la diferencia. También posee proteínas de alta calidad que son necesarias para el crecimiento del cabello.
3. Caldo de hueso
Puede sonarte poco convencional, pero los caldos de hueso suelen ser ricos en colágeno, y este estimula el crecimiento del cabello. Es fácil de preparar en casa, pero también puedes comprarlo.
4. Cítricos
Las frutas como naranjas, limones, toronjas y sus variantes son ideales para encontrar la vitamina C y la A. Puedes añadirlas a tu dieta fácilmente al preparar vinagretas o jugos con ellas.
5. Avena
Los cereales integrales, como la avena, son una buena forma de conseguir nutrientes. El sitio Real Simple lo define como un “mineral de la belleza” y es versátil a la hora de cocinarla.
6. Aguacate
Cuenta con vitamina E y tocotrienoles, antioxidantes que mejoran la salud del cabello y lo hacen brillante. Ya sea que lo consumas como arte de una ensalada o en guacamole, sus propiedades mejorarán la salud de tu cabello.
7. Nueces y semillas
Las nueces y semillas pueden contener muchas vitaminas y propiedades que muchas pasamos por alto. Pueden contener zinc, vitamina B y ácidos grasos omega-3. “Las semillas de chía, las semillas de lino y las nueces son ricas en fuentes vegetales de grasas saludables omega-3 que podrían ayudar a que el cabello crezca más grueso”, menciona Tamburello para Real Simple.
8. Huevo
Un elemento esencial es la biotina y la encontramos en grandes cantidades en los huevos. Podemos encontrar, además, zinc y proteínas, incluso vitamina D, que brindan beneficios a nuestro cabello.
9. Frutos rojos
Los frutos rojos contienen vitamina C y antioxidantes que estimulan al cabello. Tienen un gran impacto en los folículos pilosos, lo que fomenta un crecimiento fuerte de cabello.
Recuerda que alimentarse bien es importante para una buena salud capilar y general. Es importante mencionar que puedes consultar con un especialista en nutrición o con un médico de confianza que te ayude de ser necesario.
Desde hace algunos años se popularizó el método conocido como ayuno intermitente como una opción efectiva para bajar de peso, y se habla de beneficios como regular los niveles de azúcar en la sangre. Así como ha aumentado su fama surgieron dudas, como si el ayuno intermitente es peligroso para las mujeres.
NOSOTRAS te contamos cuáles son los efectos del ayuno intermitente en las mujeres.
Qué es el ayuno intermitente
Como lo explica el portal especializado en nutrición EatingWell, el ayuno intermitente es un patrón de alimentación en el que se alternan periodos de ayuno con periodos en que se puede ingerir alimentos.
Hay diversos métodos con los cuales se aborda un ayuno intermitente. Por ejemplo, el ayuno diario con tiempo restringido: según describe un estudio de JAMA Internal Medicine, consiste en comer diario dentro de una ventana de tiempo de ocho horas, y ayunar por el resto del día (16 horas).
Otro de los métodos más utilizados es el de días alternos; según una revisión de Frontiers in Nutrition, implica alternar días en los que se come libremente con otros en los que se ayuna por completo.
Estos métodos se emplean con ayuda de especialistas para diversos objetivos como perder peso. Los posibles beneficios, según Cleveland Clinic, incluyen reducir la inflamación, regular mejor el azúcar en la sangre y reducir triglicéridos en la sangre.
¿El ayuno intermitente es peligroso para las mujeres?
El ayuno intermitente no es un remedio milagroso que funcione igual para todas las personas. NO debes implementarlo de manera independiente, pues involucra importantes efectos en la salud. Solamente un especialista en salud puede decirte si hay potenciales beneficios para ti y de qué manera sería posible abordar este patrón de alimentación.
De acuerdo con Cleveland Clinic, el ayuno intermitente puede tener un gran efecto en las hormonas femeninas, progesterona y estrógeno. “El ayuno puede afectar la ovulación y tu periodo menstrual. Incluso si no estás intentando embarazarte, estas hormonas y su ciclo tienen efectos en tu cuerpo”, dijo la nutricionista Julia Zumpano para el mismo medio.
Si bien estos métodos pueden tener beneficios para muchas mujeres, se debe hacer de una manera correcta con asesoría médica.
“El ayuno puede hacer que el estrógeno y progesterona vayan en picada”, dice Zumpano. Los bajos niveles de estas hormonas pueden producir diversos síntomas como cambios en tu ciclo menstrual, irritabilidad, acné, dolores de cabeza, bajo deseo sexual, piel seca, pérdida de cabello, problemas para dormir e infertilidad.
La doctora Nirusa Kumaran explicó para el portal Live Science que las mujeres pueden ser más sensibles al ayuno intermitente debido al ciclo menstrual y las fluctuaciones hormonales. “Las mujeres pueden tener una mayor sensibilidad a los cambios en el balance de energía, así como el ayuno puede detonar una respuesta exagerada al estrés. Esto puede dar resultados opuestos a los beneficios de salud que se buscaban”, dijo.
De acuerdo con Live Science, las mujeres embarazadas, lactando o que intentan concebir, deberían evitar el ayuno intermitente así como cualquier dieta restrictiva.
La doctora Jillian Greaves explicó para EatingWell que el ayuno intermitente es un estresor para el cuerpo, lo cual puede generar daño para muchas personas cuyo estilo de vida ya está lleno de estresores físicos y emocionales. Es posible que se incremente el cortisol (la hormona del estrés), lo cual lleva a efectos como la desregulación del azúcar en la sangre, pérdida de músculo, fatiga y disrupciones en la tiroides.
La alimentación es esencial para mantener una salud óptima y poder desempeñar nuestras actividades cotidianas de la mejor manera posible. La ingesta de proteínas en nosotras, las mujeres, es fundamental ya que estos nutrientes inciden de manera significativa durante algunas etapas como la menstruación, por ejemplo. Es por eso que te contamos sobre cuánta proteína es que deben consumir al día las mujeres.
El sitio web EatingWell explica que la proteína es esencial para los seres humanos, es como un “pegamento” que conforma tus células. Incide en las hormonas, anticuerpos, músculos y articulaciones; desde tu cabello hasta tus uñas.
Cuánta proteína deben consumir al día las mujeres
De acuerdo con Harvard Health, la cantidad diaria recomendada de proteínas, como mínimo, es de 0.8 gramos de proteína por kilogramo de peso corporal; la ingesta diaria recomendada es la cantidad de nutrientes mínima que necesitas.
Es la cantidad mínima que tu cuerpo requiere para no enfermarte, más no la cantidad exacta que tengas que consumir todos los días.
Según la plataforma MindBodyGreen, un estándar de consumo diario en mujeres es de 1.2 a 2 gramos de proteína por kilogramo de peso corporal.
La calidad de las proteínas es tan importante como la cantidad de proteínas. Según MindBodyGreen, las mujeres deben buscar fuentes de proteínas de alimentos integrales que contengan al menos 2.5 gramos de leucina por porción, y las proteínas animales tienden a ser una fuente de leucina de mayor calidad.
Las necesidades serán distintas para cada mujer, ya que la cantidad de proteína que se requiere dependerá del peso, el nivel de actividad física y la genética, por mencionar solo algunos factores.
Es importante que hables con tu médico sobre la ingesta que sería más recomendable para ti, considerando tus condiciones de salud específicas.
Las necesidades de proteína cambian en diferentes momentos de la vida de una mujer
La mayoría de las investigaciones sobre el consumo y regulación de proteínas históricamente se ha realizado solo en hombres, pero actualmente eso está cambiando. Se han realizado estudios como el del Journal of the International Society of Sports Nutrition; como primeras consideraciones para estrategias nutricionales en mujeres, se han descubierto los beneficios de consumir más proteína durante diferentes momentos de nuestra vida, como el ciclo menstrual, el embarazo y la menopausia.
1. Ciclo menstrual
De acuerdo con MindBodyGreen, nuestras necesidades cambian a lo largo del ciclo menstrual. Por ejemplo, durante la fase lútea del ciclo, es recomendable tener un mayor consumo de proteína.
2. Embarazo
A medida que crece el tejido y el músculo durante el embarazo, la necesidad de proteínas también aumenta. De acuerdo con Health Harvard, es recomendable ingerir de 75 a 100 gramos de proteína al día para el desarrollo fetal, el crecimiento de la placenta y los senos.
3. Menopausia
Aumentar la ingesta de proteína durante esta etapa en la vida de una mujer, ayudará a prevenir la pérdida de masa muscular relacionada con la edad.
Entre más proteína, ¿mejor?
Harvard Health explica que la cantidad en que consumas proteínas también influirá en tu rendimiento del día a día. Para algunas personas, una mayor ingesta diaria de proteínas puede tener beneficios para mantener la masa muscular y la fuerza. Algunos estudios sugieren que la proteína es más efectiva si la repartes entre las comidas y refrigerios del día, en lugar de ingerir todo de una.
Actualmente existen guías alimentarias que sugieren darle importancia a comer alimentos ricos en proteínas saludables en lugar de concentrarse en consumir cantidades racionadas gramo por gramo.
La vitamina B12 es un nutriente que necesita el cuerpo humano para funciones importantes como la formación de sangre y para mantener el sistema nervioso saludable, como explican los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos. Cada persona necesita ingerir diferentes cantidades y esto se puede diferenciar incluso por el sexo biológico. Entonces, tal vez te preguntes, ¿cuánta vitamina B12 deben consumir diario las mujeres?
El déficit de la vitamina B12 puede causar problemas de salud como la anemia, daño en el sistema nervioso y problemas de memoria o cognición, describe Harvard Health Publishing.
Este nutriente lo puedes encontrar en la comida de origen animal, como el pescado, la carne roja, la carne de pollo, los huevos, la leche y ostiones. Por el contrario, ningún alimento de origen vegetal la contiene, por ello es importante que si llevas una dieta vegana busques alternativas para obtenerla.
Cuánta vitamina B12 deben consumir diario las mujeres
De acuerdo con Harvard Health Publishing, usualmente a las mujeres adultas se les recomienda ingerir diariamente 2.4 microgramos; se sugiere 2.6 microgramos para las mujeres embarazadas y 2.8 microgramos para quienes están lactando.
Normalmente, esta cantidad recomendable es obtenida de manera natural cuando llevas una dieta balanceada, que incluya alimentos de origen animal como carnes, productos lácteos y huevos.
Sin embargo, Harvard Health Publishing también explica que debe obtenerse en mayor cantidad en algunas situaciones que enlistamos a continuación. Si te identificas con una de ellas, consulta a tu médico para saber cómo puedes prevenir una deficiencia y si se recomienda el uso de suplementos alimenticios para ti.
1. Si eres una mujer de 50 años o más
Conforme pasa el tiempo, las células de tu sistema gastrointestinal se vuelven menos eficientes. Debido a ello tienes que incrementar la cantidad de vitamina B12 que ingieres, porque tu cuerpo ya no lo absorbe de la misma manera que antes.
2. Si tienes un desorden gastrointestinal
Las personas que tienen la enfermedad de Crohn u otro trastorno gastrointestinal también tienen dificultades para absorber de manera eficiente la vitamina. A ello también se suman las personas que se han sometido a una cirugía para bajar de peso.
3. Eres vegana
Debido a que los vegetales, cereales, leguminosas y semillas no contienen la vitamina B12, debes buscar alternativas como suplementos para reemplazar la ingesta de productos de origen animal. Si eres vegana y te encuentras lactando lo mejor será buscar ayuda médica para proporcionarle los nutrientes necesarios a tu bebé.
4. Si tienes anemia perniciosa
Este tipo de anemia afecta la capacidad del estómago de absorber la vitamina.
A la mayoría de las personas les sucede al menos una vez que la fiesta o reunión estuvo muy buena y se pasaron un poquito con el consumo de alcohol. Lo que esto nos deja es una resaca o, como muchas nosotras le llamamos, una “cruda”.
La “cruda” incluye una serie de malestares que, si alguna vez lo has experimentado, es probable que en ese momento te hayas arrepentido de beber tanto alcohol. Existen diversos remedios sencillos que pueden aminorar los malestares y sentirte mejor paulatinamente. Hoy te hablaremos de algunos alimentos y bebidas que te ayudarán a aliviar la “cruda”.
Alimentos y bebidas que te ayudarán a aliviar la ‘cruda’
De acuerdo con el Instituto Nacional de la Salud de Estados Unidos, los síntomas de una resaca pueden durar 24 horas o más. Van desde la fatiga, dolor de cabeza, náuseas, vómitos, mareos y deshidratación excesiva.
Aunque la “cruda” de cada persona es diferente, es la respuesta del cuerpo ante una ingesta considerable de alcohol, que hace que pases una mañana muy desagradable.
Existen alimentos y bebidas que por sus componentes pueden ayudarnos a alivianar el malestar. A continuación te presentamos una serie de alimentos y bebidas que de acuerdo con el portal de salud Healthline, podrán ayudarte si estás “cruda”.
1. Plátano
Debido a la deshidratación, se pierden electrolitos como el potasio y el sodio. Un plátano contiene el 12% del valor diario de potasio, lo que lo convierte en una gran fuente de tal nutriente que podrán ayudarte a reponer las reservas de tu cuerpo.
2. Espinaca
El ácido fólico puede verse afectado por el consumo excesivo de alcohol, y la espinaca es rica en esta vitamina. Comer espinaca puede ayudar a recuperar o mantener tus niveles de folato. Una taza de 180 gramos de espinaca cocida proporciona el 66% del valor diario.
3. Aguacate
Al igual que los plátanos, el aguacate también ayuda a elevar los niveles de potasio. Tan solo un porción de 136 gramos puede darte el 20% del valor diario del mineral que pierdes cuando estás “cruda”. Hay investigaciones que demuestran que el aguacate contiene compuestos que benefician al hígado, órgano que se ve afectado a largo plazo cuando ingieres demasiado alcohol de manera recurrente.
4. Nopal
La revista de divulgación Scientific American publicó un artículo en donde dice que tomar jugo de nopal puede disminuir los malestares de la “cruda” si se toma 5 horas antes de ingerir alcohol. Además, un estudio realizado en el 2004 encontró que el extracto de una tuna de igual forma disminuye los molestos síntomas.
5. Proteína animal
El pollo y la carne son fuente de proteína natural; el salmón es fuente de ácidos grasos, que son buenos para ayudar a disminuir la inflamación del cuerpo y brindar los nutrientes que se han perdido por la ingesta desmedida de alcohol.
6. Agua simple
Probablemente no se antoje demasiado en un momento así, pero pocas cosas pueden ayudarte tanto como el agua simple. Como explica Cleveland Clinic, debes beber lentamente (unos traguitos a la vez) y asegurarte de que el agua esté a temperatura ambiente.
7. Agua de coco
Si deseas algo con un poco más de sabor, esta es una buena opción de acuerdo con Everyday Health. El agua de coco puede ayudarte con la deshidratación que conlleva el consumo de alcohol, además de que contiene electrolitos como el potasio.
8. Té verde
Se cree que esta infusión puede ayudar a disminuir la concentración del alcohol en la sangre, según han mostrado estudios en animales. Como dice Healthline, existe una buena posibilidad de que sus beneficios se trasladen a los humanos.
En general se recomienda descansar para reponer fuerzas. Y recuerda que el mejor remedio para una “cruda” es evitar el consumo excesivo de alcohol.
El cuidado de la piel para muchas de Nosotras es fundamental, no por nada diariamente implementamos una rutina de skincare con la idea de, además de lucir radiantes, mantener una buena salud en nuestra piel. Pero el cuidado no solo es exterior, sino también empieza desde adentro.
Una buena alimentación es importante para poder mejorar la función y las capacidades de tu cuerpo, como complemento está la apariencia. Para potenciar de manera natural tu belleza, te contamos de algunos alimentos que debes de evitar para preservar la salud de tu piel.
Alimentos que debes evitar para preservar la salud de tu piel
Depurar algunos alimentos que pueden suponerte un daño a largo plazo puede ser difícil, pero logrando un equilibrio podrás conseguirlo poco a poco.
De acuerdo con Medical News Today, estos son algunos de los alimentos de los cuales deberías reducir el consumo o evitar en su totalidad, si quieres tener una piel más sana.
1. Comida frita
Un estudio realizado por Open Heart encontró que los aceites ricos en ácidos grasos omega 6 pueden estar vinculados ligeramente a la inflamación crónica de bajo grado.
Las frituras en aceite de maíz, girasol, cacahuate o sésamo, que son aceites refinados ricos en ácidos grasos omega 6, pueden provocar inflamación en el cuerpo o hinchazón en la piel.
2. Azúcares añadidos
No es ningún secreto el daño que supone consumir azúcares en exceso, asociados con la obesidad y algunas enfermedades crónicas como la diabetes y cardiopatía; pero, de acuerdo con la Universidad de Harvard, el problema de salud no termina ahí. Para tu piel, el consumo excesivo de azúcares puede ocasionarte acné, dermatitis y psoriasis.
3. Embutidos
El doctor Howard Sobel, dermatólogo y cirujano del Hospital Lenox Hill en la Ciudad de Nueva York, dijo para Health Digest que estos alimentos contienen altas cantidades de sal, nitritos y nitratos. Los nitritos pueden dañar la piel al causar inflamación y favorecer las arrugas. Además de que los altos niveles de sodio presentes en los embutidos inciden también en los niveles de hidratación de la piel.
4. Alcohol
El alcohol puede causar la deshidratación de tu piel y provocar una reacción inflamatoria en el cuerpo, además de que puede hacer que los poros y las arrugas sean más visibles. Cuando mezclas el alcohol con bebidas dulces como el refresco, también estimula las glándulas sebáceas, indica Live Strong.
5. Pan blanco
Este alimento se considera como un carbohidrato refinado. Se descompone, se digiere y se absorbe de manera rápida, esto hace que los niveles de azúcar en la sangre se disparen y puedan provocar acné. También contribuyen a un proceso llamado glicación del colágeno que, de acuerdo con Live Strong, hace que las fibras de colágeno se endurezcan y se agrieten.
6. Lácteos
Algunos estudios han demostrado que el consumo de productos lácteos puede contribuir a condiciones de la piel como el acné, especialmente el consumo de productos que son descremados. Por esta razón podría ser buena idea no excederte con su consumo.
Existen diferentes opciones saludables que puedes implementar en tu dieta diaria para beneficiar tu piel. Alimentos como frutas y verduras, o proteína como los pescados grasos, pueden ayudarte a promover una piel más sana y te ofrecerán otros beneficios como reducir el daño que producen los rayos UV (además de usar protector solar diario, por supuesto).
Tener conocimiento sobre qué tipo de comidas son buenas para nutrir tu cuerpo antes de cada actividad física puede ser muy importante para realizar el entrenamiento de manera más eficiente. Aunque no lo creas, los alimentos que ingieres antes de hacer ejercicio pueden jugar a tu favor o en contra.
Nosotras te decimos cuáles son los alimentos que debes evitar antes de hacer ejercicio.
Alimentos que debes evitar antes de hacer ejercicio
Antes de realizar cualquier actividad física el cuerpo necesita de la energía suficiente para evitar una descompensación, es por esta razón que es importante saber qué alimentos son los indicados para comer antes de hacer ejercicio; no todos son aptos para ser consumidos por diferentes razones, entre ellas que pueden generarte incomodidades durante tu entrenamiento.
De acuerdo con el portal especializado My Fitness Pal, una de las consecuencias de consumir ciertos alimentos antes de practicar tu rutina de ejercicio es que te pueden causar problemas digestivos. Debido a que cuando realizas una actividad física gran parte de la sangre se va a los músculos, el flujo que comúnmente se dirige al estómago se reduce.
Además de la comida rápida y las bebidas con gas, estos son algunos alimentos que deberías evitar.
1. Barras de cereales
Este tipo de snacks puede ser alto en proteína pero no contienen los carbohidratos necesarios para ser un alimento apto para antes del ejercicio. Además, es posible que tengan mucha azúcar, como advierte el portal médico WebMD.
Una mejor opción de consumo es algún tipo de fruta que te dé este elemento esencial que te evitará sentirte con poca energía.
2. Postres
Cualquier tipo de postres es un rotundo “no” para que lo comas antes de hacer actividad física. Esto se debe a su alto contenido de grasas y aceites vegetales que no te darán la energía requerida para realizar con eficacia la rutina de ejercicio.
3. Panes
El pan blanco dentro de sus ingredientes tiene altas cantidades de gluten y azúcar añadido, lo que produce que las personas tengan una digestión más lenta. Mientras que el pan integral, a pesar de contener carbohidratos, también está hecho con levadura; esta última provoca retención de agua e inflamación.
4. Verduras altas en fibra
Si bien la fibra es buena para el cuerpo de cada persona por sus beneficios, las verduras como el brócoli y la coliflor no son la opción ideal para una comida antes de hacer ejercicio. Ambos vegetales son difíciles de digerir, lo que puede provocar inflamación al momento que estés haciendo cualquier actividad física. Lo mejor es optar por verduras más ligeras como espárragos y papas.
5. Bebidas energizantes
Las bebidas energizantes son conocidas por sus niveles altos de azúcares. Es por esta razón que no es recomendable ingerirlas antes de una actividad física, pues al beberlas te causa una alta de energía pero conforme vaya pasando el tiempo irá disminuyendo hasta dejarte cansada y sin ganas de seguir. Una mejor opción es un jugo de zanahoria o tomate, ambos tienen los nutrientes aptos para realizar ejercicio.
6. Yogur
Tienes que ser muy cuidadosa con el tipo de yogur que tomas antes de tu entrenamiento, ya que lo que son altos en azúcares y grasas tienen un proceso de digestión más lento. Al ser un lácteo puede traer más consecuencias de lo normal.
7. Alimentos picantes
Cualquier alimento picante pasa por un proceso digestivo más lento, lo que causa que se necesites un descanso después de consumirlos. Así que es mejor evitarlos si quieres que tu cuerpo esté preparado para alguna actividad física.
Alimentos aptos para comer antes de hacer ejercicio
Hay una variedad de alimentos que son aptos para que los puedas consumir antes de realizar cualquier tipo de actividad física sin que te tengas que preocupar por presentar algún síntoma negativo cuando estés haciendo ejercicio.
Si te gustan los cereales, el arroz es una buena opción de alimento.
Las mejores frutas para comer antes de realizar actividad física son el plátano, manzana, ciruela y naranja.
Avena con frutos rojos es una buena opción debido a que es ligero y fácil de digerir.
Yogur sin azúcares es ideal por si no tienes mucho tiempo de comer antes de entrenar.
Los jugos de verdura combinados con frutas son ideales debido a que te aportan los nutrientes necesarios para tener la energía suficiente al momento de hacer ejercicio.
Cuéntanos, ¿cuál de estos alimentos que debes evitar antes de hacer ejercicio sí habías estado ingiriendo?
“Tienes que bajar de peso, te lo digo por tu bien. No es por otra cosa sino por tu salud”. Casi no existe una persona con “sobrepeso” que no haya escuchado estas palabras de un amigo o familiar bien intencionado… o no.
De acuerdo con la nutrióloga Raquel Lobatón, licenciada en Nutrición por parte de la Universidad Iberoamericana y creadora de la que ella ha bautizado como “nutrición incluyente”, un buen estado de salud no necesariamente está relacionado con el peso. “Hay personas delgadas que están muy enfermas, y personas gordas que están perfectamente sanas”, dice la profesional.
Raquel se ha convertido en una figura habitual en programas y podcasts dedicados a la mujer, pues somos nosotras las que más sufrimos la estigmatización por el peso, aunque en realidad los hombres tampoco se libran de los “comentarios”.
Su nombre se ha hecho conocido gracias a su punto de vista, muy distinto al de la mayoría de los nutriólogos. E, incluso al de otros profesionales de la salud. “Soy educadora en diabetes y ejerzo la nutrición desde un enfoque no centrado en peso. Me declaro una nutrióloga antidietas, no promuevo las dietas, las denuncio, las cuestiono, las reto, porque mi visión de la nutrición ha cambiado mucho. Me he convertido en una activista de la diversidad corporal y de la liberación corporal en redes sociales. Tengo una certificación en ‘body trust’ (confianza corporal), y hoy me dedico a ayudar a las personas a sanar su relación con su cuerpo y la comida”, asegura contundente.
La nutrición incluyente
Lo que Raquel ha llamado “nutrición incluyente” engloba el abordaje que tiene sobre la nutrición y la salud, y proviene de modelos creados hace unas décadas, en los que se basa.
“Trabajo bajo dos modelos o líneas. La primera es ‘salud en todas las tallas’. Es una forma de abordar la salud que surge en los años 80 en los Estados Unidos y que ha ido tomando más fuerza. De unos cinco o seis años para acá fue cuando se empezó hablar de ello en los países latinos”, comenta.
Raquel dice que hemos hecho mucho daño al centrar la salud en el peso. Nos han creado una narrativa sobre que el peso de una persona es, de manera primordial, lo que determina su salud, cuando no es así. La salud es más compleja.
Esta fijación con el peso ha llevado a las personas a sumirse en interminables ciclos de dietas que en la mayoría de los casos no funcionan a largo plazo, y, muchas veces, la salud se ha deteriorado más.
“Si una persona empieza a dormir ocho horas diarias, deja de fumar, atiende a sus consultas médicas y toma sus medicamentos, ¿esa persona no va a mejorar su salud, aunque no baje de peso? El peso de una persona no es su elección. Hoy sabemos que está basado en más de 100 variables, la mayoría fuera de nuestro control, que tienen que ver con mecanismos de regulación”, añade.
La nutrióloga dice que “no podemos saber absolutamente nada de la salud de una persona por su peso y tampoco podemos conocer de los hábitos de una persona por su peso. Todo es fruto de nuestros prejuicios. Hay que entender que delgadez no es sinónimo de salud, ni gordura sinónimo de enfermedad”.
“Hay personas delgadas con diabetes, colesterol y triglicéridos altos, con cáncer… y hay personas gordas que no tienen esas enfermedades. Si la gordura fuera la causa, como se nos ha hecho creer, entonces ninguna persona delgada las tendría”, dice la nutrióloga.
“La gente está dispuesta a todo con tal de adelgazar, a meterse medicamentos, a someterse a procedimientos quirúrgicos peligrosos, a hacer ayunos prolongados peligrosos, a dejar de comer, a provocarse trastornos alimenticios… todo con tal de alcanzar esa delgadez ‘ideal’”, afirma.
“Nos han vendido que estar delgado es la única forma de estar sano, pero no solo es eso, sino que también vivimos en una cultura gordofóbica. La gordofobia es un sistema de discriminación y de violencia hacia las personas gordas. Vivimos en una cultura que discrimina, violenta, maltrata, da menores oportunidades a las personas gordas, las estigmatiza y no se pondera que eso también daña a las personas, incluso de peor forma”, señala.
Alimentación intuitiva
“La alimentación la trabajo bajo un modelo que se llama Alimentación intuitiva”, añade Raquel. Se trata de un modelo de alimentación desarrollado en Estados Unidos en los años 90 por dos nutriólogas, Evelyn Tribole y Elyse Resch, alineado a los principios de salud de todas las tallas. No es para perder peso, sino para ayudar a sanar la relación con la comida y la salud, pero no desde un lugar centrado en peso.
“Todos somos comedores intuitivos natos”, afirma Raquel. “Alimentarte intuitivamente significa comer de la forma en la que lo hacíamos todos cuando éramos niños. Nacimos con señales muy claras de hambre, de saciedad, no sentíamos culpa al comer, no comparábamos nuestro plato con el de los demás, no le dábamos valor moral a la comida. Es decir, no nos sentíamos mejores personas por comer brócoli o por no comer donas, todo eso se ha desarrollado por la cultura de las dietas”.
“La alimentación intuitiva busca rescatar a las personas que han estado toda su vida en esta cultura, haciendo todo tipo de regímenes. La idea es llevarlos nuevamente a conectar con su cuerpo”.
¿Es posible desprogramarse?
De acuerdo con Raquel, no es fácil dejar atrás esta mentalidad, pero se puede. “Es posible, sí. Yo lo he visto. Trabajé 20 años como nutrióloga profesional, 20 años dando dietas para perder peso y ahí sí era un laberinto sin salida. Todos mis pacientes terminaban regresando conmigo porque recuperaban el peso perdido o incluso más”.
“Aquí, a lo largo de los seis años que llevo trabajando con esta nueva perspectiva, he visto un montón de gente que ha podido reestablecer una buena relación con la comida y su cuerpo. No es fácil, es un camino difícil, retador, es nadar contracorriente todos los días, no es un proceso lineal, implica mucho valor, apertura, retar creencias, pero de que se puede, se puede”, asegura.
Raquel afirma que el primer paso es empezar a cobrar conciencia. De acuerdo con la nutrióloga, está documentado que el 95% de las personas que pierden peso con cualquier dieta o intervención quirúrgica lo recupera entre dos y cinco años después; y dos terceras partes de ellos suben más kilos de los que habían bajado.
La industria de las dietas genera, solo en Estados Unidos, más de 78 mil millones de dólares anuales, asegura Raquel; a nivel mundial son 250 millones de dólares anuales, según el último reporte.
La estrategia es hacerte creer que tienes un problema con tu peso, con tu cuerpo y para eso te vendo un producto. “Cuando el producto fracasa, porque va a fracasar, yo me quedo con el crédito de la primera parte, cuando sí bajaste y te responsabilizo a ti del rebote, la segunda parte. Entonces te la crees y entras en el ciclo de ir a buscar otra dieta. En el trayecto, no solo recuperas el peso o incluso más, sino que terminas dañando tu relación con la comida y con tu cuerpo. Comes con culpa, miedo, ansiedad, incrementan los atracones. Es un círculo vicioso”, explica.
Centrarnos en el peso ha dañado más la salud de las personas, porque las ha llevado a vivir en este loop eterno. Hay mucha evidencia científica sobre el hecho de que subir y bajar de peso deteriora la salud y es mucho más riesgoso que mantener un peso estable toda la vida, aunque sea un peso alto.
“La discriminación por el peso ha contribuido a deteriorar la salud” asegura Raquel. “Las personas gordas no quieren ir al doctor, porque lo primero que les dicen es ’tienes que bajar de peso’. Los mismos doctores (y hay estudios que lo comprueban), destinan menos atención, menos tiempo, a las personas gordas, no les dan los mismos tratamientos que a las personas flacas porque, antes que revisarlos a fondo, los ponen a dieta. No están recibiendo un trato adecuado ni justo en temas de salud”, asegura.
Los principios básicos de la alimentación nutritiva
La alimentación intuitiva, de acuerdo con Raquel, se basa en 10 principios que se deben ir trabajando de forma simultánea.
Rechazar la mentalidad de dieta. Que se entienda que las dietas no solo no sirven, sino que te han hecho daño.
Honrar a tu hambre. Muchas personas están desconectadas de sus señales de hambre por tantos años de dieta. Hay que volver a conectar con tu cuerpo, el hambre es una señal para la supervivencia del ser humano.
Siente tu saciedad. Volver a conectar con ella y poder elegir parar cuando te sientes satisfecha.
Hacer las paces con la comida. Quitarle el valor moral, entender que no es buena ni mala.
Reclamar el placer de comer.
Respetar a tu cuerpo. Que se entienda que es perfecto y que no tiene que cambiar.
Enfrentar tus emociones con amabilidad. No relacionar la tristeza, la soledad, el enojo, la dicha con la comida. No es castigo ni recompensa.
Movimiento corporal. Conectarte con el movimiento y el ejercicio no desde un lugar de castigo ni tortura o culpa, sino por el placer y por el beneficio que te puede traer.
Retar a la policía alimentaria, interna y externa. Es la tía que se viene a meter con tu plato.
Honrar tu nutrición con gentileza. Cuando te liberas de todas las reglas de alimentación y de la mentalidad de dieta y te das permiso de conectarte y escuchar a tu cuerpo, te das permiso de comer lo que tu cuerpo te pide, te das cuenta de que tu cuerpo no solo te va a pedir galletas y papas y que también quiere otros alimentos.
“Cuando digo que no puedo comer chocolates, claro que el día que pueda me acabo de un tirón la bolsa entera; en cambio, si siempre tengo acceso, me como uno o dos, a lo mucho”, dice Lobatón.
Cuerpos de fantasía
Al respecto de la figura de moda (senos voluptuosos, cintura brevísima, trasero amplio pero firme y perfectamente redondo), Raquel comenta: “Los estándares de belleza se imponen sobre todo en mujeres. Son constructos sociales que se establecen en cierto momento de la historia de lo que se considera bello; siempre con la idea de que muy pocas personas puedan aspirar a él”.
Ella explica que “se lucha con la conciencia, con darnos cuenta de que nos manipularon, de que nos han vendido la mentira de que hay solo una forma correcta de tener un cuerpo hermoso”.
“Hoy en día, en Mauritania se sigue manejando a la mujer gorda como bella, y es igual de violento que acá. A las niñas las obligan a ser gordas con dietas súper calóricas para resultar atractivas a la mirada masculina, que tiene todo que ver con la mirada patriarcal ancestral. Acá lo vemos como una locura, pero, en realidad, ¿qué diferencia hay con lo que nosotros hacemos? Hambrearnos voluntariamente o someternos a procedimientos no solo costosos, sino riesgosos”.
“Esto va ligado a temas de género”, añade Raquel “tiene que estar en la agenda feminista sí o sí, porque nos hicieron creer que nuestro valor radica en nuestra apariencia. A un hombre no se le sanciona tanto si se aleja de esta hegemonía corporal”.
Raquel afirma que “es violencia estética, que va ligada a la gordofobia y va dirigida a las mujeres primordialmente. Nos exigen ser flacas, pero también jóvenes y también se relaciona con la blanquitud”.
¿Y si no eres flaca?
“Tú no le debes salud, ni delgadez, ni belleza, ni nada a nadie. Desde ahí puedes empezar a poner límites”, dice Raquel al respecto de cómo enfrentar a la “policía del peso”. “A base de la repetición del límite acaban por entender. No tiene que ser desde un lugar grosero y agresivo”, comenta.
Raquel añade que tienes que hacer “tu propia chamba”. “Cosas muy concretas, en especial las mamás: jamás se quejen de su cuerpo enfrente de sus hijas; si yo me digo delante del espejo ‘¡qué gorda, qué fea, qué celulitis!’, mi hija va a aprender a quejarse de su cuerpo y que la gordura es lo peor que le puede pasar. Hay que dejar de hablar de cuerpos, por supuesto”, afirma.
La gordura y las redes
“Yo respeto y admiro a las activistas gordas que se muestran en redes y que hacen un trabajo de liberación corporal colectiva”, dice Raquel al respecto de la violencia contra las personas gordas en redes sociales. “En el momento en que empiezan a mostrar sus cuerpos, están abriendo el camino para otras. No todos tienen esa fortaleza”.
Para reconciliarte con tu cuerpo y tu peso, Raquel aconseja que “lo importante es repetirte que tu cuerpo no es un problema a resolver. No se trata de aceptar tus ‘defectos físicos’, sino de entender que nunca lo fueron, solo te lo hicieron creer”.
Ella recomienda “empezar a consumir contenido en este sentido, hay muchísimo material en redes sociales, libros, artículos, documentales; empezar a deconstruirnos, cambiar de paradigma, aunque no se cambia de la noche a la mañana. Hay que tener mucha paciencia, autocompasión, abrazarte mucho, porque se vive un duelo cuando decides empezar este camino, es renunciar a esa delgadez a la que aspiraste tanto tiempo. Conecta con otras personas que están pasando por lo mismo, haz comunidad y ten mucha paciencia”, concluye.
Desde que somos pequeñas, en casa nos enseñan la importancia de ingerir frutas para una vida saludable. Sin embargo, a medida que crecemos, comenzamos a conocer información variada y hasta contradictoria sobre los beneficios o desventajas de su consumo regular. Por eso es importante informarse acerca de la selección perfecta de frutas frescas con alto valor biológico y que no pueden faltar en nuestra mesa, dentro de una dieta balanceada.
Para esto, un grupo de especialistas del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO) se dieron a la tarea de analizar un amplio grupo de frutas hasta seleccionar 7 de las frutas más saludables que son accesibles y que deben estar al principio de la lista para consumo, bien sea diario o semanal.
De acuerdo con el nutriólogo Rubén Bravo, vocero de IMEO, en el estudio se consideraron una serie de factores como valor nutricional, grado de asimilación de los nutrientes por parte del organismo, aporte calórico, efectos beneficiosos en la salud y prevención de ciertas enfermedades, así como sus respectivas contraindicaciones.
Andrea Marqués, dietista-nutricionista del instituto IMEO recomienda a pacientes sanos y que no cuentan con ciertas condiciones de salud específicas como diabetes o resistencia a la insulina, “consumir al menos de 2 a 3 piezas de fruta al día, preferiblemente frescas y de temporada, para obtener de ellas una cantidad óptima de todos los nutrientes y fibra que aportan”.
Los zumos, compotas o frutas procesadas están contraindicadas, ya que suelen contener azúcar añadido, exceso de glucosa y pérdida de fibra. Al comer las frutas enteras, “podemos beneficiarnos más de sus propiedades”, dice Marqués.
Así que, si te gustan las frutas y tienes posibilidades de consumirlas a diario, si eres una persona sana y/o tu médico de cabecera te las recomienda, toma nota de las 7 frutas más saludables según el estudio de IMEO, no sin antes lavarlas muy bien antes de comerlas, para evitar posibles trazas de plaguicidas y pesticidas.
Las 7 frutas más saludables para incluir en tu dieta regular
1. Cereza
Se consideran una “aspirina natural”, porque ayudan a mitigar el dolor de cabeza. Son ricas en potasio; tienen un efecto diurético y contribuyen a controlar la hipertensión. Además de fibra, ácido fólico y antioxidantes, aportan antocianinas, compuestos que neutralizan la acción dañina de otras moléculas sobre las células de la piel.
Se recomienda tomar una ración de 7 a 10 cerezas al día.
2. Kiwi
Tiene un altísimo contenido de fibra y casi un 90% de agua. Por su aporte de antioxidantes y vitamina C, potencia las defensas del organismo y promueve la regeneración celular. Ayuda a eliminar la retención de líquidos y facilita la digestión.
Es perfecto para combatir el estreñimiento. Puedes comerlo todos los días, pero disminuye o evita su consumo si eres alérgica o tienes algún problema renal.
3. Naranja
De las frutas más nobles por sus propiedades, gracias a su contenido en flavonoides (antioxidantes, antiinflamatorios y antitumorales); carotenoides (relacionados con la prevención de distintos tipos de cáncer y la protección cardíaca); y pectina (una fibra con efecto saciante que contribuye a reducir los niveles de colesterol).
Si no sufres de acidez, reflujo o migraña, puedes consumirla entera a diario sin ningún problema.
4. Manzana
Tanto las rojas como las verdes son muy utilizada por los nutriólogos en planes de alimentación con reducción de calorías, por lo que es ideal consumirla si estás a dieta. También puedes comerla antes de hacer deporte, ya que aporta energía y activa el metabolismo. Es diurética, depurativa y saciante. Otro dato importante es que ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer. Además, ayuda a regular los niveles de colesterol y a fortalecer la memoria. Puedes comerla a diario, preferiblemente sin pelar.
5. Mango
Refrescante y jugoso, además de que está entre las frutas más saludables. Brinda la cantidad diaria recomendada de vitamina C, que fortalece nuestro sistema inmune, así como magnesio, necesario para fijar el calcio y el fósforo en los huesos. Es rico en hierro y fibra, que ayudan respectivamente a combatir la anemia y el estreñimiento. Además, es un excelente digestivo.
Puedes consumirlo con frecuencia, no a diario, y evitar en casos de embarazo o problemas en los riñones.
6. Granada
Esta fruta es maravillosa por su acción astringente y antiinflamatoria en la mucosa del tracto digestivo. Es baja en calorías y sodio, y rica en potasio, así como libre de colesterol. Ideal para las dietas de control de peso y las personas con hipertensión.
Es preferible tomarla entera, porque en jugo podría inhibir el efecto de ciertos medicamentos (consúltalo con tu médico).
7. Plátano
El plátano maduro es un gran aliado para las personas que practican deportes, ya que es rico en magnesio y vitaminas B6 y C. Un plátano maduro representa el 23% del potasio que nuestros músculos necesitan en el día para contraerse. Tiene una elevada cantidad de azúcar, pero no está contraindicada para los diabéticos si practican a diario ejercicio físico.
Es bien sabido que tener una dieta balanceada traerá beneficios a tu salud de manera general. Existen muchos nutrientes que pueden ayudarte a evitar enfermedades y padecimientos. Pero, así como cuidas tu corazón, arterias, hígado o intestinos, debes cuidar tu zona íntima. ¿Sabías que tu dieta puede ayudarte con eso? Te contamos de algunos alimentos que pueden favorecer la salud de tu vagina.
Sabemos que las frutas y verduras están llenas de vitaminas y minerales que tu cuerpo necesita para funcionar correctamente. Y es que no solo necesitas esto, recuerda que todos los grupos aportarán cosas positivas a tu físico, ya sea proteínas, grasas saludables, carbohidratos o fibra, por mencionar ejemplos.
La vagina es una parte del cuerpo que es capaz de limpiarse sola, pero sí podemos tomar acciones para beneficiar su salud; la sequedad vaginal y las infecciones pueden afectar gravemente la salud de tu vagina.
Los chequeos periódicos al acudir con tu ginecóloga, la protección para prevenir infecciones de transmisión sexual y la higiene adecuada son claves para mantener la salud en tu zona íntima. Pero, por otro lado, hay alimentos que pueden favorecer la salud de tu vagina.
Alimentos que pueden favorecer la salud de tu vagina
1. Alimentos ricos en fibra
La fibra contiene diversos beneficios como evitar enfermedades cardiovasculares, mejora la digestión y el rendimiento físico pero, ¿sabías que también puede ayudar a tu vagina? El portal Health explica que ingerir alimentos ricos en fibra puedes favorecer el crecimiento de lactobacilos en la vagina. En la flora vaginal, estas bacterias alejan enfermedades.
La fibra puedes encontrarla en avena, nueces, semillas, alimentos integrales como pastas, arroz y panes.
2. Aguacate
El aguacate también beneficiará tu salud y la de tu vagina. La empresa South Avenue Women’s Services destaca que agregar aguacate a tu dieta ayudará a aumentar los niveles de hormonas asociadas con la lubricación vaginal.
Sin mencionar que hay una gran cantidad de beneficios para la salud de consumir aguacate. Por ejemplo, tiene vitamina B6, la cual puede aliviar síntomas del síndrome premenstrual como la hinchazón y la fatiga.
3. Arándanos
En un estudio del American Journal of Obstetrics and Gynecology, consumir arándanos redujo un 50% la tasa de infecciones urinarias después de una cirugía ginecológica. Esta investigación se realizó con mujeres que tomaron pastillas con suplemento de arándano, según un artículo publicado por la empresa Arizona Gynecology Consultants.
Los arándanos contienen ingredientes que evitan que las bacterias causantes de infecciones urinarias se adhieran a la pared de la vejiga. Además, el azúcar que se encuentra en el jugo de arándano puede equilibrar los niveles de pH en la vagina, lo que evitará que se formen afecciones como la candidiasis.
4. Manzanas
El portal Health cita una investigación que demostró que las mujeres que comían al menos una manzana al día tenían una mejor lubricación vaginal. Dicho estudio, publicado en Springer Link, también destacó que las mujeres que consumían una manzana al día experimentaron una mayor satisfacción sexual en comparación con las mujeres que no. Por lo que agregar una manzana a tus colaciones, favorecerá tu salud vaginal y excitación sexual.
5. Alimentos ricos en vitamina D
La vitamina D se encuentra en alimentos como los huevos, el queso cheddar, el salmón, las sardinas y la trucha. Este nutriente puede combatir la sequedad y balancear el pH. Además, beneficia el sistema inmunológico (y, por lo tanto, la salud de tus genitales).
6. Alimentos ricos en vitamina C
Es un nutriente que ayuda a combatir infecciones y que ayuda a mantener niveles saludables en el pH.
Lo encuentras en frutos cítricos, pimientos y fresas, por mencionar ejemplos.
Entre los alimentos que debes evitar se encuentran aquellos que contengan azúcares añadidos o que sean procesados. También disminuye el consumo de carnes rojas, lácteos y bebidas alcohólicas.