Cómo es ser una mujer con copas doble D

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Soy una mujer con los pechos muy grandes, mi talla de copas de brasier es doble D, no encajo en las tallas tradicionales mexicanas que suelen ser: A o B. Tener los senos tan grandes ha sido todo un reto y más cuando son naturales y los tienes así desde los 14 años. 

Poco antes de cumplir 15 años mis bobs comenzaron a crecer de una forma desbordada y esto me causó, al principio, mucha incomodidad porque además del dolor físico, verme tan diferente y enorme me asustaba.

Recuerdo la primera vez que fui con mi mamá a comprar brasieres, recorrimos todas las tiendas de lencería de la plaza y no había uno bonito que me quedara. Hay diseños hermosos para el primer sujetador pero son talla A, a lo mucho B. Los que sí eran mi talla eran básicos: blancos lisos y aburridos con la espalda muy ancha y los tirantes gruesos para soportar el peso. 

Hice berrinche por no poder tener un bra rosa con corazones y listones en forma de moño, me tuve que ir con modelos de señora.

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Foto: Hans para Pixabay

Mis compañeros de la escuela me pusieron muchos apodos, como: “Vanechichis” y a esa edad eres como la mujer barbuda del circo, una novedad entre hombres y mujeres, pues tu cara sigue siendo de niña pero el cuerpo es de una mujer muy curvilínea. 

Otro de los inconvenientes fue que en la escuela tenía que usar camisa y es un tipo de prenda que no va con pechos tan grandes pues revientan el botón. Así que los trucos para que la camisa no se abriera de esa parte era siempre tener un segurito a la mano, de lo contrario se asomarían. 

Pero luego de lucir mi primer bikini me enamoré de mi cuerpo y de mis pechos doble D que han sido mi soporte y serán mis salvavidas en caso de que me caiga al mar sin chaleco y ese lujo no lo tiene cualquiera.

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Foto: Marvin Meyer para Unsplash

Ser una mujer con los senos tan grandes es un reto para todo, son hermosos, la ropa se ve increíble pero también son rebeldes y autónomos, a veces pienso que ellos me condicionan a mí y también a los que se hipnotizan con ellos. 

Las actividades no se viven igual, como dormir. Es imposible hacerlo boca abajo porque duelen mucho cuando se aplastan. La posición ideal para hacerlo es boca arriba, aunque yo prefiero dormir de lado, pero cada cierto tiempo el dolor del peso me despierta y es cuando me giro para el lado contrario. 

También es muy común que “estorben” al comer, así que los alimentos terminan cayéndose sobre ellos, son como un imán de cosas. 

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Otro de mis problemas es que desde que crecieron no veo mis pies bien y no hay manera que pueda cerrar los brazos porque me duele. 

Ser una mujer copa doble D también significa padecer dolor de espalda, ya que el peso va mermando la columna y es por eso que los sujetadores tienen que ser gruesos para ayudar con eso. Así que al final sí terminas amando los bras gresos, aunque en estas tallas son mucho más caros, claro porque tienen más tela. 

Yo suelo comprarlos, generalmente, por internet en Estados Unidos, para encontrar variedades con encaje o estampados y colores. Pero en México sí venden algunas marcas en blanco o negro y los encuentras en los supermercados solamente. 

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Foto: Luctheo para Pixabay

Otro detallito es que el mundo piensa que siempre usas escote pero en realidad la línea de los senos grandes comienza casi desde el cuello, entonces todo lo que te pongas parecerá que es muy descubierto. Y cuando realmente se usa un escote la gente se queda sorprendida. 

Viajar siendo talla doble D de senos es una odisea pues los bras ocupan la mitad de la maleta y si te toca que la abran en migración, se espantarán porque las copas parecen gorros de judío, son del mismo tamaño. 

Al tener pechos grandes te olvidas de los abrazos apretados pues hay un par de tetas de por medio que se interponen entre tu cuerpo y el de la otra persona. 

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Lo que sí es muy conveniente es que al ser tan grandes, se ven bien uses o no brasier, pues están firmes solos, no necesitan que nada les dé forma. Yo disfruto mucho andar sin nada y dejarlos respirar un poco. 

No soy una persona que haga ejercicio pero hay que comprar un buen sujetador para que se queden en su lugar, no reboten y no duelan con el movimiento. 

Lo que sí es un gran mito es que si subes de peso se te ponen más grandes o si bajan se te desaparecen, esta no es una regla, pues las personas que por herencia los tenemos así desde que nos desarrollamos, nunca cambiarán de talla o tamaño. 

Las bromas sobre ser una mujer chichona serán eternas así que yo también me uno y a mis senos les puse apodo, porque casi que me tocaba registrarlos como seres independientes con nombre y apellido. Es como si fuéramos ellos y yo, así que son mi más 2 en esta vida. 

Pese a los inconvenientes que mis pechos gigantes me hacen pasar todos los días, me gustan y hacen que me sienta auténtica, así que no es tan malo ser doble D naturalita. 

Datos curiosos de los pechos:

– El tamaño puede ser hereditario.

– No son simétricos, cada uno tiene su forma y su tamaño. 

– Los pechos no son sólo grasa, están conformados por lobulillos, conductos, tejidos adiposos y tejido conectivo fibroso. 

– Los lobulillos son los que producen la leche materna.

– Todos los fetos son femeninos hasta la semana 7, por ello los hombres también tienen pezones. 

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